Bloqueo a Clarín, premio a Chávez y muerte a los blogs martes, 29 de marzo de 2011


















Fin de un género. ¿Se acabaron los blogs? ¿Twitter killed the blogstar? Quizás se trate de una batalla desigual en el inexorable camino hacia la velocidad y el minimalismo. ¿Mensajes de 140 caracteres? ¿Debates en 140 caracteres? El día que nadie entienda nada de nada y sobre el arrasado terreno de la comunicación humana solo queden chicanas, quizás volveremos a intentar entender algo. O tal vez esté, apenas, repitiendo el miedo que otros expresaban cuando el fenómeno de weblogs recién surgía.

Bloqueo a Clarín. Trabajadores terciarizados del Grupo Clarín, cuya lucha Clarín utilizaba para pegarle al gobierno apenas meses atrás, protestaron en la puerta del diario e impidieron su distribución en Capital y el Gran Buenos Aires. En medio del ruido de medios de comunicación que hace décadas son tan poderosos que en la mitad de los conflictos del país son juez y parte, el jurista Gustavo Arballo ensaya algunas conclusiones parciales cuando asegura que

el "bloqueo" de fábricas o plantas -una modalidad que ahora estalla porque el sujeto pasivo es Clarín, pero que se ha dado en muchos otros conflictos- no es exactamente lo mismo que el clásico "paro" (derecho a huelga), aunque como se da en el marco de un conflicto sindical el análisis de su legitimidad debe "leerse" dentro de ese contexto, y no en abstracto.
El texto sigue acá, y le recomiendo a todos que lo lean. Y que luego complementen con las declaraciones del constitucionalista Eduardo Barcesat. "Alguien que no respeta fallos de la justicia laboral, después no puede salir a decir que se están violando sus derechos. Es cínico presentar esto como una persecución contra Clarín cuando los perseguidos vienen siendo los delegados", resumió en Radio Continental.
Después está el debate por la tapa en blanco, pero creo que el mejor punto de partida es este post de Diego Rottman. En un blog, sí.

Premio a Hugo Chávez. Más lejos del fin del periodismo, el diario La Nación se toma en serio la idea de seguir siendo una tribuna de doctrina (pero al menos una tribuna) y publica una nota a favor y una en contra de la decisión de la Universidad Nacional de La Plata de premiar al presidente venezolano. Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo, asegura que
La distinción que la comunidad académica otorga no es sólo un reconocimiento a su trayectoria. Es el reconocimiento a la lucha de un pueblo que desde hace años trabaja por la construcción de la unificación latinoamericana usando como herramientas los instrumentos de integración plasmadas en la Unasur y el Mercosur. Desde lo comunicacional, este pueblo contribuye a la profundización del intercambio cultural, educativo, científico y comunicacional con la puesta en marcha de un medio como Telesur, La Nueva Televisión del Sur, una empresa multiestatal, integrada por Venezuela, la Argentina, Cuba, Uruguay, Bolivia, Ecuador y Nicaragua que nos permite a los latinoamericanos construir y difundir información propia sobre la base de nuestras realidades regionales.
Antonio Pasquali, mientras tanto, se queja porque Chávez hace un uso "grosero y patológico" de la cadena nacional y lanza otras acusaciones de censura que Fernando Krakowiak desmonta. En Twitter, sí.
"Desde 2002, el Estado ganó participación en el mapa de medios, pero Chávez está lejos de ser hegemónico. En Venezuela, los tres principales diarios nacionales son El Universal, El Nacional y Ultimas Noticias. Ninguno es oficialista. Hay sólo un diario de tirada nacional abiertamente oficialista: Vea, fundado el 2 de septiembre de 2003." En tanto, continúa Krakowiak, "los 3 principales canales de TV son críticos con el gobierno: Globovisión, Venevisión (Cisneros) y Televen. El Grupo Cisneros es el principal multimedio de Venezuela y su accionista controlante no es chavista".
Ya entrando en las polémicas recientes, Krakowiak recuerda que "Chávez no le renovó la licencia a Radio Caracas TV (RCTV) por 'alentar el golpe de 2002'. Decisión polémica, pero legal". También amplió el alcance de las leyes de desacato y endureció las penas por calumnias e injurias, además de presionar a los accionistas de Globovisión para que cambiaran su línea editorial. Una de las conclusiones más interesantes es que, "a diferencia de 2002, hoy el mapa de medios en Venezuela ofrece más voces, pero los medios no son más plurales".
Sin embargo, en sintonía con Saintout, destaca que Chávez alentó "el surgimiento de radiodifusores comunitarios enfrentados con la línea editorial de los grandes medios" y le dio impulso a Telesur, convirtiéndose en "uno de los que más colaboró para que se puedan escuchar más voces y sobre todo latinoamericanas". Para el conductor Daniel Tognetti, "la creacion de Telesur justifica -largamente- la entrega del premio por la libertad de expresion al bolivariano". El debate está abierto, pero dista de ser el que se escuchó hasta ahora.

The Final Cut domingo, 27 de marzo de 2011

A principios de los '80, David Lynch venía desarrollando una incipiente carrera independiente que había tocado su punto más alto con Eraserhead, un film de culto que pronto atrajo la atención de buena parte del ambiente y logró que el productor Mel Brooks lo contratara para dirigir The Elephant Man, film que le consiguió una nominación al Oscar como mejor director.

Meses más tarde, Lynch aceptó dirigir una superproducción que adaptaba la novela de ciencia ficción Dune, del escritor Frank Herbert, para el productor italiano Dino De Laurentiis, con la condición de que la productora se comprometiera a financiar un segundo proyecto sobre el cual Lynch mantendría control creativo total. Aunque el productor esperaba que Dune fuera algo así como la nueva Guerra de las galaxias, la película resultó un gran fiasco comercial, siendo además vapuleada por la crítica. Para compensar pérdidas, el estudio elaboró una versión alargada para la televisión que desvirtuaba el montaje del director y que Lynch desautorizó inmediatamente.

¿Qué sucedió? El primer montaje de Dune duraba unas cuatro horas sin los efectos de post-producción, y el corte que Lynch quería se reflejó en el último guión que duraba tres horas. Sin embargo, Universal Pictures y los financistas de la película esperaban un corte estándar de 120 minutos. Para acortarlo, los productores se juntaron con Lynch y removieron numerosas escenas, filmaron otras que comprimían elementos concentrados o simplificados de la trama, y agregaron narraciones en off, incluyendo una nueva introducción, en el corte final.

Arte y mercado: la reflexión de David Lynch

-Much of the pre-publicity took the line: 'This director is going to bring to bear his very private, personal vision on a genre that doesn't normally accomodate a very private, personal vision.'
-Yeah. But it wasn't private enough and it wasn't personal enough! It couldn't be. Everyone has a particular voice -certain things they love, a way of doing things. The problem is being left alone to do it, so that it can come out. There are things that cinema can do that are very difficult to talk about. You have to have someone trusting you a lot to get into this things that cinema can do but that don't happen too often. Those things could never happen in a committee atmosphere where everyone in the room has to understand every single thing in the script. It gets so far away from the magic of cinema it's unbelievable. And the thing becomes only what it is. Nothing more. There's not one little window for an abstraction or a dream. It's just like a rock.

-Mucha de la publicidad previa decía algo así como: 'Este director va a traer su visión personal y privada a un género que normalmente no se acomoda a una visión personal y privada.'
-Seh. ¡Pero no fue lo suficientemente privada ni lo suficientemente personal! No podía serlo. Todos tienen una voz particular -ciertas cosas que aman, una manera de hacer las cosas. El problema es que te dejen solo para hacerlas, para que puedan salir a la luz. Hay cosas que el cine puede hacer de las cuales es muy difícil hablar. Tenés que tener a alguien que confíe mucho en vos para poder meterte en estas cosas que el cine puede hacer pero que no suceden muy a menudo. Estas cosas nunca pueden pasar en una atmósfera de comité donde todas las personas en la sala tienen que entender cada pequeña cosa del guión. Se aleja tanto de la magia del cine que es de no creer. Y la cosa sólo se convierte en lo que es. Nada más. No hay ni una pequeña ventana para una abstracción o un sueño. Es apenas como una roca.

(en David Lynch y Chris Rodley, Lynch on Lynch, Londres, Faber and Faber, 2005, p. 121)

Bibliografía para cambiar el mundo jueves, 24 de marzo de 2011


por Fietta Jarque en Papeles Perdidos, 19-03-2011

Marx Lounge es una sala de un rojo intenso, silenciosa, con una larga mesa llena de libros y unos sillones que invitan a quedarse, a leer, a pensar. El artista chileno Alfredo Jaar ha dispuesto esta instalación en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla) para hacer visible una selección personal de libros, en torno al eje del pensamiento marxista publicados, en su mayoría, en las últimas décadas. Porque, después de la caída del Muro de Berlín y del fracaso del comunismo, las ideas de Karl Marx continúan incitando ensayos, actitudes y debates entre los intelectuales más lúcidos de nuestra época.

"Todos nos alegramos de que el comunismo, el opresivo estalinismo, se acabara en 1990. Pero veinte años después nos estamos dando cuenta de que el Estado de Bienestar también ha llegado a su fin", dice Slavoj Zizek. ¿Hay soluciones? Lo que viene a continuación es la bibliografía que se despliega en Marx Lounge que nos han facilitado los organizadores. Según Jaar, en ella se contienen todas las ideas necesarias para cambiar el mundo actual. Quien no se anime a leerla toda, encontrará seguramente abundantes y apasionantes títulos para despertar la mente.


Bibliografía de Marx Lounge

Bruce Ackerman: Antes de que nos ataquen.
Theodor W. Adorno: Crítica de la cultura y Sociedad II; Minima Moralia; Crítica de la cultura y sociedad, vol.1; Teoría estética.
Giorgio Agamben: Profanaciones; Homo Sacer. El poder soberano y la muda vida; Medios sin fin; La comunidad que viene; Ninfas; Lo abierto; El choque de los fundamentalismos.
Tariq Ali: Conversaciones con Edward Said; Miedo a los espejos; Bush en Babilonia. Louis Althusser: Marx dentro de sus limites.
Samir Amin: El virus liberal.
Mario Amoros Quiles: Compañero presidente.
Benedict R. Anderson: Bajo tres banderas.
Jon Lee Anderson: Che Guevara.
Perry Anderson: Spectrum: De la derecha a la izquierda en el mundo de las ideas.
Hannah Arendt: Hombres en tiempos de oscuridad; Tiempos presentes; Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental; Eichmann en Jerusalén.
Giovanni Arrighi: El largo siglo XX.
Marc Augé: Los no lugares; Ficciones de fin de siglo.
Alain Badiou: El concepto de modelo; El siglo; Segundo manifiesto por la filosofía.
Mijail Bakunin: Dios y el estado.
Paul Barry: Ser ciudadano.
Georges Bataille: La oscuridad no miente; El límite de lo útil.
Jean Baudrillard: Crítica de la economía política del signo; El crimen perfecto; La guerra del Golfo no ha tenido lugar; La ilusión del fin; Cultura y simulacro.
Zygmunt Bauman: Miedo líquido; La cultura como praxis; Vidas desperdiciadas; El arte de la vida; Mundo consumo; Vida líquida; Trabajo, consumismo y nuevos pobres; El tiempo apremia; Modernidad y holocausto; Identidad; Europa: una aventura inacabada; Libertad; La globalizacion.
Ulrich Beck:La sociedad del riesgo; Un nuevo mundo feliz; Qué es globalizacion; Generación global; El dios personal.
Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim: El normal caos del amor.
Antony Beevor: La guerra civil española.
Miguel Benasayag y Edith Charlton: Esta dulce certidumbre de lo peor.
Juan Benet: El aire de un crimen; Volverás a Región; Otoño en Madrid hacia 1950.
Seylalas Benhabib: Reivindicaciones de la cultura.
Walter Benjamin: Crítica de la violencia.
Peter L. Berger y Thomas Luckmann: Modernidad, pluralismo y crisis de sentido.
Alexander Berkman: El abc del comunismo libertario.
Isaiah Berlin: Karl Marx.
Marshall Berman: Aventuras marxistas.
Hakimtaz Bey: Zona temporalmente autonoma.
Jacques Bidet y Gérard Duménil: Altermarxismo.
Pierre Bourdieu: Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción; Contrafuegos; La dominación masculina; Autoanálisis de un sociólogo.
Gerald Brenan: El laberinto español.
Robert Brenner: La economía de la turbulencia global.
Judith Butler: Mecanismos psíquicos del poder.
Massimo Cacciari: El ángel necesario; Geo-filosofía de Europa.
Hernando Calvo Ospina: Colombia, laboratorio de embrujos.
Elias Canetti: Masa y poder.
Noam Chomsky: El gobierno en el futuro.
Pierre Clastres: Sociedad contra el estado.
Daniel Cohn-Bendit: Qué hacer.
Paul Collier: El club de la miseria.
Guy Debord: Comentarios sobre la sociedad del espectáculo; El planeta enfermo; La sociedad del espectáculo.
Regis Debray: Introducción a la mediología.
Gilles Deleuze: Conversaciones; derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia.
Gilles Deleuze y Felix Guattari: Rizoma; Mil mesetas, capitalismo y esquizofrenia.
Jacques Derrida: Márgenes de la filosofía; Universidad sin condición.
Terry Eagleton: Ideología: Una introducción; El sentido de la vida; Los extranjeros.
Jon Elster: Tuercas y tornillos.
Modesto Emilio: Venezuela 10 años después.
Friedrich Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
Hans Magnus Enzensberger: Migajas políticas; ¡Europa, Europa!; Conversaciones con Marx y Engels; El perdedor radical; En el laberinto de la inteligencia.
Jesus Espasandin Lóopez y Pablo Iglesias Turrion (coords.): Bolivia en movimiento.
Daniel Feierstein: El genocidio como práctica social.
Feyerabend: Revocaciones filosóficas.
Norman G. Finkelstein: La industria del holocausto.
Viviane Forrester: Una extraña dictadura.
Michel Foucault: Sobre la Ilustración; El orden del discurso; El pensamiento del afuera.
Nancy Fraser: Escalas de justicia.
Ronald Fraser: Recuérdalo tu y recuerdalo a otros.
Eduardo Galeano: Patas arriba. La escuela del mundo al revés; Las venas abiertas de América Latina; Vagamundo y otros relatos; Días y noches de amor y de guerra.
Julio García Camarero: El decrecimiento feliz y el desarrollo humano.
Nestor García Canclini: Diferentes, desiguales y desconectados.
Marc Gavalda Palacin: Viaje a Repsolandia: pozo a pozo, por la Patagonia y Bolivia.
Susan George: Informe Lugano; El pensamiento secuestrado; Sus crisis, nuestras soluciones.
Paul Ginsborg: Así no podemos seguir.
Juan Goytisolo: Coto vedado; Ella, elle.
Antonio Gramsci: Bajo la mole; Las maniobras del Vaticano.
Ger Groot (ed.): Adelante, ¡contradígame!
Fredric Gros: Foucault. El coraje de la verdad.
Boris Groys: Bajo sospecha.
Felix Guattari: Plan sobre el planeta.
Suelu Rolkik: Micropolítica: cartografías del deseo.
Sergio Guerra y Alejo Maldonado: Historia de la revolución cubana.
Diego Guerrero: Un resumen completo de El capital, de Marx.
Ernesto “Che” Guevara: Diario de Bolivia.
Pepe Gutiérrez-Álvarez: Un ramo de rosas rojas y una foto.
David Harvey: La condición de la posmodernidad.
Robert Harvey: Los libertadores.
Guy Hermet: Populismo, democracia y buena gobernanza.
Fernando Hernández Sánchez: Guerra o revolución.
Diego Hidalgo: Europa globalización y unión monetaria.
Tom Hodgkinson: Cómo ser libre; Elogio de la pereza.
John Holloway: Cambiar el mundo sin tomar el poder.
Fredric Jameson: Documentos de cultura, documentos de barbarie; Las semillas del tiempo; Una modernidad singular.
Robert Kagan: El retorno de la historia y el fin de los sueños.
Mary Kaldor: La sociedad civil global: una respuesta a la guerra.
Ryszard Kapuscinski: El sha o la desmesura del poder; El emperador; Ébano; Cristo con un fusil al hombro; Los cínicos no sirven para este oficio; El imperio; La jungla polaca; Un día más con vida.
Claudio Katz: Las disyuntivas de la izquierda en América Latina.
Naomi Klein: No logo; La doctrina del shock.
Mijail Koltsov: Diario de la guerra de España.
Dirk Kruijt: Guerrillas.
George Lakoff: Puntos de reflexión.
Maurizio Lazzarato: Por una política menor.
Lenin: El Estado y la revolución.
Primo Levi: Trilogía de Auschwitz.
Gilles Lipovetsky: La tercera mujer; La sociedad de la decepción; La era del vacío; El imperio de lo efímero; El crepúsculo del deber; La felicidad paradójica.
Gilles Lipovetsky y Sebastien Charles: Los tiempos hipermodernos.
Enrique Líster: Nuestra guerra.
Karl Lowith: Max Weber y Karl Marx.
Manuel Lucena Giraldo: Naciones de rebeldes.
John Lynch: Las revoluciones hispanoamericanas.
J. F. Lyotard: La condición postmoderna.
Michel Maffesoli: Iconologías.
Herbert Marcuse: El hombre unidimensional.
Juan Marsé: Si te dicen que caí.
Salvador Martí i Puig y David Close: Nicaragua y el FSLN 1979-2009.
Jesús Manuel Martínez: Salvador Allende.
Karl Marx: Escritos de juventud sobre el derecho; Elogio del crimen; A propósito de la cuestión judía; Los debates de la dieta renana; La crisis del capitalismo; El capital; La ideología alemana; La España revolucionaria; Manuscritos de economía y filosofía.
Karl Marx y Friedrich Engels: Manifiesto comunista.
Javier Moro: Senderos de libertad.
Bernat Muniesa: Libertad, liberalismo democracia.
Jean Luc Nancy: La mirada del retrato.
Mary Nash: Rojas. Las mujeres republicanas en la guerra civil.
Antonio Negri: Movimientos en el imperio; La fábrica de porcelana.
Antonio Negri y Michael Hardt: Imperio.
Andreu Nin: La revolución española (1930-1937).
Martha C. Nussbaum: Sin fines de lucro.
Arcadi Oliveres: ¡En qué mundo vivimos!
Luis Ortega: Yo soy el Che.
Amos Oz: Contra el fanatismo.
Thomas Paine: Derechos del hombre.
Peter Pal Pelbart: Filosofía de la deserción.
Raj Patel: The value of nothing.
Thomas Pogge: La pobreza en el mundo y los derechos humanos.
Muruchi Poma: Evo Morales.
Paul Preston: La guerra civil española.
Ignacio Ramonet: Fidel Castro. Biografia a dos voces.
Jacques Ranciere: El desacuerdo. Politica y filosofía.
Gerald Raunig: Mil máquinas.
Jeremy Rifkin: La civilizacion empática; El fin del trabajo.
Eduardo Romero García: Migraciones, fronteras y capitalismo.
Marc Saint-Upéry: El sueño de Bolívar.
Rafael Sánchez Ferlosio: El Jarama.
Yoani Sánchez: Cuba libre.
Jean Paul Sartre: El existencialismo es un humanismo.
Saskia Sassen: Una sociología de la globalización; Territorio, autoridad y derechos.
Cayo Sastre: McMundo.
José María Seco y Rafael Rodríguez: ¿Por qué soy de izquierdas?
Ramón J. Sender: Réquiem por un campesino español.
Richard Sennett: La corrosión del carácter; El respeto; La cultura del nuevo capitalismo.
Jean Serroy y Gilles Lipovetsky: La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada.
Peter Singer: Ética práctica; Repensar la vida y la muerte; Compendio de ética; desacralizar la vida humana; el presidente del bien y del mal.
Peter Singer y Jim Mason: Somos lo que comemos.
Spain Rodríguez: Che, una biografia gráfica.
Gayatri Chakravorty Spivak: ¿Pueden hablar los subalternos?; Muerte de una disciplina.
Pablo Suero: España levanta el puño.
Paco Ignacio Taibo II: Ernesto Guevara, también conocido como el Che.
Goran Therborn: Ciencia clase y sociedad.
Reiner Tosstorff: El POUM en la revolució espanyola.
Alain Touraine: La mirada social.
Leon Trotsky: Terrorismo y comunismo.
Mario Vargas Llosa: Sueño y realidad de América Latina.
Paul Virilio: El accidente original; El cibermundo. La política de lo peor.
Simone Weil: La condición obrera.
Jonathan Wolff: Filosofía política. Una introducción.
Yves C. Zarka (ed.): Deleuze político.
Slavoj Zizek: El sublime objeto de la ideología; Repetir Llenin; Bienvenidos al desierto de lo real; Sobre la violencia; Lacrimae Rerum; En defensa de la intolerancia; Mirando al sesgo; Cómo leer a Lacan.
Slavoj Zizek, Sebastian Budgen y S. Kouvelakis: Lenin reactivado.
Slavoj Zizek, Eric L. Santner y Kenneth Reinhard: El prójimo.

Libia: Humanismo, un eufemismo lunes, 21 de marzo de 2011
















¿Humanismo? Un eufemismo para no hablar de petróleo
por Marcelo Falak en Ámbito Financiero, 21-03-2011

El argumento de que los ataques occidentales a Libia (que llevan a cabo, con mayor o menor protagonismo, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, España, Italia, Canadá y otros países) son un modo de defender a la población de las matanzas de su dictador no es sólo insuficiente sino que, peor, impide entender lo que pasa y lo que puede venir.
Algo falla en la explicación de que recién ahora todos esos gobiernos descubrieron (o recordaron) que Muamar Gadafi es un déspota monstruoso. ¿O, acaso, la defensa de los pueblos árabes que pelean por la democracia llevará también a Occidente a bombardear Yemen, donde las fuerzas del dictador Alí Abdalá Saleh mataron a decenas sólo el último fin de semana, o Bahréin, donde la brutalidad de las fuerzas locales y sus auxiliares sauditas (virtuales tropas de ocupación) es incluso reconocida por la Casa Blanca?
Adivine, lector... Sí, se trata, una vez más, del petróleo.

Un dominó incontenible
La «primavera árabe» que comenzó en Túnez tomó por sorpresa al mundo y supuso para Occidente la incomodidad de confrontar la distancia entre sus palabras dulces sobre la promoción de la democracia y el más pedestre apoyo a dictadores de toda laya en la región. Valientemente, los luchadores tunecinos hicieron lo suyo, y el tirano Ben Alí se marchó al exilio. Pero la cosa siguió, nada menos que en Egipto, una pieza clave para la geopolítica de Medio Oriente y la lucha contra el extremismo islamista. Las dudas de Barack Obama fueron elocuentes, pero, finalmente, cuando se constató que las revueltas ya habían derivado en un efecto dominó imparable, se optó por acelerar y forzar la jubilación de Hosni Mubarak. Los antiguos regímenes árabes ya no podían garantizar el mantenimiento de las políticas que Occidente necesita, y era hora de operar para que éstas se reciclaran en nuevos liderazgos relegitimados.
Pero la ficha siguiente fue Libia, el primer país petrolero de importancia tocado por la tendencia. Los antecedentes, esto es la altísima efectividad de los manifestantes prodemocráticos en forzar las caídas de sus opresores, recomendaban abandonar a Gadafi. Por si había alguna duda, éste ayudó a tomar tal decisión al bombardear salvajemente a los disidentes.

A las armas
Pero el cálculo falló. Los manifestantes habían logrado solamente el concurso de algunos líderes tribales y de sectores del Ejército libio, una fuerza vaciada de poder de fuego por el dictador, que había apostado todas sus cartas en los últimos años a sus tropas de elite, reducidas en número pero muy bien pertrechadas y razonablemente entrenadas, al menos en términos regionales. Las promesas occidentales a los rebeldes, sin la contraprestación de la entrega de equipamiento, habían sido algo así como enviarlos a una muerte segura. El régimen salió de su encierro en Trípoli y comenzó a arrasarlos. La «primavera» parecía a punto de abortarse en el acosado reducto rebelde de Bengasi (en el este libio, depositario del 80% de la riqueza petrolera y gasífera del país) y Gadafi, cerca de resucitar.
Impedida de mostrarse cerril ante la ola democrática que amenaza a muchos de sus miembros, la Liga Árabe legitimó la idea de una intervención al pedirle al Consejo de Seguridad de la ONU la imposición de una zona de exclusión aérea para impedir los bombardeos de las fuerzas de Gadafi. Oportunista, ayer criticó la amplitud de la ofensiva y abrió un flanco más a la denuncia islamista, que retrata a sus gobiernos como puertas de ingreso de los «infieles» a la región.
Entre el papelón y el miedo concreto a una expulsión masiva de Libia de las petroleras francesas, italianas, estadounidenses, británicas y de los otros países que habían jugado a perdedor, el activo Nicolas Sarkozy logró imponer a sus reluctantes socios la idea de la guerra.

Crudo petróleo
Pero si todo se trata nuevamente del petróleo, ¿cuál es el lugar de Libia en el mercado mundial de los hidrocarburos? Uno importante, sin dudas, y más destacado a futuro, tal la apuesta de las principales empresas mundiales, que han invertido sumas ingentes en el país. Entre ellas: la italiana ENI; las estadounidenses ConocoPhillips, ExxonMobil, Chevron y Occidental Petroleum; la británica British Petroleum; la anglo-holandesa Royal Dutch Shell; la francesa Total; la alemana Wintershall; la española Repsol YPF, sin olvidar a la rusa Gazprom y a la china CNPC, de fuerte apuesta.
Libia es el principal productor de petróleo de África, el séptimo más importante de la OPEP y el dueño del 4,5% de las reservas mundiales de crudo según proyecciones recientes (cerca de un 20% de las de Arabia Saudita, por caso, pero el doble de las de Estados Unidos). Con un agregado: la elevada calidad del producto lo hace difícilmente sustituible para muchas refinerías europeas, algo que podría salvar Riad. Claro, si los hechos no se terminan precipitando también allí.
Si se tiene en cuenta que el 85% del petróleo y buena parte del gas que Libia exporta se dirigen al mercado europeo, y que el estallido de la revuelta redujo en un 80% las actividades de extracción y exportación, no sorprende que la nafta haya subido más de un 20% en países como Italia y España sólo durante el tramo inicial de la rebelión. Eso, en un contexto de recesión y crisis económica como el actual, en el que se calcula que un aumento de 10 dólares en la cotización internacional del barril de crudo reduciría en medio punto el PBI en los países europeos más dependientes... por no mencionar el desequilibrio que genera en los balances comerciales.
El caso italiano, en ese sentido, es paradigmático: sólo a ese país se dirige el 25% de las exportaciones libias de petróleo y gas, y ENI tenía previsto invertir allí 18.200 millones de euros en los próximos veinte años.
En el caso francés, pueden decirse cosas parecidas, con enormes negocios armamentísticos incluidos, ferretería con la que hoy, paradójicamente, Gadafi intenta defenderse. Antes de la crisis, Total extraía en Libia el 2,3% de su producción global, y la proyección iba a más.

Un socio impresentable
¿Cómo se llegó a semejante imbricación de negocios con un socio tan deplorable como Gadafi, un dictador que lleva 41 años en el poder y cuyo régimen estuvo sujeto a sanciones internacionales en los años 80 y 90?
El historial terrorista del libio es conocido y prácticamente fue admitido por él mismo cuando, por no mencionar varios hechos más, aceptó la realización de un juicio internacional contra dos acusados (hombres de su régimen), finalmente condenados, por el atentado contra una avión de PanAm sobre Lockerbie, Escocia, que dejó 270 muertos en 1988.
Esa entrega de los dos sospechosos, producida en 1999, y la aceptación de responsabilidades civiles para el pago de indemnizaciones a las familias de las víctimas por 2.700 millones de dólares marcaron su forzada reconciliación con Occidente. Que este último gesto se haya producido en agosto de 2003 (ya en plena invasión a Irak) y que haya sido acompañado por la desactivación de los programas libios para la producción de armas de destrucción masiva da una idea de que el hombre será loco pero no come vidrio.
Tras el 11-S se convirtió en un aliado vital de la administración de George W. Bush en la lucha contra Al Qaeda, grupo al que acusa de haber montado la revuelta en su contra pero al que, extraviado como es, amenazó con aliarse si Occidente atacaba el país. ¿Nace otra amenaza terrorista, tal como el mismo Gadafi amenazó el jueves, cuando la virtual declaración de guerra de la ONU lograba el visto bueno de los más y la complaciente abstención de Rusia, China, Alemania, India y Brasil?

Resurrección y negocios
Rehabilitado para la causa del mundo libre, las sanciones internacionales se convirtieron en cosa del pasado; era tiempo de perdonar. ¿Quién no se equivocó alguna vez, acaso?
En 2004, Tony Blair visitó Trípoli, donde exhortó a «no olvidar el dolor del pasado», pero a «reconocer que llegó el momento de ir hacia adelante». Poco después Shell se hacía con un contrato para la explotación de gas por 500 millones de dólares. Condoleezza Rice, entonces canciller, lo siguió en el peregrinaje a la capital libia.
En 2009, en medio de una escandalosa polémica internacional, Gran Bretaña liberó a uno de los condenados por el caso Lockerbie, Abdelbaset al Megrahi, alegando razones humanitarias: se trataba de un enfermo terminal de cáncer. Sin ahorrarle ni una pizca de bochorno al sucesor de Blair, Gordon Brown, el régimen libio lo recibió con fastos de héroe en Trípoli. Obvio: Al Megrahi sigue hoy vivito y coleando.
Los malpensados ligaron el hecho a un contrato por 900 millones de dólares a favor de British Petroleum que se mantenía congelado desde 2007. El clamor fue tal que BP terminó por reconocer que había hecho lobby desde esa fecha en favor del desdichado paciente.
«BP le dijo al Gobierno del Reino Unido que estaba preocupada por el lento progreso que se había hecho para concluir el Acuerdo de Transferencia de Prisioneros con Libia (...). Estábamos conscientes de que eso podía tener un impacto negativo en los intereses comerciales del Reino Unido, incluyendo la ratificación de un acuerdo de exploración de BP con el Gobierno libio», admitió el año pasado la compañía en un comunicado.
Cuando la crisis económica arreciaba en 2009, y el crudo cotizaba por debajo de los 45 dólares, el beduino volvió a mostrar la hilacha. Tras señalar que no deseaba seguir vendiendo a ese precio, amenazó con sacarse de encima a las empresas extranjeras y convertir a la Compañía Petrolera Nacional en la única responsable de la explotación. Su advertencia fue tomada muy en serio en Estados Unidos, donde se destacaba la coincidencia entre esa definición, finalmente sin consecuencias, y su creciente amistad con el nacionalizador serial venezolano Hugo Chávez.
Con la actual guerra civil la canilla se cerró y el proveedor de petróleo dejó definitivamente de resultar confiable. Y Occidente, preso del mencionado y acaso inevitable error de cálculo, que dejó en la cuerda floja a sus empresas, comenzó a pensar en cómo acompañar al libio hasta la puerta de salida.
Por si faltara algo para demoler la idea de la «intervención humanitaria» en Libia, baste recordar que varios de los líderes antigadafistas son «demócratas» de última generación, personas que hasta quince minutos antes habían sido personeros del régimen.
Si finalmente cae, no cabrá derramar una sola lágrima por el sanguinario Gadafi, como, pese al cinismo que supuso la invasión de 2003, no se lo hizo por Sadam Husein. Pero para saber qué va a pasar en el mundo habrá que seguir olfateando el petróleo, más cuando la tecnología nuclear quedará en entredicho por buen tiempo por los graves hechos de Japón. Algo serio para todos los jugadores grandes (Alemania, Estados Unidos, el mismo Japón), pero sobre todo para Francia, que depende de ella para el 80% de su generación eléctrica.

Ah, el petróleo, esa sustancia tan oscura y viscosa.

Khadafi domingo, 20 de marzo de 2011

Khadafi bombardeó a su pueblo pero no perdió su credibilidad en ese momento, sino muchos años atrás. La había perdido ante la humanidad entera, pero su amigo Tony Blair, su amigo Silvio Berlusconi, su amigo Vladimir Putin y todos los amigos que se fue haciendo a partir de 2003, incluido el mismo Sarkozy, se la restablecieron. Lo abanderaron con una copiosa bienvenida al seno del “mundo libre”. Le compraron petróleo y le vendieron las armas con las que bombardeó a su pueblo.

Eduardo Febbro en Página/12, 20-03-2011

La jugada de Clarín frente a la ley de medios audiovisuales martes, 15 de marzo de 2011
















I. El curso natural de una decisión del Estado

En diciembre de 2009 se promulgó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La norma, que pasó a reemplazar el decreto-ley 22.285 de 1980 y sus modificatorios, había sido debatida durante meses en todo el país y aprobada en ambas cámaras con amplias mayorías legislativas.

Luego de una serie de medidas judiciales en su contra (la más floja de las cuales fue una presentación del diputado cobista Enrique Thomas, devuelta con amonestaciones por la Corte Suprema), en junio de 2010 terminaron de caer todas las cautelares salvo una del grupo Clarín, que se oponía al artículo 161 donde se estipulaba un plazo de un año para adecuarse a la nueva norma. En el medio también hubo presentaciones en Salta y San Juan de medios que se opusieron al establecimiento de mínimos de producción nacional. Salvo esos apartados, suspendidos únicamente para los actores que iniciaron la demanda, la norma está desde entonces plenamente vigente.

El artículo 65 de esa ley, en su inciso 3b, establecía que los titulares de licencias

Deberán ordenar su grilla de programación de forma tal que todas las señales correspondientes al mismo género se encuentren ubicadas en forma correlativa y ordenar su presentación en la grilla conforme la reglamentación que a tal efecto se dicte, dando prioridad a las señales locales, regionales y nacionales.
De allí salió la resolución 296/2010, del Afsca (ex Comfer) con las pautas para el ordenamiento de las grillas de programación, que sigue el criterio fijado por el Congreso.


II. El problema

Promedia marzo de 2011. Es decir que van siete meses desde la resolución de Afsca. Varios operadores de cable ya modificaron sus grillas, ajustándose a derecho, pero Cablevisión y DirecTV (parte y socias del grupo Clarín, respectivamente) se niegan a aplicar los cambios. Aducen "fallos vigentes" -uno en Dolores y otro en Coronel Dorrego- que, en realidad, ya fueron desestimados por la Cámara Federal de Bahía Blanca. Mientras tanto, los foros de Afsca y de las organizaciones de Defensa al Consumidor se llenan de reclamos de usuarios de todo el país que quieren acceder a la nueva oferta de canales.

El 31 de enero, Afsca sancionó a Cablevisión por no poner en práctica el criterio dictado por el organismo; ahora comenzó su segundo sumario contra la empresa. Como resume de manera brillante Hernán Cocchi
A esta altura, el mayor objetivo de Clarín es no acatar las disposiciones que deriven de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Básicamente, cumplir con cualquier medida podría implicar aceptar la vigencia de la nueva legislación. La lógica la dejaron expuesta en los escritos entregados a la AFSCA para objetar los pedidos de licencias de las cooperativas de servicios públicos: "Se deja constancia que esta presentación no implica consentir la validez constitucional –ya sea formal o sustancial– de la Ley 26.522, ni el régimen por dicha norma aprobados, que resultan cuestionables en su caso."

Los abogados de Clarín caminan por una delgada línea de tres vías: manifiestan sus críticas a los avances de las nuevas reglas de juego, aclaran que no las aceptan y, a la vez, deben convencer a sus jefes de no traspasar los límites que puedan llevar a la caducidad de las licencias (quizás la tarea más difícil). Así, objetan las resoluciones de la AFSCA, pero saben que si no cumplen, las faltas graves llegarán al máximo de cuatro con el riesgo de perder el permiso para operar.
Imagen por Doegox

Manual de supervivencia en el Bafici sábado, 12 de marzo de 2011













Breve pantallazo al Bafici 2011

¿Qué? El Bafici es un festival del llamado "cine independiente", que desde 1999 organiza el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Combina películas de directores debutantes con cintas de artistas consagrados, con un especial énfasis en el cine experimental y en lo no estrenado comercialmente en Argentina. Este año se exhibirán 426 películas (325 largometrajes), de las cuales 101 serán argentinas. En este resumen obviaremos las locales, que quizás reciban una entrada aparte en este blog.

¿Cuándo? Del 6 al 17 de abril de 2011.

¿Dónde? Las sedes serán las habituales -Alianza Francesa, Atlas Santa Fe, Hoyts Abasto, Malba, Sala Lugones, Teatro 25 de Mayo y Arteplex Belgrano-, aunque este año se sumará el Cine Cosmos, reabierto por la UBA.

¿Cómo? Las entradas pueden comprarse a partir del 28 marzo de manera anticipada por Internet o personalmente, de 10 a 20 horas, en la Casa de la Cultura (Av. De Mayo 575) y en el Hoyts Abasto. El precio de las entradas será de $12, y de $10 para estudiantes y jubilados.


Recomendaciones de la competencia internacional


Shelter
(Podslon, de Dragomir Sholev, Bulgaria, 2010, 88')

Una familia búlgara: padre y madre tienen un hijo mayor que vive en Estados Unidos, y uno menor que vive con ellos, tiene doce años y está por convertirse en adolescente. Es decir, está por pasar de ser un nene que sus padres creen controlar a no aparecer en su casa durante dos días y, al regresar, hacerlo con compañía inesperada. Rado –el chico en cuestión– se ha hecho amigo de una chica y un chico punks. Y los llevará a su casa y así se generará un ambiente ultra tenso, sobre todo con su padre, entrenador de waterpolo.

Attenberg
(de Athina Tsangari, Grecia, 2010, 95')

Marina, su padre Spyros y su amiga Bella. Los tres viven en una especie de ciudad-dormitorio simétrica, toda blanca; los tres se comportan de maneras levemente –para ser benignos– estrambóticas: ensayando pasos ¿de baile? y torpes besos de lengua por la calle, imitando animales salvajes, escupiendo desde la ventana, planificando hasta el último detalle la propia cremación. Se trata de dejarse llevar por las calles blancas de Attenberg, por su extraña fauna humana y su música pegadiza, y esperar todo el tiempo lo inesperado.

Wasted Youth
(de Argyris Papadimitropoulos y Jan Vogel, Grecia, 2011, 98')

En medio de una Atenas agitada, tan frágil como combativa, un skater de dieciséis años atraviesa el pavimento y las ruinas de la Acrópolis con algunos amigos que van y vienen. En otra parte de la ciudad, un hombre lucha para mantener a su familia mediante trabajos que lo empujan diariamente al borde del colapso. Dos puntos de vista sobre la vida en una misma ciudad, en una misma sociedad recientemente sacudida.

Las Marimbas del Infierno
(de Julio Hernández Cordón, Guatemala/México/Francia, 2010, 73')

La marimba es un instrumento musical, suerte de xilofón de madera, tradicional de Guatemala. Pero “tradicional” significa “popular” cada vez menos, y Don Alfonso, marimbista de toda la vida, se las está viendo negras para vivir de su música. Para peor, víctima de una extorsión, tiene que pasar casi a la clandestinidad; eso sí, con su pesada marimba a cuestas. Blacko tiene problemas parecidos pero diferentes: fue pionero del heavy metal, pasó del satanismo al cristianismo y de ahí a la ortodoxia judía, y ahora trabaja en un hospital, siempre con las mismas estrecheces económicas. Lo único que parece unir a los dos es el amor a la música. Y, por improbable que suene, esa pasión los une cuando, a instancias del tercer personaje de esta historia, un pilluelo apodado Chiquilín, forman la primera banda de “metal/marimba” de la historia.

Bofetazos de realidad: documentales interesantes

Détroit: Ville sauvage
(de Florent Tillon, Francia, 2010, 80')

La industria automotriz convirtió a Detroit en la ciudad más industrializada de los Estados Unidos. Pero cambios drásticos en la economía la dejaron en ruinas. Hoy, vastos espacios ocupados por ciervos y coyotes reemplazaron lo que alguna vez fueron barrios obreros y de clase media. Sobre este "espacio en blanco", varios jóvenes se están mudando de vuelta a los barrios derruidos del viejo Detroit. ¿Estamos en presencia de un nuevo tipo de pioneros?

Windfall
(de Laura Israel, Estados Unidos, 2010, 83')

El lado oscuro de la "energía alternativa" o lo que sucede cuando una corporación llega a tu pueblo y te bate que lo mejor para todos es poner cientos de molinos gigantes en el medio de tu campo. Incorrección política en un documental que, a priori, parece breve y descriptivo.

William S. Burroughs: A Man Within
(de Yony Leyser, Estados Unidos, 2010, 87')

Con una actitud abiertamente desinteresada por fundamentar el valor o la importancia artística de una de las figuras de la contracultura del siglo XX más visitadas por el cine, este documental parece adentrarse de lleno en su perfil humano y social. A tal punto que el film se desenvuelve velozmente, tomando la forma de una suerte de biografía/anecdotario comentado por esa constelación imposible de amistades que rodearon al autor de El almuerzo desnudo; que es, al mismo tiempo, un listado de algunos de los nombres clave en el desarrollo de la literatura, el cine y la música contemporánea. Están John Waters, Iggy Pop, Patti Smith y David Cronenberg, entre otros.

The World According to Ion B.
(de Alexander Nanau, Rumania, 2010, 61')

En el universo marginal de Ion Barladeanu hay demasiada basura; porque vive entre los desechos del ocio de otras personas, recolectando principalmente revistas, diarios y libros descartados. No se trata de un cartonero, porque el truco esencial para la supervivencia del sexagenario Barladeanu es convertir todo el basural en obras que desafían en belleza al arte moderno, aunque no venda sus creaciones sino que las atesora como una estética personal que construye su propio orden del caos mundano. Se podría decir que es un virtuoso del collage, porque realiza unos rectángulos con recortes, pero él se refiere a esas obras como películas, y tal vez tenga razón. En cada encuadre de Barladeanu hay un pequeño relato que incluye también personajes, algunos interpretados por célebres actores y actrices robados de las revistas.

Get out of the Car
(de Thom Andersen, Estados Unidos, 2010, 34')

Una serie de planos fijos, bellos y fascinantes que, en su recorte, retratan un peculiar paisaje de Los Angeles. La mirada de Andersen se detiene en carteles antiguos, fotos, señales de tránsito, propaganda callejera, murales y fachadas de edificios que remiten a otros tiempos de la ciudad. El recorrido está acompañado por algunas conversaciones y una cuidadísima selección de música popular de la región, que va desde los años ‘40 hasta los ‘90.

Nostalgia de la luz
(de Patricio Guzmán, Chile/España/Francia/Alemania, 2010, 90')

En Chile, a tres mil metros de altura, los astrónomos venidos de todo el mundo se reúnen en el desierto de Atacama para observar las estrellas. El desierto es un enorme espacio intemporal compuesto de sal y viento. Es un pedazo de Marte sobre la Tierra. Todo está inmóvil, sin embargo la superficie está llena de huellas misteriosas. Hay aldeas construidas hace mil años. También hay trenes mineros del siglo XIX abandonados en la arena. Hay cúpulas que parecen naves espaciales enterradas donde viven los astrónomos. Hay huesos por todas partes. La Vía Láctea –en las noches– es tan deslumbrante que produce sombras en el suelo. Para un astrónomo, el único tiempo real es el tiempo que viene del pasado, ya que la luz de las estrellas tarda muchos años en llegar a la Tierra. Por lo tanto ellos siempre miran hacia atrás. Lo mismo le ocurre a los historiadores, arqueólogos, geólogos, paleontólogos; y a las mujeres que buscan los restos humanos de sus familiares, prisioneros políticos de la dictadura. Todos miran atrás para comprender mejor el futuro. Ante la incertidumbre del porvenir, el pasado nos habla.

Matchmaking Mayor
(Nesvatbov, de Erika Hniková, República Checa, 2010, 72')

Documental sobre el alcalde de Zemplínské Hámre, un pueblo que sufre el exilio y la decadencia, que un día decide unir a todas las personas solteras de su ciudad. Sus planes van desde una recompensa financiera por cada recién nacido hasta la organización de fiestas de citas para los solteros de todos los pueblos cercanos.

The Autobiography of Nicolae Ceausescu
(Autobiografía lui Nicolae Ceausescu, de Andrei Ujica, Rumania, 2010, 187')

Las imágenes con las que el tirano se celebra a sí mismo –concentraciones, fiestas populares, discursos, encuentros con jefes de Estado, escenas la vida familiar– tienen como objetivo fijar la simbólica eternidad de la autocracia, mientras que la revolución que volvió a poner en marcha la rueda del tiempo se hizo justamente contra esos trozos de celuloide. Es fácil mirar hoy la película y deducir con razón que Ceaucescu era poco más que un burócrata mediocre. Pero conviene recordar que no era eso lo que se decía de él, incluso fuera de Rumania.


Para el que no quiere arriesgar: las más "mainstream"


Blame
(de Michael Henry, Australia, 2010, 89')

Un profesor de piano regresa a su desolada y vacía casa. De pronto, de la nada, cinco intrusos enmascarados lo atrapan y lo obligan a tomar un frasco de pastillas para dormir. Dejan una falsa nota de suicidio, lo dan por muerto y se van. Pero el "crimen" no sale como lo planeaban...

13 Assasins
(Jûsan-nin no shikaku, de Takashi Miike, Japón, 2010, 126')

Una de las vertientes más tradicionales del cine japonés de acción, subvertida con dosis de comedia y de gore. Ambientada en el siglo XIX, la película cuenta las andanzas de 12 samurais y un simpático subordinado en su intento por derrocar al cruel Lord Naritsugu, que viola y mata sabiendo que el ser hermano del shogun lo protegerá. Liderados por Shinzaemon Shimada, los ronin saben que están en una misión suicida contra un enemigo enormemente superior, pero eso no los detiene.

Truth About Men
(Sandheden om mænd, de Nikolaj Arcel, Dinamarca, 2010, 105')

Mads tiene 30 años, una novia, Marie, que según él no es realmente su tipo, una buena casa, un buen trabajo, y está planeando tener hijos. Pero no está seguro de que es lo que realmente quiere. Él encuentra una carta que escribió a sí mismo a los 17 años, donde se le pregunta si ha encontrado el verdadero amor. Él decide tomar un descanso de Marie para "encontrarse a sí mismo" y para saber si tiene todo lo que realmente quería y si alguna vez ha sido verdaderamente feliz.

Easy Money
(Snabba Cash, de Daniél Espinosa, Suecia, 2010, 124')

Los bajos fondos de Estocolmo son un sumidero al que han ido a parar todos los desechos de la sociedad sueca. Todos quieren defender su territorio y lucrarse a cualquier precio. La enigmática desaparición de una mujer será el nexo de unión de tres criminales con un objetivo común. Sólida adaptación del best-seller homónimo del sueco Jens Lapidus, Easy Money entrecruza las historias de tres personajes, un traficante recién escapado de prisión, un matón con problemas familiares y un taxista que sueña con una vida de lujo, en un excitante y multicultural thriller, tremendamente realista, en el que el vil metal impone sus crueles normas.

Directores consagrados y clásicos del festival

Cave of Forgotten Dreams
(de Werner Herzog, Francia, 2010, 90')

El último documental de Werner Herzog trata sobre la cueva de Chauvet-Pont-d’Arc, descubierta en 1994 en el sur de Francia, donde hay pinturas humanas de 32 mil años de antigüedad. Filmada en 3D.

Aurora
(de Cristi Puiu, Rumania, 2010, 123')

Menudo proyecto el de Puiu: una película de casi tres horas de duración con un protagonista casi excluyente –¡interpretado por él mismo!– del que casi nada sabemos durante casi todo su transcurso. Viorel despierta en una casa que pronto descubrimos no es la suya, junto a una mujer a la que aparentemente tampoco puede llamar suya. Va a un taller, reclama una deuda, recibe una pieza de metal con la que después armará una escopeta de dos caños, en un departamento que debería estar refaccionando… pero se nota que tiene otras ideas. Qué va a hacer con el arma, y qué consecuencias tendrá ese acto, es algo que iremos averiguando paulatinamente, como corresponde para digerir hechos definitorios. De la mente detrás de La noche del Sr. Lazarescu.

Essential Killing
(de Jerzy Skolimowski, Irlanda/Italia/Noruega/Polonia, 2010, 83')

Si Four Nights with Anna (2008) podía parecer la esporádica vuelta al cine de un has been, con la inmediata Essential Killing queda demostrado que el polaco Jerzy Skolimowski volvió al cine para quedarse. Película de acción pura, cuya actualidad no le impide tocar temas universales, y que propone un héroe masculino diferente sin resignar un ápice de los atractivos del género, ha recibido premios desde su estreno en Venecia, entre otros el de mejor película en el vecino festival de Mar del Plata. La acción comienza en las montañas afganas, donde un guerrillero talibán es descubierto y capturado por fuerzas occidentales. Torturado e interrogado por los militares, es trasladado a una de las bases de máxima seguridad que EE.UU. tiene en el este de Europa. El resto de la película narra la fuga desesperada del guerrillero a través de un bosque nevado. En el papel protagónico, un siempre interesante Vincent Gallo acomete el desafío físico y emocional del hombre capturado, que nunca habla y de quien no conocemos ni su nombre.

Oki's Movie
(de Hong Sang-soo, Corea del Sur, 2010, 80')

Al principio de la película, el profesor de cine le dice a su alumna que lo importante es encontrar la forma y el resto viene solo. Hong Sang-soo, uno de los (pocos) cineastas importantes del siglo XXI, desafía al espectador a identificar la forma de Oki’s Movie: ¿asistimos a uno de los característicos triángulos amorosos del director –narrado esta vez en cuatro partes– o a los cortometrajes que los personajes realizan en tanto cineastas? El resultado es sumamente misterioso, porque los personajes tienen un doble y el pasado y el futuro se reflejan en las pasiones de los otros. Es como si el deseo se encarnara interminablemente en la misma escena –una mujer que media entre dos hombres de edades distintas– y el aprendizaje en la vida personal y profesional se redujera a ocupar esos lugares signados por la jerarquía, la falsedad y la traición que el poder ha asignado previamente.

Hahaha
(de Hong Sang-soo, Corea del Sur, 2010, 116')

Con Hahaha, Hong reconoce que la screwball está condenada, antes que a ser ese clasicismo citado por impulso pavloviano más que por inteligencia, a atomizar la modernidad, a reducirla a escombros ridículos aunque sentidos. Escombros luminosos, imperfectos como esos zooms, bestiales como esas reacciones entre las parejas de Hahaha, omnipresentes como el mar de Tongyeong. Estival y cariñosa en su mirada, Hahaha dice que somos uno más imperfecto que el otro, sin importar cuál se compare con cuál. Y que eso es motivo de risa y, exploración mediante, de cine.

The Turin Horse
(de Béla Tarr, Hungría, 2010, 146')

El nuevo desafío cinematográfico de Béla Tarr parte de un famoso incidente en la historia de la filosofía: en 1889, en Turín, Friedrich Nietzsche corrió a proteger a un caballo de tiro de los latigazos de su dueño, en lo que fue decretado a posteriori como el comienzo de su locura. Tarr expone los hechos y luego aclara: su película no es sobre Nietzsche, sino sobre el caballo. A lo largo de seis días, y con morosidad aún más austera de lo habitual, el realizador húngaro cuenta la rutina de los dueños del equino, un hombre entrado en años y su hija, que viven en una casa humilde. Los vemos soportar una dura tormenta con el estoicismo de la gente de campo. Reciben a un hombre que busca comprar bebida; son mirados con hostilidad por unos gitanos. Después de su inconsciente momento histórico, el caballo ha dejado de comer y la violencia de su dueño se intensifica. Pero es imposible no ver los sucesos del film a la luz de la figura de Nietzsche y todo lo que sucedió después: el momento en que la tormenta se abate sobre el mundo y éste, manejado por hombres de razón, empieza a perderla.

Tournée
(de Mathieu Amalric, Francia, 2010, 111')

En su cuarto largometraje como director, el excepcional actor Amalric –aquí también protagonista– interpreta a un ex productor de televisión que abandona todo para acompañar a unas strippers norteamericanas, bastante veteranas y excéntricas, durante una intensa gira que él mismo va organizando en distintas ciudades, en su mayoría portuarias, de toda Francia. Este padre de dos hijos (bastante incapaz, por cierto), ya divorciado y dueño de una vida desordenada, intentará sin demasiada fortuna utilizar sus viejos contactos en el show-business para sostener el espectáculo denominado Cabaret New Burlesque.

Sleeping Sickness
(de Ulrich Köhler, Alemania/Francia/Holanda, 2011, 91')

Aquí el doctor Ebbo Veltman, tras muchos años de haber puesto en práctica un exitoso plan contra la “Enfermedad del Sueño” en Camerún, se ve en la situación de regresar a Alemania con Vera, su mujer, dado que su hija Helena se encuentra allí estudiando y ya no quiere regresar a África. De esta manera, al volverse efectivo el traspaso del puesto de Veltman a otro médico, la familia entera podrá retornar a su tierra natal. En este punto la película hace un salto en el tiempo y en el punto de vista; trasladándose al doctor sucesor, Alez Nzila, para mantenerse en Camerún. Aunque la epidemia pareciera ser combatida eficazmente, Niztla encuentra la clínica en un estado caótico y a Veltman perdido en una excentricidad imposible, nutrida por un apego hipnótico a esa tierra.

El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas
(Loong Boonmee raleuk chat, de Apichatpong Weerasethakul, Tailandia/Reino Unido/España/Alemania, 2010, 114')

Viendo Uncle Boonmee… uno tiene la sensación, como en ciertas películas de David Lynch, de que el cine puede hacerse también con el mismo material que los sueños; que los cientos de decisiones estéticas y cuestiones técnicas ligadas a la factura de un film podrían desaparecer y que la imaginación de un director podría ocupar la pantalla sin intermediaciones. Así se vive, así se vibra lo que pasa en la ganadora de la Palma de Oro en Cannes: una película donde fantasmas y criaturas míticas conviven con hombres y mujeres, trabajadores y monjes, sanos y enfermos, como si fuera la más curiosa sitcom posible, o una charla de quincho de alto voltaje lisérgico.


Clásicos reestrenados

Metropolis
de Fritz Lang, Alemania, 1927, 147'

Luego de las idas y vueltas que precedieron y continuaron el descubrimiento de la versión original de Metrópolis, la obra maestra de Fritz Lang desembarca nuevamente en Buenos Aires. Con treinta minutos adicionales, el corte actual de 147 minutos repara las sucesivas mutilaciones que sufrió el film inmediatamente luego de su estreno en 1927; devolviéndole la complejidad de su estructura narrativa original, escrita por Thea Von Harbou (esposa de Lang por ese entonces), que integraba el melodrama con una trama sobre la lucha de poder en un mismo e imponente universo expresionista.

El Gatopardo
(Il gattopardo, de Luchino Visconti, Italia/Francia, 1963, 187')

El romance que da nombre al film, escrito por Lampedusa unos años antes, era la historia algo nostálgica sobre un mundo en desaparición, el de su propia familia a fines del siglo XIX. Visconti, también de origen ilustre, pone en escena esa misma decadencia nobiliaria frente al avance burgués; acentuando aún más la impresión de que algo se perdía de manera irremediable y el universo a que daba paso era inaceptable. La sensibilidad que demuestra Visconti frente a la extinción de la nobleza italiana asimismo se entiende desde su antigua militancia comunista, donde el enemigo era básicamente el mismo: el burgués recién venido representante del capitalismo. Si en La tierra tiembla denunciaba de manera radical la derrota obrera y comunista a manos del sistema, en El Gatopardo Visconti hace un movimiento similar pero para narrar la capitulación de la aristocracia. Casi veinte años más tarde Ettore Scola, en La noche de Varennes, contaría una historia similar aunque durante los días de la Revolución Francesa. (Andrés Levinson).

America America
(de Elia Kazan, Estados Unidos, 1963, 164')

“Es mi favorita entre todas las películas que filmé; la primera completamente mía”, decía Elia Kazan cuando le preguntaban acerca de América América, basada en su propia novela sobre el peregrinaje de un tío suyo de Anatolia a Nueva York. La historia del griego Stavros comienza en la última década del siglo XIX, cuando para escapar de la persecución turca viaja, irónicamente, a Estambul; con la idea, como tantos entonces, de que fuera una escala para llegar lo más lejos posible. Lo que hay entre su llegada a esa ciudad y el final, con la Estatua de la Libertad de fondo, es la historia conocida, sufrida, de un hombre en contra de su pasado, con la vista clavada en el futuro.


Apuestas radicales para fans del riesgo

Fading
(de Oliver Zabat, Francia, 2010, 65')

Mientras patrullan rutinariamente el sótano de un hospital, dos vigilantes se enfrentan a ruidos extraños, que los interpelan de una manera aún más extraña. En paralelo, un punk errante, que colmó su cuerpo de tatuajes y piercings, se autofotografía con un celular, deformando ahora digitalmente su estética radical. Y entre esas dos situaciones se filtran todos los enigmas que sostiene la película de Olivier Zabat, un viaje audiovisual llevado a cabo sin ninguna distracción que derrumbe su periplo inmersivo en el más desafiante desconcierto. Con dos mundos que entran en una suerte de fricción, y que nunca revelan todo lo que los une, Fading intenta nuevos montajes (realistas, poéticos, tecnológicos), al mismo tiempo que invita a desandar los caminos tradicionales por los que se mira una película.

Dharma Guns
(de François-Jacques Ossang, Francia, 2011, 93')

En blanco y negro centelleante, una femme fatale maneja su lancha arrastrando a un esquiador acuático. El rock industrial que truena sobre esa hipnótica primera secuencia no deja lugar a dudas: estamos entrando al territorio de F.J. Ossang; una isla fortificada donde habitan los fantasmas de Artaud, Guy Debord y Jacques Tourneur. Pervirtiendo un título de Kerouac pero cercano en espíritu a las especulaciones meta-psíquicas de Burroughs, el poeta guerrero del under francés fabrica otra de sus pesadillas alucinadas a partir de la muerte (en aquella escena náutica) de su eterno alter ego Guy McKnight. Lo que sigue puede describirse como la reconstrucción de lo que pasa en el cerebro durante el tránsito al más allá; o como un viaje épico por el sistema nervioso, entre dobles genéticos, espirales y neblina.

Road to Nowhere
(de Monte Hellman, Estados Unidos, 2010, 121')

El joven director de culto estadounidense Mitchell Haven (Tygh Runyan) ha encontrado una historia interesante para su nueva película. Sus protagonistas son la bella joven Velma Duran y su pareja, Rafe Taschen, un hombre maduro y comprometido políticamente. Sospechas de corrupción obligan a Taschen a huir hacia adelante y ambos terminan optando por la solución más fácil: el suicidio. Haven está fascinado con su película y con la actriz que encarna a la protagonista, Laurel Graham, una estrella emergente de la que se enamora con locura. Pero en el transcurso del rodaje Haven descubre algo muy inquietante relacionado con su musa.

Snap
(de Carmel Winters, Irlanda, 2010, 86')

En su opera prima la cinematográfica Carmel Winters –más que contarla– examina la historia a través de una fascinante composición en capas, cada una de las cuales permite acceder a un abordaje diferente: el arrebato de la ficción, la elusividad del recuerdo, el realismo documental más crudo. A partir del último es que comienza a deshojarse este film-cebolla: ásperamente, Sandra le relata a un reducido equipo técnico de cine su involuntaria participación en un misterioso crimen. Habla, o más bien gruñe en varias direcciones: interpela a los miembros del equipo, hace preguntas a cámara, contesta con ferocidad. Mientras tanto, en la cándida luminosidad de la “ficción”, Stephen, el pecoso hijo adolescente, pasa su tiempo junto a un bebé, al que parece estar cuidando en una casona de un barrio apacible. Miran TV, comen caramelos dispuestos en platos como caritas sonrientes... Dulce impresión que de a poco se irá contaminando de un tinte cada vez más amargo, hasta llegar a la negrura más descarriada: el corte transversal de todas las capas.

Anti Gas Skin
(Bangdokpi, de Gok Kim y Sun Kim, Corea del Sur, 2010, 123')

Los gemelos Gok y Sun Kim, artífices de verdaderas piezas del más refinado underground asiático, como Capitalist Manifesto: Working Men of All Countries, Accumulate! y Geo-lobotomy, configuran, en ésta, su tercera colaboración como codirectores, una disertación en torno al malestar social que aqueja a Corea del Sur contemporánea. Amalgamando sátira, surrealismo y fantasía bajo una estructura de thriller, los gemelos Kim retoman en Anti Gas Skin varias inquietudes provocadas por los efectos secundarios que el sistema social y político causan en el individuo. La historia, acontecida durante el día de elecciones en Seúl, se teje a través de cuatro personajes cuyas vidas penden de los actos cometidos por un temido asesino serial cuya marca personal es una máscara antigás: Miju, una niña-lobo, líder de un grupo de jóvenes que planean un suicidio colectivo; Bosik, un policía de tránsito convencido de ser un superhéroe; Patrick, un marine gringo, trastornado por el brutal asesinato de su novia coreana, y Ju Sanggeun, el candidato más opcionado a ocupar el cargo de alcalde en una ciudad presa del miedo y la incertidumbre. Difícilmente puede pensarse el futuro del cine asiático sin la obra frenética de los hermanos Kim. (Maximiliano Cruz)

Combatiendo, el capital miércoles, 9 de marzo de 2011

















por Martín Caparrós

Todavía no se animan a sacar avisos en los diarios. Parece que les da como cosa, pero mientras tanto la oferta se difunde de boca en boca: por sólo unos cientos y un poco de paciencia, es posible lanzarse al safari más excitante de la historia. La idea, dicen, se le ocurrió a un galletitero de Munro, pero ahora se difundió y avanza: el comerciante recibe la plata y se hace el oso; el cliente se queda en un rinconcito, cara de nada, y espera: cuando llega el chorro, el cliente saca el magnum 357 y, sin decir ríndete forastero, le pone cinco balas entre los ojos pardos.

A veces el ladrón tarda mucho, días en llegar; a veces, incluso, no llega: los riesgos corren por cuenta del cliente. Pero en general funciona. Y no es fácil encontrar mejores condiciones para practicar caza mayor con blancos casi verdaderos: los ladrones, si están bien vestidos, se parecen mucho a la gente. Después, si alguna vez el tirador corre algún peligro, si alguien le quiere robar el anillo de bodas, va a estar preparado para repeler honestamente la agresión.

–Oiga, éste estaba demasiado gordo.
–Sí, la joda es que se alimentan a fideos.
–Claro, los muy brutos. Espero que la próxima me toque uno más flaco, es un blanco más interesante.

El deporte es el deporte, una escuela para nuestros retoños, la bebida de los pueblos fuertes, y así vamos. El problema es que cada vez hay más que no lo hacen por el placer, sino por el dinero. Lo fuerte es cuando lo hacen por el dinero. Ultimamente, muchos matan para defender los 200 pesos que tienen en la caja, y les parece bien.

Matar para defender los 200 de la caja es demasiado obvio: una metáfora berreta del capitalismo más salvaje. El capitalismo sin ningún disfraz: eso es incómodo.

La historia del siglo es la historia de los disfraces cada vez más lujosos que se fue inventando el capitalismo para subsistir, cuando reclamos y movimientos lo obligaban a disimular su condición: educación, medicina, jubilación, vacaciones, seguro de desempleo, jornadas restringidas, estabilidad laboral y tantos otros. La socialdemocracia, los estados benefactores, los populismos a la peronista son algunas de las formas del asunto. Ahora parece que al estado ya no le da para comprar trapos, y trata de no gastar en disfraces: por eso ha ido privatizando, dejando de disimular, abandonando sus prestaciones. Pero no se esperaba para tan pronto que privatizaran lo que fue el origen de los estados, su razón primera: la administración de la violencia.

En la Argentina, supongo, la idea empezó con los militares de la dictadura: privatizaron la parte de la violencia –las torturas, los asesinatos– que el estado no podía asumir en público. La idea prendió, y ahora buena parte de la seguridad que importa es privada: guardias personales, custodias en barrios e instituciones, policías laborales. Grandes empresas casi monopólicas se hacen cargo de lo que abandona el estado en su naufragio: se apropian de la violencia como se apropian del petróleo o los aviones.

El problema es que estamos en la Argentina, o algo que se le parece mucho, y les ha surgido la competencia del cuentapropismo. Y allí, como los galletiteros no tienen los medios para disimular, el capitalismo se muestra en todo su esplendor.

El menemismo, ya lo dijo Vladimir Ulianov, es la etapa superior del capitalismo: es el capitalismo audaz, desdeñoso, soberbio. Ese capitalismo audaz es el que ponen en acto los almaceneros que matan –y, peor, están dispuestos a morir– para defender los 200 pesos de la caja. Un capitalismo que no necesita disimular nada, que muestra sin tanguita que está dispuesto a matar por la plata a quien sea necesario.

–Mirá, me rompe las bolas tener que matarlo, pero si se llevaba la guita los chicos se me quedaban sin el regalo del día del Niño.
–Ah, no, claro, por los chicos todo.
–Ya lo decía el general: los únicos privilegiados, viste.

Hay una falacia fundadora: que la vida humana es, en sí, por mandato superior, invalorable, más importante que nada. Es falso: vale lo que se quiera pagar, lo que cada sociedad establece que vale –pregúntenle a un americano del siglo pasado cuánto valía la vida de un esclavo negro y podría haber dado cotizaciones muy precisas. Es falso, pero sobre ese mito se asienta la posibilidad de que exista este tejido social. Si queda establecido que una vida de chorro del coño urbano vale 199 con 90, seis pagos con tarjeta, todo se complica. Si los chorros se convencen de que los 200 pesos valen una vida, en una de esas les da por entrar matando: mejor que sea la del otro. Va a ser un problema para algunos, y puede resultar un mal ejemplo, quiero decir: un ejemplo.

El mecanismo capitalista solía ser más astuto: te iban sacando la vida de a poco, en 12 horas diarias 5 días por semana, 11 meses y medio por año, 38 años por vida, y te la pagaban también de a poco, no 200 sino un poco más. Era más pudoroso. Ahora, con el menemismo, la etapa superior del capitalismo, el capitalismo desdeñoso, están tan ensoberbecidos que no tienen tapujos en mostrarse tal como son: que la escuela se la pague el que pueda, que te cure lola, la luz para los iluminados y la vida por 200 pesos. Es interesante que se hayan vuelto tan impúdicos, que se confíen tanto. Se muestran y quizás no se dan cuenta de que se los ve feos, llenos de verrugas, con los pendejos malteñidos de rubio y la prótesis un poco atravesada. Se muestran demasiado. No creo que les convenga. Pero los que saben son ellos.

(julio 1993)

Publicado en Página/12. Recopilado en La patria capicúa


Mi videoteca lunes, 7 de marzo de 2011

Cuando se la acumuló por años, una biblioteca es una especie de corte geológico donde se ven las napas de caprichos desvanecidos, tanto como los sedimentos que se han afirmado. Por eso, cuando alguien mira la biblioteca de otro, de algún modo, está al borde de la indiscreción.

Cambien biblioteca por videoteca y de pronto Beatriz Sarlo acaba de definir mi modesta colección de DVDs.































La colección a marzo de 2011

Gone with the wind
(1939) de Victor Fleming. AVH
How green was my valley (1940), de John Ford. AVH
Casablanca (1942), de Michael Curtiz. 20th Century Fox
The Shadow of a Doubt (1943), de Alfred Hitchcock. AVH
The Fountainhead (1949), de King Vidor. Warner Bros.
Sunset Blvd. (1950), de Billy Wilder. Paramount
Rear Window (1954), de Alfred Hitchcock. AVH
The Night of the Hunter (1955), de Charles Laughton. MGM
The Killing (1956), de Stanley Kubrick. MGM
12 Angry Men (1957), de Sidney Lumet. MGM
Vertigo (1958), de Alfred Hitchcock. AVH
Psycho (1960), de Alfred Hitchcock. AVH
Carnival of Souls (1962), de Herk Harvey. Alpha
The Birds (1962), de Alfred Hitchcock. AVH
(1963), de Federico Fellini. Video Digital
Dr. Strangelove (1964), de Stanley Kubrick. Columbia
Repulsion (1965), de Roman Polanski. EPI
Un dólar marcado (1965), de Giorgio Ferroni. AVH
Django (1966), de Sergio Corbucci. AVH
Il Buono, il brutto, il cattivo (1966), de Sergio Leone. MGM
In the Heat of the Night (1967), de Norman Jewison. United Artists
2001: A Space Odyssey (1968), de Stanley Kubrick. Warner Bros.
C'era una volta il West (1968), de Sergio Leone. Paramount
Monterey Pop (1968), de D.A. Pennebaker. Criterion.
Z (1969), de Costa-Gavras. Plus Video
Midnight Cowboy (1969), de John Schlesinger. MGM
Il conformista (1970), de Bernardo Bertolucci. Paramount
The Godfather (1972-1974-1990), de Francis Ford Coppola. Paramount
Mean Streets (1973), de Martin Scorsese. Warner Bros.
Chinatown (1974), de Roman Polanski. Paramount
Le fantôme de la liberté (1974), de Luis Buñuel. Plus Video
Barry Lyndon (1975), de Stanley Kubrick. Warner Bros.
Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese. Columbia
A Clockwork Orange (1976), de Stanley Kubrick. Warner Bros.
The Deer Hunter (1978), de Michael Cimino. Gativideo
Apocalypse Now (1979), de Francis Ford Coppola. Paramount
Alien (1979), de Ridley Scott. 20th Century Fox
The Elephant Man (1980), de David Lynch. Plus Video
Reds (1981), de Warren Beatty. Paramount
Escape from New York (1981), de John Carpenter. Gativideo
The Wall (1982), de Alan Parker. Columbia
Videodrome (1983), de David Cronenberg. Universal
Scarface (1983), de Brian De Palma. Universal
Rumble Fish (1983), de Francis Ford Coppola. Universal
Dune (1984), de David Lynch. Universal
Stranger Than Paradise (1984), de Jim Jarmusch. AVH
This is Spinal Tap (1984), de Rob Reiner. MGM
Aliens (1986), de James Cameron. 20th Century Fox
Blue Velvet (1986), de David Lynch. MGM
Wall Street (1987), de Oliver Stone. 20th Century Fox
RoboCop (1987), de Paul Verhoeven. 20th Century Fox
They Live (1988), de John Carpenter. Universal
The Last Temptation of Christ (1988), de Martin Scorsese. Universal
Do the Right Thing (1989), de Spike Lee. Universal
Crimes and Misdemeanours (1989), de Woody Allen. Planeta
Total Recall (1990), de Paul Veroheven. Studio Canal
Goodfellas (1990), de Martin Scorsese. Warner Bros.
Mo' Better Blues (1990), de Spike Lee. Universal.
Wild at Heart (1990), de David Lynch. MGM.
Jungle Fever (1991), de Spike Lee. Universal
Reservoir Dogs (1992), de Quentin Tarantino. Lion's Gate
Alien³ (1992), de David Fincher. 20th Century Fox
Trois couleurs: Bleu (1993), de Krzysztof Kieslowski. Plus Video
Trois couleurs: Blanc (1994), de Krzysztof Kieslowski. Plus Video
Trois couleurs: Rouge (1994), de Krzysztof Kieslowski. Plus Video
León (1994), de Luc Besson. Columbia.
Crooklyn (1994), de Spike Lee. Universal.
The Usual Suspects (1995), de Bryan Singer. Paramount.
12 Monkeys (1995), de Terry Gilliam. Universal.
Before Sunrise (1995), de Richard Linklater. Warner Bros.
Clockers (1995), de Spike Lee. Universal
Seven (1995), de David Fincher. Gativideo
Underground (1995), de Emir Kusturica. Plus Video
Trainspotting (1996), de Danny Boyle. Primer Plano
Lost Highway (1997), de David Lynch. Universal
L.A. Confidential (1997), de Curtis Hanson. Warner Bros.
Boogie Nights (1997), de Paul Thomas Anderson. AVH
The Straight Story (1999), de David Lynch. Emerald
Fight Club (1999), de David Fincher. 20th Century Fox
Buena Vista Social Club (1999), de Wim Wenders. Emerald
The Sixth Sense (1999), de M. Night Shyamalan. Buena Vista
Being John Malkovich (1999), de Spike Jonze. Universal
Magnolia (1999), de Paul Thomas Anderson. AVH
Memento (2000), de Christopher Nolan. Columbia
Nueve Reinas (2000), de Fabián Bielinsky. AVH
High Fidelity (2000), de Stephen Frears. Touchstone
American Psycho (2000), de Mary Harron. Transeuropa
Lord of the Rings (2001-2002-2003), de Peter Jackson. Warner Bros.
Mulholland Drive (2001), de David Lynch. Studio Canal
Cidade de Deus (2002), de Fernando Meirelles. Miramax
The Royal Tenenbaums (2001), de Wes Anderson. Criterion
Big Trouble (2002), de Barry Sonnenfeld. Buena Vista
800 Balas (2002), de Alex de la Iglesia. Transeuropa
24 Hour Party People (2002), de Michael Winterbottom. MGM
The Pianist (2002), de Roman Polanski. Leader
Big Fish (2003), de Tim Burton. Columbia
The Saddest Music in the World (2003), de Guy Maddin. MGM
Goodbye Lenin! (2003), de Wolfgang Becker. AVH
Capturing the Friedmans (2003), de Andrew Jarecki. 791
Kill Bill (2003-2004), de Quentin Tarantino. Miramax
Rois et Reine (2004), de Arnaud Desplechin. 791
The Aviator (2004), de Martin Scorsese. Warner Bros.
Diarios de Motocicleta (2004), de Walter Salles. Buena Vista
2046 (2004), de Wong Kar Wai. Transeuropa.
La Niña Santa (2004), de Lucrecia Martel. Transeuropa.
Batman Begins (2005), de Christopher Nolan. AVH
El Aura (2005), de Fabián Bielinsky. AVH
Good Night and Good Luck (2005), de George Clooney. AVH
The Weather Man (2005), de Gore Verbinski. Paramount
Tideland (2005), de Terry Gilliam. Transeuropa
Der Untergang (2004), de Oliver Hirschbiegel. Transeuropa.
36 Quai des Orfèvres (2004), de Olivier Marchal. Transeuropa
Caché (2005), de Michael Haneke. Transeuropa.
Le Couperet (2005), de Costa-Gavras. Transeuropa
Still Life (2006), de Jia Zhang Ke. 791
Children of Men (2006), de Alfonso Cuarón. Universal.
A Scanner Darkly (2006), de Richard Linklater. Warner Bros.
The Departed (2006), de Martin Scorsese. Warner Bros.
La Crisis Causó 2 Nuevas Muertes (2006), de Patricio Escobar y Damián Finvarb. Foco
El Laberinto del Fauno (2006), de Guillermo del Toro. Warner Bros.
Inland Empire (2006), de David Lynch. Studio Canal
The Host (2006), de Bong Joon-ho. Transeuropa
There Will Be Blood (2007), de Paul Thomas Anderson. Miramax.
Planet Terror (2007), de Robert Rodríguez. Dimension
Death Proof (2007), de Quentin Tarantino. Dimension
My Winnipeg (2007), de Guy Maddin. 791
La fille coupée en deux (2007), de Claude Chabrol. Transeuropa
Eastern Promises (2007), de David Cronenberg. Gativideo
The Dark Knight (2008), de Christopher Nolan. Warner Bros.
The Bad Lieutenant: Port of Call - New Orleans (2009), de Werner Herzog. AVH

La colección se completa con las primeras dos temporadas de las series Twin Peaks (1990-1991), Space Ghost from Coast to Coast (1994-1995) y Titus (2000-2001), algunos recitales, libros, y varios números de la revista El Amante.