Más debate sobre el Live 8 miércoles, 13 de julio de 2005

Dos opiniones interesantes sobre el Live 8.

Decí 8
por Mariana Enriquez

¿Por qué el megaconcierto Live 8, organizado por Sir Bob Geldof para “concientizar” al mundo sobre la pobreza en Africa y presionar al G-8 para condonar la deuda y otras medidas de alivio, ha creado tanto escepticismo? En una mirada superficial, todo fue solidaridad y sensación de deber cumplido. Pero se levantaron voces en contra. No se trata de cuestionar las buenas intenciones de los participantes ni del público sino de puntualizar cuestiones y preguntarse si la iniciativa le será útil a Africa o no se tratará de una gigantesca operación destinada a mantener el statu quo, involuntariamente o no.
Los signos previos fueron inquietantes. Un sonriente Bob Geldof abrazado de Tony Blair; Bono y el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, hablando sobre la pobreza en Africa; la campaña británica Make Poverty History y su declaración de que “les daban la bienvenida a los miembros del G-8”; la casi nula presencia de artistas africanos sobre el escenario. Y luego, un concierto donde brillaron las palmadas en la espalda y la autocomplacencia, pero faltó algo tan básico como la información. Geldof organiza bien, pero informa mal. Nada en Live 8 remitió a las causas de la pobreza en Africa y apenas señaló que las cosas no están mejor en grandes porciones de América latina, Oceanía, Medio Oriente y Asia. Su retórica hace pensar que la pobreza es algo inevitable o natural, como el tsunami. Que nadie tiene la culpa. Hubiera sido interesante que se explicara el porqué de la tragedia africana. Por qué millones mueren de enfermedades tratables. Cuáles fueron las consecuencias reales de la descolonización. Cuánto tienen que ver los planes económicos impuestos por los organismos financieros occidentales. Cómo las guerras tribales son promovidas, y cuántas armas se le venden al Africa. Y sin victimizar al continente, cuyos líderes han cometido graves errores propios. Pero de ninguna manera se puede convocar a un público de 3 mil millones de personas sin al menos exponer argumentos. Ni se puede, como han hecho sobre todo Geldof y Bono, abrazarse fraternalmente con los líderes del G-8 como si fueran personajes desinteresados que “tienen en sus manos cambiar la historia” (sic del sitio de Live 8) sin cuestionar su rol central en el estado de las cosas. La política exige cierto porcentaje de dormir con el enemigo. Pero la sobreactuación es innecesaria: Bono ha dicho que Blair y Gordon Brown son los “Lennon y McCartney de la lucha contra la pobreza”, declaración que, la verdad, parece hasta cínica. Un columnista del Guardian en Tanzania, Abdul Raheem Tajudeen, escribió: “Esta movida paternalista está cruzada de frustrantes ambigüedades. Parece injusto que digamos que está mal que se focalice en Africa cuando nuestra mayor queja es que nadie se preocupa de nuestro continente. Pero algo nos dice que este interés es la moda del momento y que después el público puede volver a su ignorancia sintiendo que ha puesto su grano de arena por Africa”.
En junio, el G-8 anunció un “nuevo” plan de cancelación de deuda para algunas naciones africanas, decisión que Geldof calificó como “una victoria de millones”. Simplificando mucho, en el nuevo trato, 18 países africanos reciben la cancelación total de su deuda con el FMI, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo, pero en la letra chica se les pide a los países beneficiados que “eliminen todos los impedimentos para la inversión privada, doméstica y extranjera” y “buen gobierno, transparencia y seguridad contable”. El acuerdo no crea nuevas condiciones para la cancelación sino que continúa la línea de la iniciativa HIPC (Heavily Indebted Poor Countries Initiative) de 1996. Lo que quizá sea mejor que ninguna perspectiva de cancelación, pero apenas cambia la situación real. (...)


Live 8" acaba de descubrir Africa
por Niall Ferguson

(...) los seguidores de Live 8 solamente quieren hacer El Bien; quieren sentirse bien haciéndolo. (...) Ellos piensan que pueden "evitar que mueran a diario 30.000 niños de pobreza extrema" cantando al son de Coldplay.

Santi también tiene algo para decir en su blog.

¡Ah! Y no se olviden que dentro de unos años seguro sale el DVD de los conciertos. (Total, ya se hizo con el primer Live Aid.) Y las ganancias, por supuesto, van para las discográficas.

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