Juegos de azar: ¿Límites a un negocio fabuloso? jueves, 20 de septiembre de 2012

 

Juegos de azar en la mira
Que no siempre gane la banca
Quiénes son los protagonistas detrás del negocio de las salas de juego en Argentina. Cuánto le ingresa al Estado por impuestos y por qué la provincia de Buenos Aires es el epicentro del debate sobre un nuevo marco regulatorio para la actividad.



Informe especial de 16 páginas.
Escriben y opinan: Federico Poore, Ignacio Portes, Malena Azcona, Mariano Kestelboim, Ingrid Sarchman, Jorge Lozano.
En la edición de septiembre de revista Debate, desde hoy en kioscos.

Apuntes sobre el cacerolazo viernes, 14 de septiembre de 2012



















1. No es un tema de cantidades. El kirchnerista que jugó a descalificar los cacerolazos de junio porque tuvieron escasa convocatoria, ayer quedó en offside: con idénticas consignas, el cacerolazo se hizo sentir, con matices, en los principales centros urbanos del país. "Sabemos que hay un núcleo de gente -que es muy importante en cantidad- que está enojada con el Gobierno hoy. No es 'mayoría' ni 'primera minoría' pero es muy importante en cantidad", resumió Nicolás Tereschuk antes de la movilización. Todo debate sobre si La Nación convocó, si Página ocultó, si Muy tituló "La marcha de la bronca" como en la dictadura es inconducente, menor, acaso otro pie de página en la decadente historia del #findelperiodismo.

2. El doble destinatario. Esta protesta no se agota en su destinatario explícito (el gobierno, el Ejecutivo nacional, la Presidenta). Es casi imposible pensar que quienes salieron a manifestarse ayer votaron al Frente para la Victoria apenas once meses atrás. Más aún: me arriesgo a afirmar que ni siquiera el (improbable) viraje de políticas del gobierno nacional hacia algunas de las consignas concretas (libre compra y venta de dólares para atesoramiento, menor o nula injerencia del Estado en ciertos sectores de la economía) los convierta algún día en potenciales votantes. El sector que ayer se expresó no votó, no vota ni votará al kirchnerismo.
De allí que parece más productivo concentrarse en lo que se adivina como el destinatario implícito, no dicho (o dicho recién cuando se les preguntó por ello) de las protestas: los políticos y candidatos de la oposición. Con las enormes diferencias de contexto (comparar la situación económica y política de 2001 con la de 2012 sería algo inexacto y temerario), todos los cacerolazos comparten un núcleo conceptual, que es algún tipo de rechazo al sistema representativo de gobierno. Con un agregado: la principal figura que expresaba una oposición frontal al "régimen" kirchnerista, con su idea sobre la "fase final de la destrucción de la República" y una mirada psicologista sobre la primera mandataria, Elisa Carrió, salió última en octubre. Desde 2007, cuando obtuvo el 23 por ciento, perdió cuatro millones de votos. Difícil no encontrar a sus ex votantes (y a los de Duhalde, De Narváez, la lista sigue) entre los que ayer marcharon. "Es un reclamo generalizado donde todos tenemos algo de culpa", reconoció Binner.
La crisis de representatividad salpica a todo el sistema político, no sólo a un oficialismo que, sin dudas, deberá revisar algunos de sus últimos pasos. La pregunta es, ¿cuáles?

3. ¿Alcanza con emprolijar el modelo? Damos por hecho que el kirchnerismo ha incurrido en groseros errores de comunicación y de implementación de políticas acaso válidas o esperables en un contexto de crisis. ¿Se soluciona sólo con gestión? ¿No será que en la parte más fuerte de este reclamo se está librando un nuevo capítulo de la batalla cultural, una venganza aquellos que la perdieron en 2010 (el año del Bicentenario, la muerte de Néstor Kirchner) y hoy vuelven a correr por derecha?

4. The angry mob. En Much Apu about nothing, la turba ciudadana de Springfield se manifiesta frente al alcalde Diamante porque no quiere pagar el impuesto de cinco dólares por la Patrulla Anti Osos -medida que habían reclamado con anterioridad-, simbolizado en el conocido grito de Helen Lovejoy: "¿Alguien por favor puede pensar en los niños?". Diamante culpa a los inmigrantes ilegales y crea la Propuesta 24, para deportarlos. Lo que veo con las manifestaciones post "54 por ciento" es que son los propios ciudadanos los que están proponiendo sus chivos expiatorios (vagos, planes, netbooks, chorros) como respuesta a problemas reales e ineludibles como inflación y seguridad ciudadana.

5. Un problema. Muchas de estas personas están completamente al margen del sistema político. Pero a diferencia de 2001, donde las clases medias y los sectores populares corrían por izquierda a las coordenadas ideológicas de los partidos mayoritarios (FMI, deuda externa, déficit cero), hoy asistimos a la estrategia de algunos sectores medios y medios altos de instalar un núcleo duro que corre por derecha no sólo al gobierno sino a todo el consenso parlamentario de los últimos cuatro años. Dice Alejandro que "el diagnóstico según el cuál hay, en la sociedad, sectores 'huérfanos de representación' encalla contra el hecho de que no hay nada que pueda ser representado. No hay demandas, intereses, reclamos. Sólo el exceso de una totalidad imposible. En Callao y Santa Fe no hay Federico Pinedo que valga".

6. Balanceando el mapa. Defender a un gobierno al que ni siquiera voté en su momento, cuando la actual crisis se detonó en su mayor parte por errores propios, no está en mis planes. ¿Y si corremos al gobierno por izquierda un poco, aunque sea para emparejar? ¿Qué tal una reforma tributaria progresiva, una campaña contra el laburo en negro y la precarización, o la nunca bien ponderada Ley de Alquileres?

Las cien mejores películas de la década 2000-2009. Puestos 100 a 91 miércoles, 12 de septiembre de 2012



# 100 | La felicidad de los Katakuri
Katakuri-ke no kôfuku
de Takashi Miike
con Kenji Sawada, Keiko Matsuzaka y Shinji Takeda
Japón, 2001, 113'
Posición anterior en el ranking: #90
 
Una familia abre un pequeño hotel en pleno monte Fiji, pero se encuentran con un problema: ninguno de los huéspedes sale vivo de los cuartos. Para cuidar el negocio, los dueños deciden hacer lo que haría cualquier hostería, es decir, enterrar los cuerpos en el patio, uno al lado del otro. Lo mejor que se puede decir sobre esta comedia musical dirigida por el prolífico Takashi Miike es que no le falta nada: tiene risas, sustos, canciones, zombies y hasta un volcán en erupción.









#99 | Volviendo a casa
Garden State
de Zach Braff
con Zach Braff, Natalie Portman y Peter Sarsgaard
Estados Unidos, 2004, 102'
Posición anterior en el ranking: #41

"Love ain't the answer, nor is work / the truth eludes me so much it hurts / But I'm still having fun and I guess that's the key / I'm a twentysomething and I'll keep being me", cantaba Jamie Cullum, joven referente del jazz pop que entendió algunas cosas sobre aquel período difuso entre la adolesencia y el mundo adulto. Me acuerdo de esta melodía cada vez que veo Garden State ya que con ella Zach Braff, por entonces protagonista de la serie Scrubs, parece haber entendido algunas cosas en su debut detrás de cámaras.
New Jersey, el Garden State, es la sede de esta historia, universal como tantas, singular como pocas. Los puntos nodales están allí: la vuelta al hogar, la relación con los amigos de la infancia, aquella noche hipnótica. Después, claro: el clímax no es particularmente climático y el cierre es algo más edulcorado de lo que uno hubiese esperado. Pero la película termina siendo menos autoconsciente -y artificiosa en cuanto a su construcción narrativa- que otros exponentes del genéro como la sobrevalorada (500) days of Summer. No sé si es, como dicen, "El Graduado del siglo XXI". Pero como postal generacional es bastante indispensable.


# 98 | Una guerra de película
Tropic Thunder
de Ben Stiller
con Ben Stiller, Robert Downey Jr., Jack Black y Tom Cruise
Estados Unidos, 2008, 107'
Nueva en el ranking

Hay quienes valoran las comedias únicamente por el número de risas que provocan, una ecuación del estilo a-más-carcajadas-mejor-la-película ("después de todo, es solo una comedia"). Esta lectura deja afuera todos los elementos que pueden servir para separar una cinta divertida de una gran película. Un pequeño ejercicio para quienes van al cine seguido: ¿cuál es la diferencia entre -supongamos- Scary Movie 3 y Tropic Thunder, suponiendo que ambas nos provocaron el mismo número de carcajadas? Ante todo, la diferencia entre una parodia y una sátira. La saga de Scary Movie se burla indistintamente de películas y publicidades de los últimos seis meses con un mínimo nivel de distancia irónica --cuando termina la película, no tenemos nada que no nos podría haber dado una mala noche de Saturday Night Live. ¿Cuál es el subtexto de Tropic Thunder, qué es lo que se adivina detrás de los tiros y las risas? Una "crítica" radical, explosiva, desbordada y nada solemne sobre el estado del arte en Hollywood, un certificado de jubilación o defunción a los actores del Método ("I don't read the script: the script reads me", lanza Kirk Lazarus, un Robert Downey Jr. negro) y un escupitajo a los ejecutivos encarnado en Les Grossman, otro enorme personaje en la piel de Tom Cruise. Hay enojo en esta película, desde los trailers falsos hasta las ceremonias de premiación. Tropic Thunder o el cine como lugar de sublimación.


# 97 | Nueve Reinas
de Fabián Bielinsky
con Ricardo Darín, Gaston Pauls y Leticia Brédice
Argentina, 2000, 114'
Posición anterior en el ranking: #49

Si digo que el debut cinematográfico de Fabián Bielinsky funciona como una pieza de relojería no estoy diciendo demasiado. Se dirá, con razón, que muchas películas son así de "redondas" y no por eso merecen un lugar en ningún panteón. Pero aquí hay algo más. En un repaso rápido, se me ocurren: el dosificado relato de Juan sobre su padre; el brillante personaje de Sandler, compuesto por Oscar Núñez; la secuencia en la que Marcos señala los distintos tipos de estafas en una esquina cualquiera de Buenos Aires; esa canción de Rita Pavone que insiste en distintos momentos. En cuanto a la historia, ¿hay algo más profético que una película presentada en el año 2000 que termina con una protesta de ahorristas frente a un banco insolvente y la sensación de que, por las dudas, hay que salir del cine tocándose los bolsillos?




#96 | Perdidos en Tokio
Lost in Translation
de Sofia Coppola
con Bill Murray, Scarlett Johansson y Giovanni Ribisi
Estados Unidos / Japón, 2003, 101'
Posición anterior en el ranking: #81

Una comedia que no intenta ser una comedia, al menos no con tanta fuerza. Una película romántica que no busca serla, al menos no con semejante intensidad. Dos protagonistas que se lucen casi sin intentarlo. Todo es low-key en Lost in translation, incluso su marco global, especie de ensayo visual y emocional sobre la soledad, la tristeza, la melancolía, en fin, sobre esa sensación de extrañeza que sólo puede tener lugar cuando es de noche y estás solo en tu cuarto de hotel mirando por la ventana del Park Hyatt Tokyo.








# 95 | Vivir al Límite
The Hurt Locker
de Kathryn Bigelow
con Jeremy Renner, Anthony Mackie y Brian Geraghty
Estados Unidos, 2008, 131'
Nueva en el ranking

Me gusta pensar que The Hurt Locker se lee mejor a partir de la figura del coronel Kurtz. Dice el filósofo Slavoj Zizek que, lejos de ser el recuerdo de algún bárbaro pasado, Kurtz se presenta “como el resultado necesario del propio poder occidental moderno”. El personaje de Apocalypse Now era el soldado perfecto, “y como tal, a través de su sobreidentificación con el sistema de poder militar, acaba convirtiéndose en un exceso que el propio sistema debe eliminar”. ¿Qué lo acerca y qué lo aleja a esta cinta, situada ya no en Vietnam sino en Irak? Veamos: el sargento William James es, también, un protagonista arriesgado, sobreidentificado con la misión. Pero el resultado de su trabajo no es trágico, sino exitoso, y para el sistema no es un exceso, sino un ejemplo. ¿Permite esto una lectura distanciada, crítica? ¿O simplemente pone en escena lo peor de la corrección política, “respetando” las decisiones y roles de los soldados del ejército de ocupación bajo la trampa de la “psicología de los personajes”?. Eso me preguntaba dos años atrás. También me permito pensar la distancia entre una obra y las intenciones de su creadora: Bigelow ganó el Oscar y felicitó a las tropas, sí, pero la película seguía teniendo a un desquiciado que salteaba protocolos, se perdía en una ciudad ocupada, se agarraba a trompadas con otros soldados y, en última instancia, no estaba ahí más que por sí mismo, porque era un adicto, un adicto a la guerra. ¿Entonces celebra o critica? Lo que más me gusta de The Hurt Locker es su ambigüedad.


# 94 | Borat
Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan
de Larry Charles
con Sacha Baron Cohen y Ken Davitian
Estados Unidos, 2006, 84'
Posición anterior en el ranking: #84

Un periodista de Kasajstán (Sacha Baron Cohen) viaja a los Estados Unidos para rodar un documental sobre las "destacadas" costumbres de ese país. La película es un falso documental y Borat es un personaje, pero los norteamericanos con los que se topa en el camino son personas reales, lo cual hace que los resultados del experimento son aún más asombrosos. "En este juego de espejos entre culturas (una inventada), él no será el más retrógrado", dice Miguel Frías, y da en el clavo: Borat es xenófobo, machista y chauvinista. Pero al menos es un personaje. ¿Se ve la estrategia? El tipo dice que viene de Kasajstán, despliega en público su arsenal de "atraso cultural", y sus interlocutores (en especial los sureños) se encuentran más en sintonía con él que con muchos de sus compatriotas. Un grupo de jóvenes rednecks que afirman que las minorías controlan el país y que declaran "no respetar" a las mujeres; un texano en un rodeo que dice que colgaría a los homosexuales; un vendedor de armas al que Borat le pregunta cual es la mejor arma para matar judíos y el hombre responde "una nueve milímetros, o una 45". El breve road trip también expone los agujeros argumentativos de las feministas posmodernas. Y no es una cámara oculta: en todo momento, sus interlocutores creerán que están hablando para la TV kasaja. Al igual que con The Dictator, muchos de los que se rieron en las salas son, en realidad, el objeto de burla.


# 93 | La crisis causó 2 nuevas muertes
de Patricio Escobar y Damián Finvarb
Argentina, 2006, 85'
Posición anterior en el ranking: #27

La Masacre de Avellaneda fue uno de los hechos políticos centrales de la década pasada. Aquel 26 de junio de 2002, respondiendo a la orden de reprimir, la policía arremetió contra una protesta de desocupados y asesinó a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. El incidente provocó una aguda crisis política y aceleró la salida de Eduardo Duhalde. Este documental conforma no sólo una brillante reconstrucción cronológica de un hecho que en su momento se mostró esquivo, fragmentado, sino que apunta a algo más: una vez que Escobar y Finvarb muestran cómo los piqueteros fueron asesinados a sangre fría por la policía, se proponen indagar por qué algunos de medios de comunicación (en especial, pero no solamente, el diario Clarín) no informaron correctamente a su público lector, aún cuando contaban con datos inequívocos acerca de los responsables. Los encargados editoriales del "gran diario argentino" recibieron, ese mismo día, una contundente secuencia fotográfica de los asesinatos (que fue publicada recién a los dos días, cuando la difundida teoría del enfrentamiento entre piqueteros era insostenible). Mientras tanto, la tapa del día siguiente fue “La crisis causó 2 nuevas muertes” y su volanta leía: “aún no se sabe quienes dispararon contra los piqueteros”. Lo que este documental demuestra es que sí lo sabían. Las declaraciones de varios de estos personajes -muchos de ellos, aún en sus puestos como verdaderos formadores de opinión- sirven como postales del estado del periodismo.


# 92 | Hacia rutas salvajes
Into the Wild
de Sean Penn
con Emile Hirsch, Vince Vaughn and Catherine Keener
Estados Unidos, 2007, 148'
Nueva en el ranking

Luego de graduarse de una de las universidades más distinguidas de los Estados Unidos, Chris McCandless abandonó su hogar, donó todos sus ahorros a caridad e hizo dedo hasta Alaska para vivir entre la naturaleza. La historia podría ser una especie de llamado de atención sobre el dinero, los círculos sociales y la reproducción de las clases altas, si no fuese porque luego de su decisión McCandless se puso a hacer lo que en general hacen los conversos: sermonear, ponerse insoportables y actuar como iluminados. Pero la simpatía que nos provoca (o no) el protagonista no importa cuando vemos la maestría con la que Penn lleva la pantalla grande esos momentos únicos de adrenalina y felicidad, encarnados en el mejor papel cinematográfico de Emile Hirsch. Además, a diferencia de lo que Herzog hizo con Timothy Treadwell en Grizzly Man, Penn no tiene intenciones de hacer chocar sus visiones con las de McCandless.


# 91 | Las cinco obstrucciones
De fem benspænd
de Jørgen Leth y Lars von Trier
Dinamarca/Suiza/Bélgica/Francia, 2003, 90'
Nueva en el raking

El director Lars von Trier es conocido, entre otras cosas, por fundar la escuela danesa Dogma 95, que pretendió imponer una serie de reglas que marcaran una ruta posible a un cine alejado de los excesos de Hollywood. Las obras del Dogma resultaron ser bastante dispares en cuanto a sus resultados, pero había algo estimulante en el camino de los límites. Cinco obstrucciones no es un film del dogma, pero avanza en esa hipótesis. El punto de partida es El hombre perfecto, un corto de 1967 dirigido por Jørgen Leth. El creador de Dogville llama a Leth y le propone rehacer su corto cinco veces, cada vez con una "obstrucción" nueva. Las cosas vienen bastante bien hasta que, en una de las tareas, von Trier ordena: "la regla de este es: no hay reglas". El mejor documental para entender cómo funcionan los procesos creativos.















Estoy martes, 11 de septiembre de 2012

Estoy escuchando: Broken Bells (Broken Bells)
Estoy leyendo: De la cultura rock (Claude Chastagner)

Y en el blog también estoy, eh.
Prometo retomarlo.