La libertad y el Mayo Francés martes, 6 de mayo de 2008



(...) En 1968 fue muy significativo encontrar refugio en la palabra. En realidad, no se podía hacer nada, pero se podía proclamar con palabras la revolución: de ese modo, al menos, era posible. Cuando se sostiene que se había "tomado la palabra", que los jóvenes habían "tomado la palabra como sus antepasados habían tomado la Bastilla" se escuchaba una afirmación muy iluminante. Cuando todo ha fallado se puede decir que todo se ha logrado; con tal que se salven la grandeza y una dimensión ética dilatada hasta las estrellas.

Jamás Napoleón pronunció un discurso tan exaltante sobre la victoria como después de Marengo, que fue una derrota. En 1968 no se podía "tomar" otra cosa, pero en sustancia se trataba sólo de demostrar que la toma de la palabra era la única cosa importante y verdaderamente liberadora. Recuérdese el sabio diagnóstico de Glucksman: gracias a ese acto inaudito, han desorientado completamente al adversario. El mundo burgués los esperaaba a un lado de la barricada con su ley, su moral, su estructura económica del dar y del tener y con sus policías; ellos han descuidado todas esas insidias, han vencido la revolución de la liberad, justamente, porque han cumplido una acción gratuita. No han atacado allí donde se esperaba: han hablado espontáneamente; ese flujo de palabras libres es la libertad misma a la cual los burgueses no podían oponer nada. La libertad asume dimensiones grandiosas cuando se abstrae de la pequeña, mezquina batalla por la posesión efectiva de los medios de producción y por el vuelco del Estado. Pero ¿cómo no ver el carácter puramente ilusorio de la operación? No es otra cosa que el canto de la libertad de los esclavos negros. Ciertamente la palabra es propia del hombre pero él habla, habla y habla cuando no puede hacer nada.

No por casualidad, justamente, en nuestro mundo occidental, rígido y tecnológico, prospera una filosofía del lenguaje y del discurso. La insistencia del estudio del lenguaje es la expresión involuntaria de una sociedad que no tiene otra libertad salvo la de hablar. (...)


Jacques Ellul, "Las estructuras de la libertad"

3 comentarios:

Nacho dijo...

Cómo te gusta poner estos textos tramposos... venía leyendo hasta la mitad, diciendo "sí, pero, escuchame... ¿y con la palabra sola qué hacemos? Yo puedo hablar mucho mientras me cagan a latigazos para que siga construyéndole la pirámide al faraón pero eso no cambia el hecho de que la estoy construyendo y de que soy un esclavo". Pero me cagó. (?) En fin, coincido.

Dante dijo...

También coincico, salvo por la parte de que la batalla por los medios de producción es "pequeña" y "mezquina".

Pillow_of_Winds dijo...

Mmmmmm...triste pero cierto. No existe el estado de libertad pura.
Y en muchos casos, se limita sólo a una libertad discursiva.
Pero creo que la ausencia de ejercicio de otro tipo de libertad, de la libertad de acción y de reacción está relacionada con un vaciamiento.
La mayoría de los que hacen uso de su libertad de palabra no tienen intención más allá de eso. Sin importar si su acción sería posible o no.



Recomendación de la casa: en la sala Leopoldo Lugones, este domingo 11, dan "Los Amantes Regulares" en el marco del ciclo "La imaginacion al poder: mayo del ’68 / 40 años despues".

La películo a mi me gustó muchísimo, pero cada vez que la recomiendo insto a la gente a no huir cuando vean una escena de una barricada que parece extenderse...y extenderse.

http://www.teatrosanmartin.com.ar/cine/mayo0.html



Saludos!