Agridulce martes, 21 de junio de 2005

Actividad típica del sujeto posmoderno: robar frases sueltas, desconexas, de distintos pensadores, y aplicarlas a su vida propia. La jerarquía autorial de los textos -de todas las obras- dan lo mismo: cualquier interpretación es válida. Derrida para principiantes, y todos felices. Y así estamos: en muchos cuartos de los jóvenes posmodernos, abundan corchos en donde comparten cartel frases de Shakespeare y publicidades de Nike.
Se podría decir que he sido uno de ellos, por qué negarlo: imagínenme en mis dulces 15 años, buscando desesperadamente una identidad, enganchadísimo con la pseudo-filosofía de "por qué todo tiene que tener un por qué" de Sprite. No significaba nada, por supuesto, pero era una de esas frases marketineras absolutamente efectivas y yo seguramente me creía re jodido por utilizarla, "distintivamente" quizás... mientras tomaba la gaseosa más popular del mundo.

¿A qué viene esto? Luego de todo este tiempo, me encontré hace unos días con otra frase "pochoclera" que creo poder aplicarla a mi vida: otra de esas fracesitas ambiguas que podrían ser puesta al servicio de casi cualquier fin. Viene de una película, un remake hollywoodense de una interesante película española que con suerte puede considerarse una sorprendente bolsa de gatos. El film en cuestión es Vanilla Sky, con Tom "Facha" Cruise y Penélope "diez-años-acá-y-todavía-no-sé-hablar-en-inglés" Cruz.

There is no sweet without the sour, decía la frase.

Realmente desconozco si la cita fue creación del guionista, si la escribió algún escritor alternativo, o si es un antiguo proverbio oriental. (De todas maneras, a nosotros los posmos nos da todo lo mismo, ¿no? Culpen a la cultura pop). Pero se aplica tanto a lo que siento ahora, a este proceso de ansiedad en el que estoy inmerso... que cedo a la tentación de hacerla mía (Todos lo hicimos en algún momento. Como esa triste canción que Thom Yorke compuso pensando en el gato que metió por error en la lavadora cuando era chico y que vos transformás en la banda de sonido de esa relación con tu amiga).
Ese soy yo ahora. Así me siento. ¿Que no dice nada? Puede ser. Es más: hasta podría convertirse en la futura cita de Coelho. Pero carajo... no hay dulce sin amargo. No hay mejor manera de definir el actual estado de cosas.
He dicho.

1 comentarios:

Juan Marenco dijo...

Ejem, ejem, con "He dicho" terminé un post yo hace unos dias asi que por favor a pagar regalías eh! Total con todo lo que ganaste por google....