Kirchner: Donde dije digo... martes, 12 de junio de 2007



A partir de mi insistente posición frente a la figura de Macri y del Pro en estas elecciones a jefe de gobierno, muchos de quienes frecuentan el sitio me han marcado que el elegir a su contrario en este ballotage -puntualmente, Daniel Filmus y el Frente para la Victoria- es igual de negativo para la ciudad y para el país.
Algunos otros, al ver que no decía nada a propósito del candidato oficial para estas elecciones- me han señalado incluso como simpatizante del partido. Así que para despejar dudas (y como si mi posición importara tanto), voy a hacer tal como hizo el progre yanqui Michael Moore en su libro Estúpidos hombres blancos, que después de diez capítulos de diatribas contra el partido Republicano armó uno titulado "Demócratas: donde dije digo".

Así que Kirchner, donde dije digo:

- Desde el mismo momento de la asunción propuso, en su discurso inaugural, reconstruir el "capitalismo nacional". Y más allá de la retórica de (centro)izquierda que desplegó en estos cuatro años, sus hechos fueron siempre más livianos que sus dichos. De izquierda, poco y nada.
- La política económica de su gobierno fue levemente heterodoxa, y jamás se alejó de la economía de mercado que hoy gobierna la mayor parte del mundo financiero. Las nacionalizaciones tan temidas por el discurso liberal siempre fueron parciales o temporales (caso Correo Argentino, caso ferrocarriles). En la mayor parte de los casos, eligió subsidiar a empresas privatizadas. Cuando arregló con los sindicatos, siempre puso techos a los pedidos (a menudo inferiores al 15%). Siempre transó con los gordos de la CGT y aún sigue sin otorgarle personería jurídica a la CTA, una central con millones de afiliados.
- Mucha gente recuperó su trabajo, pero en su mayoría con salarios de hambre. Antes era pobre quien había perdido su trabajo, ahora convive la peligrosa combinación empleado + pobre.
- Se jacta de su ruptura con el FMI (simplemente pagó de un saque la deuda sin romper lazos con el Fondo), pero muchas de las políticas que ahora lleva a cabo (el grosero superávit fiscal) son medidas tan ortodoxas que las podría haber dictado el propio Fondo.
- Su política de control de precios fracasó miserablemente. Al constatar esto, intentó tapar los resultados interviniendo el organismo oficial de estadísticas (Indec). Lo que esta institución hoy dice que es una canasta básica, da risa.
- En cuatro años de mandato, el presidente jamás dio una conferencia de prensa con preguntas abiertas. Sólo le concedió entrevistas a diarios amigos (Página/12, Clarín).
- Le renovó las licencias a los multimedios por veinticinco años más, sin discusión previa, por decreto.
- A pesar de su tan anunciada transversalidad, su gobierno está manejado por media docena de adictos a Kirchner. Los demás son viejos duhaldistas y algunos radicales vendidos. De hecho, convive sin problemas con la mayor parte de los intendentes peronistas corruptos del conurbano. En un momento anunció su intento de construir una "nueva política", pero abandonó y se quedó con los viejos.
- Vendió humo con anuncios como los casettes de la AMIA (que jamás aparecieron) y las inversiones multimillonarias de China (que jamás aparecieron).
- El vicepresidente de la Nación es un ex-mononauta menemista.
- Florecen los negocios (y negociados) en los grandes campos, en las construcciones de torres lujosas en las grandes ciudades, en los centros comerciales para la clase media alta. Y mientras en los countries y suburbios ricos aparecen sojeros que andan en pickups doble cabina, la ciudad se llena de cartoneros, cirujas, vagabundos y otros excluidos del sistema. La brecha entre pobres y ricos es hoy aún mayor que cuando Kirchner asumió.
- Se construye enemigos a su derecha porque le conviene debatir con ellos (e investirlos de cualidades hoy repudiadas como la pertenencia a "los noventa") y no con quienes piden una mejor redistribución de la riqueza.
- La llamada "política de derechos humanos" está muy preocupada por rememorar lo sucedido en la última dictadura militar. Lo cual me parece ejemplar, acertado y necesario, pero semejante énfasis en lo pasado podría hacer olvidar lo que sucedió con Julio López, lo que pasó en Neuquén (asesinaron a un maestro que reclamaba por sueldo, y no hubo ni siquiera un mensaje en cadena nacional condenando el hecho), y más aún, lo que hoy pasa en Las Heras, o en Río Gallegos, territorio típicamente kirchnerista.

¿Alguno sigue pensando que soy un kirchnerista de primera hora? ¿Que mi ciudad ideal tiene a Filmus de gobernante?

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Y así y todo, mis estimados, les recuerdo que estamos en un ballotage. Ya hubo tiempo para intentar construir alternativas, para ser más papistas que el papa y presentarse en alguno de los millones de partidos.
Hoy, y hasta el 24, las opciones son dos. ¿Alguno cree que una ciudad con Filmus es igual de mala que una ciudad con Macri?

Les doy algunos ítems para que pensemos si los dos son lo mismo:
- Derechos humanos
- Seguridad y prevención del delito
- Tolerancia frente a la protesta social
- Políticas culturales públicas

Decir que Filmus es igual a Macri, o que Kirchner es igual a Menem, es hacer la misma lectura que hacen los partidos trasnochados de ultraizquierda.
Jugársela de purista y de "todos son lo mismo" es una posición cómoda, políticamente correcta. Pero a diez días de un ballotage que puede terminar imponiendo a un empresario mafioso al frente de la ciudad de Buenos Aires y colocándolo como referente político nacional, me parece que podríamos hilar un poco más fino.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante.

Y siendo un poco más frívolos:
"Y mientras en los countries y suburbios ricos aparecen sojeros que andan en pickups doble cabina"

Quiero ver el término "sojero" adoptado por los medios.

Cinzcéu dijo...

Yo nunca pensé que fueras K de la primera hora... ni de la última, sólo no coincido con tu opinión/ táctica electoral. Decía que el "son lo mismo" es una cuestión de perspectiva: lo son y no; vos acentúas el "no" y yo el "lo son". Me importa menos la ciudad que el futuro próximo y si pienso el ballotage en términos de envión nacional de M y su proyecto, me preocupa mucho; si lo pienso como fortalecimiento hacia un segundo período K, me preocupa igual.
Tu balance de los 4 años K es clarísimo y muy completo pero a mí me resulta menos argumento a favor de Filmus que de Ninguno. Saludos.

Juan Marenco dijo...

Claro que Filmus y Macri no son lo mismo, y hasta es posible que Filmus sea el "menos peor" de los dos.
Ahora, ¿es esa la única causa para votarlo? ¿Es culpa de quienes no votamos/ votamos en blanco / impugnamos que gane Macri, o del 60% que lo votará?
¿Por qué debemos aceptar las reglas tal cual están y no poder plantear, aunque sea desde la abstención, nuestra disconformidad?
Me da terror la ciudad gobernada por Macri si soy sincero, y también me daba en el 2003. Pero no puedo estar votando gracias al miedo. Si le pongo el voto a alguien, como lo hice en algún momento, lo acompaño con el cuerpo y me hago cargo.

Entiendo lo de "partidos trasnochados de ultraizquierda", pero veo que aprendiste varios vicios de ellos, como (des)calificar de "posición cómoda y políticamente correcta" a quienes piensan que Macri y Filmus son lo mismo.

Anónimo dijo...

"Te pasó lo peor que puede pasarle a un boxeador: te volviste civilizado."

Te pasó lo peor que puede pasarle a un tipo de izquierda: te volviste reformista.

Fede / Billie dijo...

Entiendo la posición de todos ustedes frente al "voto útil".
Entiendo a JuanO cuando se pregunta por qué debemos aceptar las reglas tal cual están... "y no poder plantear, aunque sea desde la abstención, nuestra disconformidad?".
Y entiendo, principalmente, que aceptar a Filmus (aunque sea en la situación extrema de un ballotage) es un poco el gesto de una resignación asumida, de un "es lo que hay", de pedir menos y quedarse cada vez con menos.

¿Qué me queda por decir? No intento descalificar a nadie con lo de la "posición cómoda". Pero incluso desde la izquierda hay que poder leer la riqueza de algunos procesos incluso dentro de un mismo sistema económico. La fórmula es Filmus-Heller, no... Scioli-Aníbal Fernandez, qué se yo*.

En mi mundo ideal no gobiernan ellos, ya lo dije, pero hay que ver si la conformidad que puedo demostrar no yendo a votar tiene algún sentido, no sólo práctico, no sólo pragmático, sino aunque sea simbólico. ¿Lo tiene?

No estoy intentando convencer a quienes tienen o creen tener buenos motivos para quedarse en su casa. Sólo ensayaba una justificación de lo que haría si viviera en Capital. Porque, de hecho, yo NO voto en estas elecciones (vivo en provincia). Y en octubre NI EN PEDO voto al mononauta menemista para gobernador. Como para que quede claro que no estoy de acuerdo, ni un poco, con el "proyecto nacional K".

Hay formas más inteligentes de intervenir en lo social, y todo aquel que me haya acompañado a alguna marcha (y en este blog hay varios) sabe que muchos de los intereses que pretendemos defender se juegan los otros 364 días del año.
Pero en este caso, y a diferencia de cuando voté en 2003 y 2005, tomé una posición distinta y me interesaba explicarla.

Anónimo dijo...

Lecturas, visiones, veo de cerca, veo de lejos, es un prisma la cuestión: lo giro un poco y tira otra luz
Si ves lo macro, el amplioespectro lo q se ve es esta cuestión del "son lo mismo", sí lo son: son políticos (palabra con grave connotación negativa si las hay... para mi). No voy a votar: no me cabe que me tomen por boludo, ni que me mientan. Las elecciones son un circo, o una novela de Suar, se sabe, se ve...suficiente para mi.

Si observo lo micro, lo puntual, veo un ballotage, dos opciones...A o B. Una tiene una pila de defectos y alguna q otra arista positiva, y la otra ....tambien. El asunto porai es qué tan malas son esas cuestiones negativas de uno, qué tan nefastas las del otro y viceversa qué es lo bueno de uno en comparación con el otro. Apartir de ahí va a haber que elegir (yo no igual, vivo en provincia, lo q no quiere decir q no me afecte directamente: trabajo para el GCBA) y acá es donde, Fede, tenes toda la razón: yo tb prefiero a Filmus, por ser el menos malo? No sé si tanto eso, ponele que el que menos "miedo" me da.

Anónimo dijo...

Discrepo. El ballotage es "A o B", o C, siendo C "No voy a votar: no me cabe que me tomen por boludo, ni que me mientan. Las elecciones son un circo, o una novela de Suar, se sabe, se ve...suficiente para mi."

Anónimo dijo...

No, haber, no quedo claro lo q quise decir. La opción C queda descartada al ya haber dado por sentado q voy a votar. Osea, la opción C esta antes A o B en todo caso. Se me entiende?

Osea, hay dos caminos: votar o no, podes elegir no hacerlo por toda la cuetión de la fantochada, acá esta la opción C. O bien, habiendo decidido q lo queres hacer: votar (cada uno tendrá sus razones para hacerlo) se te habren otros dos caminos A o B, no hay C acá.

Anónimo dijo...

Para q quede más claro.
Quien vota a B tomó dos decisiones: la primera ir a votar, la segunda votar a B

Anónimo dijo...

Es que ese es el problema justamente: que "ir a votar" e "ir a votar a Fulanito" tendrían que ser la misma decisión. Uno no puede pensar "bueno, voy a ir a votar, por la onda. Ahora, ¿a ver a quién voto?". El movimiento tiene que ser uno solo y tiene que ser "voy a ir a votar a Fulanito". La decisión tiene que ser una sola y el acto de votar tiene que estar motivado por la identificación con el candidato que se elija votar; que el acto de votar esté motivado por el mero acto de votar como "ejercicio de la democracia" significa haberse morfado todo el aparato propagandístico que trata de vendernos que esta democracia va a algún lado, y estar inmerso en una nube de pedos.