Un viaje domingo, 7 de agosto de 2005

Un viaje rompe el tiempo de la vida. Un viaje, cualquier viaje, crea su tiempo propio, distinto del habitual, para recorrer lugares que no tienen para el viajero más realidad que la de ese período acotado y su recuerdo: que volverán a la inexistencia una vez abandonados.

- Martín Caparrós, Larga Distancia

Con la familia, primero. Y con Juli, después. Dos viajes en uno. El primero, de Parques Nacionales y hermosos paisajes; el segundo, de tranquilos hoteles en una pequeña ciudad.

Tres días en el Valle Fértil, un pueblo de apenas unos miles de habitantes, base de nuestras excursiones al Parque Nacional Ischigualasto -el famoso Valle de la Luna- y al precioso Parque Nacional Talampaya. Ojos bien abiertos, recuerdos fotográficos, guías turísticos y preguntas curiosas.
Tres días en Merlo, singular microclima, lugar en donde existe más presencia de oxígeno -donde literalmente se respira otro aire. Con los viejos ocupados con mi hermanito, y yo disfrutando de la compañía de la recién llegada. Hotel con pileta casi para nosotros solos, salidas y charlas, mimos.

Si acaso somos lo que recordamos, en esos días de invierno creo que fui feliz. Rompiendo el tiempo de la vida. Viajando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta viajar e intento hacerlo cada vez que puedo, recorrer otros lugares es contar con nuevas experiencias, conocer gente diferente, darte cuenta de las costumbres que tienen.

En mi último viaje que pronto lo publicaré, me encanto lo que viví y conocí.

Muy buena opción la de aprovechar bien las vacaciones y hazlo ahora que estas en la u, luego es más complicado.

Ju dijo...

¡Qué lindo fin de semana, Fede! Todo para nosotros... en una ciudad pintoresca y mucha sierra alrededor.

También deben ser de los más lindos que recuerdo...