Bonus Track: Mejores Películas de 2006 domingo, 31 de diciembre de 2006

Y sí, me quedé con las ganas de nombrar algunas más.


11. "Manderlay", Lars Von Trier
(Manderlay, 2005)


12. "Buenas Noches y Buena Suerte", George Clooney
(Good Night and Good Luck, 2005)


13. "The Matador", Richard Shepard
(The Matador, 2005)


14. "Derecho de Familia", Daniel Burman
(Derecho de Familia, 2006)


15. "Transamerica", Duncan Tucker
(Transamerica, 2005)

Los 10 Mejores Discos de 2006


1. "Return To Cookie Mountain", TV on the Radio


2. "The Life Pursuit", Belle & Sebastian


3. "The Crane Wife", The Decembrists


4. "Pearl Jam", Pearl Jam


5. "Whatever People Say I Am, That's What I'm Not", Arctic Monkeys


6. "Show Your Bones", Yeah Yeah Yeahs


7. "Modern Times", Bob Dylan


8. "Living With War", Neil Young


9. "I Am Not Afraid Of You And I Will Beat Your Ass", Yo La Tengo


10. "Love Travels at Illegal Speeds", Graham Coxon

Separados al nacer


Stellan Skarsgård, de la última versión de "El Exorcista" / Tom Wolfe, de la primera versión de "el periodista"

Fin de año sábado, 30 de diciembre de 2006

Las 10 Mejores Películas de 2006* viernes, 29 de diciembre de 2006

* estrenadas en cines argentinos durante 2006



1. "Los Infiltrados", Martin Scorsese
(The Departed, 2006)




2. "Match Point", Woody Allen
(Match Point, 2005)




3. "Syriana", Stephen Gaghan
(Syriana, 2005)




4. "V de Venganza", James McTeigue
(V for Vendetta, 2005)




5. "Munich", Steven Spielberg
(Munich, 2005)




6. "El Niño", Jean-Pierre y Luc Dardenne
(L'Enfant, 2005)




7. "Tarnation", Jonathan Caouette
(Tarnation, 2003)




8. "El Gran Truco", Christopher Nolan
(The Prestige, 2006)




9. "El Señor de la Guerra", Andrew Niccol
(Lord of War, 2005)




10. "Capturando a los Friedman", Andrew Jarecki
(Capturing the Friedmans, 2003)




Mención especial: "Tideland", Terry Gilliam
(Tideland, 2005)

Balance de cine argentino 2006 jueves, 28 de diciembre de 2006

Página/12, 28-12-2006:

La hora de las discusiones, la hora de inventar

Las medidas que impulsó el Incaa después del Mundial buscaron darle un impulso mayor al cine hecho en las pampas, pero las buenas intenciones no alcanzaron. En el plano estrictamente artístico, la vieja oposición entre “lo viejo” y “lo nuevo” tiende a diluirse, lo cual permite un debate menos futbolístico sobre el camino que el cine argentino tiene por recorrer.

por Horacio Bernades

“Algo habrá que inventar, si se aspira a consolidar la relación del cine argentino con su propio público. El 2006 no parece un mal año para intentarlo.” Así concluía el balance publicado el año pasado en estas páginas, a esta misma altura de la temporada. Algo se inventó durante 2006. Pero no cambió demasiado las cosas, al menos a la hora de los números duros. Se trató de un nuevo paquete de medidas de protección, que las autoridades del cine lanzaron a mediados del ejercicio anual y que garantizó la posibilidad de estrenar... pero no la de llevar espectadores a las salas. De tal modo, los ejes que signaron la temporada no difieren demasiado de los que marcaron el período anterior: mucha producción, gran cantidad de estrenos, un público que sigue mirando cruzado al cine argentino y una relación costo-beneficio que cada vez se estrecha más.

Atendiendo a la gran cantidad de películas que el año pasado habían quedado desprotegidas a la hora de estrenar, el Incaa instrumentó, poco después del Mundial de fútbol, una serie de medidas apuntadas a garantizar el lanzamiento de todas las producciones, incluso las más pequeñas. La instancia rectora del cine intervino en la agenda de distribuidores y exhibidores y diseñó dos circuitos alternativos integrados por salas de primera línea, para derivar allí los lanzamientos menores a las seis copias. A diferencia del año pasado, cuando la semana previa al estreno los productores y distribuidores no sabían si podrían estrenar, ahora eso se supo con tres meses de antelación. Se ganó en previsibilidad, seguridad y categoría. Pero a la hora de los números, nada cambió: la mayor parte de los 74 estrenos anuales (contando salas oficiales y alternativas, grandes producciones y películas de presupuesto mínimo) no logró taladrar el techo de los 20 mil espectadores. Una buena cantidad de ellos no llegaron ni siquiera a cinco mil. Igual que en 2005.


El Top Ten

Pero no es sólo la base de la pirámide la que tembló a lo largo de la temporada, sino su propio vértice. Por segundo año consecutivo, las películas a las que puede considerarse “exitosas” se redujeron a seis o siete, un ínfimo diez por ciento del total de estrenos. Peor todavía, las tres punteras (Bañeros 3, El ratón Pérez y Patoruzito) retuvieron más del 60 por ciento de la recaudación total, con lo cual el panorama se empobrece aún más para el resto.

Basta comparar el rendimiento de lo que podría denominarse “cine industrial bien hecho” en la temporada 2005 y en 2006, para verificar en qué medida perdió público esa zona crucial de la producción, a la que la inaudita desaparición de Fabián Bielinsky deja en estado de indefensión. Mientras que el año pasado películas como El aura, Elsa y Fred, Tiempo de valientes e Iluminados por el fuego no bajaron del piso de los 300.000 espectadores, este año sus relativas equivalentes (Las manos, Crónica de una fuga, Derecho de familia, la coproducción con España El método) no pudieron ir más allá del techo de los 200.000 espectadores.

Queda, como premio consuelo, la buena cifra hecha por tres integrantes del top ten, cuyas expectativas eran, por distintas razones, limitadas. Por tratarse de un documental, los 120.000 espectadores de Fuerza Aérea SA deben considerarse un llamativo éxito, espoleado, sin duda, por el salto que la película dio de la cartelera a las tapas de los diarios. Lo mismo puede decirse de los 60.000 espectadores que llevó El custodio (un film no destinado a un público masivo) y los 50.000 que totalizó la modesta Cara de queso, que la colocan, sorpresivamente, entre las diez privilegiadas del año.


Afuera y adentro

En 2006, el cine argentino sostuvo la destacada presencia internacional que viene teniendo a lo largo del último lustro. En febrero, El custodio ganó en Berlín el importante premio Alfred Bauer a la Contribución Artística (el mismo que en su momento había conseguido La ciénaga). Unos meses más tarde, en Cannes, Crónica de una fuga causó muy buena impresión en la sección oficial, y Hamaca paraguaya (coproducción motorizada por la argentina Lita Stantic) ganó el premio de la crítica en la sección Un certain regarde, la paralela más importante de ese festival. En septiembre, finalmente, el Jurado Oficial de San Sebastián otorgó el Premio Especial a El camino de San Diego, la más reciente Historia mínima de Carlos Sorín. Eso, a pesar de que la película venía de estrellarse contra el público porteño, que por primera vez le dio la espalda al realizador de El perro.

La repercusión del cine argentino en el exterior no se limitó a su participación en festivales. Estrenadas recientemente en Estados Unidos con diferencia de unas pocas semanas, El aura, Derecho de familia y Hermanas fueron recibidas con elogios unánimes por parte de la crítica local. Eco de la recepción dispensada en Francia y España a esos y otros títulos, como Crónica de una fuga y El camino de San Diego, próximos a estrenarse también en EE.UU. Pero también es cierto que una película como Mientras tanto, opus dos de Diego Lerman tras la consagratoria Tan de repente, fue presentada a varios festivales de punta y no logró entrar en ninguno. En la misma línea, Fantasma, de Lisandro Alonso, tuvo una acogida menos que tibia en el mismísimo Cannes, que luego de La libertad y Los muertos lo había convertido en hijo pródigo.

De modo semejante, Nacido y criado, la nueva de Pablo Trapero, debió conformarse con el muy eventero festival de Roma. Destino sin duda no muy a la altura de su director, que con Mundo Grúa, El bonaerense y Familia rodante se había batido en lo más alto de la crema festivalera internacional. Llegado a Buenos Aires, a Trapero lo esperaba la más fría acogida de su carrera, confirmando que el público medio no está dispuesto a tolerar producciones de primera línea que osen atreverse a experimentaciones narrativas.


Lo nuevo es viejo

¿Qué pasa con el Nuevo Cine Argentino?, fue la pregunta lanzada en abril desde el seno del Bafici porteño. La pregunta, que reconocía como antecedente varias producciones previas de la revista de cine El Amante, no dejó de resonar en distintos ambientes a lo largo del año.

Lo que pasa es que el Nuevo Cine Argentino dejó de ser nuevo, para ser parte del mar. Tanto por medios y modos de producción como por el número y tipo de público al que necesariamente apuntan (y, en consecuencia, el tipo de lenguaje al que adscriben), las más recientes películas de varios representantes de su Línea Fundadora pueden ser consideradas parte de un nuevo mainstream nacional. Esto puede aplicarse tanto a Crónica de una fuga, de Adrián Caetano, como a Derecho de familia, de Daniel Burman, y también a Sofacama, de Ulises Rosell, y Nacido y criado, de Pablo Trapero. Lo cual no es malo, sino distinto, y obliga a redefinir posiciones.

Otra cosa es lo que sucede con El custodio, de Rodrigo Moreno, una película que puede gustar más o menos, pero está claro que no concede nada. Y otro caso diferente, el de Mientras tanto (Diego Lerman) y Los suicidas (Juan Villegas), que no estuvieron a la altura de sus óperas primas (Tan de repente y Sábado) y a las que bien puede catalogarse en el rubro de “fallidas”. A su turno, películas como Ana y los otros (Celina Murga), Cándido López, los campos de batalla (José Luis García), Porno (Homero Cirelli) y Opus (Mariano Donoso) son todas óperas primas que permiten pensar que la renovación está en buenas manos. Lo mismo que Glue (Alexis dos Santos), El amarillo (Sergio Mazza) y El árbol (Gustavo Fontán), todas ellas excelentes debuts cobijados por el último Bafici.

Lo que está pasando, entonces, es simple: el panorama es tan dinámico y cambiante como el de todo movimiento. Palabra que debe entenderse aquí no en el sentido de un club de pertenencia, sino de organismo vivo. Lo que dejaron de existir son esos bloques graníticos –lo nuevo y lo viejo– que partían en dos aguas el cine argentino de una década atrás, facilitando las cosas, simplificándolas y haciéndolas más maniqueas.

Vienen tiempos de discusiones, lo cual es muy bueno.



El futuro

En pos de una mayor racionalidad industrial, los productores de cine argentino vienen llevando adelante, desde hace un tiempo, dos reclamos básicos. El primero apunta a reglamentar de una buena vez el compromiso de comprar cine argentino, que la ley vigente impone a los canales privados de televisión de aire, y que hasta el momento no se cumple. El día que comience a cumplirse, los productores podrán sumar una importante recuperación de lo invertido, que actualmente se pierde por la alcantarilla frente a la indiferencia general.

Un dato: la reciente exhibición de La ciénaga y Los muertos por ATC arrojó un rating de 3 puntos y 1,5 punto, respectivamente. En cifras de público, 300.000 para la película de Lucrecia Martel y 150.000 para la de Lisandro Alonso. O sea, casi el doble y el triple de la cifra de público que cada una de ellas hizo en salas, en el momento del estreno. Esto quiere decir que hay una importante cantidad de público potencial que el cine argentino está perdiendo y que podrá empezar a recuperar el día que los canales de televisión cumplan con sus compromisos.

El segundo reclamo está estrechamente ligado con el anterior, con la diferencia de que en este caso sí se está trabajando para darle una respuesta. El boom de la publicidad y la depresión del costo argentino –en relación con los parámetros internacionales– llevaron a que actualmente filmar un largometraje sea mucho más caro de lo que era poco tiempo atrás. A su vez, los subsidios oficiales permanecieron inmutables durante todo este tiempo, con lo cual la relación costo-beneficio se halla actualmente en estado de estrangulación. Autoridades del área y productores están diseñando un nuevo plan de fomento que, entre otras cosas, elevará el monto del subsidio y permitirá volver a valores de recuperación perdidos.

Tal vez algún día el cine argentino pueda ser una verdadera industria. En ese momento el balance deberá ser necesariamente más positivo que el de este 2006, en el que la única conclusión posible es que algo hay que inventar, si no se quiere echar por la borda lo logrado en la última década.




El Top 10

1) Bañeros 3
1.160.000 espectadores

2) El ratón Pérez
1.000.000 espectadores

3) Patoruzito 2, la gran aventura
350.000 espectadores

4) Las manos
220.000 espectadores

5) Crónica de una fuga
205.000 espectadores

6) Derecho de familia
200.000 espectadores

7) El método
135.000 espectadores

8) Fuerza Aérea S.A.
120.000 espectadores

9) El custodio
60.000 espectadores

10) Cara de queso
50.000 espectadores

Las 10 Mejores Canciones de 2006 sábado, 23 de diciembre de 2006


1.TV on the Radio, "Wolf like me"


2. Belle & Sebastian, "The blues are still blue"


3. Scissor Sisters, "I don't feel like dancing


4. Arctic Monkeys, "I bet you look good on the dancefloor"


5. The Living End, "Long live weekend"


6. Primal Scream, "Country girl"


7. Yeah Yeah Yeahs, "Gold lion"


8. Pearl Jam, "World wide suicide"


9. Raconteurs, "Steady as she goes"


10. Audioslave, "Original fire"



Relacionado con lo anterior... viernes, 22 de diciembre de 2006

Los blogs, el nuevo escenario de la publicidad encubierta

En Estados Unidos, empresas como Sony y Wal-Mart admitieron estar detrás de bitácoras que, aparentando ser de particulares, hablaban bien de sus productos. Además, muchos bloggers reciben dinero a cambio de elogiar artículos sin explicitarlo. Ambos tipos de prácticas son ilegales.

La publicidad encubierta y los falsos blogs, que elogian productos sin aclarar que lo hacen a cambio de una remuneración, son una tendencia cada vez mayor, sobre todo en Estados Unidos. En este país se trata de una actividad ilegal, según un dictamen de la Comisión Federal de la Competencia (FTC, por su sigla en inglés), y pronto podría ser objeto de procesos penales.

Un blog llevaba como título: "Todo lo que quiero para Navidad es una Playstation". Supuestamente lo hacía "Charlie", un fanático del hip hop que expresaba lo mucho que le gustaba usar esa consola de videojuegos. Pero cuando comenzaron a multiplicarse los comentarios irónicos en la Web, la verdad no tardó en conocerse: la semana pasada, Sony pidió disculpas y reconoció ser la verdadera responsable del blog.

En su aclaración, Sony pidió disculpas por haber "intentado ser demasiado lista", y afirmó que desde ahora se limitará a hablar de hechos sobre la consola.

También la cadena de hipermercados Wal-Mart debió admitir, hace dos meses, que era la responsable de un blog falso. Allí una pareja relataba un viaje por Estados Unidos con paradas en las sucursales del mercado, e incluían supuestos comentarios de los empleados, que expresaban que les gustaba mucho trabajar para esa empresa. Lo que el blog no revelaba era que el viaje era auspiciado por la cadena, tal como reveló la revista Business Week a principios de octubre.

En una carta publicada en su sitio a comienzos de este mes, la FTC indicó que ocultar que los comentarios de un blog son pagos es equivalente a engañar al consumidor, y mencionaba la posibilidad de juicios penales contra quienes lo hagan. PayPerPost, una de las tantas empresas que ofrecen dinero a los bloggers a cambio de hablar de determinados productos, recomendó esta semana que sus bloggers remunerados indiquen su condición en sus sitios, con el objetivo de evitar problemas.

Fuente: Clarín

Sobre caridades y chocolates laxantes jueves, 21 de diciembre de 2006

"Tengo más dinero del que necesito para mí, pero para ayudar a los demás todavía debo incrementarlo" (George Soros, 1997)

Zizek, este sí que la tiene clara

Clarín, 27-11-2003:

Zizek prefiere la frontalidad del norteamericano Francis Fukuyama en su adhesión a los principios del capitalismo occidental: "prefiero su frontalidad, no me deja dudas sobre su verdadero pensamiento. A diferencia de George Soros, que durante la segunda mitad del día se encarga de compensar las injusticias que su actividad como financista había originado en la primera mitad. Me recuerda a esos chocolates laxantes, que tienen el mismo efecto que los otros, pero con buen sabor". (Slavoj Zizek, 2003)

A cinco años del "Argentinazo" miércoles, 20 de diciembre de 2006

Una historia interminable
Mirada a la distancia, dice el autor, se puede leer esa coyuntura como un fracaso, pero esos días respiran debajo de todo el contexto político que nos circunda. Pero el 2001 también signó lo nacional a menudo de manera muy desorientadora.



por Nicolás Casullo

En ocasiones, y para el análisis, la encrucijada nacida el 19 y 20 de aquel diciembre se asemeja a esos juegos de espejos de los parques de diversiones: es difícil situar dónde el original y dónde sus simulacros e imágenes. Lo que es, de lo que se pensó que era. La verdad de sus apariencias.
Mirada a la distancia, esa coyuntura puede medirse como un acontecimiento que fracasó en relación al potencial social despertado. Las asambleas se disiparon, la convocatoria a una constituyente de nuevo cuño nunca tuvo lugar, la alianza ideológica entre clases sociales naufragó rápidamente, el fin del peronismo luego de su década y de su modelo depredador de los ’90 no aconteció. Los nuevos partidos de las nuevas políticas aún se aguardan, el vecino del piso de arriba no fue diputado sino que sigue en su empleo, el mundo social alternativo del trueque fue una anécdota que el mercado ni siquiera registró en su dura piel.

Pero a la vez, observadas aquellas secuelas del 2001 desde la misma preocupación de la política, puede afirmarse que esos días todavía respiran agitados por debajo o por detrás de casi todas las lógicas y operatorias que nos circundan: la calle es el sitio del conflicto (mayor o menor), las crisis partidarias se agudizan sin retorno de maneras diversas, el Estado interviniente es reclamado como nunca y de manera a veces insólita por la sociedad postmememista-aliancista-liberal, los representantes partidarios son votados y a la vez desconsiderados permanentemente. Una nueva conciencia en el propio kirchnerismo en primer lugar, y en algunas oposiciones, porta el complicado neoperfil parido por las detonaciones de aquellas jornadas convulsionadas. La política es compleja y nunca binaria como cuentan ciertos manuales teóricos. La sociedad dice muchas cosas distintas para decir en realidad lo mismo. Y cuando se cree que dice lo mismo dice muchas cosas insospechadas donde poco tienen que ver unas de otras.

Dos consecuencias de importancia se desprendieron de aquella hecatombe social, que si bien pueden ser rastreadas como parte de la histórica comunidad argentina, desde diciembre del 2001 se transformaron en “clásicas” de nuestra actualidad. Por una parte la evidencia de que la sociedad cada vez más hace política –se rehace políticamente– ahí donde logra que la vieja y consuetudinaria política no pueda seguir despolitizando a los sujetos. La política nace entonces desde bases ultrafragmentadas, a partir de la revelación –antes que todo– de su propia nadificación a superar. El acontecimiento diario de “los que no se sienten representados” por la política establecida es la condición para el regreso de la subjetividad política en acto: contra un violador, por un asesinato, un incendio, contra malos servicios, un corte de luz, como respuesta ecologista, en denuncia, en hartazgo: en ausencia.

El 2001 tiene ese brumoso pero al mismo tiempo categórico trazo entre disconformidad e histeria, entre autodefensa y puesta en escena de una sociedad “sacada” de sí misma, pero que también “se saca” de la democracia devenida vacuidad formal. Desde esta perspectiva una corriente de revitalización ciudadana se inscribe hoy como constante diaria –liberadora de domesticaciones sociales que imprime el diseño neoliberal– y pone en jaque el juego de políticas adormecidas institucionalmente.

En segundo lugar, y en relación contradictoria con este mismo orden de cosas, las consecuencias del 2001 trajeron a escena una peligrosa dimensión de sociedad media cualunquista: la reacción atemorizada y espontánea de “la gente” detrás de causas sin ningún perfil político ni ideológico delineado ni claro. La estrechez de mira de cada episodio de inconformismo o rebelión particular, las variables represoras y de linchamiento que aparecen como nuevo sentido común justiciero-mediático, la violencia ciega autoflageladora, el terrorismo lingüístico, la ausencia de horizontes de solidaridad y fraternidad social, el sueño de la sociedad sin “peligrosos sociales”. Lo que podría sintetizarse como típicas, silvestres y variadas formas culturales de derechas, que alimentan aquellas opciones políticas de derecha camufladas detrás de nuevas teorías “republicanas” que publicitan que ya no existen derechas ni izquierdas.

El 2001 signó lo nacional de manera a menudo muy desorientadora. El colapso, la caída de un gobierno democrático, el miedo al fin de un país tuvieron en ese entonces su cántico paradigmático –que se vayan todos– que resume lo equívoco de lidiar con la política. Tal consigna llegó a primera plana, a títulos de libros y películas, a debates, a seminarios e investigaciones teóricas. Los grupos de izquierda radicalizada lo malinterpretaron linealmente como situación prerrevolucionaria anticapitalista, el progresismo liberal como el fin del peronismo luego de medio siglo, el establishment económico (mientras muchos políticos se escondían debajo de las camas) como el caput definitivo de la política intrusa, interventora, corrupta y populista: debía quedar un mundo sólo de empleadores y empleados, donde el mercado, el patrón y “yo” resultan los únicos que no roban.

Pero a la vez, en estos últimos años, después del 2001, grandes contingentes reaparecieron socialmente, sindicalmente, y desde infinidad de márgenes, con un reposicionamiento de viejos motivos: lo nacional, lo popular, la autoconsideración, la cultura de la propia identidad y del trabajo. El reclamo, a veces desmesurado, por un Estado de alta sensibilidad social que reponga racionalidad donde el puro mercado había intentado asesinar a la nación como valor fundante de sentido comunitario. En esa ambigüedad propia de los mundos de masas del tardocapitalismo, en esta ambivalencia del “que se vayan todos”, coagula y flota un tiempo de muy difícil interpretación, pero que diáfanamente pone en evidencia el conflicto, la necesidad de confrontación democrática, las visibles diferencias de proyectos políticos y económicos, las izquierdas y derechas de un viejo-nuevo relato argentino.


Otros pensamientos a cinco años del 20/12:

Separados al nacer* martes, 19 de diciembre de 2006



Jason Lee, actor / Mariano Pavone, goleador

* propuesto por Luquitas

The Salchicha Times - Número 30 domingo, 17 de diciembre de 2006

Sin enganche, partido perdido

Atajarse: v. Dícese de una cobarde táctica que consiste en anticipar un fracaso para luego no sentirse tan mal luego que el mismo suceda. Ej:
Salchicha Times #26, luego de ganarle a Beto B: "El Equipo Salchicha reconoce la buena onda del Beto Team y sabe que el equipo A del mismo rival probablemente le haga la cola en el futuro."

Dicho y hecho. El experimentado Beto Team titular está a años luz del amateur Equipo Salchicha, y lo demostró en este encuentro en el que superó por cuatro goles a nuestros amigos.
En un partido de 6 contra 6, el equipo sintió la ausencia de una pieza clave como Mante, y jugó casi sin enganches, lo que provocó que su juego se pareciera más al fútbol americano (ganando metros haciendo rebotar la pelota) que al balompié que todos conocemos. Mientras, del otro lado, estaba un afilado conjunto betense que se movía por toda la cancha y que tocaba y definía con total tranquilidad.
Más allá de que algunos disparos de larga distancia pusieron a tiro al equipo (de un 0-4 se llegó a un 3-5), el Beto Team reguló con absoluta calma y jamás peligro su hegemonía. Y es esa es la diferencia entre un equipo fijo (que juega cada tres/cuatro días) y una manga de vagos malentretenidos que corren 30 minutos por semana (porque encima llegaron tarde)...
En fin, habrá que ver qué sucede si en un futuro se vuelve a intentar, pero con un equipo más parecido al que ganó el jueves.
¡Ah! Y esto cuenta para todos, pero vale la pena señalarlo. A las 19.30, cuando jugamos, la sensación térmica era de 40.5° C. Cuentan las malas lenguas que los doce presentes todavía están transpirando.


Tio - 7 salchichas
A cargo de un arco enorme y sin una defensa firme, El Tio hizo lo que pudo. Tapó algunos disparos complicadísimos, ganó en algunos mano a mano, pero el resto del tiempo no pudo hacer nada ya que fue constantemente fusilado desde cerca por todo tipo de delanteros betenses. Se hizo mala sangre al pedo, podría haber ordenado al equipo de manera más tranquila.

Fede - 4 salchichas
Partido para el olvido para Fede, que venía de una altísima fiesta de fin de año y de dormir tres horas y acá le tocó bailar con la más fea. Con El Dandy adelantado y Javi intentando salir jugando, resultó ser el último hombre en todas las jugadas. Muchas veces le tocó enfrentarse con dos o más delanteros, y en tres o cuatro oportunidades perdió su marca por no seguir las paredes. Trabó cuando pudo, pero su aporte fue mínimo, más allá de un gol interesante al inicio.

Gabi - 5 salchichas
Lo mejor de su producción fueron los disparos de media distancia que sacó en sus desbordes por derecha. El resto del encuentro, no pudo con las marcas y trató de subir por las bandas sin demasiado éxito (como mucho, haciéndola rebotar en los contrarios). No conectó demasiados pases y la mayor parte de sus intervenciones fueron jugadas individuales.

Javi - 7 salchichas
Buena performance de Javi que, sin embargo, no alcanzó para hacer funcionar al equipo. Al igual que el resto de sus compañeros, no pudo armar mucho juego colectivo y brilló sólo en jugadas personales. Muy atento en las marcas (el mejor del equipo en ese sentido), cortó innumerables contraataques betenses.

Dandy - 5 salchichas
Se desplegó por la banda izquierda pero nunca encontró su lugar en la cancha. Su principal aporte fue frenar los ataques contrarios por ese sector. Trabó y ganó algunas pelotas, e intentó al arco un par de veces, pero no logró entenderse con Javi ni con Agus. En partidos más fáciles suele sorprender como delantero, pero esta vez la sólida defensa betense no le dio oportunidades.

Agus - 4 salchichas
Flojo intento de Agus, quien no entendió su lugar como 9. Siendo seis jugadores de cada banda, era simplemente inaceptable que en las salidas salchichas él se ubicara de la mitad para abajo en la cancha. Probó con la enredadita y otras jugadas palermianas, pero sin éxito ya que en ocasiones los defensores eran cinco y no se podía solo contra el mundo. Clavó un gol muy bonito pateando desde afuera. Puntaje a pedido del público.

The Salchicha Times - Número 29

Con dos enganches, partido ganado

En los papeles, era el más debilucho. Pero jugó bien y puso huevo, y finalmente el Equipo Salchicha (con Emi de invitado especial) venció a un combinado de "quintos salchichas" y amigos de Javi por cuatro goles de diferencia.
La curiosidad del encuentro fue que por primera vez el conjunto salchichense salió a la cancha con dos enganches. Mante y Emi distribuyeron juego, crearon peligro, y duplicaron las opciones para salir de abajo para El Tío.

El Tio - 8 salchichas
Extrañó a los presentes que en dos jugadas no haya actuado de acuerdo a su gran nivel y se haya visto superado por tiros, en principio, suyos --una pelota cruzada lanzada de mediana distancia por el único jugador desmarcado (el único al que tenía que estar mirando) y un tiro mordido de Lucas que entró al arco a 2 km/h. Sin embargo, el resto de su producción fue espectacular. Sus reflejos estuvieron excelentes y logró sacar zapatazos impresionantes de todos los ángulos.

Fede - 8 salchichas
Muy buen partido para el hachador salchichense. En un partido abierto que no requería tanto "último hombre", se animó a salir por la banda derecha ganando metros o buscando pases para Mante o Agus. Sin embargo, su mejor producción no estuvo en ataque (faceta que debe mejorar), sino en defensa, donde se comió a casi todos los rivales que pasaron por su zona, despejando, trabando, ganando y en el peor de los casos molestando al que tenía la pelota y forzando la pérdida del balón del contrario. Le simplificó las cosas al Tio.

Mante - 8 salchichas
Enganche por antonomasia del Equipo Salchicha, hizo lo que siempre sabe hacer. Salir de abajo, perderla a veces, ganarla otras, trabar la pelota, trabar la pelota, trabar la pelota, trabar la pelota y patear fuerte al arco. Su jugada más recordada fue una en donde subió por el medio como el tren de alta velocidad que iba a ir a Santa Fe, chocando con todo lo que se movía. Los rebotes deben haber sido no menos de cinco (en tres segundos), al final de los cuales Mante también trabó con el arquero y todos vimos cómo entraba con pelota y todo a la portería del contrario. Eso es actitud.

Emi - 9 salchichas
Segundo enganche e indiscutido mejor jugador del Equipo Salchicha, Emi hizo prácticamente todo bien. Autor de no menos de tres tantos (uno un verdadero golazo que le clavó en un ángulo a Lucas), se movió por toda la cancha y creó juego en toda la cancha. Como Mante, pero a diferencia de él Emi sólo la perdió una vez. Colaboró con las marcas y habilitó cuando tenía que habilitar. Se va consolidando como alternativa al codiciado puesto de Quinto Salchicha (Ah, ¿no les contaron? Un día vamos a hacer un "Camino a la Gloria" y seleccionar a uno definitivo).

Agus - 8 salchichas
Buen partido del palermiano salchichense, que tuvo una semana turbulenta pero cual Martín Palermo a principio del campeonato no dejó que sus problemas personales ofuscaran el buen juego. Con una sólida producción en ataque (autor de varios goles, algunos de ellos con regate al arquero incluido), vio sus mejores momentos cuando a su juego tradicional le sumó la presión arriba (incentivada por Fede, que lo cagaba a pedos y le decía que marcara). Un regreso a su mejor estado luego de algunas semanas con diversas lesiones.

Ganó el fútbol jueves, 14 de diciembre de 2006

El campeonato que acaba de finalizar estuvo manchado por escándalos de todo tipo protagonizados, en su mayoría, por barras bravas, personajes que empañan el espectáculo deportivo y que están bancados (por acción u omisión) por buena parte la dirigencia del fútbol. Ya hablé de este tema en su momento y me pareció oportuno esperar lo que parecía una previsible victoria de Boca para volver a cargar sobre lo mismo. Sin embargo, por motivos puramente futbolísticos, con un poco de esa mística e imprevisibildad que sólo el fútbol puede brindar, señores, el campeón de este Apertura 2006 se llama Estudiantes de la Plata.

Pero esta es historia conocida. Lo que quería compartir con ustedes es la singular tarde de este simpatizante del fútbol.
Nos juntamos a las 17.00 en la casa de Agus, delantero del Equipo Salchicha y conocido bostero. Que vino acompañado por nuestro otro bostero amigo, al que algunos llaman "Mante".

Estabamos muy atentos al partido, en especial desde ese tempranero gol de Martín Palermo (personaje medianamente despreciable pero respetuoso con el club de sus amores: hay códigos).

Estudiantes había jugado un muy mal primer tiempo y Boca ganaba merecidamente. Pero el hambre de gloria pudo más y una soberbia pincelada disfraza de tiro libre, ejecutada por José Sosa, empató las cosas. Y en ese momento apareció, en una jugada salida de otro partido, el enorme goleador Mariano Pavone. Y así lo festejaba.

En ese mismo instante, muy lejos del estadio de Vélez, el portero de un modesto equipo de barrio al que sus amigos llaman "Tio" se incorporaba de su asiento y su cara comenzaba a mostrar los rasgos de una euforia contenida, aún incrédula frente lo que acababa de pasar. Sí, pibe, despertáte, Estudiantes lo dio vuelta y gana 2-1.

Nos confundimos en un abrazo y esperamos con muchos nervios el final del encuentro. Estudiantes era campeón y El Tio ya había agarrado las llaves del auto. Nos ibamos a festejar. Pasamos por el supermercado y compramos cuatro botellitas de champagne, dos de cerveza, y 5 metros de cintas blancas y rojas. Si, señores, la pasión tiene razones que la razón desconoce. O algo así.

Con bocinazos de fondo, comenzó a sonar una curiosa adaptación de la marcha peronista que decía "Verón, Verón, que grande sos / mi capitán, cuanto valés...", mientras los xeneizes locales puteaban por lo bajo y algunos imprevistos se sumaban al festejo. Subimos a Panamericana y nos encontramos con la caravana que ya iba hacia La Plata.

El Tio indicaba: "Doblá para acá, Pibe".

Y seguía tomando champagne.

Fede, mientras tanto, acomodaba los flecos bicolores...

...y se sumaba al cantito panamericano que decía "un minuto de silencio / pa' el Mellizo que es un muerto eaeaeaeaeaeaeaeee".

Los Pincharratas estaban contentos, claro que sí.

Saluditos a la cámara incluidos...

... nos dimos cuenta que era tarde y que teníamos una familia a la que mantener (?) asíque antes de agarrar la Buenos Aires - La Plata bajamos en 9 de Julio y culminamos el festejo con algunos centenares de hinchas que ocuparon parte del Obelisco.

El Tio seguía tomando y le mandaba mensajitos románticos a su chica y a Augusto, pero esa es otra historia.


Qué bien que le hace esto al fútbol.