Después de Milton Friedman, ahora se va Augusto Pinochet, sangriento dictador chileno que derrocó un gobierno democráticamente elegido para instaurar, a sangre y fuego, el neoliberalismo en Chile. Claro, Pinochet fue uno de los primeros y más fieles discípulos de Friedman. Pero el legado económico no es el único que saludan sus seguidores...
Viendo la imagen recordé una ácida crónica de Martín Caparrós en Chile, cuando fue la extradición del dictador. Aparecido en La Guerra Moderna:
En los claustros coloniales de la Universidad Católica -geranios, arcos, palmeras, la tumba de un obispo-, todos parecen vestidos para una gran fiesta de quince. Es día de exámenes, y hay mucho taco, minis, medias negras, anteojos negros, sacos y corbatas: los tilingos se parecen mucho en todas partes. Las paredes están blancas impecables, una placa recuerda el paso de Juan Pablo II y guardias de traje se pasean discretos. Los estudiantes están alborotados por los nervios:
- Ay, niña, te digo que con esta blusa se me ve harto la guata.
Dice una gordita preocupada mientras trata de taparse el ombligo. Junto a la fuente cantarina, una parejita se toquetea con brío posconciliar.
- Ay, cuidado, Jaime, que nos ven.
- ¿Y ahora no te gusta que nos vean?
Ella le hace un mohín y le aprieta un muslo contra la entrepierna. Estoy empezando a excitarme. Él carga libros de economía: es probable que pronto pueda entrar a la empresa de papá. El mundo exterior, Pinochet, los Andes, los duraznos parecen estar a miles de kilómetros. Quizá no. Dos corbatudos con patillas de rugbier prenden cigarrillos:
- El papá dice que si no apruebo me da la extradición.
- Patricio, cómo puedes hacer chistes con eso.
- Sí, pobre mi general. Con todo lo que hizo ahora le pagan así. Si no lo traemos de vuelta p'acá somos unos desagradecidos del carajo, pó.
Dice Patricio y saluda a una rubia de piernas recién hechas. La rubia lo torea:
- ¿Sabís que pasa, Patri? Quizás mejor que se acabe el viejito. ¿Te imaginas? Ahora no podemos ni ir a Londres, cómo están las cosas. Nos tratan mal por todas partes. Es una lata, pó.
La juventud puede ser dura. Pero, en general, la burguesía chilena es más principista, más ideológica: siguen convencidos de que le ganaron la primera gran batalla al marxismo internacional y defienden en bloque a los militares que lo hicieron. No como la argentina, que los usó y los tiró cuando pensó que ya no le hacían falta.
Hace 5 años.
4 comentarios:
Me encantaría que le dibujes un globo a estos chicos diciendo "¡sieg heil!", aunque creo que la foto habla por si sola
Si Caparrós hubiera escrito la Biblia, las religiones nos darían lugar a conflicto... todo estaría taaaaaaan claro... como el agua antes de la revolución industrial.
"no" darían lugar a conflicto.
Error de tipeo, no de subconsciente, eh!! jaja
Caparrós es un grosso. O tiene una mirada desprejuiciada, o sus prejuicios son distintos a lo de los clichés progres.
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