Las cien mejores películas de la década 2000-2009. Puestos 60 a 51 lunes, 19 de noviembre de 2012

# 60 | Río Místico
Mystic River
de Clint Eastwood
con Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon
Estados Unidos / Australia, 2003, 138'
Posición anterior en el ranking: # 78

Un drama americano hecho y derecho. Reformulo: más que un drama, casi una tragedia griega (o shakespeariana, con algún guiño a Lady Macbeth al final). No hay distancia irónica o comic reliefs, apenas la historia de tres amistades y de cómo los hechos pasados, especialmente los más horribles, marcan las acciones del presente y persiguen como una sombra todas nuestras acciones. Después de unos años noventa flojitos (con la excepción de Unforgiven), vuelve el Clint Eastwood clásico, el que pide la gente, que en esta ocasión se corre y deja que brillen, en su lugar, algunos de los actores más talentosos de esta generación.






# 59 | Elefante
Elephant
de Gus Van Sant
con Alex Frost, Eric Deulen y John Robinson
Estados Unidos, 2003, 81'
Posición anterior en el ranking: # 28

En Cosmopolis de David Cronenberg, los títulos de apertura se reproducen sobre lo que parece ser un Pollock (manchas desparramadas, salpicadas sobre el lienzo). Al final de la película, luego del viaje -literal y metafórico- del protagonista, los créditos aparecen sobre un Rothko: como si Eric Michael Packer hubiera encontrado, al final, algo de orden.
Elephant recorre el camino opuesto. Es un día precioso de otoño en Portland, Oregon. Claro, hay problemas familiares y escolares, pero son parte del paisaje, aquello que minimizamos, normalizamos: el orden. Para cuando el film termina, pasamos de Rothko a Pollock. Aunque las nubes y el precioso día de otoño en Portland, Oregon no se detiene por nada del mundo.
Como señala Jonathan Rosenbaum, Gus Van Sant no tiene mucha más idea que cualquier otra persona sobre qué pudo haber pasado en la llamada masacre de Columbine y, de hecho, los únicos puntos flojos del film aparecen cuando esas ideas se materializan. Por lo demás, Elephant triunfa como una postal del horror post-industrial. Si pudiéramos simbolizarlo, diríamos: The Shining con adolescentes. Pero no podemos representar el vacío, el sinsentido, lo Real. Aquello que resiste simbolización, narrativas o re-creaciones. O como leí por ahí: los gritos del silencio.


# 58 | Alta Fidelidad
High Fidelity
de Stephen Frears
con John Cusack, Jack Black y Lisa Bonet
Reino Unido / Estados Unidos, 2000, 113'
Posición anterior en el ranking: # 44

La biografía de Twitter permite que te presentes en 160 caracteres. Tamaño desafío para cualquiera que espere contar de donde viene, de qué trabaja y cuáles son sus intereses. Así y todo, usé 51 de esos espacios para escribir: "Armo rankings compulsivamente como en High Fidelity". Es algo que me define, y este listado no es sino una muestra más de esta obsesión. Dicho esto, Rob Gordon podría matarme por no poner esta película entre las "Top 5 Movies of the Last Decade", pero tampoco creo que esta comedia romántica basada en la novela de Nick Hornby vaya a quedar en los anales del cine. Es, sí, muy divertida, querible, idiosincrática y, por momentos, sorprendente. Como cuando Rob Gordon nos sacude con el dilema que nosotros, adolescentes tardíos, post-adolescentes, casi adultos, nos hemos preguntado durante tanto tiempo: "Did I listen to pop music because I was miserable? Or was I miserable because I listened to pop music?"


# 57 | Yella
de Christian Petzold
con Nina Hoss, Devid Striesow y Hinnerk Schönemann
Alemania, 2007, 89'
Posición anterior en el ranking: # 63

Yella vive en una ciudad al este de Alemania. Acaba de terminar una relación sentimental y, en busca un cambio, consigue un trabajo situado en Hannover. Cuando está por salir, aparece su ex esposo y le ofrece acercarla hasta la estación: en el viaje tienen una discusión y el hombre se arroja desde un puente, con ambos adentro. La camioneta se hunde en el río. Yella consigue llegar a la costa, agarra sus cosas, se toma un tren y llega a Hannover, donde conoce a Philipp, un capitalista de medio pelo que pide que lo acompañe a una reunión... Como dice Maximilian Maier, "sabemos que algo más está sucediendo, pero no sabemos con exactitud qué es, lo que eleva la tensión durante la proyección y transforma aquello que sería una película del universo de los negocios en una especie de suspenso inexplicable". Una "de climas", pero ¡qué climas! Y con muchos ecos de Carnival of souls.



# 56 | Los Excéntricos Tenenbaum
The Royal Tenenbaums
de Wes Anderson
con Gene Hackman, Anjelica Huston y Ben Stiller
Estados Unidos, 2001, 110'
Nueva en el ranking

En diciembre se van a cumplir doce años del lanzamiento de The Royal Tenenbaums. Desde entonces, las películas de este director se fueron convirtiendo en parte de la "marca Wes Anderson", parecido a lo que a nivel local ocurrió con el humorista Liniers y su tira Macanudo. La comparación no es gratuita: ambos comparten una mirada querible, quirky, hasta un poco naïf sobre la niñez, la juventud e incluso el mundo adulto (algo que llegaría al paroxismo con Moonrise Kingdom). Sin embargo, detrás de sus obras hay mucho más que una mera hiperestilización retro. Wes Anderson tiene talento. Hace películas de personajes y logra que nos interesemos por ellos, que nos preocupemos por su devenir. En ese sentido, The Royal Tenenbaums es menos superficial (o posmoderna) que Life Acquatic o que la epiloguista The Darjeeling Limited. Narra la historia de un hogar con integrantes especiales, superdotados, marcados por tragedias. Aunque la principal de ellas sea el dolor de ya no ser, la triste historia de una familia que sabe que sus mejores tiempos ya pasaron.


# 55 | Promesas del Este
Eastern Promises
de David Cronenberg
con Viggo Mortensen, Naomi Watts y Vincent Cassel
Estados Unidos / Reino Unido / Canadá, 2007, 100'
Posición anterior en el ranking: # 17

Tal como Guillermo del Toro hizo en El Laberinto del Fauno, David Cronenberg creó aquí un drama con tintes de cuento de hadas,  con imágenes brutales y un brillante manejo del suspenso. Anna (Naomi Watts) trabaja en un hospital y sigue la pista de una adolescente rusa que muere al dar a luz. Sin embargo, sus descubrimientos conducen rápidamente a la mafia rusa de Londres, de la que Nikolai (Viggo Mortensen) parece formar parte... Una narración fluida, escenas memorables (la lucha en el sauna es one for the ages) y sólidas actuaciones hacen de Promesas del este un cuento moral complejo y logrado.







# 54 | Un Profeta
Un prophète
de Jacques Audiard
con Tahar Rahim, Niels Arestrup y Adel Bencherif
Francia / Italia, 2009, 155'
Nueva en el ranking

Cada vez que un director extranjero (esto es, por fuera Estados Unidos) logra una gran película de género, los críticos se desviven tratando de buscar su equivalente clásico de Hollywood. De esta manera, a Un prophète no le faltaron comparaciones con Scarface o El Padrino, paralelismos que a mi entender no están a la altura del film de Audiard. No porque este film francés sea mejor que Scarface (lo dudo) o El Padrino (imposible), sino porque aquí aparecen elementos surreales, juegos visuales y algunos guiños absolutamente distintivos que merecen una explicación propia, como hizo esta excelente crítica del New York Times, que desde sus primeros párrafos evitó las simplificaciones de las que hablo. Pocas "películas de prisión" son capaces de generar tantos climas distintos sin perder el tono. Impactante en todos los niveles, uno de los must de la década.



# 53 | Sin lugar para los débiles
No Country for Old Men
de Ethan y Joel Coen
con Tommy Lee Jones, Javier Bardem y Josh Brolin
Estados Unidos, 2007, 122'
Nueva en el ranking

Parafraseando a los políticos de la derecha argentina, creo que una de las tres o cuatro cosas en las que todos deberíamos ponernos de acuerdo es que los hermanos Coen forman parte del grupo de diez o doce directores fundamentales de las últimas décadas. En esa oportunidad, los Coen llevan a la pantalla de manera contundente, sin virtuosismos ni fuegos de artificio, una mirada seca, violenta (después discutimos la acepción) y sin dudas muy, muy norteamericana sobre las relaciones humanas en los Estados Unidos. Alguno apuntó que el punto de vista de la película se acerca al del personaje de Tommy Lee Jones, lo que vendría a demostrar una mirada reaccionaria, hasta decadentista, de la sociedad. Lo podemos debatir. Eso sí: tiene uno de los mejores villanos de la historia, que no hubiese desencajado en una buena película de terror. No puede ser de otra manera con Javier Bardem: un tipo alto, ancho, moreno, con un corte de pelo horrible, que entra a tu tienda polvorienta en West Texas y te llama "Friendo". Auxilio.


# 52 | La Escafandra y la Mariposa
Le scaphandre et le papillon
de Julian Schnabel
con Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner y Marie-Josée Croze
Francia / Estados Unidos, 2007, 112'
Posición anterior en el ranking: # 57

A sus 43 años, Jean-Dominique Bauby, el carismático redactor jefe de la revista Elle sufre una embolia masiva. Al salir del coma, descubre que está atrapado en su cuerpo: completamente paralizado, lo único que puede mover es su párpado izquierdo. En fin, uno lee la sinopsis y teme lo peor (esto es, que la película sea una "película de hospital", plagada de golpes bajos y lugares comunes). Nada de eso sucede: más que depresión, aquí encontramos escapismo. Sí: escapismo. Porque Bauby escapa a su mundo y Schnabel nos invita a conocerlo por medio de imágenes bellísimas, marcadas por la sutileza, tal como hizo en Berlin cuando documentó el primer recital en el que Lou Reed tocó, entero, el disco maldito del mismo nombre. Cine puro.



# 51 | Grindhouse
Grindhouse
de Robert Rodríguez y Quentin Tarantino
con Kurt Russell, Rosario Dawson y Mary Elizabeth Winstead (Death Proof); Rose McGowan, Freddy Rodríguez y Josh Brolin (Planet Terror)
Estados Unidos, 2007, 191'
Posición anterior en el ranking: # 66

Hay una palabra en inglés de difícil traducción que define el espíritu de este par de películas, homenaje a las cintas explotation de los sesenta y setenta: unapologetic. Pese a la paradoja que se esconde detrás del desafío de re-crear películas clase Z con presupuestos cercanos al mainstream, hay mucho de libertad (y de libertinaje) en las producciones de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez. Ahora bien, esta libertad ¿no es más que diversión vacía, reproductivista? A estos directores, sobre todo a Tarantino, se los acusa de posmodernos, de no haber "inventado" nada, de abusar del pastiche, el collage, los homenajes y las comparaciones a campo cerrado. Más o menos lo que decía (hablando de otras obras) Cornelius Castoriadis, cuando se lamentaba de la ausencia de obras maestras posteriores a 1925. "Desde la Illíada hasta El Castillo, pasando por Macbeth, el Réquiem o Tristán, la obra conserva esa relación extraña, más que paradójica, con los valores de la sociedad: los afirma al mismo tiempo que los pone en duda y los revoca". Estoy de acuerdo con esta afirmación, pero mi hipótesis es que productos "posmodernos" como Death Proof o Planet Terror bien podrían pertenecen a este grupo de obras maestras por los mismos motivos por los que Castoriadis amaba a los clásicos: porque pertenecen al "espíritu de época". Dirá Tomás Binder en su excelente crítica en el número 203 de El Amante, cuando comparaba a Death Proof con otras buenas películas mainstream de los últimos años, de Legalmente Rubia a Zoolander, que la pieza de Tarantino es un síntoma, un emergente de un estado del mundo, al que "logran retratarlo con una mirada que no por hiperbólica deja de ser exacta". Sus protagonistas no disuelven los mundos frívolos que los rodean, pero logran "habitarlos afirmativamente, iluminando la posibilidad de la vitalidad y la inteligencia al interior de ese vacío". No celebran acríticamente el estado de cosas (como sí hacen otras películas que, además, reproducen el statu quo formal del cine de los grandes estudios) pero tampoco se colocan por fuera de un mundo que, en definitiva, es el suyo, para señalar con el dedo admonitorio. Lo bueno es que, con estos antecedentes, nada en Grindhouse (ni siquiera sus falsos trailers) es culposo o pide permiso. Unapologetic.














2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué sería de la vida sin Elephant.

carnet manipulador de alimentos dijo...

'Cosmopolis ' es otra criatura pretenciosa del Sr. Cronenberg (por qué no seguir el camino de 'Promesas del Este'?), perdido en sus masturbaciones capitalistas y apocalípticas disfrazadas de vampiros... Un saludo!!!