¿Todavía no lo escuchaste? martes, 28 de junio de 2005



THE CLASH - London Calling (1979)
Bono, que algo de rock sabe, una vez dijo The Clash fue la mejor banda de rock de la historia. Y creo que no se equivoca, como tampoco se equivocaría aquel que afirme que London Calling -la obra mestra del grupo- es mejor disco de rock jamás hecho.
19 canciones excepcionales, que mezclan efusivamente rock, punk, ska, reggae y hasta jazz. Un conjunto de canciones superlativas, políticamente incorrectas, tan rebeldes como enérgicas, tan apasionadas como volátiles. Pocos temas son tan imprescindibles como "Spanish Bombs", "Rudie Can't Fail", "Guns of Brixton" o "Clampdown".
El que no todavía lo escuchó, todavía está a tiempo de salvar su vida.

Un tipo especial de "intelectual orgánico" lunes, 27 de junio de 2005

Coincidencias. Diferencias. Juicios de valor.
Así como en Argentina existen dos figuras conocidas que se apellidan Feinmann (José Pablo a.k.a. "Feinmann El Bueno" y Eduardo a.k.a. "Feinmann El Malo"), en nuestro país existen dos importantes filósofos apellidados Rozitchner: León -Rozitchner El Bueno- y Alejandro -Rozitchner El Malo.
¿Por qué esta clasificación?
León Rozitchner es un renombrado pensador que teorizó, entre otras cosas, en la compleja e interesante relación entre cristianismo y capitalismo, y que se mantiene crítico frente al "totalitarismo de mercado" reinante. Alejandro Rozitchner es un mini-filósofo cool que escribe libros con Pergolini.
¿No lo conocen? Nunca es tarde: prestenle atención a dos de sus Diez ideas para pensar la cultura actual.

5. El pensamiento crítico inhibe la producción de cultura: hemos idolatrado la objeción, la sospecha y la interpretación cínica. Esto genera la caída; no nos salva, nos hunde.

7. Cultura es mercado. Productos, consumo, inversión, ambición, ganancia, deseo de más hecho arte. Pelearse con la sociedad de consumo es ignorancia, debilidad mental.

Dice mi amigo Lucas: "un filósofo que alienta el mercado y critica el espíritu crítico, estamos todos locos".

El Diferente viernes, 24 de junio de 2005



Qué jugador distinto.

"El MVP de la gente", tituló el USA Today.
No hay mucho más para agregar.

Canal 9, Radio 10, cuantos fachos que tenés miércoles, 22 de junio de 2005


En el contexto de una fuerte protesta frente al Hilton por parte de la comunidad boliviana (afectada por las expresiones xenófobas de Oscar Gonzáles Oro, el curioso negro antinegro) se realizó la 35° entrega de los premios Martín Fierro. Trasmitidas por el 9, el canal de Dani.

Todas las ediciones de los premios que recuerdo fueron realmente tristes. Es cierto que la calidad de la televisión y la radio argentina no ayuda en mucho, pero aún partiendo de esta base la elección de los ganadores resulta totalmente increíble. ¿Quién carajo vota en APTRA?
Miren estos ganadores:
- Mejor programa infantil: el programa de Panam.
- Mejor labor periodística masculina: Chicle Gelblung.
- Mejor comedia: Los Roldán.
- Mejor servicio informativo: Siempre noticias, de Radio 10.
- Mejor programa humorístico: No hay 2 sin 3.
(¡Mierda, sólo con esto María Elena Walsh compone "El Mundo del Revés" de nuevo.)

La única manera de conseguir un merecido premio es lograr un nivel de calidad indiscutible, como Locas de Amor. O los siguientes personajes, cada uno a su manera:
- Labor periodística masculina en radio: Eduardo Aliverti, quien dijo que su premio iba "para la prensa libre, sobre todo en un momento difícil en el que se ratifica a los mismos dueños de medios y seguimos regidos por la Ley de Radiodifusión de la dictadura". Y saludó a la colectividad boliviana "que está afuera, que fue objeto de una verborragia fascista". González Oro lo miraba desde abajo del escenario.
- Revelación: Sebastián Wainrach de Indomables, al recibir su premio: "Soy progre pero vine igual a la fiesta del 9, lo cual habla bien de mí. ¡Ah! gracias a Ibope, que siempre nos da una mano".
¡Grande Wainrach!

Agridulce martes, 21 de junio de 2005

Actividad típica del sujeto posmoderno: robar frases sueltas, desconexas, de distintos pensadores, y aplicarlas a su vida propia. La jerarquía autorial de los textos -de todas las obras- dan lo mismo: cualquier interpretación es válida. Derrida para principiantes, y todos felices. Y así estamos: en muchos cuartos de los jóvenes posmodernos, abundan corchos en donde comparten cartel frases de Shakespeare y publicidades de Nike.
Se podría decir que he sido uno de ellos, por qué negarlo: imagínenme en mis dulces 15 años, buscando desesperadamente una identidad, enganchadísimo con la pseudo-filosofía de "por qué todo tiene que tener un por qué" de Sprite. No significaba nada, por supuesto, pero era una de esas frases marketineras absolutamente efectivas y yo seguramente me creía re jodido por utilizarla, "distintivamente" quizás... mientras tomaba la gaseosa más popular del mundo.

¿A qué viene esto? Luego de todo este tiempo, me encontré hace unos días con otra frase "pochoclera" que creo poder aplicarla a mi vida: otra de esas fracesitas ambiguas que podrían ser puesta al servicio de casi cualquier fin. Viene de una película, un remake hollywoodense de una interesante película española que con suerte puede considerarse una sorprendente bolsa de gatos. El film en cuestión es Vanilla Sky, con Tom "Facha" Cruise y Penélope "diez-años-acá-y-todavía-no-sé-hablar-en-inglés" Cruz.

There is no sweet without the sour, decía la frase.

Realmente desconozco si la cita fue creación del guionista, si la escribió algún escritor alternativo, o si es un antiguo proverbio oriental. (De todas maneras, a nosotros los posmos nos da todo lo mismo, ¿no? Culpen a la cultura pop). Pero se aplica tanto a lo que siento ahora, a este proceso de ansiedad en el que estoy inmerso... que cedo a la tentación de hacerla mía (Todos lo hicimos en algún momento. Como esa triste canción que Thom Yorke compuso pensando en el gato que metió por error en la lavadora cuando era chico y que vos transformás en la banda de sonido de esa relación con tu amiga).
Ese soy yo ahora. Así me siento. ¿Que no dice nada? Puede ser. Es más: hasta podría convertirse en la futura cita de Coelho. Pero carajo... no hay dulce sin amargo. No hay mejor manera de definir el actual estado de cosas.
He dicho.

¿Todavía no la viste? viernes, 17 de junio de 2005

Mulholland Dr., de David Lynch (2001)

Impresionante. La vida es sueño...


Fast Buy miércoles, 15 de junio de 2005

I. Entro en el enorme Musimundo de Unicenter, buscando a alguno de los tantos vendedores que andan deambulando por el local. Le pregunto si tienen sencillos de Pearl Jam.
El tipo no tiene la menor idea, así que se va a la computadora -que contiene una completa base de datos del stock- y tipea "PERSHAM". Lo miro, extrañado, y le deletreo el nombre de la banda.

II. Me mando a uno de los tantos locales de Yenny, tratando de encontrar un libro que Saramago escribió en 1995. No tienen ni idea. Van a la computadora, y me leen uno por uno todos los títulos que tienen del autor. No me ayuda en absoluto.

III. Voy al Blockbuster de Paraná y Maipú. Le pregunto a uno de los empleados si tienen "Mulholland Drive", de David Lynch. La chica no tiene la más pálida idea de quién o qué es David Lynch, ni de quién o qué es "Mulholland Dr". Recurre a la computadora y escribe lo que le suena.

Bienvenidos a la sociedad macdonalizada que describió George Ritzer.
Corren tiempos veloces, y la hiperactiva estética del fast food impregna cada vez más áreas de la sociedad. Piensen en Dromo, en Yenny o en Blockbuster: locales autoservicio con colores chillones y sillas incómodas -si las hay- que invitar a consumir e irse lo más rápido posible, en donde somos atendidos por empleados jóvenes, inexpertos y mal pagos, que no tienen ni idea de qué es lo que están vendiendo.

Paradojas: megalibrerías con empleados que no saben de literatura, megadisquerías con empleados que no saben de música, megavideoclubs con empleados que no saben de cine.
Exactamente lo opuesto a los locales de siempre que de a poco fuimos abandonando:
... esa clásica tienda de discos que encontramos en las galerías, cuyo empleado nos recomendaba esas bandas alternativas que después se volverían famosas...
... esa vieja librería "de barrio", atendida por el viejito que se había leído a todos los autores de importancia del siglo pasado y que siempre nos recomendaba libros excelentes...
... el videoclub de la esquina, manejada por ese tipo que había visto las películas que recomendaba, que conocía tus gustos, y que no nos cobraba recargo...

¿Hacemos bien las compras en estas megatiendas? ¿No nos estaremos perdiendo de muchas cosas?

¿Nostálgico, yo?

¡No logro atajar todos los lanzamientos! martes, 14 de junio de 2005

En las últimas semanas sacaron disco System of a Down, Weezer y White Stripes, tres de mis bandas favoritas.
Como si fuera poco, otras que pueden no ser mis preferidas pero que tienen "lo suyo" (a.k.a. discos muy bajables) lanzaron algo nuevo: Gorillaz, Audioslave, Oasis, Beck, Coldplay, y dentro de poco también los Foo Fighters.

¿Cuando voy encontrar tiempo para escuchar toda la música que compro o bajo?

Qué jugador distinto lunes, 13 de junio de 2005

No sé exactamente en qué momento me empezó a gustar la NBA.
Yo era bastante chico -tendría unos 11, 12 años- cuando, por algún motivo, comencé a seguir los partidos de los Chicago Bulls. Por aquel entonces el mítico Michael Jordan era la superestrella del equipo y los Bulls venía arrasando con todos. Recuerdo mucho esas gloriosas finales contra Utah Jazz, el cuadro del veterano Karl Malone -que hasta en el apellido era el malo de la película.
Allá por el año 2000, por algún motivo que también desconozco (la verdad que soy medio boludo, no entiendo ni la mitad de las cosas que me pasan), dejé de ver la NBA. Quizás fue porque Jordan se había retirado, Pippen no estaba más entre nosotros, y había una suerte de sequía de estrellas en la liga. De a poco fui dejando de ver los partidos: uno de los últimos que recuerdo tenían como protagonista a una joven promesa llamada Tim Duncan.

Unos años después, comencé a prestarle atención a otra joven promesa de la NBA. Quizás con otros ojos, ya que el novato en cuestión era nada más ni nada menos que un argentino, un tal Emanuel Ginobilli, que había jugado unos años en la Liga Nacional argentina y que venía de ganar la liga italiana, la Copa Italia y la Euroliga con el Kinder Bologna.
En su primer temporada (02-03), jugó unos 20 minutos por partido y anotó en promedio unos nada despreciables 7.6 puntos cada vez. El año pasado la comenzó a romper, promediando casi 13 puntos, y en el 2005 despegó y se consolidó como una de las estrellas indiscutidas de la NBA. Pasó de novato a protagonista: es quizás la principal clave, junto con Tim Duncan (otro que hizo el mismo camino) para que su equipo, los San Antonio Spurs, estén hoy en la final.
En esta serie definitiva contra los Detroit Pistons van 2-0 arriba, con Manu como principal estrella de ambos partidos. Dijo hoy el New York Times:

After Game 1, Ginóbili said, "I am not going to score 26 points every game." He was right. He had 27 last night.

También pueden entrar a NBA.com, el sitio oficial de la liga. En la página principal aparece una foto enorme de Ginobilli, liderando un artículo titulado Magnificent Manu.

Así da gusto volver a mirar basket.

Caro, pero el mejor

¡Por dios, que ricos que son los alfajores Bon o Bon!

Peter Pan sábado, 11 de junio de 2005

Mi hermano festejaba su cumpleaños número 6. Todo un nene.
Pues bien, dos amigos míos demuestran que ellos tampoco superaron esa etapa, que no quieren crecer. Así que se fueron con la chica que pintaba caritas (que estaba muy buena, según uno de ellos). Y a mucha honra.


¡Ah! El dragón es Cacho y el payaso que hace pucheros es El Tio.

Conveniencia viernes, 10 de junio de 2005

"La democracia es buena siempre y cuando la gente piense correctamente"

- Juan Pablo II, en la encíclica Evangelium Vitae (1995)

Parklife jueves, 9 de junio de 2005

Una plaza cualquiera en Belgrano. 12.30 del mediodía.
El sol pega de frente y me hace desear no haberme traído un buzo. Miro a mi alrededor.
Un hombre de unos cuarenta años se sienta, bolsa en mano, y mira a su alrededor, haciendo tiempo.
Un anciano -con una boina casi tan vieja como él- espera para cruzar.
Una mujer con rasgos orientales y una blusa blanca camina sin pensar mucho en nada.
Un muchacho de pelo corto y buzo azul manda mensajes desde su celular.
Un viejo en pantalón corto y zapatillas trota mientras escucha música.
Un padre juega con su hijo, su celular, y su cigarrillo -al mismo tiempo.
Dos amigas comen, sentadas una al lado de la otra, sin hablarse.
Una vieja muy pobre come sobras en un banco que comparte con alguien mas, que no la mira.
Nueve tipos de camisa y corbata, sentados en unos escalones, comen sandwiches y esquivan cagadas de paloma.

Carajo, me fascina la vida urbana.

La Cornisa / La Tortilla miércoles, 8 de junio de 2005

Hay pocas cosas más graciosas que el blog de Luis Majul. Mejor dicho: no tengo nada contra el blog. El triste es Luis.
Resulta que el domingo publicó un editorial en la que habló de Blumberg y el por qué había dejado de ser el gran vocero contra la inseguridad. Había mucho de verdad en eso que decía... pero no se correspondía con todo lo que él había dicho y hecho antes.
Por eso, me pareció muy acertado uno de los comentarios que recibió:

Majul, vos te abrís de gambas, pero fuiste uno de los primeros en darle manija. Hasta firmaste el petitorio en vivo, lo peor que hiciste en tu mediocre carrera. En fin, hacete cargo del monstruo que creaste vos y todos los pseudoperiodistas.

Lluvia de chanes. O de aplausos.

Se da en la esquina martes, 7 de junio de 2005

"Todo lo que termina en 'ina', menos 'Madrina', tiene que ver con drogas" - Pipo Cipolatti, filósofo contemporáneo.

El privilegio de pertenecer miércoles, 1 de junio de 2005

"En estos tiempos los jóvenes piensan que el dinero lo es todo, algo que comprueban cuando se hacen mayores" dijo Oscar Wilde, y pocas veces fue tan feo tener razón.