La ley que nadie viola (por más rebeldes que parezcan) jueves, 9 de febrero de 2006

Una interesante nota al pie de Marx que José Pablo Feinmann rescata del olvido subraya la capacidad del sistema capitalista para moldear el mundo "a su imagen y semejanza".
Esto es básico: el capitalismo busca la rentabilidad en todos los ámbitos: El burgués, cuando no tiene resistencias, logra moldear el planeta a su gusto: sacando plata de todo.
Ahora bien: hasta hace sólo algunas décadas, existían importantes espacios sin colonizar. Espacios que, al menos parcialmente, quedaban por fuera del sistema.
Pienso en el sexo, por ejemplo. No me refiero, por supuesto, a la conversión del cuerpo en una mercancía (presente desde sus mismos inicios y paradigmáticamente representado en la prostitución), sino al sexo desligado de la moral puritana.
Hasta hace algunas décadas, el mundo occidental condenaba públicamente (no sin cierta hipocresía) el "sexo libre". No existía, al menos no en la escala actual, su conversión en mercancía. Se podría decir, incluso, que hasta entonces, el capitalismo no ganaba mucho con el asunto.
Pero, como en toda sociedad, existía una lucha entre distintos intereses (incluso dentro del propio sector dominante). En 1960, la empresa Searle Drug lanza la píldora anticonceptiva, y la Administración de Drogas de los EE.UU. la aprueba. Entonces, el sexo fue libre -pero todavía condenado. Son años en donde el sexo es sinónimo de transgresión, de oposición a lo establecido, de demarcación de la brecha generacional, e incluso acompañamiento de los movimientos contraculturales opuestos al capitalismo. "Yo soy el hippie; vos, el cerdo capitalista". Por ese entonces, Searle Drug era la única empresa que podía ver con buenos ojos la revolución sexual.
Pero el capitalismo todo lo convierte, y a medida que se extendía la idea de sexo libre también la intención de diversas industrias de sacar una tajada. De generar valor donde antes no lo había. De multiplicarse. Y es así como salen del underground las revistas y películas pornográficas. Surgen las revistas con vedettes en tetas en la tapa. Hoy, las grandes corporaciones venden sexo en el formato que uno desee: papel, cinta, CD y DVD. Time-Warner y Blockbuster quieren que yo consuma sexo. El cerdo capitalista ahora se viste de hippie. (O de punk, o de dark. Lo que vos quieras.) A cambio, sólo quieren tu dinero.
Hoy, el sexo vende. Por eso, cuenta con el visto bueno del establishment. Y entonces no es mas trasgresor.

Transgresor es el que rompe las leyes. Y la principal ley que tiene el sistema hoy día (ya lo dije en otra ocasión) es la ley de mercado.
La única manera de ser trasgresor, la única manera de ser rebelde, es ir por fuera de este sistema que todo lo absorbe. Por fuera del circuito sacaplata institucionalizado que alimenta a los mismos de siempre.

Vayan pensando quiénes lo hacen, hoy, en el rock --por ejemplo. (Voy a hablar de ellos en mi próximo post.) Van a descubrir algunas cosas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

hola che, como va? Martín, el pesimista, ataca de nuevo.
Me pregunto, hoy día: ¿Se puede ser rebelde? Rebelde en el sentido de ir por fuera del sistema. Por que parece q esta cada vez más dificil, no?
Antes, como bien dijiste, se podía pensar en una "contracultura", porq claro, no estaba todo copado, mas como están las cosas hoy y al ritmo q avanza...
En su momento yo creía mucho en la Internete, su poder de penetración y lo difil q es pararla, esto relacionado tanto a la cuestión de vender (piratería) y la cuestión informativa (opinan todos y cualquiera puede leer), pero se me hace q es tan marginal el aporte. Es como perseguir a Schumacher en bicicleta...y no sólo veo dificil q el loco choque, sino q a "nosotros" se nos pincha una goma cada tanto.

Anónimo dijo...

Creo que, para ser rebelde, no hace falta recurrir a una contracultura. En ocasiones basta con transitar un camino paralelo al que sigue el mundo.

En estos tiempos en que vivimos, ser rebelde significa (en mi opinión) no vestir una determinada marca porque está de moda, no comprar un aparato o escuchar música para pertenecer a un determinado grupo de personas bien vistas socialmente, no cambiar el celular cada dos meses, o cualquiera de tantas otras cosas...

Ser rebelde, a veces, implica ser uno mismo, no importa cuán difícil se torne. Es a las personas con ideales propios y firmes convicciones a quienes no les surten efecto los artilugios de este mundo capitalista.

Anónimo dijo...

Bueno, el post de arriba supuestamente tenía que ir con mi nombre, pero por apresurado me olvidé. ^_^u

Xel-Ha dijo...

Creo que Talos tiene razon, hoy en dia ser uno mismo, es ser rebelde...
El sistema nos brinda infinidad de opciones, todas se pueden tomar o dejar... son tantas las opciones que aturden...
Si el sistema logra aturdirte, entonces perdiste la batalla, si primero pensas que quiere el resto, entonces hago eso, en vez de pensar, que quiero yo, entonces hago lo que a mi me hace bien, entonces ahi es donde dejaste de ser alguien con convicciones para pasar a ser una marioneta del sistema...
No es facil, la presion es mucha, y el bombardeo mediatico es permanente, esta en uno poder visualizar que opciones tomar y como hacerlo...

Florian dijo...

hay un libro... creo que es "ampliacion del campo de batalla" de Hoeullebecq, hay un planteo similar.

Anónimo dijo...

si, eso esta bien, ser _uno mismo_ es el punto de partida para mi también. Pero el 80% de la gente no entiende nada de esto, o peor: muchos dicen y piensan q estan eligiendo, piensan q son _ellos mismos_ y son rebeldes, pero nada q ver.