nota del 28 de febrero de 2013
El crudo de ciertas entrevistas pide a gritos un escultor que pueda moldear el barro y tallar las respuestas. Algún día seremos reconocidos como artistas.
Es más, si vieran lo que son ciertos desgrabados y los comparan con lo que luego es la versión impresa (sin alterar el espíritu ni las palabras elegidas por el entrevistado), tendrían que sacarle el premio a la mejor edición de Argo y dárselo a los redactores del mundo.
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