Análisis del modelo (educativo) chileno viernes, 30 de septiembre de 2011

por Sebastián Lacunza
Ámbito Financiero, 21-07-2011

Desde el punto de vista del financiamiento, la educación universitaria estatal es prácticamente inexistente en Chile. Estudiar una carrera «económica» cuesta unos 5.000 dólares al año, incluso en las universidades llamadas públicas que, en rigor, a la hora de buscar fondos, compiten con las privadas casi en pie de igualdad.

Esta realidad explica parte de las masivas manifestaciones callejeras que desde 2006 vienen jaqueando a los gobernantes, primero a la socialista Michelle Bachelet, y ahora al conservador Sebastián Piñera.

Con sólo un 0,3% del PBI de aporte del Estado a la educación superior, el país se ubica entre los que menos destina a ese rubro en el mundo, indica un estudio de la docente especializada en el tema María Olivia Monckeberg.

El dato deja en offside a Chile incluso comparado con países con larga tradición privada en el mercado universitario. En EE.UU. -según un informe de la Universidad de Chile (UCH)-, el Estado aporta cerca del 50% del presupuesto global en el rubro, mientras que del otro lado de los Andes no llega al 15%.

El sistema universitario chileno está conformado por cerca de 60 casas, 16 de las cuales son de propiedad estatal o de algún tipo de titularidad pública. Sin embargo, medida en términos de la matrícula general de estudiantes, la participación de las universidades públicas en el «mercado» es claramente minoritaria.

El buque insignia de la educación superior estatal es la UCH, surgida con la formación de la República, que cuenta sólo con 23.000 estudiantes (el 10% del padrón de la Universidad de Buenos Aires), sobre un universo de unos 800.000 estudiantes en el país. Es decir, la principal casa estatal alberga a cerca del 3% del alumnado global.

Más allá de su prestigio, forma de Gobierno y algunas facilidades para sectores más humildes, estudiar en la UCH no representa mayor diferencia a la hora de pagar la cuota. Por caso, la carrera de Cine y TV tiene un costo anual de más de u$s 6.100 en esa casa. Otras que requieren más insumos son más caras, algunas un poco más económicas, pero todas se rigen por una lógica de oferta y demanda. El Estado cubre sólo entre el 12% y el 15% del presupuesto total de la UCH, en tanto que el resto se financia con donaciones de empresas y, sobre todo, pago de cuotas.

En cuanto a las privadas, las hay para todos los gustos. Buenas y onerosas, como la de Los Andes (Opus Dei), que recibe en un 92,4% a estudiantes de secundarios privados; y mediocres y (un poco) más baratas. Entre estas últimas, se cuentan las que optan por no acreditar su nivel ante el Estado (no es obligatorio) y no realizan pruebas de selección.

La universidad más poblada de Chile es privada. El fondo estadounidense Laureate International Universities posee en su cartera, entre otras, a las casas Andrés Bello, De las Américas y Viña del Mar, y juntas superan los 50.000 alumnos.

El sistema, que sigue casi intacto de acuerdo con el diseño realizado por el régimen de Augusto Pinochet, se encuentra en plena ebullición.

Pese a las críticas que impulsan a los jóvenes a las calles de Santiago, el modelo tiene méritos. Uno de ellos es que multiplicó por ocho la cantidad de estudiantes desde que, en 1981, el régimen de Pinochet diseñó el esquema que casi borró al Estado de la educación superior. Cierto es que no se trata de una comparación genuina, ya que aquella dictadura aplastó premeditadamente a la educación universitaria aún después de la reforma.

Hasta 1973, año del golpe de Estado, existían en Chile ocho universidades estatales o creadas por ley y financiadas con fondos públicos. La UCH, Técnica del Estado, Austral, Concepción, Católica, Católica de Valparaíso, Del Norte y Técnica Federico Santa María. Las ocho fueron intervenidas por la Junta militar en 1973, lo que desató el consabido proceso de represión y exilio de alumnos y docentes.

En medio de la desolación y una baja pronunciada de la matrícula de alumnos, comenzó en los 70 el primer ensayo de un módico arancelamiento, pero el cambio sustancial no entraría a regir hasta 1981, año clave de la dictadura, en el que también se creó el sistema de las AFJP, los colegios secundarios se municipalizaron y se instauró el modelo de medicina prepaga (ver aparte).

Al cabo de la primera década del Gobierno de Pinochet, la UCH pasó a ser metropolitana de Santiago, mientras la Católica se transformó en una casa de elite económica y cultural.

Sin embargo, la dictadura celaba de la posibilidad de que se crearan casas de estudio privadas que escaparan a su órbita, por lo que exigía la aprobación del Ministerio del Interior, todo un dato. Es así que, tras una primera ola de universidades privadas como la Gabriela Mistral, Diego Portales y Central, la eclosión que perdura hasta hoy tomaría impulso hacia el final de aquel régimen y, especialmente, durante los primeros gobiernos de la Concertación de centroizquierda. Hoy el sector es uno de los primeros anunciantes publicitarios de Chile.

«La dictadura dejó todo muy amarrado, y a ello se suma que hay intereses creados», explicó Monckeberg a Ámbito Financiero en su despacho de Periodismo de la UCH, consultada sobre por qué la Concertación no modificó el sistema.

Otro dato llamativo es el denominado aporte fiscal indirecto (AFI), que consiste en un bono que otorga el Estado a las universidades públicas o privadas en virtud de la cantidad de mejores promedios del secundario que matriculen. Es decir, de los pocos fondos públicos que invierte el Estado chileno, parte termina en empresas privadas.

El Estado chileno otorga créditos ventajosos a alumnos pobres y con buen promedio en el secundario. Además, ofrece garantía estatal para préstamos privados a estudiantes humildes en general. «El sistema ha implicado una universidad para todos los que la puedan pagar. Eso genera una cosa delicada. Hoy día, una persona de los sectores más pobres, que no fue al mejor liceo (secundario) tiene que pasar muchas vallas. Si recibe un crédito fiscal y abandona porque no puede seguir el ritmo o porque debe trabajar, se queda con una deuda», describe Monckeberg.

Mundo Twitter jueves, 22 de septiembre de 2011












Durante los últimos días tuvo lugar cierta demora en la importación de libros al país. El tema ya fue solucionado, pero mientras duró dejó algunos mensajitos ingeniosos en la red del pajarito; los primeros, relacionados con la histeria que rápidamente asoció una traba aduanera con las políticas de "Polémico" Moreno o denuncias de intentos de un modelo autárquico difícil de defender en la era de las Acer, las Mac y los envíos de Amazon.


elbathombre
Me causa mucha gracia como muchos asumen que los politicos son villanos que se acomodan el bigote pensando en como embrutecer a los niños.

rayovirtual
Primero fueron por Barbie pero no me importó porque no juego con muñecas, luego fueron los libros, ahora vienen por el wasabi: ya es tarde.

TomiOlava
No termino de googlear soterramiento que ya son todos expertos en política arancelaria.

mparadalopez
Si prohiben la entrada de libros, fomentamos la industria de la fotocopia. Sería otro #milagroparaaltamira

Malaquias80
Ojalá los libros de Marcos Aguinis vengan del extranjero.

Estado de campaña miércoles, 21 de septiembre de 2011

"La vuelta carnero después de la 125 y la crisis internacional, despejó el panorama, limpió el terreno para que detrás de la “batalla cultural” asomen las agencias estatales. Las nuevas estrellas de la política argentina. La Anses y Planificación Federal, como los nuevos ministerios de economía. Cada día que pasa, las falencias del kirchnerismo se miden por las dificultades o las taras, o las tardanzas por llevar ese proceso de “estatalidad” a los demás rincones de gobierno. ¿Qué grita el accidente de las vías de Flores? Que se viene, o se debería venir, el Ministerio de Transporte. El trabajo en negro está clavado arriba del 30%. El servicio de telefonía móvil sigue desregulado. Entonces, el nivel de “profundización del modelo” debería ser medido por el grado de creación de Estado, por el aumento de inteligencia estatal para resolver los problemas a la gente. Pero ojo, es algo bien pesado y de gran contenido ideológico, porque implica una disputa por los recursos."

El resto de la entrada, por acá.

Decretazo / 5 lunes, 19 de septiembre de 2011

CONSIDERANDO:

Que en 2008 el Parlamento Europeo discutió las lesiones auditivas relacionadas a la escucha de música con auriculares y advirtió sobre posibles "riesgos sanitarios".

Que dicho informe probó que la salida de audio de los auriculares intraurales o "ear-bud" es entre 7 y 9 decibeles (dB) superior al de los auriculares envolventes.

Que los auriculares "ear-bud" de marcas no autorizadas no cumplen con los pisos mínimos de seguridad estipulados por las leyes internacionales.

Que las lesiones auditivas provocadas por el uso de auriculares no autorizados le genera costos millonarios al sistema de salud pública y, por ende, al Estado


Por ello y en uso de facultades que le son propias:

El Tribunal Revolucionario de la República Argentina

DECRETA:

Artículo 1:
Dese inicio a la campaña "Auriculares de calidad para todos", a cargo del Ministerio de Salud y del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Artículo 2:
A los efectos del presente decreto se consideran:
* Auriculares de mala calidad: aquellos que a la fecha no cumplan con los requisitos mínimos de calidad y salud contemplados por la Unión Europea y el Ministerio de Salud.
* Auriculares de buena calidad: pares nuevos de auriculares del tipo envolventes de las marcas Philips, Panasonic y Sony, además de todas aquellas que cumplan con las normas internacionales y superen las pruebas correspondientes.

Artículo 3:
Establézcanse puestos de recepción de auriculares de mala calidad en las oficinas de la Anses de todo el territorio de la República Argentina en un plazo no superior a los 60 (sesenta) días. Los mismos operarán en el horario de 8 a 18 horas y otorgarán a cada usuario 1 (un) par de auriculares de buena calidad de industria argentina por cada par de auriculares malos entregados al Estado.

Artículo 4:
Establézcase las condiciones logísticas y económicas para la producción nacional de auriculares Philips, Panasonic, Sony y Bosé en el territorio de Tierra del Fuego en un plazo inferior a los 12 (doce) meses en el marco de un plan conjunto de reducción de ruidos -urbanístico y de transporte- que instale a la República Argentina en la vanguardia de la batalla por la calidad auditiva.

Artículo 5:
Comuníquese, publíquese y archívese.

Kirchnerismo y progresismo domingo, 18 de septiembre de 2011

-El antiperonismo impugnaba moralmente al peronismo, en particular, por su avance sobre las libertades cívicas. ¿Qué ha pasado con este sector de las clases medias progresistas que parecen haber olvidado esos cuestionamientos frente a un kirchnerismo sobre el que hay denuncias y comprobaciones de corrupción y de avances sobre las instituciones?
-En el discurso público oficial esas cosas no se asumen, sino que se dice que es el enemigo buscando erosionar a un gobierno popular. Por parte de las clases medias, yo no sé si se trata de insensibilidad, porque es el mismo sector que fue muy sensible a las denuncias de inmoralidad del menemismo. Pero sí creo que es un sector social que piensa que, aun cuando todas esas denuncias sean ciertas, hoy no harían más que lesionar a un gobierno que en líneas generales es mejor que cualquiera de los otros gobiernos posibles. Los políticos o los columnistas que dicen que con el kirchnerismo vivimos en el peor de los mundos van contra el sentido común de las personas en la Argentina. Hablar de "países serios" en un mundo revuelto, en el que países que hace unos años eran ejemplo hoy se hunden, es pagar tributo a una ideología, no a la experiencia. Toda interpelación al ciudadano que adopte este enfoque está condenada al fracaso.

Carlos Altamirano en La Nación, 18-09-2011

Dos impugnaciones a Sarlo martes, 13 de septiembre de 2011

Cuando tenga un poco más de tiempo pienso reseñar el comentado libro de Beatriz Sarlo, La audacia y el cálculo, que terminé de leer hace unas horas.

La obra tiene toda la apariencia de ser un libro por encargo y lleva como subtítulo "Kirchner 2003-2010", aunque del ex presidente habla bastante poco en comparación con las páginas que la intelectual le dedica a Facebook, Twitter, 678, el conflicto agrario, los blogs o Nacha Guevara. Parece escrito a las apuradas, se repite a sí mismo, pero aún así es -junto con Argentinismos de Martín Caparrós- el best-seller más polémico del año, en el mejor sentido de la palabra.
Claro que, al igual que Caparrós, la crítica de Sarlo comete algunos groseros errores de lectura histórica y para muestra estas dos pequeñas apostillas.


Página 205:
A diferencia de los radicales, los peronistas "se meten" con los medios, los favorecen, los acosan o los cortejan, fundan medios y los financian.
Sarlo olvida que en la época de Alfonsín todos los canales abiertos menos el 9 pertenecían al Estado y era más gubernamentales que la criticada TV Pública del kirchnerismo. Y la distribución de la pauta oficial, ya discutida por entonces. Y el (otro) diario oficialista Tiempo Argentino.

Página 171:
Duhalde encaró el camino de salida [de la crisis], armó acuerdos parlamentarios, eligió un ministro de Economía no improvisado, practicó la moderación, hasta que la policía, en un episodio oscuro, asesinó a los militantes Kostecki [sic] y Santillán
Este no merece mayores comentarios. Sólo llama poderosamente la atención le separación absoluta que Sarlo traza entre Eduardo Duhalde y la brutalidad policial (en especial la de la bonaerense, de aceitada inspiración duhaldista en todos los años en los que el lomense gobernó la provincia). Relean la oración y díganme si no es la pintura de un estadista "moderado" sorprendido por un cuerpo extraño y asesino.

Eso por ahora.