Separados al nacer domingo, 29 de mayo de 2011













Herc, de The Wire / Wayne Rooney, del Manchester United

15 consejos para periodistas en Twitter miércoles, 25 de mayo de 2011

Redactadas por @fedebillie (uno que no siempre las cumple)


1. Primicia, sí; dato irrelevante, no
Las ganas de tirar algo antes que los demás puede llevarlo a publicar datos inútiles, inservibles. Evítelo. Por ejemplo: escuchar al comisario en la TV comentando una muerte en vivo y –siguiendo su relato– twittear “Murió de un paro cardorrespiratorio”. Como siempre dicen los estudiantes de Medicina, “todos mueren de un paro cardorrespiratorio, campeón: el corazón y los pulmones dejan de funcionar”. Para no poner obviedades –y evitar retos de los estudiantes de Medicina–, no lance al espacio virtual datos que no sumen.

2. Ubique a los lectores lo mejor posible
Si bien es una consigna difícil dada la limitación espacial del soporte, es importante no tirar información sin contextualizarla. Quién, qué y cuándo (o dónde) a veces entran tranquilamente en el espacio del tweet y ayudan a entender de qué estamos hablando. Salvo aviso previo, en Twitter todo parece estar teniendo lugar en este preciso instante; si el hecho no es actual, aclárelo.

3. Chequee la información. No aliente rumores
Parece una perogrullada. Pero en el tiempo que llevo en Twitter he visto a numerosos periodistas caer en las peores operaciones de prensa, enroscarse en discusiones con usuarios falsos y hasta alentar (en vez de intentar aclarar) los rumores más inverosímiles. La consigna del buen periodista en Twitter debería ser la misma que el eslogan de Le Monde Diplomatique: “una voz clara en medio del ruido”.

4. No se convierta en opinólogo
Resista la tentación de convertirse en un jack of all trades. Intente limitarse a su área de especialización o temas de interés. Si siente que puede hacer la diferencia cubriendo una cierta temática, desarróllela y explíquela. Cuando vea que no tiene nada bueno para aportar, desobedezca el lema de Twitter y no se una a la conversación. Recuerde que su cuenta no es un canal de cable: no está obligado a salir todos los días, a toda hora.

5. Interactúe con otras personas
Twitter fomenta la idea del tipo sentado en su torre de marfil digital batiendo verdades. Si los periodistas no interactúan con otras personas, el propio soporte deja de ser la famosa plataforma donde los comunicadores se acercan al resto de la sociedad.
Por otro lado, el timeline –al no recuperar conversaciones enteras sino tan sólo las respuestas–puede convertirse rápidamente en un diálogo de sordos. Para evitarlo, recupere parte de la pregunta en las respuestas. El efecto es parecido al de la redundancia en radio: no se lee como una redundancia y ayuda a situar el tema.

6. Intente que cada tweet contenga al menos una unidad de información.
Cuando un tweet se sostiene por sí mismo facilita la comprensión y alienta el retweet. Si ve que su idea merece más espacio que los 140 caracteres (y que publicando el pensamiento resumido sólo lo estaría tergiversando) utilice otro sistema de publicación, como un blog. Luego publique en Twitter un enlace a su nota.

7. Facilite enlaces a sus lectores
Acérqueles a sus lectores los informes, fallos y gacetillas que componen la materia prima de su noticia (aclare en el tweet si se trata de documentos de Word o archivos PDF). No tenga ese temor ridículo de que en el futuro lo salteen como fuente de información: hasta nuevo aviso, el trabajo periodístico de seleccionar, jerarquizar y tematizar sigue siendo tan válido como siempre.

8. Si está cubriendo un evento en vivo, envíe fotos
Comparta imágenes de su cobertura siempre que pueda. No sólo tienen un carácter indicial, de testimonio (una prueba de que uno como periodista efectivamente "está allí"), sino que además ayudan al lector a situarse en la escena y le dan color a la información. Evite usar Twitpic u otros servicios en donde otra empresa se quede con los derechos de la imagen.

9. No arruine sus propias primicias: aproveche para promocionarse
Si trabaja en la prensa gráfica o consiguió un buen dato justo antes de la emisión de su programa, no ceda a la tentación de lanzarlo sin más. En cambio, utilice Twitter para ir generando intriga o calentando la previa con pistas. Por ejemplo, luego de terminar una escribir una nota exclusiva, tirar justo antes del cierre: “Mañana, en [el diario en el que escribe], entrevista exclusiva con el Gobernador en la que anticipa su compañero de fórmula”.

10. No convierta a su cuenta en el alter ego “militante” de su trabajo profesional
Expresar cómo uno “banca a muerte” a tal político o cree que tal otro es “un hijo de puta” devalúa el nivel de la discusión y su figura pública como periodista. Siempre existen formas más sutiles de avalar o criticar a un gobierno o candidato. Evite trenzarse en discusiones con políticos, funcionarios o voceros. Que su pasión política no lo haga atacar gratuitamente a sus fuentes.

11. Admita errores
¿En la vida real se cree un superhéroe invencible? No, ¿no? Ahora revise su perfil de Twitter y vea si aparece alguna disculpa, si admite una equivocación, si relativiza algo de lo que dijo. No, ¿no? Aprenda a reconocer cuando la pifia y déle crédito a quien se lo señala constructivamente.

12. Escriba bien
Muchos en Twitter olvidan lo horrible que resulta leer cosas mal escritas, empezando por las faltas de ortografía: estudios científicos recientes han demostrado cómo hasta el deseo sexual disminuye al verlas. También preste atención a los signos de puntuación e intente escribir las palabras sin abreviarlas. No hay nada menos atractivo, inteligible y viral que un tweet sobre “1 resoluc. del min. de Econ. s/retenc.”

13. No actúe como un payaso
Twitter está repleto de gente intentándose hacerse la graciosa: como alguna vez dijo @canquerrosa, “ya es tanto el humor inteligente, que se neutraliza a sí mismo por abundante”. No contribuya a ello. Cuando todos son irónicos y bizarros, la sobriedad puede convertirse en una posible nota de distinción. Es sano publicar un chiste u ocurrencia de tanto en tanto, pero no se desespere por ser gracioso.

14. Recuerde que su cuenta es pública
Salvo que pertenezca al escaso porcentaje de personas que protege sus tweets, su cuenta en Twitter puede ser vista por cualquiera. Esto significa que lo allí vertido tiene el estatus de discurso público (los voceros o funcionarios que han tenido que renunciar por escándalos en redes sociales dan fe de ello). ¿Qué implica esto? Que salvo que usted sea Bono o alguien similarmente famoso, a nadie le interesa su foto en la cola del banco o su tweet sobre cómo pasaron tres colectivos y ninguno le paró. Y esto nos lleva al último y principal consejo…

15. Piense antes de publicar
Antes de dar Enter o presionar el botón Tweet, tómese cinco segundos para pensar: “¿Este tweet le aporta algo a alguien?”. Eso marcará la diferencia entre una posible publicación exitosa, viral e influyente y otra que será tapada por el ruido rápidamente. El consejo es ponerle una mínima cuota de inteligencia al join the conversation.

Se viene viernes, 20 de mayo de 2011

























Amigos: Les escribo desde Argentina para compartir con ustedes la mayor experiencia que vivimos con las revueltas de fines de 2001. El espacio es breve y no puedo contarles todo lo que pasó (recomiendo que bajen el documental Memoria del Saqueo, de Pino Solanas), pero puedo dejarles un valioso consejo, que ojalá hubiésemos entendido mejor: abandonen la idea de que el problema son "los políticos corruptos". Ya lo decía Martín Caparrós: la honestidad es el grado cero de toda política, pero el bacalao se corta en las principales áreas de la economía política. Discutan y decidan lo que mejor crean, pero propongan políticas económicas claras y audaces contra bancos, inversionistas y capitalistas en general. Olviden todo lo que les enseñaron, pongan a lo social por delante y los demás que se amolden. Cuentan para ello con todo nuestro apoyo y solidaridad. Un abrazo

Otros mensajes, acá

The Knack, "My Sharona" miércoles, 18 de mayo de 2011

Sarlo: "No soy de las que creen que todos los antikirchneristas deberían unirse y cantar 'una que sepan todos'" viernes, 13 de mayo de 2011


Más Beatriz Sarlo, esta vez en una entrevista en Debate por Caro Keve.

- En su libro usted hace referencia al carácter hegemónico que ha sabido construir el kirchnerismo mediante la edificación de un gran aparato cultural. En un debate reciente, Tomás Abraham discute con esta lectura. Plantea que el kirchnerismo no es una identidad cultural sino política. ¿Qué opina al respecto?
- Él plantea algunas cosas contrapuestas con mi posición, discutiendo básicamente esta idea que empiezo a plantear con bastante cuidado que es que, a partir de 2008, con la derrota en el conflicto con el campo, el kirchnerismo comienza a montar un dispositivo cultural que no abarca a los cuarenta millones de argentinos, pero que abarca al activo político de la sociedad. Y es ahí donde pienso que el kirchnerismo ha ganado las escaramuzas de la batalla cultural. Con dispositivos de distinta naturaleza, con el sistema de medios, pero también con las repercusiones que ese sistema tiene. (...)

- ¿El kirchnerismo es un fenómeno de masas?
En principio, es muy interesante pensarlo como un fenómeno de capas medias. Porque ahí uno correría el eje a una pregunta clásica, porque uno piensa al peronismo como un fenómeno de masas con un centro de gravedad en las masas obreras y capas medias bajas. Si yo no me equivoco, y si no se equivocan los encuestadores, lo interesante del kirchnerismo es ver cómo se repone muy rápidamente de la derrota de 2008, que no fue sólo una movilización del campo, sino que se habían sumado algunas capas medias, y logra implantar una imagen en esas capas. Es ahí donde se canaliza la unión del bienestar económico con cierta persuasión que se logra teniendo un capítulo en los festejos del Bicentenario que, a decir verdad, pensé que iban a pasar sin pena ni gloria, y más tarde -y espero que esto se lea con el mayor respeto posible- teniendo la “fortuna” de esa muerte.

- ¿Por qué?
El peronismo tuvo dos muertes fundamentales. Una cayó en el peor momento, que fue la de Perón. Perón no había podido establecer línea de sucesión, el peronismo estaba salvajemente desgarrado con la guerrilla y la Triple A, y Perón creía que iba a tener aunque sea un año más para articular algún tipo de diálogo, y murió sin un sucesor. Isabel era una sucesora legal, pero no política. Ésa fue una desgracia del peronismo y que se expandió hacia toda la sociedad argentina. La muerte de Kirchner -más allá del dolor que sienten quienes lo acompañaban y, por supuesto, su familia- fue una bendición política. En las encuestas estaba en baja, tenía un techo bajísimo. Y veinte días después, la Presidenta sube como unos veinte puntos.

- ¿Y a qué considera que se debe esto?
Porque, a diferencia de ese Perón envejecido e inerme, Néstor Kirchner y Cristina Fernández eran una sociedad política. Trabajaron desde Santa Cruz hasta acá como una sociedad en la cual Néstor era el político y ella era la parlamentaria. Sin duda, para mí, él era el personaje interesante, el personaje inventivo de la política. Y es ahí que se puede dar la sucesión de manera exitosa, luego de la muerte de Néstor. Una muerte como la de Raúl Alfonsín, que provocó un fenómeno de masas, porque Ricardo Alfonsín también “nace” por segunda vez con la muerte de su padre. Sin duda la muerte de un político de ochenta años no produce el mismo dolor que una muerte más joven.

- Más allá de la edad, ¿no considera que hay otras condiciones de recepción que diferencian la movilización que generaron ambos fallecimientos? Usted analiza la construcción de ese enorme dispositivo que hace el kirchnerismo, ¿pero no es más interesante preguntarse por qué la gente responde ante ese aparato?, ¿por qué la Ciudad termina invadida de personas durante el Bicentenario o estudiantes sin ningún tipo de trayectoria militante llegan a la plaza con una remera de 6, 7, 8?
- Creo que son cosas distintas, el sujeto es distinto. Para el Bicentenario fueron millones de personas, excepto las del tercer cordón y los barrios más postergados. Y quienes llegaban, lo hacían bajo una imagen peronista que resulta muy simpática, que es que cada uno llegaba para festejar con su pesito. Personas de las capas medias altas y bajas, todas con su pesito, formando enormes colas en Serafín. Y esto es algo fundamental, no hay festejo en la indigencia. Y lo que se veía era gente consumiendo, en familia, con vecinos, bajo un clima de seguridad muy grande en la calle, que contribuía con esta composición amical. Había una cierta alegría de la abundancia.

- ¿Pero podemos entender la fiesta del Bicentenario como un acto de consumo o como momento en el que emergió con potencialidad emotiva un “nosotros” más expansivo?
No sé, es muy difícil decir que en cuatro días se construye un gran “nosotros”. Era gente que estaba volcada a aquello que se le mostraba, lo que se construyó era un público, un público que se desplazaba por la Ciudad. Además, adueñarse de una ciudad es una experiencia muy placentera. En una ciudad donde el discurso reaccionario dice que no se puede andar, la posibilidad de estar caminando por las calles a las cuatro de la mañana era una experiencia placentera. Ahora bien, retomando la convocatoria al acto de 6, 7, 8 por Facebook, me parece que se trató de otro fenómeno. Y más interesante. En primer lugar, porque ahí sí hubo una decisión de venirse desde Escobar, no de ser acarreado, sino de “autoacarrearse” y autoorganizarse, y presenciar un acto por cierto principio de identificación con un programa. Esto, inclusive, habla de algo más duradero que una fiesta, y me parece mucho más interesante. Es decir, yo puedo o no estar de acuerdo con lo que 6, 7, 8 emite como mensaje, pero lo que logra con 250 mil amigos en Facebook, esto de llegar a un acto en la plaza bajo un reino de buena onda, es interesante.

- ¿Y cuándo cree que comienza a darse ese fenónemo?
- Esto tiene dos años. Si surge de una voluntad estratégica o si alguien se dio cuenta de la necesidad de que esto sucediera, no lo sé. Pero si uno lo “periodiza” aparece en el momento de la derrota y luego se afianza con el momento de la victoria posterior, que es con la ley de medios. Ahí también se vuelve sentido común de las capas medias una especie de igualación entre comunicación y periodismo. Es decir, la ley se presenta como una ley que hace posible la comunicación, pero el debate en torno del periodismo y los problemas que esa ley le puede traer se dejan de lado. Ahí, la ley logra unir la legitimidad de la comunicación con los derechos de la información periodística. Y eso creo que es una victoria. Una victoria con cuyos conceptos no estoy de acuerdo, pero es una victoria.

- Usted hace referencia al estilo de Néstor, que le resultaba políticamente más interesante que el de Cristina. ¿Por qué?
- Él inventó todo esto. Él percibió que era un presidente débil, y esta historia puede verse en documentos públicos. No necesito a nadie que me venga a contar los diálogos mantenidos en Casa de Gobierno para poder analizar esto. Él percibió que era un presidente débil y notó que, frente a esa debilidad, podía tener tiempo o no para dos alternativas. La primera fue la transversalidad, pero se dio cuenta rápidamente de que no había tiempo para eso. Que ese camino era más largo para recorrer. Y entonces acudió a la segunda alternativa, que era el PJ. Y era evidente que tenía todas las condiciones para trabajar en ese aparato, que la cultura de ese aparato la conocía muy bien. Creo, además, que fue un político valiente, que logró, en una situación de debilidad, sacarse de encima desde el primer día a quien lo había llevado a la presidencia. En este sentido, supo actuar de manera pragmática, pero no lo digo en un sentido realista sino con su presencia. Él sabía que sus discursos eran más o menos, pero que sus intervenciones eran fundamentales. Fue un político de mucho riesgo, el conflicto con el campo lo condujo él. Y lo condujo mal.

- ¿Y Cristina? Hay quienes destacan que aquellas medidas más radicales fueron tomadas durante su mandato.
- Es que no estoy preguntándome por su radicalidad ideológica, sobre la cual ignoro todo. Más bien lo que conozco de ella es un discurso desarrollista, con fuertes rasgos industrialistas, nacionalistas y capitalistas. Creo que lo que hay que respetar cuando entramos a analizar la política o la cultura es que nos interesemos por las cosas que nos interesan. A lo mejor es un error dedicarle a ella menos importancia, hace un rato dije que son una sociedad política, en la cual ambos son fundamentales. Me parecen disparatadas, por ejemplo, las comparaciones con Isabelita que se han hecho. Quienes la han conocido dicen que fue una extraordinaria parlamentaria. Ahora, volviendo a la cuestión del objeto, por ejemplo, no se me ocurriría escribir un libro sobre Mauricio Macri. ¿Es poco interesante como político? No, es la realización del “cualunquismo” político en el campo de la pospolítica, pero quizá es un político por el cual siento una antipatía casi instintiva y no me despierta el impulso intelectual de escribir siquiera unas páginas. Por el contrario, Elisa Carrió me parece muy interesante, cuando dice aquellas hipótesis que luego son corroboradas, como cuando dijo que se iban a ir cayendo los candidatos presidenciales, o cuando adopta ese estilo chamánico…

- Justamente, vinculado con Carrió, en el libro señala que tiene un fuerte componente confrontativo que muchas veces no es negativo.
- No creo usar la palabra “confrontativo”, nunca.

-Usted dice textualmente en el libro “Carrió reintroduce en la política un elemento de confrontación que no siempre ni invariablemente es negativo”.
- Claro, ésta es una discusión justamente con la derecha, no con el kirchnerismo. Yo reivindico el conflicto como elemento del discurso político, el conflicto es un elemento que la política debe poder plantear y resolver. No soy de las que creen que todos los antikirchneristas deberían unirse y cantar “una que sepan todos”. La política es la resolución de conflictos, no la gestión de una administración. Es subrayar el valor de la confrontación en un momento en el que el universo antikirchnerista considera que toda confrontación debe ser desechada y que la única confrontación que debe quedar en pie es la confrontación con el Gobierno. El político tiene que tomar la confrontación, no decir que no existe.

Sobre publicidad y libertad de información miércoles, 11 de mayo de 2011


















Marcelo Cestantini: Mona Moncalvillo, en una entrevista, te preguntó por qué no critican a la Municipalidad de Buenos Aires. La pregunta es: ¿qué relación hay entre libertad de información y publicidad de un medio que se proclama independiente?

Jorge Lanata: Yo creo que ningún producto que funcione en el circuito comercial -el que sea: una revista de 200 ejemplares o un diario de 2.000.000- tiene independencia absoluta; por muchísimos motivos, que van, por ejemplo, desde la distribución que te condiciona todo, aun los contenidos (nosotros tuvimos en Córdoba un distribuidor que nos boicoteó durante dos años y medio porque no estaba de acuerdo con el diario, no porque no lo vendiera), hasta condicionamientos publicitarios obvios. ¿Cuál es mi actitud, la de Tiffenberg, la de Pasquini? Tratar de que esos condicionamientos sean los menos posibles. En ese sentido, somos los angelitos del Renacimiento al lado de los grandes medios, digo qué cosas no hacemos, si tenemos un aviso equis, no vamos a salir a buscar algo para cagar a ese avisador porque me parece ilógico sinceramente. Me parece que sería ser un idiota, porque nos cuesta mucho tener un aviso. Pero ahora, ¿qué pasa si nosotros nos enteramos al otro día que ese avisador se afanó 2.000 millones de dólares, le debe 2.000 millones de dólares al Banco Central? Lo publicamos. Son dos cosas distintas. Es la relación con algunos poderes del Estado, un diario tiene que tener, lo quiera o no, algún aliado político en la realidad. (...) Digo, no sólo una cosa comercial, en esas relaciones en su momento con alguna gente del cafierismo, en algún momento con alguna gente de cultura de la Municipalidad, con Briante en el Centro Recoleta, que es un tipo nuestro. Me parece bien que el diario apoye a tipos progresistas que están adentro de un gobierno que no lo es y me parece bien este concepto. Que esas personas puedan apoyarnos con publicidad también me parece bien, me parece sensato. (...) Nosotros no dejamos nunca de publicar nunca ninguna cosa fuerte de la Municipalidad ni de Cafieri, ni de quien fuera que pensamos que nos comprometía a nosotros seriamente, digo comprometía el prestigio del diario. Nos pueden decir que no les buscamos expresamente problemas y no los buscamos, es así. Pero esto que me preguntaba Mona en Humor es lo mismo que si yo voy y le digo a Cascioli: "¿Por qué escriben sólo columnistas radicales?". Y bueno, porque Cascioli está más cerca de los radicales que otros. Pero ahora: ¿esto afecta el producto de Cascioli? Creo que no, a veces se va un poco de rosca pero creo que no en eso, entre otras cosas. El producto platónico no existe, eso es lo que creo.

Marcelo Constantini, "Entrevista a Jorge Lanata" en Horacio González, La realidad satírica. Doce hipótesis sobre Página/12, Buenos Aires, Paradiso, 1992, pp. 153-154

Alumna de su hija

Contratapa que armé para el suplemento Clarín Educación, sobre una de las primeras beneficiarias del plan de netbooks del gobierno porteño.
Click para agrandar.

Separados al nacer sábado, 7 de mayo de 2011



Mickey Rourke, el luchador / Guillermo Cherasny, el... eh... dejémoslo ahí

Sarlo: "Sería deseable ganarle al kirchnerismo, pero no de cualquiera manera"

... no soy de las personas que piensan que la oposición tiene que unirse toda. Por el contrario, pienso que lo peor que podría pasar es hacer un guiso en donde apareciera en una punta Alfonsín y en la otra Macri, etcétera. Por tanto, lo que confluyó a la oposición frente a la 125 era una zona muy diversa de la sociedad. Si la oposición se hubiera unificado —ni siquiera sé si hubiera podido unificar a esa gente que confluyó— no me hubiera parecido deseable. Yo soy de las personas que cree que sería deseable ganarle al kirchnerismo, pero para adelante. No de cualquier manera. No cantando una que sepamos todos porque no hay ninguna que sepamos todos. Al kirchnerismo no se le puede ganar con una colcha de retazos donde convivan los partidos y las organizaciones más diversas. Esa oposición de la 125 era de la más diversa y, por tanto, no podía ser aglutinada por una oposición que está dividida porque representa cosas diferentes, ideas diferentes, prácticas políticas diferentes, tradiciones o ausencia de tradiciones diferentes. Sería verdaderamente milagroso y poco deseable que se uniera de ese modo. Si el kirchnerismo tiene que ganar otra elección, que la gane.

dice Beatriz Sarlo.
No sé, vos fijate.

En Capital, hay vacantes jueves, 5 de mayo de 2011

Nota que escribí para el suplemento Clarín Educación, sobre la falta de docentes en los colegios porteños.

Echate una tapa miércoles, 4 de mayo de 2011

Tapa del periódico Tages-Anzeiger, de Suiza, sobre la muerte de Bin Laden. Una imagen dice más que mil análisis sobre la política exterior norteamericana.
(Hallazgo de Fernando Krakowiak)

Bin Laden: una captura oportuna martes, 3 de mayo de 2011















Dice Atilio Boron en una nota con la que no suscribo, salvo en este párrafo:

No deja también de llamar la atención lo oportuna que ha sido la muerte de Bin Laden. Cuando el incendio de la reseca pradera del mundo árabe desestabiliza un área de crucial importancia para la estrategia de dominación imperial, la noticia del asesinato de Bin Laden reinstala a Al Qaida en el centro del escenario. Si hay algo que a estas alturas es una verdad incontrovertible es que esas revueltas no responden a ninguna motivación religiosa. Sus causas, sus sujetos y sus formas de lucha son eminentemente seculares y en ninguna de ellas –desde Túnez hasta Egipto, pasando por Libia, Bahrein, Yemen, Siria y Jordania– el protagonismo recayó sobre la Hermandad Musulmana o en Al Qaida. El problema es el capitalismo y los devastadores efectos de las políticas neoliberales y los regímenes despóticos que aquél instaló en esos países y no las herejías de los “infieles” de Occidente. El fundamentalismo islámico, ausente como protagonista de las grandes movilizaciones del mundo árabe, aparece ahora en la primera plana de todos los diarios del mundo y su líder como un mártir del Islam asesinado a sangre fría por la soldadesca del líder de Occidente.

Estados Unidos y the war on terror lunes, 2 de mayo de 2011

La "guerra contra el terrorismo" es una guerra sin final a la vista, sin una estrategia de salida, con enemigos especificados no por sus objetivos sino por sus tácticas. Apoyarse principalmente sobre medios militares es como intentar eliminar una nube de mosquitos con una ametralladora.

Barrick, preocupada por la Ley de Glaciares

















Barrick Gold, la multinacional canadiense que desde 2001 opera en el país con enormes ventajas fiscales y económicas, publicó su reporte cuatrimestral de resultados. El texto, destinado a sus inversores y accionistas, destina varios pasajes a explicar la situación de sus proyectos en Argentina.

En la portada, el informe asegura que la compañía "continuó con la construcción de los proyectos de Pueblo Viejo y Pascua-Lama durante el cuatrimestre" y celebra que "una vez operando a pleno, se espera que estas dos minas contribuyan con 1,4 onzas de producción anual con un costo promedio de u$s 150 por onza", siendo que los precios del oro están a u$s 1.100 la onza.

Barrick le dedica un apartado completo a la ley de glaciares aprobada en septiembre pasado. "Esta ley federal prohíbe nuevas actividades de exploración y explotación en glaciares y en el ambiente 'periglaciar', y condiciona las actividades mineras actuales a una auditoría ambiental. En caso de que la auditoría identifique impactos suficientes en el ambiente glaciar y periglaciar, la autoridad relevante puede tomar acciones, que de acuerdo a la legislación podrían incluir la suspensión o reubicación de la actividad". También recuerda que en noviembre una acción presentada por Barrick y los sindicatos mineros contra el Estado nacional logró la suspensión de la ley en la provincia. En diciembre, agrega el informe, la provincia de San Juan se unió al amparo, desafiando la constitucionalidad de la legislación federal, provocando que el caso ahora esté en manos de la Corte Suprema.

Descargar Barrick Reports Q1 2011 Financial and Operating Results (archivo PDF)

Obama kills Osama: Nada nuevo bajo el sol




















Semanas después del inicio de los bombardeos sobre Afganistán, Estados Unidos no había capturado a Ben Laden ni a sus cómplices. La Alianza del Norte no había desatado una ofensiva significativa. El régimen de Kabul no había caído. ¿Una simple postergación? Como todas las informaciones están censuradas, resulta difícil evaluarlo. Pero se sabe que los bombardeos provocan cada vez más víctimas civiles, generando una radicalización de las poblaciones musulmanas. (...)

Ben Laden había sido identificado como el inspirador del fallido atentado de 1993 contra el World Trade Center, al igual que de los cometidos en 1998 contra las embajadas estadounidenses en Nairobi y en Dar es-Salam. A falta de pruebas formales, muchos indicios coincidían para responsabilizarlo de los hechos del 11 de septiembre. Desde hacía tiempo se procuraba ubicar sus posiciones en Afganistán y también neutralizar su capacidad financiera. Además, durante un conflicto conviene “personalizar” al enemigo, aun a sabiendas de que Al-Qaeda cuenta con una dirección colegiada. En cuanto al régimen talibán, su impopularidad universal generaba el deseo casi unánime de su derrocamiento. Por último, el territorio afgano, que ya era escenario de la sublevación armada de la Alianza del Norte, quedaría estratégicamente aislado si se garantizaba la neutralidad o el apoyo de sus vecinos. De esta manera, parecían estar reunidas las condiciones políticas y militares para la victoria, a la vez que descartado el peligro de un empantanamiento.

Sobre esa base, el presidente Bush, apoyado por el vicepresidente Dick Cheney, adoptó las medidas que el secretario de Estado Powell puso en marcha. (...)El futuro dependerá de los resultados obtenidos por esa estrategia, que en primer lugar podría salirse de cauce en Afganistán si la instauración de un nuevo régimen se demorara demasiado. Cada día aumentan los bombardeos contra un país que, sin embargo, presenta muy pocos objetivos militares. Es que el objetivo es político: “Si se quiere formar un nuevo poder y por lo tanto debilitar el de los talibán, no hay que aflojar la presión ni un solo día”, afirma Washington.

Pero aunque Washington tenga éxito en su operación en Afganistán, seguramente su guerra no terminará allí. Así lo anunció ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: “Podríamos llegar a la conclusión de que nuestra autodefensa necesita de una acción extra dirigida contra otras organizaciones o Estados”. (...)

Ya sea al Este del Golfo –en Afganistán y en Pakistán– o al Oeste –en Arabia Saudita y Yemen– o quizás incluso al Norte –en Irak– Estados Unidos se propone recuperar el control sobre los Estados que escapan a su influencia, aunque sea parcialmente, y eliminar todas las fuerzas políticas y sociales susceptibles de oponerse a sus intereses por medio de la violencia. Tal es la “guerra” que decidió librar. Por racionales y calculadas que sean hoy sus opciones estratégicas, los determinantes serán los azares de ese combate. ¿Acaso Washington no admitió por adelantado que la batalla sería larga? Aunque solo prevé victorias, Estados Unidos se lanza a una aventura cuyo horizonte nadie puede vislumbrar.

Paul-Marie De La Gorce, "La guerra de Washington" en Le Monde Diplomatique, Ed. Cono Sur, N° 29, Noviembre 2001