¿Cómo llega la gente a mi blog? viernes, 29 de junio de 2007

El counter que tengo en la página me permite, entre otras cosas, rastrear de dónde vinieron quienes llegaron a mi blog, y qué palabras clave estaban buscando en ese momento.

La lista, como era de esperar, mezcla algunos aciertos con varias boludeces -que por haberlas escrito (aunque sea en joda) me derivan ese tráfico inútil.

Asíque en cuanto a las búsquedas (entre paréntesis el número de búsquedas recientes, si fue mayor a uno)...

Billie le dice SÍ a
"música y mercado" (5)
"barrionuevo mafioso" (3)
"trabajo insalubre" (2)
"cierre ingenios en tucumán"
"maristella svampa - la sociedad excluyente - resumen"


Billie le dice NO a
"pendejas de 13 años"
"slogan de kosiuko"
"el codigo givenchy"
"letra de sensacion del bloque en notas para celular motorola"


Pero lo que más me alegró es que de las últimas llegadas por palabras claves, la más requerida con 8 búsquedas fue "slavoj zizek antiglobalización". Después veremos a qué tipo de globalización nos oponemos, pero el solo hecho de que lleguen buscando al amigo Zizek, creo que es una buena señal.
Digo, mejor que aquel que llegó buscando "el interior de un pato"...

Separados al nacer


Sting, viejo progre / Stifler, joven sexópata

De las distintas clases (sociales) de delitos jueves, 28 de junio de 2007

De las distintas clases (sociales) de delitos
por Cecilia Ceriani, Clarín.com

"Atacaron a Guillermo Andino". Con ese anuncio nos recibió anoche América Noticias Segunda Edición. Después de que el periodista contara con lujo de detalles el mal momento que había vivido en la avenida Bullrich, se habló de violencia y motochorros, se especuló con un intento de robo y se dio paso a un informe especial.

Allí, el cronista describía el lugar como "un zona con shopping, rodeada de los sanatorios más famosos y de edificios millonarios". Agudo e incisivo, el notero consultaba luego a una señora: "Buen día, ¿usted sabe que en esta esquina roban?". Después, en su afán por desentrañar lo que se escondía detrás del suceso, dio paso al testimonio de un señor que, aparentemente, manejaba la verdad absoluta: "Los que roban acá son los limpiavidrios". Bien, tomemos nota. La culpa ya no era del motochorro, sino del limpiavidriochorro. Una mujer, vecina de la zona, agregó más datos y reveló que el día anterior había estado a punto de sentarse en los bancos que se encuentran en la vereda de las vías del tren, pero "había chicos ahí". ¡Horror! Chicos sentados en bancos al costado de las vías. Deberían ser motochorros. O limpiavidrios. Seguro.

Cuando terminó con sus cuestionarios, el reclamo del cronista: "Estuvimos una hora en la zona donde atacaron a Andino y no vimos ni un solo policía".

De vuelta en el estudio, los periodistas lograron detectar con exactitud el plan siniestro de los delincuentes. Parece que eligen la zona porque al costado de las vías hay flores... detrás de las cuales esconderse. De verdad. Y, en el peor de los casos, si los petalitos amarillos no consiguen ocultarlos... hay cerca una estación de subte para escapar. En serio.

Desde aquí, nuestro servicio a la comunidad: aléjense de las motos y los limpiavidrios. Y de los chicos que se sientan en los bancos de las veredas, por las dudas. Y pidamos policías, más policías, muchos policías, llenemos todo de policías para que cuiden las zonas de sanatorios famosos. Evitemos las flores, no seamos ingenuos. Mejor el asfalto, bien lisito y mucho más limpio. Y, claro, nada de andar cerca del subte, que hasta un motochorro puede dejar su moto a un lado y escapar por ahí.

Ah, las dos noticias que siguieron hablaron de Norita y de Novaro. Y aprendimos algo: si hay violencia, armas y el ojo está puesto en vecinos de Villa Golf o un abogado de Barrio Parque, nos podemos quedar más o menos tranquilos, mirando TV en casa. Si, en cambio, los sospechosos son los chicos que trabajan en el semáforo, mejor pongámosle la etiqueta de inseguridad y reclamemos un policía más, no sea cosa que nos quedemos cortos.

Osito miércoles, 27 de junio de 2007



El lunes, José Pablo Feinmann escribió esta nota sobre Daniel Filmus en Página/12.
Y Filmus le contestó esto.

No se acerca mucho a un debate serio, más si parte de ciertos comentarios casi gagá del filósofo (quien, aclaro, me suele caer bien) y de las respuestas poco serias del candidato. Pero me divirtieron algunas chicanas.
Si quieren las comentamos.

De qué hablamos cuando hablamos de violencia en el fútbol lunes, 25 de junio de 2007

De qué hablamos cuando hablamos de violencia en el fútbol
por Juan Pablo Varsky
La Nación, 19-02-2007



¿Qué es el aguante?

Es un capital simbólico. Sólo se considera hombre a aquel que lo tenga. Los hinchas se lo conceden a aquellos compañeros que demuestren su saber físico en una lucha corporal contra las hinchadas rivales", dice el antropólogo José Garriga Zucal en "Hinchadas", un imprescindible libro de investigaciones compiladas por el sociólogo Pablo Alabarces. ¿Cómo se llena ese formulario? Agarrándose a trompadas con el "enemigo".

El aguante está mucho más asociado a la capacidad para resistir el dolor que a la fidelidad por los colores. El que no se la banca no recibe entradas de favor, no tiene acceso a los beneficios de pertenecer En gran parte de la sociedad, la combinación violencia-drogas-delito tiene connotación negativa. Pero, en su propia lógica, estos grupos le dan un valor positivo a ese cóctel. "Estar loco y de la cabeza a partir del consumo de alcohol y drogas los nutrirán de honor y prestigio entre sus pares", continúa Garriga Zucal.

Tener aguante, no temerle a nadie y estar "re loco" son los imprescindibles requisitos para ser incluido en la barra. ¿Por qué lo hacen?, podemos preguntarnos, cómodamente sentados en nuestro sillón. Ante la humillante exclusión social que sufren muchos jóvenes de la provincia de Buenos Aires (esa exclusión que vemos en los medios, pero no padecemos en persona), pertenecer a un grupo y tener una identidad no es un consuelo menor. Es la posibilidad de aferrarse a "algo" y ser alguien en la vida

El aguante se ha privatizado gracias a los propios dirigentes de los clubes y a los referentes políticos que recurren permanentemente a sus servicios de protección y aprietes. El lema de los barras parece ser: "Si ellos roban, nosotros les robamos a ellos". ¿Hace falta meterle miedo al DT para que se vaya? Marche una amenaza por acá. ¿El intendente necesita gente para un acto? Vamos todos para allá. ¿Hay una forma de callar críticas contra el manejo fraudulento de los clubes? Sí, haciendo participar a los muchachos.

En primera división se gana mucho dinero. En Rosario Central, manejan las divisiones juveniles. En Newell s, representan futbolistas profesionales. Adrián Rousseau y Alan Schlenker llevaron a los quinchos de Ríver su pelea por un botín de 60.000 dólares y arruinaron a los mismos dirigentes que les habían habilitado la caja millonaria. En Boca, Rafa Di Zeo se pasea como una celebridad, maneja el presupuesto y exporta su "manejo de grupo" a México y España para seguir engrosando sus ingresos como barrabrava. Esta mercantilización aleja a los barras de la simpatía por un club y los agrupa en otro bando: el de los mercenarios. Si la fórmula les funciona muy bien, ¿por qué la van a cambiar ? Creer que son inadaptados es el colmo de la ingenuidad.

En tanto, el hincha argentino es visto en el exterior como el gran actor de nuestro fútbol. Es el que más alienta, el que más espectáculo da. Se habla más de la pasión del hincha que de la calidad del juego. Muchas bandas de rock sueñan con tener un tema cantado por una hinchada. Aunque en la versión cancha se hable de drogas y muerte

El fútbol de ascenso en la Argentina es un fenómeno sin equivalentes en el mundo. Tiene cuatro categorías dependientes de AFA y el Torneo Argentino organizado por el Consejo Federal. Transmisiones radiales, programas de TV por cable, suplementos de diarios y sitios de Internet lo difunden como en ningún otro lugar del planeta. Buena parte de la actividad está concentrada en el conurbano bonaerense. Desde la B Metropolitana hasta la D, 47 de los 60 equipos proceden de esta región que padece la pobreza económica y la exclusión social. Aquí, al no haber plata importante, las barras militan por su propio club. El único botín en juego es ver quién se la banc a y quién corre en una pelea entre hinchadas. Ante esta superpoblación de equipos, la policía bonaerense debe ocuparse del 63% de los encuentros que se juegan cada fin de semana. ¿Está en condiciones de prestar servicio a tantos partidos? Desde operativos ineficaces hasta represiones indiscriminadas, pasando por inflación de agentes adicionales, su mala reputación no ayuda. Que no haya detenidos tras los incidentes en Gerli entre hinchas de Talleres y Los Andes suena a burla. Pero, ¿qué puede hacer cuando dos grupos deciden enfrentarse por el simbólico tesoro del aguante?

Identificada por los barras como una hinchada más (y no como fuerza pública), la Policía cuenta en su base con hombres provenientes de los mismos sectores de pobreza y exclusión que aquellos a los que debe reprimir. El trabajo no está bien remunerado. Aparecen el resentimiento y el descontrol. Para un barra, robarle la gorra a un policía vale más que llevarse un trapo rival. Y las condiciones geográficas colaboran con la causa. De 62 estadios bonaerenses, 40 tienen muy cerca una estación de ferrocarril, lugar ideal para el combate. Los clubes pierden dinero, ya que la recaudación nunca les alcanza para pagar los costosos (e inflados) operativos policiales. La actual estructura está colapsada. Ante este panorama, es un milagro que no tengamos más tragedias por fecha. ¿Soluciones? Con educación, se atacan las causas de este drama. Llevará mucho tiempo, es una cuestión de largo plazo. Con justicia y gestión, se atacan los efectos. Aquí sí se demanda una urgente intervención del Estado y de la AFA. Nuevas leyes, reestructuración del fútbol y voluntad política para llevar adelante las reformas. Mientras tanto, usted aguante.

¡Top ranking 50 de cosas para decir cuando ganó Macri! domingo, 24 de junio de 2007

¡Top ranking 50 de cosas para decir cuando ganó Macri!
por Podeti

20) Lo importante ahora es conseguir una buena dosis de Nyarlatothep © 34 mg. pediátrico para sobrellevar el temita de que de cada dos personas con las que hablás a diario, una votó a Macri.
21) Por ejemplo, ese de ahí, atrás tuyo, ¡cuidado!
22) Y ese otro, ¡epa epa!
23) Esa viejecita inofensiva que está tejiendo ese chalquito tricolor en punto cruz, ¡ojo al piojo, puede ser una!
24) Y ese que parece tan progre con su chivita candado y su pulóver tejido, ¡guarda!
25) Lo importante es conseguir uno de esos ANTEOJITOS de la película esa de John Carpenter que servían para identificar extraterrestres camuflados, y eran como unas calaveras rojas horribles, pero para votantes de Macri.
32) Lo importante es que ahora vamos a poder romperle las pelotas a Macri y todos sus acólitos cuando esté en el gobierno y no arregle un sorongo.
33) Y si la Policía pasa a manos de la Ciudad, vamos a poder echarle la culpa de cada pequeño caso de corrupción policial.
35) Lo importante es que con Macri vamos a tener las baldositas pegadiiiitas, los bachecitos tapadiiiitos, los semáforos arregladitos, para quedar bien con sus votantes retentivos anales. Ah, y va a poner un campo de concentración para cartoneros.
36) Lo importante es aprender la lección de que que si un millonario se presenta a las elecciones y no se cansa, en algún momento gana. Y de acá a la Rosada derechito. Qué lindo pensamiento.
37) Lo importante es que la gente es estúpida y se compra unos buzones tremendos, incluso en envoltorios horripilantes.
46) “Está todo guionado, como Gran Hermano.”

The Salchicha Times - Número 41 viernes, 22 de junio de 2007

Nada por aquí

Ninguno de los dos venía de racha, así que era un partido más. El Equipo Salchicha venía de derrotar al dandismo con un jugador menos el domingo pasado, el dandismo venía con relativa hegemonía en los últimos encuestros.
El partido fue trabado y por momentos divertido, pero el salchichismo estuvo mal parado en la cancha todo el tiempo. La cifra de seis goles recibidos es más que aceptable, el tema, como siempre, es -en tal caso- hacer siete. Y los salchichas sólo hicieron tres.
La primer media hora marcó un increíble parcial de 1-1, aunque hay que tener en cuenta que el dandismo se cansó de errarse goles -Facu y Bola estuvieron muy imprecisos en el último toque-, mientras que el salchichismo estrelló algunos tiros en los palos. De todas maneras, el resultado no reflejaba la relación de fuerzas. A poco del final, el partido iba 3-3 sin estar tan peleado como al principio.
Y es que el Equipo Salchicha no jugó a nada, básicamente. Una vez en control del balón, dependía de los saques largos del Tío o de alguna jugada brillante de Agus, ya que el resto del equipo no acompañaba en las subidas, no se desmarcaba ni se movía, imposibilitando el desarrollo de algún tipo de juego más o menos parecido al fútbol. El dandismo, sin brillar y muy impreciso, ganó con la salida del arco de Santi y cuando se dejó de errar goles increíbles.
El resultado fue el predecible para el partido tal cual estaba plantado: un equipo que más o menos jugó al fútbol y otro que sólo por momentos se acordó de ello.

Tio - 7 salchichas
Tuvo una sólida primera mitad. Durante los primeros 30-40 minutos, tapó la totalidad de los mano-a-mano que le tocó disputar, salió seguro y no se complicó abajo (a diferencia de otras veces, usó las manos en las pelotas fáciles). Otra vez le tapó un gol increíble a Santi, esta vez posibilitado porque Santi se hizo el canchero. Una vez que el dandismo pasó al frente no tuvo mucho para hacer, ya que los delanteros dandistas le hacían el one-two o el one-three.

Fede - 6 salchichas
Debido a los exámenes, permaneció alejado de las canchas durante más de un mes. Podemos decir que regresó en buen estado, aunque le falta pulir algunas cosas. En principio tuvo un buen papel en defensa, tapando remates con destino de gol de Santi y de Dante mediante sendas barridas que le consiguieron las primeras "frutillas" del invierno. Más cómodo en el rol de último hombre que en el de presionar arriba, muchas veces se vio en esta última situación debido a que Lucas y Gabi no acompañaban a Agus en la situación de ataque. Metió uno de los tres goles del equipo.

Lucas - 4 salchichas
Más perdido que Turco en la neblina, a Lucas no le faltaban ganas para jugar este partido pero no pudo demostrarlo en la cancha. Una denuncia muy fuerte por parte de un jugador cuyo nombre no develaremos sostiene que mientras el resto del equipo se rompía los huesos tapando pelotas y repartiendo patadas, nuestro amigo Pochoclero se sacó y se puso el buzo 6 veces, tomó agua 4 veces y se ató los cordones en 3 oportunidades. Mientras Santi se bailaba al equipo completo nuestro amigo, parado, miraba desde cerca la jugada al punto tal que un observador externo creyó que se trataba del árbitro del partido. Tuvo un par de buenos disparos al arco pero el resto del tiempo fue como si no hubiese jugado.

Gabi - 6 salchichas
Un partido irregular para el león. Mientras que en otros partidos impuso presencia como lateral de proyección, en esta oportunidad no cumplió con su contrato y no marcó goles. Quizás porque vio la defensa muy desguarnecida -él y Fede necesitan ajustar algunas cuestiones tácticas-, se vio imposibilitado de hacer esos desbordes por las bandas. Algo lejos de su nivel, sin embargo puso huevo y tuvo un trabajo más que aceptable en las marcas, más allá de algún descuido.

Agus - 7 salchichas
Protagonista indiscutido del casi inexistente rol atacante del equipo, Agus marcó dos de los tres goles de su equipo: el primero en una bonita jugada individual, y el segundo peinándola de cabeza y aprovechando que el Dandy estaba más confiado que Macri para el domingo y se comió una sandía jugo de dimensiones inconmensurables. A menudo se encontró sin compañeros en ataque y obligado a hacer la individual, en otras oportunidades sí tuvo jugadores a quien descargar (Fede y Gabi, en dos oportunidades) y sin embargo optó por la personal y desperdició la chance, generando sendos contraataques que tuvieron en vilo al equipo. De todas formas colaboró con las marcas y fue uno de los menos piores en una tarde en donde todos los salchicha, en alguna medida, jugaron mal.

Cenicienta 4

En 2002 escribí una opinión sobre Peter Pan, el Regreso al País De Nunca Jamás bajo el título "Disney en el regreso al País de Siempre Cobrás". Mi reflexión -cortita y algo ingenua- apuntaba directamente a la factoría de Walt y a su obsesión con segundas y terceras partes de films clásicos, cuya calidad daba poco menos que lástima y dejaba al desnudo el sector de la industria cultural "para chicos" que trabajaba poco y cobraba mucho.

Pues bien: hoy día leí, con gran alegría, la siguiente noticia:

Disney dejará de hacer secuelas en DVD*
La Walt Disney Company no hará más secuelas directo-a-video de sus producciones animadas, de acuerdo con el comentarista Jim Hill. Hill, que tiene una fama más o menos acertada en reportar las decisiones internas de la compañía, dijo que Sharon Morrill, presidente de DisneyToon Studios, fue forzado a renunciar como parte de una decisión de cerrar el grupo que produce las secuelas en DVD.
Previo a la adquisicion de Pixar por parte de Disney, los ejecutivos de Pixar Steve Jobs y John Lasseter se habían quejado públicamente acerca de la calidad de las secuelas, sosteniendo que erosionaban el valor de las producciones originales. Los ejecutivos de Disney respondieron que las secuelas probaron ser enormemente exitosas para el estudio. De acuerdo con Hill, Lasseter tomó la decisión para detener producciones futuras de las secuelas en DVD y echó a Morrill luego de ver una versión "work-in-progress" de The Tinkerbell Movie, descrita por Hill como "un lío horrible". Hill dijo que Lasseter se quejó ante el jefe de Disney Robert Inger dado que la película era "virtualmente inmirable". (...)


* Traducción de quien suscribe a partir de esta noticia.


Tanto la nota original de Jim Hill (quien no trabaja para Disney pero que está muy al tanto de información interna de la compañía, y se la pasa ventilando secretos) como la que publicó Chuck Oberleitne en O-Meon son excelentes ejemplos de los modos de funcionamiento de la industria cultural. Están en inglés, pero las recomiendo ampliamente.
Allí podremos leer, de primera mano, cómo la lógica mercantil se cuela por todos lados en los grandes estudios: en los proyectos que surgen como un medio y no un fin en sí mismo (en el caso de The Tinkerbell Movie, un mero medio para promocionar una serie de libros muy vendidos, al tiempo que se espera currar con la venta de DVDs en supermercados); en las proyecciones work in progress en donde ejecutivos y directivos deciden qué poner y qué no, bajando o subiendo el dedo según criterios que sólo en el mejor de los casos obedecen a cuestiones artísticas; en la terciarización de los trabajos de animación -signo de los tiempos que corren, los animadores están en la India y ganan... como indios, por supuesto; en las fechas de lanzamiento impuestas por el mercado o los accionistas, y a los que el departamento "creativo" se ve obligado a responder...
En suma, una postal de los tiempos que corren.

Separados al nacer jueves, 21 de junio de 2007


Dr. Evil, el que quería dominar al mundo / Jorge Telerman, el que quería dominar la ciudad

The Salchicha Times - Edición Especial lunes, 18 de junio de 2007

From: felipe civerra <felipeciverra@hotmail.com>
Subject: Felipe saluda antentamente!!!


Estimado Fede:

Hola, como andás?, te escribo para solicitar que subas a tu pagina de Internet ("Son tiempos difíciles para los soñadores") una crónica hecha por mi, del partido de los salchichas que se jugo hoy a la tarde. Ya que esta es la pagina oficial de los salchichas, donde sus victorias y caídas quedan plasmadas para el resto de la historia. Y hoy particularmente sucedió una victoria, como las de las épocas doradas se esa institución. Yo te paso como seria el formato de la crónica, y vos si te convence o si y tenes que modificar algo o agregar algo lo hacés.

Titulo:"La media salchicha del rigor"

El salchicha club, se alzó en Unifutbol con una victoria como las épocas doradas.

El salchicha club, con sólo dos integrantes del equipo titular (Feli y Agus) se enfrentó al equipo titular de los dandistas, el cual contaba además con mayoría numérica, ya que entre los suplentes titulares del equipo salchichense se encontraba Enrique (jugador del viejo enemigo de los salchichas "El Equipo de Gastón"), el cual no pudo venir a jugar porque el capitán de la escuela naval no lo dejo bajar del barco a último minuto.
El equipo salchicha se encontró superado todo el partido con llegada tras llegada del equipo dandista que a minutos del principio ya se encontraba 4 arriba en el marcador, pero el Equipo Salchicha fue sacando su gen de hijos del rigor. A lo largo del partido, a través de contraataques y haciendo grandes jugadas el equipo alcanzó un nivel como en la época dorada del club, como en el mundial 56 donde los cuatro salchichas ya se conocían como "La Salchicha Mecánica" y el resto de los equipos temían ante ese fútbol champagne. Luego de achicar al diferencia el equipo salchicha dio vuelta el partido y, como en la viejas épocas, supo mantener el resultado, y al tocar el silbato del final terminó un gol arriba de los dandistas.
Al final los representantes salchichas Dijeron: "cuidado!!,vuelve el hacha y el gordo y la salchicha mecánica vuelve" *

Tio: 9
Hijo del rigor, buena tarde para el arquero, que nunca bajo los brazos. Se vio obligado a salir del área para ayudar en el juego, flojo en los disparos al arco, pero ayudó mucho. En los momentos claves estuvo, en un mano un mano en el área y estirándose con si fuera de goma tapo 4 rebotes sucesivos (alguna voces, dicen que en ese momento el sector del arco se volvió blanco y negro y el parecía que era el tío del '56 con 12 kilos menos). Después de esa intervención el equipo dandista lo aplaudó por el nivel y el Dante (el capitán) lo felicitó dándole la mano. Muy seguro en el arco y organizo el partido.

Ariel: 9
Muy buena tarde para él, fue clave en el mediocampo y en la recuperación del balón, le salieron todas, después del partido se tuvo que hacer un antidoping ya que estuvo todo el partido corriendo y haciendo la gran enredadita de agus, que le salio la mayoría de la veces. Se acopló muy bien con Agus y lo acompañó en todas la subidas y también supo pisar la pelota y acomodar al equipo, estuvo un poco flojo con los disparos de media distancia.

Lucas: 9
Jugador clave de la mitad para abajo, se comunicó mucho con el Tío para poder cortar los contraataques de 3 y hasta 4 contra dos que se producían hacia el arco salchichense. Muy seguro en las marcas, recupero pelotas claves, metió el gol de la victoria, se cansó de ponerle pelotas agus en los pies. Ayudó mucho a salvar goles en el arco, en un momento clave del encuentro se interpuso entre el arco y el Tío y para evitar el gol se colocó en medio de la trayectoria del balón lo cual terminó con un riesgo de quedarse sin el dia del padre, pero fue una huevada.

Agus: 9
El equipo se saca el sombrero ante el, excelente partido, parecía que era el del mundial '56, cuando era soltero. Corrió todo, muy atento arriba y abajo recuperó muchas pelotas, sacó un par que eran goles seguros. Metió goles de todas partes y muchos claves, robó una en la puerta del área a Santi (Messi), el cual no pudo hacer nada. Tuvo una puntería muy efectiva, la mayoría de los goles estuvieron en sus pies, primera vez que agus no visita al banderín del corner en un partido. Se cansó de hacer la enredadita y aprendió a jugar en equipo. Por momentos parecía ese agus que era "Tazmania" que nadie entendía como hacia para moverse así, pasarse a todos y que su jugada termine en gol. Hasta el Tío confesó: "la primera vez que traspira la camiseta".

* Nota del dueño del blog: no entendimos qué carajo quiso decir, pero lo dejamos a efectos poéticos.

La obra de arte y la relación con su público sábado, 16 de junio de 2007

A propósito de las "grandes obras" y la creación artística moderna



No podemos hablar de “una cultura” estable e inmodificable: las culturas son mortales y las sociedades, alterables. Teniendo esto en cuenta, podemos constatar que actualmente asistimos a una disminución de la creatividad y la fuerza innovadora en el campo del arte.

Cornelius Castoriadis observa cómo “el periodismo contemporáneo inventa cada trimestre un nuevo genio y una nueva ‘evolución’ en tal o cual campo. Son esfuerzos comerciales eficaces para hacer girar la industria cultural, pero incapaces de disfrazar el hecho flagrante: la cultura contemporánea es, en una primera aproximación, nula.”1

Continúa Castoriadis: “De 1400 a 1925, en un universo infinitamente menos poblado y mucho menos ‘civilizado’ y ‘alfabetizado’ que el nuestro…, se encontrará sólo un genio de primera magnitud por cada decenio. Y he aquí, después de cerca de cincuenta años, un universo de tres o cuatro mil millones de humanos, con una facilidad de acceso sin precedente a lo que, aparentemente, habría podido fecundar e instrumentar las disposiciones naturales de los individuos –prensa, libros, radio, televisión– que no ha producido sino un número ínfimo de obras que, de aquí a cincuenta años, se considerasen como maestras.”2

“Que las obras plásticas, teatrales y cinematográficas sean cada vez más collages de citas de obras pasadas no se explica sólo por ciertos principios posmodernos. Es también porque las artes contemporáneas ya no generan tendencias, grandes figuras ni sorpresas estilísticas como en la primera mitad del siglo”, dirá Néstor García Canclini.3

Castoriadis sostiene que actualmente estamos asistiendo a un nuevo tipo de sociedad, en donde hay algo que muere y algo que nace.

Lo que está por morir –o, al menos, puesto fuertemente en duda– es la cultura occidental tal cual la conocemos. En otras palabras, la cultura capitalista, griego-occidental "como conjunto de normas y de valores, como forma de socialización y de vida cultural, como tipo histórico-social de los individuos, como significado de la relación de la colectividad consigo misma, con aquellos que la componen con el tiempo y con sus propias obras."4

***

Lo que hoy consideramos grandes obras no hubiesen sido tales sin grandes públicos. Cuando el arte es genuino, su público no asiste: participa. Castoriadis considera que una obra de arte es genuina cuando se relaciona con los valores de su sociedad y los inviste positivamente. En otras palabras: cuando la obra participa del “espíritu de época”.

En las expresiones artísticas legítimas, el arte y la vida se encuentran integrados, pudiendo hablar incluso de verdaderos climas culturales, como los que se daban en la demos griega y en el teatro victoriano.

"Todas las grandes obras que conocemos han sido creadas en una relación ‘positiva’ con valores 'positivos'. (…) Desde la Ilíada hasta El Castillo, pasando por Macbeth, el Réquiem o Tristán, la obra conserva esa relación extraña, más que paradójica, con los valores de la sociedad: los afirma al mismo tiempo que los pone en duda y los revoca."5

La obra genuina, entonces, es aquella que presenta a una comunidad dándose a conocer frente a sí misma. Aquella que entre en comunión con su público, y en donde el conjunto de la sociedad sepa de qué se trata, de qué habla. El elemento integrador de todas estas dimensiones es lo que Castoriadis llama la paideia, un término griego que el autor recupera para referir a esta idea integradora del arte. Y es que a Castoriadis se interesa por el sentido que esta integración da a sus miembros. Los individuos en una sociedad hacen suyos los valores en la medida en que participan en la construcción de éstos.

Jürgen Habermas afirma: “El arte burgués despertaba, al mismo tiempo, dos expectativas en su público. Por un lado, el lego que gozaba con el arte debía educarse hasta convertirse en un especialista. Por el otro, también debía comportarse como un consumidor competente que utiliza el arte y vincula sus experiencias estéticas a los problemas de su propia vida.”6

Una experiencia estética que no ha sido enmarcada por juicios críticos especializados, puede ver alterada su significación. “En la medida en que esta experiencia es utilizada para iluminar una situación de vida y se relaciona con sus problemas, entra en un juego de lenguaje que ya no es el del crítico. Así, la experiencia estética no sólo renueva la interpretación de las necesidades a cuya luz percibimos el mundo, sino que penetra todas nuestras significaciones cognitivas y nuestras esperanzas normativas cambiando el modo en que todos estos momentos se refieren entre sí”.7

***

Sin embargo, hay algo que muere en los tiempos de la modernidad capitalista. ¿Qué es lo que muere? Ante todo, “el humus de los valores donde la obra de la cultura puede crecer”, es decir, las condiciones que favorecen un tipo de sociedad que Castoriadis llamará autónoma, libre: no enajenada. Hoy asistimos hoy asistimos a un momento histórico en donde los individuos toman valores ajenos a ellos, que son presentados como deseables para el conjunto de la sociedad.

Y es que, como se pregunta Castoriadis: ¿cómo puede existir la creación de obras en una sociedad que no cree en nada y que no valora nada verdadera e incondicionalmente?

“El choque que provoca la obra es despertar. Su intensidad y su grandeza son indisociables de una conmoción, de una vacilación del sentido establecido. Conmoción y vacilación que sólo pueden darse si los valores valen fuertemente y así se consideran. El absurdo último de nuestro destino y nuestros esfuerzos, la ceguera de nuestra clarividencia, no destruían sino ‘educaban’ al público de Edipo rey o de Hamlet –y a aquellos de nosotros que, por singularidad, afinidad o educación, continuamos formando parte de éste– porque era un público que vivía en un mundo donde la vida era al mismo tiempo fuertemente investida y valorizada. Este mismo absurdo, tema preferido por lo mejor de la literatura y del teatro contemporáneo, no puede tener el mismo significado, ni su revelación tomar valor de conmoción, simplemente porque ya no es realmente absurdo, ya no hay ningún polo de no-absurdo al cual pudiera oponerse para revelarse fuertemente como absurdo. Es lo negro pintado sobre lo negro. De sus formas menos refinadas a éstas, desde Muerte de un viajante hasta Fin de partida, la literatura contemporánea no hace más que decir, más o menos intensamente, lo que vivimos cotidianamente.”8

En la sociedad moderna muere la relación esencial de la obra, y del autor, con su público.

El capitalismo –el sistema económico de la modernidad– aprovecha el arte con el propósito de obtener una ganancia económica, es decir, utiliza al arte como un vehículo para cumplir con una serie de intenciones previas que tienen al lucro como principal objetivo. Y cuando el arte es producto, se convierte en el transmisor de valores que son, según Castoriadis, “incompatibles” o “contrarios” a la construcción de una sociedad autónoma.

Dirá Néstor García Canclini: “La internacionalización del mercado artístico está cada vez más asociada a la transnacionalización y concentración general del capital. La autonomía de los campos culturales no se disuelve en las leyes globales del capitalismo, pero sí se subordina a ella con lazos inéditos.”

“En el cine, los discos, la radio, la televisión y el video las relaciones entre artistas, intermediarios y público implican una estética lejana de la que sostuvo a las bellas artes: los artistas no conocen al público, ni pueden recibir directamente su juicio sobre las obras; los empresarios adquieren un papel más decisivo que cualquier otro mediador estéticamente especializado (crítico, historiador del arte) y toman decisiones claves sobre lo que debe o no debe producirse y comunicarse; las posiciones de estos intermediarios privilegiados se adoptan dando el mayor peso al beneficio económico y subordinando los valores estéticos a lo que ellos interpretan como tendencias del mercado; la información para tomar estas decisiones se obtiene cada vez menos a través de relaciones personalizadas y más por los procedimientos electrónicos de sondeo de mercado y contabilización del rating; la estandarización de los formatos y los cambios permitidos se hacen de acuerdo con la dinámica mercantil del sistema, con lo que a éste le resulta manejable o redituable y no por elecciones independientes de los artistas.”9

En el momento histórico actual estamos frente a un panorama cultural chato, el cual no abona la construcción de una cultura trascendental. Resulta difícil encontrarnos con obras que resulten autorreferenciales para el conjunto de la sociedad, que entren en genuina comunión con amplios públicos.

***

Estamos asistiendo a un nuevo tipo de sociedad. La transformación que le siga podrá ser enajenante (con fuertes mecanismos de reproducción y sujetos desapropiados de sí mismos), o bien autónoma y libre –es decir, aquella en la que el ciudadano participe críticamente de la conformación de la sociedad y, en última instancia, también de sí mismo.

Hacia este segundo objetivo apuesta Castoriadis al señalar que en el momento actual también hay algo que nace, algo que está naciendo desde hace más de dos siglos. Y es el proyecto de una nueva sociedad, “el proyecto de autonomía social e individual”. Un proyecto que nace “difícil, fragmentaria y contradictoriamente”, pero que a pesar de sus desvíos debe plantearse nuevamente: un planteo que signifique creación política en su sentido más amplio y que proponga “los presupuestos culturales de una transformación radical de la sociedad.”10

El arte, aún después de perdida su aura, todavía puede ser percibido de manera iluminadora. Y es que el proyecto de la modernidad todavía no se ha desarrollado, si lo entendemos –en el campo artístico– como aquel proyecto que intente “volver a vincular diferenciadamente a la cultura moderna con la práctica cotidiana”.11



1. Castoriadis, Cornelius. “Transformación social y creación cultural” en revista Punto de vista N° 32, Buenos Aires, 1988
2. Ibíd.
3. García Canclini, Néstor. Culturas híbridas, Ed. Grijalbo, México, 1989
4. Castoriadis, Cornelius. Op. Cit.
5. Ibíd.
6. Habermas, Jürgen. "Modernidad: un proyecto incompleto" en Casullo, Nicolás. El Debate Modernidad-Posmodernidad, Ed. El Cielo por Asalto, Buenos Aires, 1995
7. Ibíd.
8. Castoriadis, Cornelius. Op. Cit.
9. García Canclini, Néstor. Op. Cit.
10. Castoriadis, Cornelius. Op. Cit.
11. Habermas, Jürgen. Op. Cit.

Ideología viernes, 15 de junio de 2007

"The Host", cita obligada jueves, 14 de junio de 2007



The Host, de Bong Joon-ho

Working class heroes

Una de las principales características del cine coreano parece ser su irremediable tendencia hacia la fusión de géneros. Así, cuando uno ve películas como "OldBoy" (Park Chan-wook) o "Woman on the Beach" (Hong Sang-soo), nunca se sabe si se está viendo una cinta de acción, un (melo)drama o una comedia.

Esto es lo primero que se me vino a la mente mientras veía estallar en "The Host" un impresionante arsenal de recursos. Después lo pensé un poco y me di cuenta que aquí la mezcla genérica existía, pero no era aleatoria. Y es que, es cierto, a uno lo agarran desprevenido en todo momento: uno no sabe si reirse, llorar o asustarse. Pero a medida que avanza la película nos damos cuenta que existe una jerarquización. ¿Qué quiero decir con esto? Que "la película de monstruos" que todos fuimos a ver es simplemente una excusa. Una excusa que el talentoso Bong Joon-ho utiliza para expresarse sobre el estado del mundo a través de una sátira tremenda, al tiempo que hace una tierna comedia sobre el valor de la familia. (Su idea de familia peleada y disfuncional pero fuertemente unida frente a un elemento común me trajo a la mente a la familia de la inclasificable "La felicidad de los Katakuris" de Takashi Miike y también, por qué no, al bizarro grupo familiar de "Little Miss Sunshine".)

"The Host" es una experiencia cinematográfica imperdible. Los primeros veinte minutos son la secuencia de apertura más memorable del año. Hong-soo se anima a mostrar al monstruo de entrada, a plena luz del día, sin arruinar nada de lo que tenía planeado.
Asimismo, al tiempo que el enorme bicho se nos presenta como terrorífico y atemorizante, determinadas tomas de cámara (lejanas) nos muestran lo opuesto, generando un efecto de distanciamiento que permite reírnos de acontecimientos tales como una matanza en un trailer o un doloroso funeral.

La explosión visual y sonora que derrocha el film genera sustos, lágrimas y risas pero, sobre todo, muchas sorpresas. Hay cambios de marcha, aparentes descansos en el relato, pero los ritmos están brillantemente manejados y el film se sostiene minuto a minuto. El suspenso está tan bien construido que casi podemos sentir la maestría en la dirección.

Considerada en su conjunto, la genialidad de "The Host" consiste en colocar una furiosa crítica social en un producto extremo pero accesible gracias a su disfraz genérico. El abuelo, sus tres hijos y su nieta luchan contra un monstruo carnívoro, viscoso y visible... pero más aún, contra las bucocracias y el desinterés del gobierno propio y ajeno (sí, los Estados Unidos, justificando una intervención militar mediante mentiras: ¿les suena?).

¿Cómo leemos que en la "escena de destrucción del monstruo" no participen grandes ejércitos occidentales ni grupos paramilitares liderados por tipos musculosos, sino un estudiante furioso con una bomba molotov? Digo: una familia laburante coreana cargándose a todos los monstruos de la era de la globalización financiera. ¿Un "Godzilla" contrahegemónico, quizás?

Kirchner: Donde dije digo... martes, 12 de junio de 2007



A partir de mi insistente posición frente a la figura de Macri y del Pro en estas elecciones a jefe de gobierno, muchos de quienes frecuentan el sitio me han marcado que el elegir a su contrario en este ballotage -puntualmente, Daniel Filmus y el Frente para la Victoria- es igual de negativo para la ciudad y para el país.
Algunos otros, al ver que no decía nada a propósito del candidato oficial para estas elecciones- me han señalado incluso como simpatizante del partido. Así que para despejar dudas (y como si mi posición importara tanto), voy a hacer tal como hizo el progre yanqui Michael Moore en su libro Estúpidos hombres blancos, que después de diez capítulos de diatribas contra el partido Republicano armó uno titulado "Demócratas: donde dije digo".

Así que Kirchner, donde dije digo:

- Desde el mismo momento de la asunción propuso, en su discurso inaugural, reconstruir el "capitalismo nacional". Y más allá de la retórica de (centro)izquierda que desplegó en estos cuatro años, sus hechos fueron siempre más livianos que sus dichos. De izquierda, poco y nada.
- La política económica de su gobierno fue levemente heterodoxa, y jamás se alejó de la economía de mercado que hoy gobierna la mayor parte del mundo financiero. Las nacionalizaciones tan temidas por el discurso liberal siempre fueron parciales o temporales (caso Correo Argentino, caso ferrocarriles). En la mayor parte de los casos, eligió subsidiar a empresas privatizadas. Cuando arregló con los sindicatos, siempre puso techos a los pedidos (a menudo inferiores al 15%). Siempre transó con los gordos de la CGT y aún sigue sin otorgarle personería jurídica a la CTA, una central con millones de afiliados.
- Mucha gente recuperó su trabajo, pero en su mayoría con salarios de hambre. Antes era pobre quien había perdido su trabajo, ahora convive la peligrosa combinación empleado + pobre.
- Se jacta de su ruptura con el FMI (simplemente pagó de un saque la deuda sin romper lazos con el Fondo), pero muchas de las políticas que ahora lleva a cabo (el grosero superávit fiscal) son medidas tan ortodoxas que las podría haber dictado el propio Fondo.
- Su política de control de precios fracasó miserablemente. Al constatar esto, intentó tapar los resultados interviniendo el organismo oficial de estadísticas (Indec). Lo que esta institución hoy dice que es una canasta básica, da risa.
- En cuatro años de mandato, el presidente jamás dio una conferencia de prensa con preguntas abiertas. Sólo le concedió entrevistas a diarios amigos (Página/12, Clarín).
- Le renovó las licencias a los multimedios por veinticinco años más, sin discusión previa, por decreto.
- A pesar de su tan anunciada transversalidad, su gobierno está manejado por media docena de adictos a Kirchner. Los demás son viejos duhaldistas y algunos radicales vendidos. De hecho, convive sin problemas con la mayor parte de los intendentes peronistas corruptos del conurbano. En un momento anunció su intento de construir una "nueva política", pero abandonó y se quedó con los viejos.
- Vendió humo con anuncios como los casettes de la AMIA (que jamás aparecieron) y las inversiones multimillonarias de China (que jamás aparecieron).
- El vicepresidente de la Nación es un ex-mononauta menemista.
- Florecen los negocios (y negociados) en los grandes campos, en las construcciones de torres lujosas en las grandes ciudades, en los centros comerciales para la clase media alta. Y mientras en los countries y suburbios ricos aparecen sojeros que andan en pickups doble cabina, la ciudad se llena de cartoneros, cirujas, vagabundos y otros excluidos del sistema. La brecha entre pobres y ricos es hoy aún mayor que cuando Kirchner asumió.
- Se construye enemigos a su derecha porque le conviene debatir con ellos (e investirlos de cualidades hoy repudiadas como la pertenencia a "los noventa") y no con quienes piden una mejor redistribución de la riqueza.
- La llamada "política de derechos humanos" está muy preocupada por rememorar lo sucedido en la última dictadura militar. Lo cual me parece ejemplar, acertado y necesario, pero semejante énfasis en lo pasado podría hacer olvidar lo que sucedió con Julio López, lo que pasó en Neuquén (asesinaron a un maestro que reclamaba por sueldo, y no hubo ni siquiera un mensaje en cadena nacional condenando el hecho), y más aún, lo que hoy pasa en Las Heras, o en Río Gallegos, territorio típicamente kirchnerista.

¿Alguno sigue pensando que soy un kirchnerista de primera hora? ¿Que mi ciudad ideal tiene a Filmus de gobernante?

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Y así y todo, mis estimados, les recuerdo que estamos en un ballotage. Ya hubo tiempo para intentar construir alternativas, para ser más papistas que el papa y presentarse en alguno de los millones de partidos.
Hoy, y hasta el 24, las opciones son dos. ¿Alguno cree que una ciudad con Filmus es igual de mala que una ciudad con Macri?

Les doy algunos ítems para que pensemos si los dos son lo mismo:
- Derechos humanos
- Seguridad y prevención del delito
- Tolerancia frente a la protesta social
- Políticas culturales públicas

Decir que Filmus es igual a Macri, o que Kirchner es igual a Menem, es hacer la misma lectura que hacen los partidos trasnochados de ultraizquierda.
Jugársela de purista y de "todos son lo mismo" es una posición cómoda, políticamente correcta. Pero a diez días de un ballotage que puede terminar imponiendo a un empresario mafioso al frente de la ciudad de Buenos Aires y colocándolo como referente político nacional, me parece que podríamos hilar un poco más fino.

Eso de la ideología lunes, 11 de junio de 2007

Eso de la ideología
por Eduardo Aliverti



Una numerosa cantidad de colegas ha coincidido en dictaminar que en la Capital sí hubo memoria.

Pero: ocurrió que en lugar de estar guardada en la deuda de centenares de millones de dólares que las empresas macristas transfirieron a la sociedad a través de los seguros de cambio, o en los manejos de Manliba, o en el procesamiento por contrabando de autos, o en el Correo, la memoria ancló en que las sucesivas administraciones “progres” no resolvieron los dramas cotidianos de “la gente”. Según tal razonamiento, una amplísima primera minoría de la sociedad porteña dijo que arreglar problemas como el delito o el transporte no es de derecha ni de izquierda sino de eficiencia. “La gente” quiere un mago o cosa parecida, en esa visión. Y, cansada de que la magia no aparezca nunca, vota hoy a uno y mañana a otro como quien sustituye el shampoo. Dijeron que un 45 por ciento votó a Macri porque quiere un cambio y nada más, y como si ese presunto cambio significase un pito en términos ideológicos.

Va a estar bueno dejar de ampararse en asepsias profesionalistas. Alrededor de la mitad de los porteños votó por sacarse de encima a la resaca, a los cartoneros, a “la negrada” del conurbano que se atiende en los hospitales de la Capital. Votó porque de una vez por todas haya represión contra los desórdenes callejeros, y votó por que si en ese accionar muere alguno sería tanto una macana como una lección. Votó por que al frente de la tarea municipal haya un “gerente” y no un político, sin haber aprendido nada de lo que le pasó a este país por dejar la política en manos de “gerentes”. Votó importándole cero lo que este gerente en particular, y su familia, y sus negocios familiares, ya demostraron como defensores del interés comunitario. Votó a Menem. Y aunque sólo decirlo ya provoque un tanto de pudor, deberá admitirse que en medio de esas y otras razones es agregable la asociación entre su figura y los éxitos futbolísticos de Boca Juniors, por más que la bonanza deportiva esté lejísimo de darse la mano con el estado financiero del club. El pasado y presente de Macri como legislador también tiene lo suyo: en el Congreso no le vieron la cara casi nunca. Así lo reconoció el propio Macri en el debate televisivo: “¿Para qué voy a ir si son mayoría (el oficialismo) y votan lo que quieren?” Notable, sin dejar de ser obvio: el discurso “antipolítica”, que le allegó a Macri una buena o enorme parte de sus sufragios, está respaldado en el hartazgo por los parlamentarios ñoquis que se llenan los bolsillos sin siquiera asistir al recinto. Macri, que es precisamente un emblema de esa vagancia, saca el 45 por ciento de los votos.

En la ciudad se impuso el retorno explícito de la derecha a través de un voto profundamente ideológico. Porque cuando se vota, así sea en una elección municipal, a la par de supuestamente votarse –en el mejor de los casos– por las propuestas para arreglar las veredas, qué hacer con la caca de los perros o cómo disminuir los niveles de ruido, se vota en primer lugar por símbolos, por imaginario, por antecedentes. Por si se quiere ir para allá o para acá. Y véase al respecto una paradoja notable. La inmensa mayoría de los encuestadores, por no decir la totalidad, aduce que el gran mérito de Macri fue no haber dicho nada, no haber propuesto nada. Haberse remitido a visitar escuelas, correr maratones, recorrer villas, tomar mate con jubilados, subirse a un colectivo, treparse a un basural. Que su gran virtud marketinera fue eso, simplemente, dicen los grandes analistas de este país: quedarse al margen de la confrontación entre Filmus y Telerman y esperar sentado sin decir nada, porque “la gente” sencillamente quiere un cambio y no le importan las cuestiones ideológicas. Pues bien: si la gente sencillamente quiere un cambio y no le importan las cuestiones ideológicas y vota a un tipo que no dice nada, se está diciendo todo lo contrario de lo que se dice. Es decir, que lo que se vota es ideología, es símbolo, es imaginario, no propuestas. (...)

No hay nada más ideológico que un voto “desideologizado”. Por eso ganó Macri. Porque supo montarse en el drama de que ya no hay partidos políticos. De que no hay conducción de unidad colectiva. De que no hay líderes. De que no se organizan ni la bronca ni las aspiraciones populares. De que el kirchnerismo –en la benéfica interpretación de que puede ser una opción válida para los intereses de las mayorías– no se expresa sino a través de sí mismo. Ya no las grandes corrientes y organizaciones populares, sino la capacidad de convicción de los ilusionistas de turno. Es la herencia del menemismo y por eso ganó Macri. Porque ganó Menem.

Siempre habrá, sin embargo, y volverá a haber, unos muchos o unos pocos que opondrán resistencia a ese triunfo de la insolidaridad, de los oprimidos que reproducen el discurso del opresor, de la pobre gente o de la gente pobre que se angustia y vota a un garca. Siempre habrá.

Así que sí. Va a estar bueno.

Hacerse el boludo es PRO domingo, 10 de junio de 2007

Macri no agrede a nadie, ¿eh?
por Sandra Russo

Mauricio Macri está imponiendo un hit. No sé si se le ocurrió a él o a sus asesores, pero “Yo no agredo a nadie” es su ariete defensivo cuando se le tira algún dato de su historia. Nadie se mete con asuntos personales, sino con cuestiones puramente públicas y pertinentes, pero Macri se puso Off: con su “Yo no agredo a nadie” repele y se desmarca, y al mismo tiempo refuerza su imagen de tipo Pro, de estaría bueno, de qué divertido.

La gente está tan harta de mirar las campañas electorales como un partido de tenis en el que la pelota es el agravio, que tuvo éxito el slogan macrista de “venir con propuestas”. Pero el de Macri es un discurso cerrado sobre sí mismo y embalado en ese plástico que les ponen a las valijas en los aeropuertos. “Venir con propuestas”, que reemplaza al marco ideológico del que Macri se niega a hablar, no puede nunca dispensar al candidato de tener un pasado público, y de tener que dar cuenta de él.

Lo raro es que la gente que lo votó no le pide que dé cuentas, ni está interesada en profundizar esa parte del debate. Es más: no hay debate. Quien votó a Macri votó lo que Macri es, un empresario que jamás hubiera acumulado semejante torta de riqueza sin aprovechar los costados corruptos del Estado que su grupo apoyó. Por épocas, el grupo apoyó a un Estado terrorista, a un Estado idiota y a un Estado prebendario. Los Macri nunca hicieron autocrítica. Hicieron autocrítica hasta las Fuerzas Armadas, pero los empresarios que empujaron a Martínez de Hoz a implementar aquel modelo siniestro que sembró de pobreza estructural a este país a costa de la aniquilación de los opositores nunca hicieron autocrítica. No correspondía, claro. De los empresarios uno no espera eso. Pero tampoco que hagan política. Si se meten en política, tienen que hacerlo, les guste o no, con su pasado.

Macri no quiere hablar del pasado. No quiere hablar de modelo. No quiere hablar de ideología. Pretende que lo suyo será gestión quirúrgica, gestión aséptica, un devenir amable de bancos en las plazas, tránsito fluido y baches rellenados. Sigue con el marketing que le dio resultados increíbles. Y es efectivamente increíble que con su “Yo no agredo a nadie” Macri pueda gambetear y llegar al arco, con gente que le tira papelitos. Esa gente sabe quién es Macri, y sabe que Macri no quiere hablar del pasado porque su archivo no lo resiste, y sabe que Macri no quiere hablar de modelos porque si dice cuál tiene en mente no va a ser Pro, y sabe que Macri no discute ideología porque la desideología ha permitido el control de los débiles y eso no tiene por qué cambiar.

Blindado en su “Yo no agredo a nadie”, Macri sonríe. Su situación es inmejorable. Cualquier dardo pesado será devuelto con su latiguillo. Esto en cristiano se llama hacerse el boludo, pero la escaramuza está bastante bien armada, y cuando la gente no quiere ver lo que tiene delante, porque es horrible, y prefiere tomar a algún personaje de la realidad como un molde en el que hornear sus ilusiones, lo demás sigue solo.

Macri no agrede de palabra, pero agredió de hecho. Su grupo agredió de hecho a millones de personas, porque succionó al Estado. Porque pervirtió lo colectivo en beneficio propio. Tomando nota de eso, ¿cómo va a querer Macri hablar de ideología?

Lo raro es que haya tanta gente detenida en el árbol, cuando sólo un poco más atrás está el bosque, y en él, una emboscada.

Córdoba - Buenos Aires sábado, 9 de junio de 2007

¿Cómo es posible dar un beso de despedida sabiendo que es el de despedida?

Y es que la inconsciencia no le rinde cuentas a nadie. Como siempre, el problema es darse cuenta.

Con amigos como estos... miércoles, 6 de junio de 2007

Menem dijo que Macri es su "amigo" y que ganará en el ballottage

Ganar lunes, 4 de junio de 2007

Click para agrandar la imagen.

Elecciones sábado, 2 de junio de 2007

Mañana son las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. De ellas saldrá no sólo el próximo titular del ejecutivo sino además treinta legisladores que ocuparán cargos públicos de importancia durante los próximos años.
Una lectura crítica exige despegarse de aquella que hacen los medios masivos, quienes se encargan de marcar las (supuestas) abismales diferencias de forma y contenido de los tres principales candidatos a ganar la elección. Y en parte, es acertada: estos personajes a los que estuvimos viendo todos los días los últimos días no parecen tener intenciones de cambiar mucho nada. Sí, es cierto: la política se juega mucho más que en las urnas -y sino sólo hace falta ver qué sucede, cada día, en las calles y otros centros de decisión.
Pero al mismo tiempo tenemos que poner a la elección de mañana en su justo lugar, y alejarnos de la postura del todo da igual. Sería fácil pensar que sí, pero no da lo mismo que gane Macri, Telerman o Filmus. Detrás de cada uno de ellos hay todo un movimiento estratégico, una reorganización de las relaciones de fuerzas, que se translada muy fuertemente al ámbito nacional más tratándose de la capital del país. Y, créanme, por más que cierto discurso ultraizquierdista (o ultraderechista) se encargue en resaltarlo, que gane uno u otro no es lo mismo.
No estoy para hacer campaña por ninguno, de esos ni de otros candidatos más progresistas aún pero sin chances de acceder al cargo mayor (me refiero a Walsh y Lozano), pero sí me parece interesante traer a colación algunas preguntas pertinentes.

- ¿A quién representa Macri? ¿Es lo mismo "ese" sector que el de Telerman? ¿Hay que leer tan linealmente algunas propuestas supuestamente progresistas de Macri, o hay que ponerlas en juego con su partido, con sus aliados, con lo que finalmente vemos que puede llegar a hacer en la ciudad?

- ¿Quiénes bancan a Telerman y por qué? ¿Por qué la idea de "gestión" y no la de "gobierno"? ¿Qué tan dispuesto va a estar Telerman a cambiar de raíz algunos problemas de la ciudad?

- ¿A quién representa Filmus? ¿Sólo al gobierno de Kirchner? ¿Quién es Heller, el candidato a vicejefe? ¿No se estará jugando otra cosa más ahí, algo más a la izquierda que todo el resto?

Si me interesa un partido chico pero dejo de votarlo porque no va a ganar, y voto a alguno de los tres con más posibilidades para que no gane otro de los "grandes"... ¿por qué no cortar boleta, e intentar meter al menos un legislador? Es lo que propuse en 2005, cuando las condiciones eran similares, y es una buena forma de evitar el llamado "voto útil".

No dejen de votar, y no tiren su voto.
No soy ingenuo ni creo, como Luis Majul, que el ir es ponerle "un voto a la esperanza", que la jornada de mañana es una apuesta a la democracia, que todos vamos a jugar convencidos e ilusionados como si esto fuese juego limpio --porque sabemos que no lo es. Pero así y todo es importante, más de lo cree cierta izquierda ultra.
Me parece hay que jugarlo. Y me parece que vale la pena.

El Interior / 4 viernes, 1 de junio de 2007

Después el Turco Alí y Álvaro Borella, de la revista Cuarto Poder, me consiguen un grabador para zafar. Tengo que ir a buscarlo a la redacción y es día de cierre: me dicen que pase a la hora que pueda. Así que me entretengo y llego como a las tres de la mañana. Entonces los muchachos me dicen que me están esperando para entrevistarme, que quieren incluir esa entrevista en el número que va a estar en la calle en pocas horas más. Nos sentamos para empezar la charla y uno de ellos me pregunta si en estos viajes he encontrado la esencia de lo argentino.
- Esencia es una gran palabra; yo trato, si acaso, de encontrar rasgos comunes. Sobre la noción de esencia se construyeron proyectos detestables, los facismos: la idea conservadora, tradicionalista, de que, como hay una esencia, debemos recuperarla, volver al pasado donde habría existido. La noción de esencia supone que hay cualidades inmutables, que no dependen de las circunstancias históricas y que, por lo tanto, no se podrán cambiar. Y que si nos va mal es porque somos así y siempre lo seremos: la idea inmovilista tan brillantemente sintetizada por el maestro Maradona cuando dijo que "estamos como estamos porque somos lo que somos". Yo prefiero creer en la historia, en lo que cambia todo el tiempo. Y cuando escucho la palabra esencia saco mi revólver.

Martín Caparrós, El Interior