Apuntes sobre el cacerolazo viernes, 14 de septiembre de 2012



















1. No es un tema de cantidades. El kirchnerista que jugó a descalificar los cacerolazos de junio porque tuvieron escasa convocatoria, ayer quedó en offside: con idénticas consignas, el cacerolazo se hizo sentir, con matices, en los principales centros urbanos del país. "Sabemos que hay un núcleo de gente -que es muy importante en cantidad- que está enojada con el Gobierno hoy. No es 'mayoría' ni 'primera minoría' pero es muy importante en cantidad", resumió Nicolás Tereschuk antes de la movilización. Todo debate sobre si La Nación convocó, si Página ocultó, si Muy tituló "La marcha de la bronca" como en la dictadura es inconducente, menor, acaso otro pie de página en la decadente historia del #findelperiodismo.

2. El doble destinatario. Esta protesta no se agota en su destinatario explícito (el gobierno, el Ejecutivo nacional, la Presidenta). Es casi imposible pensar que quienes salieron a manifestarse ayer votaron al Frente para la Victoria apenas once meses atrás. Más aún: me arriesgo a afirmar que ni siquiera el (improbable) viraje de políticas del gobierno nacional hacia algunas de las consignas concretas (libre compra y venta de dólares para atesoramiento, menor o nula injerencia del Estado en ciertos sectores de la economía) los convierta algún día en potenciales votantes. El sector que ayer se expresó no votó, no vota ni votará al kirchnerismo.
De allí que parece más productivo concentrarse en lo que se adivina como el destinatario implícito, no dicho (o dicho recién cuando se les preguntó por ello) de las protestas: los políticos y candidatos de la oposición. Con las enormes diferencias de contexto (comparar la situación económica y política de 2001 con la de 2012 sería algo inexacto y temerario), todos los cacerolazos comparten un núcleo conceptual, que es algún tipo de rechazo al sistema representativo de gobierno. Con un agregado: la principal figura que expresaba una oposición frontal al "régimen" kirchnerista, con su idea sobre la "fase final de la destrucción de la República" y una mirada psicologista sobre la primera mandataria, Elisa Carrió, salió última en octubre. Desde 2007, cuando obtuvo el 23 por ciento, perdió cuatro millones de votos. Difícil no encontrar a sus ex votantes (y a los de Duhalde, De Narváez, la lista sigue) entre los que ayer marcharon. "Es un reclamo generalizado donde todos tenemos algo de culpa", reconoció Binner.
La crisis de representatividad salpica a todo el sistema político, no sólo a un oficialismo que, sin dudas, deberá revisar algunos de sus últimos pasos. La pregunta es, ¿cuáles?

3. ¿Alcanza con emprolijar el modelo? Damos por hecho que el kirchnerismo ha incurrido en groseros errores de comunicación y de implementación de políticas acaso válidas o esperables en un contexto de crisis. ¿Se soluciona sólo con gestión? ¿No será que en la parte más fuerte de este reclamo se está librando un nuevo capítulo de la batalla cultural, una venganza aquellos que la perdieron en 2010 (el año del Bicentenario, la muerte de Néstor Kirchner) y hoy vuelven a correr por derecha?

4. The angry mob. En Much Apu about nothing, la turba ciudadana de Springfield se manifiesta frente al alcalde Diamante porque no quiere pagar el impuesto de cinco dólares por la Patrulla Anti Osos -medida que habían reclamado con anterioridad-, simbolizado en el conocido grito de Helen Lovejoy: "¿Alguien por favor puede pensar en los niños?". Diamante culpa a los inmigrantes ilegales y crea la Propuesta 24, para deportarlos. Lo que veo con las manifestaciones post "54 por ciento" es que son los propios ciudadanos los que están proponiendo sus chivos expiatorios (vagos, planes, netbooks, chorros) como respuesta a problemas reales e ineludibles como inflación y seguridad ciudadana.

5. Un problema. Muchas de estas personas están completamente al margen del sistema político. Pero a diferencia de 2001, donde las clases medias y los sectores populares corrían por izquierda a las coordenadas ideológicas de los partidos mayoritarios (FMI, deuda externa, déficit cero), hoy asistimos a la estrategia de algunos sectores medios y medios altos de instalar un núcleo duro que corre por derecha no sólo al gobierno sino a todo el consenso parlamentario de los últimos cuatro años. Dice Alejandro que "el diagnóstico según el cuál hay, en la sociedad, sectores 'huérfanos de representación' encalla contra el hecho de que no hay nada que pueda ser representado. No hay demandas, intereses, reclamos. Sólo el exceso de una totalidad imposible. En Callao y Santa Fe no hay Federico Pinedo que valga".

6. Balanceando el mapa. Defender a un gobierno al que ni siquiera voté en su momento, cuando la actual crisis se detonó en su mayor parte por errores propios, no está en mis planes. ¿Y si corremos al gobierno por izquierda un poco, aunque sea para emparejar? ¿Qué tal una reforma tributaria progresiva, una campaña contra el laburo en negro y la precarización, o la nunca bien ponderada Ley de Alquileres?

13 comentarios:

Santiago dijo...

El Post de Tereschuk, donde confiesa en una respuesta haberlo escrito antes de la movilización, no lo citaría.
Es importante la cantidad, siempre es importante el número. Si coincido en que lo relevante es qué hacer con ese número.

Gorda Iteración dijo...

Interesante análisis. Sobre todo por liberado de posiciones "iluminadoras" y absolutas que tan fácilmente se encuentran por estos lares.

Gorda Iteración dijo...

Y a estos lares no me refiero a este blog, si no a los blogs y páginas personales en general.

Nacho dijo...

"5. Un problema. Muchas de estas personas están completamente al margen del sistema político. Pero a diferencia de 2001, donde las clases medias y los sectores populares corrían por izquierda a las coordenadas ideológicas de los partidos mayoritarios (FMI, deuda externa, déficit cero), hoy asistimos a la estrategia de algunos sectores medios y medios altos de instalar un núcleo duro que corre por derecha no sólo al gobierno sino a todo el consenso parlamentario de los últimos cuatro años."

Coincido. Para mí el germen del kirchnerismo no es la bondad infinita de néstor y cristina sino años de acumulación político-ideológica contra los 90 (y los 70), que ellos supieron leer y capitalizar luego adoptando medidas que fueron apoyadas por los sectores que exigían un cambio hacia la izquierda. Me preocupa que esto pueda ser el germen del proceso inverso y me gustaría tener un gobierno que tomara nota de eso, no sólo de cuánto influye la marcha en su cálculo electoral y despreocupándose si esa gente nunca los votó de todas formas.

Anónimo dijo...

La autora del latiguillo simpsoniano no era la esposa de Reverend Lovejoy?

Fede / Billie dijo...

Gracias Santiago y el Anónimo por los aportes, fueron debidamente aclarados o corregidos en el post, según el caso. Hombre Polilla: se agradece.

"Me preocupa que esto pueda ser el germen del proceso inverso". Gran resumen, Nacho.

Maruja dijo...

Estoy muy de acuerdo con lo que decís al final, con los puntos que mencionás, que curiosamente no son enarbolados (por lo menos mediáticamente) por la gente que fue a la marcha de ayer. Me hubiera gustado un contrapunto tuyo también con la nota de N. Lantos, que me parece la más básica y endeble de las que se están comentando hoy.
Saludos, gracias, etc.

Anónimo dijo...

Muy interesante.

Anónimo dijo...

nadie compara esto es como la crisis del campo? mismo timing...falta mucho para las elecciones.

Anónimo dijo...

Interesante el análisis, aunque no lo comparto en su totaliad, me ayuda a reflexionar y a ampliar la mirada. Coincido contigo sobre el último punto; lástima que para la amplia mayoría de los que apoyan con fervor al kirchnerismo no veo mucho pensamiento crítico en acto ni una mínima autocrítica y en su casi totalidad están convencidos que a la izquierda del gno sólo está la pared, por lo cual no me espero grandes novedades. Felicitaciones x el blog. Franco

Anónimo dijo...

Casi por definición un cacerolazo es llevado adelante por personas que:
1) no tienen filiación política y/o
2) no tienen simpatía por "la política" o "los políticos"
Cuando no se cumplen 1 y 2 tenés como resultado una manifestación de otro tipo (piquete, marcha de apoyo/repudio con consignas más articuladas, escrache, etc.). En general el cacerloero es un lumpen de la política (así como el piquetero sería, por su parte, un lumpen de la economía). La cacerola es el partido de los sin partido, la política de los sin política. De personas que nunca en su vida asistieron a una marcha en reclamo de nada (hablo en general). Quizás pueda entenderse esta falta de "política" por el hecho de que los reclamos parecían no responder a consignas comunitarias, sino a la sumatoria de consignas que afectan a lo individual (el cepo al dolar, la inseguridad y el rechazo a una re-elección -como si fuera éste el único tema a discutir de una reforma constitucional- rechazo que es el resultado del repudio individual al gobierno). No es que no existan ideologías políticas de lo individual, lo que no existe claramente en la Argentina es un partido liberal que se haga cargo de esa ideología (como la UCEDE).
La oposición debe recoger el guante... o deben dejar de mirar para otro lado. Si estas personas del jueves no llevan adelante una marcha POLÍTICA también tiene que ver con que los propios partidos de oposición, en particular el más afín con el presunto target de los caceroleros (el PRO, ya que me estoy refiriendo a Buenos Aires) se presenta casi como un partido de la no-política. A casi una semana del "Buenos Aires medita" tenés el "Buenos Aires cacerolea". Parecen diferentes ("amor" vs. "odio", "silencio" vs. "ruido") pero son fenómenos que parten de lo mismo, o de algo parecido. Un sábado los problemas se resuelven respirando. Al jueves siguiente se resuelven caceroleando. En ambos casos falta la política en el medio.
Coincido con que el número de caceroleros no es el punto a analizar. Un cacerolazo de menores proporciones terminó con la partida de Cavallo. Este cacerolazo no determinó otra cosa que indiferencia y ninguneo de parte de las filas oficiales. Hay todo un sistema de mediaciones entre el cacerolazo y su efecto.
(sé que hice un uso abusivo del término "política", pero solamente quería tirar un par de ideas para debatir.)
Saludos

Vero dijo...

EN mi opinion el cacerolazo es el tema del año.
Es realmente muy imptactante,tanto la movilizacion que se generó, como la respuesta de gobierno de ignorar totalmente lo ocurrido!
Desde el apartamentos en Buenos Aires en donde alquilo yo pudo verse el cacerolazo masivo que se realizo la ultima vez y no hay palabras que alcancen para describirlo. Un shok.

FF14 CD Key dijo...
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