Apuestas online en Argentina: el problema es la improvisación miércoles, 6 de agosto de 2014






















Ayer estuvimos junto a Ramón Indart en el Congreso de la Nación hablando sobre un secreto a voces: el proyecto de la AFA y Lotería Nacional de instalar un Prode bancado, es decir, regular las apuestas deportivas.
Palabras más, palabras menos, esto fue lo que dijimos:


"Quiero que conozcan a Matt Le Tissier.
Le Tissier, ex futbolista del Southampton de Inglaterra, una vez tiró la pelota afuera de la cancha en el saque desde el medio. Años después contó que lo hizo para ganar una apuesta de 12.000 euros.
En Europa se puede apostar por todo, hasta por los conceptos más insólitos, lo que hace más complicado detectar los posibles arreglos.
Según datos de la Unión Europea, las apuestas online en aquel continente crecen a un ritmo del 15 por ciento anual. Hay 6,8 millones de "apostadores online" y en 2015 los ingresos por esta actividad superarán los 13,000 millones de euros. Los cinco mercados más grandes son el Reino Unido, Alemania, Italia, Francia y Suecia.
Cabe destacar que para evitar los arreglos de partidos, las principales casa de apuestas crearon hace casi una década la Asociación de Seguridad en los Deportes Europeos (ESSA, en sus siglas en inglés), que vigila que no haya apuestas ilegales ni arreglos en las diferentes competencias.
Como ya se ha señalado en esta audiencia, nuestro país hasta ahora no ha regulado el juego online. Los motivos son varios, pero uno de los principales es que muchas loterías provinciales prefieren privilegiar su vínculo con los operadores físicos: prefieren, de momento, evitar la entrada de nuevos actores.
Esto no quiere decir que los argentinos no estén haciendo apuestas deportivas. Cualquiera puede ingresar ahora mismo a la página de Bwin y apostar que Atlético Rafaela le va a ganar a Independiente este domingo (paga 3,90 a 1). El problema es que Bwin está registrado en Gibraltar y entonces esa plata que hoy sale de Argentina solo paga impuestos (bajísimos) al otro lado del océano. Es decir que esta actividad disvaliosa existe, pero la AFA, los clubes y los gobiernos argentinos no ven ni un centavo.
Nuestra postura frente al debate aquí planteado es clara: el enemigo no es el juego online en sí, sino la improvisación, quiero decir, la improvisación con la que históricamente se ha movido este sector en Argentina y las posibles consecuencias sociales de esta irresponsabilidad.
Déjenme darles el ejemplo de los bingos de la provincia de Buenos Aires, que hemos tratado en profundidad este año en el libro El poder del juego.
En 1990, una ley habilitó el funcionamiento de "loterías familiares" (el famoso bingo de cartón) en 32 distritos de la provincia. En 1998, un grupo de empresarios colocó de facto una serie de máquinas electrónicas en estas salas. Amparo va, amparo viene, una resolución precaria del Instituto de Loterías terminó habilitando los tragamonedas en bingos, desvirtuando por completo la ley original. Finalmente en 2003, en medio de una apremiante crisis económica, el gobierno pasa una ley que blanquea este esquema a cambio de mayores impuestos. En 2007, nuevas dificultades económicas terminan con la instalación de un mecanismo para renovar automáticamente licencias antes que venzan, con la excusa de recibir fondos anticipados. Hoy la provincia tiene la friolera de 46 salas de bingo (la mayor parte de ellas en el conurbano) llenas de máquinas tragamonedas, un fenómeno único en el mundo.
Decimos que nos preocupa la improvisación porque portales especializados indicaron en julio pasado que las loterías provinciales nucleadas en ALEA (la Asociación de Loterías, Quinielas y Casinos Estatales de Argentina) resolvieron elaborar una propuesta para regular las apuestas online en todo el país en apenas 60 días. Al mismo tiempo, fuentes del sector nos aseguraron que Lotería Nacional tenía un proyecto de "Prode Bancado" prácticamente listo para salir a la cancha (si se me permite la metáfora).
El propósito de esta audiencia debería servir para insistir en lo siguiente: tenemos la oportunidad única de pensar un sistema desde cero.
Nuestro aporte es invitarlos a revisar las mejores prácticas de aquellos países donde esta actividad ya está regulada para pensar una posible versión local. ¿El gobierno otorgará adjudicaciones directas o celebrará licitaciones transparentes? ¿A qué gobiernos, y en base a qué control, van a tributar los operadores por sus ganancias? ¿Los jugadores podrán apostar desde la PC, en las agencias, en los hipódromos, en los bares? ¿Se abrirá la caja de Pandora de las apuestas deportivas involucrando a clubes en crisis, muchos de cuyos dirigentes están sospechados de corrupción, sin crear, en paralelo, una entidad independiente que vigile los intentos de arreglar partidos? Una vez definido el proyecto, ¿se discutirá en el Congreso y tendrá fuerza de ley o pasará por simple resolución como tantos otros "juegos" inventados por Lotería Nacional?
Estas líneas, y estas preguntas, son nuestro aporte al debate. Muchas gracias."

El poder del juego. El gran negocio de la política argentina (Aguilar, 2014) se consigue en librerías o en eBook (a solo $79).

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