El coreano ausente martes, 23 de enero de 2018






















Esta mañana se conocieron las nominadas al Oscar y entre las películas que competirán por el premio al mejor film extranjero están una chilena, una rusa, una húngara, una libanesa, una japonesa y una sueca (The Square, de Ruben Östlund, desigual película de un director que había sacado una mucho mejor en 2014: Force Majeure). Una vez más, la academia decidió ignorar la postulación de Corea del Sur.

Ustedes dirán: "Obvio, Federico, trabajás en el Centro Cultural de la Embajada de Corea, qué vas a hacer sino hinchar por la película coreana". Sumémosle que A Taxi Driver, la entrada surcoreana de este año, era muy buena pero tampoco excelente. Pero resulta que por mera curiosidad me puse a revisar el listado completo de películas nominadas desde la creación de la categoría en 1947. Resulta que jamás en la historia los Oscar se nominó a una película de Corea del Sur.

LA PAJA EN EL OJO AJENO. Esto quiere decir que la Academia ignoró por completo a películas como Primavera, verano, otoño, invierno... de Kim Ki-duk (2003), Secret Sunshine de Lee Chang-dong (2007) o Mother de Bong Joon-ho (2009, año en que El secreto de sus ojos se impuso a La cinta blanca de Michel Haneke). El dato me dejó perplejo y me puse a pensar si detrás de estas decisiones no se encuentra algún tipo de intencionalidad política. Desarrollo mi punto: Corea del Sur es una de las cinematografías más potentes del mundo y cuenta con una de las industrias más estimuladas y protegidas del planeta. El surcoreano promedio va al cine 4,4 veces al año, una cifra altísima. Solo el año pasado se vendieron 220 millones de entradas y el 53% del público fue a ver películas coreanas. El buen maridaje entre arte e industria (películas "comerciales" con sello de autor, algo que tanto le falta a nuestro país más allá de Burman, Szifrón, Campanella, Caetano y Trapero) logró que el cine surcoreano de los últimos veinte años sea, además, un cine de exportación: en Japón, China, Indonesia y Malasia se ven muchísimas películas coreanas, fenómeno que no se da al revés. ¿Será entonces que Hollywood recela de este potencial competidor, y que al no nominarlas evita darles entidad? Lo dejo como pregunta y sumo un dato que alimenta mi hipótesis: en los últimos diez años, Francia —el otro gran país que compite culturalmente con el cine norteamericano y resiste con políticas activas la invasión de tanques de Hollywood— recibió solo dos nominaciones.

CULPARSE A UNO MISMO. Pero esta historia tiene otra arista, mucho más crítica hacia Corea del Sur. Un tribunal local acaba de condenar a la ex ministra de Cultura, Cho Yoon-sun, a dos años de prisión por crear y manejar una lista negra de artistas a la que el Estado les negaba apoyo en un intento por silenciar voces críticas. Uno no puede sino preguntarse si acaso existió una mano "política" en la decisión de postular o no a ciertas películas como representantes del país en los Oscar, tal como se denunció en su momento con la excelente Aquarius de Kleber Mendonça Filho, film que el gobierno de Michel Temer intentó sabotear por todos los medios disponibles. De hecho, sorprende que las tres mejores películas surcoreanas de la historia (Memories of MurderThe Host y Oldboy) ni hayan sido propuestas para representar al país en los Premios de la Academia. ¿Hizo Corea lo mejor posible por postular a sus mejores películas cada año?