Los mejores tweets de 2013 martes, 24 de diciembre de 2013

En este país, el que se aburre es porque quiere.

Del Papa peronista a los saqueos de diciembre, pasando por choques de trenes, cambios de gabinete, elecciones legislativas, huelgas policiales y un fallo a favor de la Ley de Medios, he aquí un resumen de lo mejorcito que se ha comentado en Twitter Argentina en los últimos doce meses.

Como recordamos en la anterior edición, el sesgo es claro: tuits en español, redactados por argentinos, no famosos (única excepción, quizás, un tuit perdido de Alfredo Casero). El autor se autoexcluye, aunque recuerda con cariño esta ocurrencia post fallo de la Corte.

Última aclaración: los diarios que quieran afanarse la lista, adelante, sólo tengan el buen gusto de no usar el impersonal, como cuando el portal de Sergio Szpolski dijo que "se pudo armar" una lista con...


Los mejores tweets de 2013












































































































































































































Cerramos con el mejor video del año, hands down:

"Hay policías claramente involucrados en generar caos" domingo, 15 de diciembre de 2013


por Federico Poore

Para el sociólogo Máximo Sozzo, profesor de criminología en la Universidad Nacional del Litoral, los bajos salarios de las fuerzas policiales solo explican uan parte de los amotinamientos de las últimas semanas.

¿Qué factores explican la crisis policial?
Estas protestas estuvieron fuertemente ligadas a dos tendencias, que no han sido homogéneas pero que se combinaron para producir este resultado. Por un lado, una progresiva pérdida de la calidad de condiciones laborales de las personas que trabajan en las instituciones policiales en los rangos bajos y medio-bajos, vinculadas no sólo a cuestiones salariales sino también a los turnos de trabajo y a las formas de asegurar la disciplina al interior de la fuerza. Todo esto combinado con la falta de voz de estos sectores, algo que no cambió demasiado con respecto a los años de la dictadura. En 2008 hicimos una encuesta en Santa Fe sobre una muestra representativa de policías. Una de las cosas que descubrimos es que el 88 por ciento (casi 9 de cada 10) reclamaba la posibilidad de crear algún tipo de asociación sindical. Es decir que la necesidad de que se los reconozca como trabajadores viene de hace tiempo.

¿Que beneficios puede traer la sindicalización policial?
Ante todo, transparentar los debates políticos al interior de la institución political. Hoy esos debates ya existen — y enfrentan a distintos grupos. Transparentar esa discusión puede ser interesante. Obviamente, no creo que algo así vaya a marcar modificar radicalmente la composición democratica de la fuerza — de hecho, en Gran Bretaña o en España la sindicalización no ha traido aparejada un crecimiento de la cultura democrática de la fuerza policial. Pero dada la situación en la que nos encontramos, creo es una posibilidad a explorar.

¿Qué diferencia encuentra entre Gendarmería, Policía Federal y las policías provinciales? ¿Alguna de estas fuerzas alcanzó un mayor grado de profesionalización que las otras?
La pregunta es, ¿qué entendemos por profesionalización? Si hablamos del gobierno democrático de las fuerzas policiales, en ninguna provincia se han producido avances sustantivos. Las quejas con respecto al servicio policial (es decir, si un oficial hace algo ilegal) aún son tramitadas por órganos policiales. Y en los casos donde hay un híbrido entre policías y civiles, la participación civil es mínima. De hecho, no hay participación de representantes electos, como legisladores y concejales.

En ese sentido, ¿qué evaluación hace del paso de Nilda Garré por el Ministerio de Seguridad?
Instaló una retórica de contenido democratizador y produjo algunas iniciativas puntuales, laterales, que podríamos considerar positivas. Pero esto no se traduce mágicamente en la transformación de las estructuras organizativas de la policía. En ese terreno, la experiencia con respecto a las fuerzas federales del Ministerio de Seguridad de la Nación fue inconcluso, y ahora sufrió un cambio de dirección. Se generó una especie de impasse. Es difícil que de 2011 en adelante se hayan producido cambios estructurales. Hubo mucha voluntad política, quizás voluntarismo, con decisiones que han sido valiosas pero no tienen la magnitud que el desafío requiere.

La Gendarmería nació como una fuerza de frontera, luego se trasladó al conurbano y se envía, de tanto en tanto, como fuerza militarizada a las provincias. ¿No se desvirtuó su rol?
Completamente. Esta conjunción de Gendarmería y Prefectura resolviendo problemas que las fuerzas provinciales no pueden es problemática. Ambas tienen una tradición y una cultura organizacional fuertemente ligada a la fuerza militar, nacieron para otros fines. Por otra parte, la idea de que estas fuerzas sólo hacen patrullajes y nunca incurren en abusos no es real, tal como lo muestran algunos estudios hechos en el Conurbano bonaerense.

Familiares y representantes de los policías que iniciaron la protesta en Córdoba pedían el aumento que luego les dio De la Sota con el argumento de que querían una fuerza sin corrupción. Como si un mayor sueldo fuese a terminar con las prácticas ilegales al interior de la fuerza.
Ese pensamiento es de una violenta ingenuidad. Primero porque todos sabemos que el involucramiento en redes ilegales puede garantizarles ingresos muy superiores a los 13,000 pesos. Segundo, porque ese agumento supone creer que la corrupción policial nace de la necesidad, cuando no es así. Sólo hace falta estudiar su reproducción al interior de las cadenas de mando. Esta crisis es la respuesta a las iniciativas en algunas provincias de combatir ciertos nudos de corrupción. Hay policías claramente involucrados en generar caos para enfrentar al poder político. Lo que está en juego es un desafío político sobre quién gobierna la policía.

¿Cómo se resuelve este problema?
La única forma de reconstruir la autoridad política es generar instancias de construcción de consensos para una reforma policial a través de los partidos políticos y con la ayuda de los segmentos de las fuerzas que estén de acuerdo en avanzar en una agenda reformista. Algo como la CONAREPOL (Comisión Nacional para la Reforma Policial) en Venezuela — una de las pocas propuestas de Hugo Chávez que logró el apoyo de la oposición.

* La edición en inglés de esta entrevista apareció en la edición del 15 de diciembre de 2013 del Buenos Aires Herald.

La tendencia es inherente a la realidad misma sábado, 7 de diciembre de 2013

Si las ponemos juntas, las dos cartas de Engels sugieren que en la ficción la toma de partido declarada es innecesaria (aunque obviamente no es inaceptable), porque la auténtica escritura realista dramatiza por sí sola las fuerzas más significativas de la vida social, va más allá de lo fotográficamente observable tanto como de la retórica forzada de la "solución política". La crítica marxista va a desarrollar más tarde el contepto de "tendencia objetiva". El autor no necesita volcar sus propias ideas políticas en sus obras porque si revela las fuerzas reales y potenciales objetivamente presentes en una situación, de alguna manera ya está tomando partido. Es decir, la tendencia es inherente a la realidad misma; surge del modo de tratar la realidad social más que de una actitud subjetiva hacia ella.

Terry Eagleton (1976), Marxismo y crítica literaria, Buenos Aires, Paidós, 2013, pp. 106-107

A good wheelwright viernes, 29 de noviembre de 2013

Do you consider yourself a "literary journalist"?
No. I'm a smith. I occupy the position in our society that a good wheelwright would have occupied in his. Making wheels is a highly specialized skill. I don't consider myself to be an artist, I consider myself to be a skilled workman.

Richard Ben Cramer, citado en Robert S. Boynton (ed.), The New New Journalism, New York, Vintage, 2005, p. 36

Storytelling mode lunes, 25 de noviembre de 2013

Do you discuss your work-in-progress with people?
I find that it helps a lot to talk to friends or editors immediately after I return from a reporting trip. It puts me in storytelling mode. Even though I'm less preoccupied with producing a seamless narrative than I used to be, I do feel that narrative energy is crucial to distinguish a story from a research report. When you are telling a story to a live human being you get a sense, immediately, of what people respond to. It gets you outside your own head. And often people ask questions that I haven't thought of –questions that force me to look at the reporting in a new way.

Ron Rosenbaum, citado en Robert S. Boynton (ed.), The New New Journalism, New York, Vintage, 2005, p. 336

Shit, he's talked to everybody miércoles, 20 de noviembre de 2013

Once you've got access, how do you get people to open up to you?
One way I get them to talk is show them the lengthy list of the other people I've talked to. Even hardened FBI agents get wide-eyed when they see how many names are there. They think, "Shit, he's talked to everybody!" It softens them up a little. First, because they respect me for the effort I've made. And, second, they feel it's pointless to hide anything from me, because somebody else is going to tell me anyway. It's a visual aid that lets people know I'm on the case, and that I'm not likely to be shaken off it.

Lawrence Wright, citado en Robert S. Boynton (ed.), The New New Journalism, New York, Vintage, 2005, p. 443

None of that ever deters anyone lunes, 18 de noviembre de 2013

You become so deeply involved with your subjects. How do you manage to maintain enough distance to write about them?
The writer-subject relationship is always fraught with thorny complications. Janet Malcolm's book, The Journalist and the Murderer, should be a required text in all schools of journalism. Her first line –"Every journalist who is not too stupid or too full of himself to notice what is going on knows that what he does is morally indefensible"– is intentionally harsh and provocative, but contains more truth than most journalists admit. The writer is a confidence man. The journalist never has any intention of telling the story your subject wants told. Your job is to tell the story as you see it. Once a subject has talked to you, he has surrendered all control. For my own conscience's sake, I try to begin almost every interview by quoting Malcolm's infamous first line. I tell the person I'm interviewing that he'll have no control over the process, that I won't show the article to him before publication, that he will tell me things he'll regret... and none of that ever deters anyone!

Jon Krakauer, citado en Robert S. Boynton (ed.), The New New Journalism, New York, Vintage, 2005, p. 167

Writing is always torture viernes, 15 de noviembre de 2013

Do you think yourself as practicing immersion journalism?
For some types of stories. Perhaps inundated or drowning journalism would be more accurate.

How do you conceive of your role as a reporter?
I guess I don't think of myself as a reporter. I think myself as a writer who needs to gather information in order to write. Having said that, I'm a pretty diligent reporter. I feel I like I was put on this world to be an observer, not an actor. I like to watch what other people do. My form of "action" is writing: creating something on the page. The paradox of my life, of course, is that although I think myself as a writer than a reporter, I enjoy the reporting much more than the writing.

It sounds as if your problems come during the writing more than during the reporting.
True. Writing is always torture. If I can avoid it by doing more reporting, I will.


Jonathan Harr, citado en Robert S. Boynton (ed.), The New New Journalism, New York, Vintage, 2005, p. 114

Nothing ever appears in print viernes, 25 de octubre de 2013

How much do you tell people about yourself and your project?
Not much, usually. If somebody asks me about myself, I'll tell them, of course. I'll show them a New Yorker if I have a copy. If they ask about my project, I'm usually pretty vague –partly because it's usually still taking shape, and I'm not yet sure what it is. I just say I'm collecting information to put together into a story. I tell people that I want to know as much as I can about their lives, their neighborhoods, their thoughts, their experiences. Basically, I just hang around as long as they'll have me. In some situations, I've become a kind of local curiosity. The White Man on the Couch. I can practically hear people saying, "Hey, come over and see out white man! He's still here!" Of course, some people get suspicious, even paranoid. They may believe at first that I'm a news reporter, but when you talk to a news reporter something comes out in the paper that weekend, or the following week. Meanwhile, here I am, hanging around for months on end, and nothing ever appears in print. People have accused me of being FBI, CIA. Why else would I be collecting so damn much information?

William Finnegan, citado en Robert S. Boynton (ed.), The New New Journalism, New York, Vintage, 2005, p. 93

Entrevista a Daniel Filmus viernes, 11 de octubre de 2013


Entrevista a Daniel Filmus
"Cristina es muy difícil de reemplazar"
por Federico Poore

¿Cómo está tomando la recuperación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner?
Bueno, primero con preocupación y un cierto grado de angustia, como creo que le pasó a todos los argentinos. En segundo lugar, con mucha esperanza. Todos estamos esperando que la Presidenta se recupere, y me parece que es un sentimiento genuino. El lunes estuvimos en la presentación del libro de Bergoglio en la Manzana de las Luces: sobre el final el monseñor Poli convocó a una oración interreligiosa, era una cosa muy sentida, estaban sinceramente preocupados. Y esto hay que decirlo: me parece que hubo un alto grado de madurez por parte de todos los sectores políticos en el sentimiento popular de deseo de mejora.

¿Cuánto se enteró por primera vez del problema de salud de CFK?
(Piensa) Me enteré... No me acuerdo en qué actividad estaba, hubo un rumor... Así que me enteré como todo el mundo que estaba pasando algo. No tenía ninguna información y después, por supuesto, llamé a miembros del gabinete que me contaron más en detalle la situación. Por supuesto, uno tiene gente que está cerca de la familia y que te puede contar un detalle más. Pero confío plenamente en los informes médicos.

Fernando "Chino" Navarro había criticado la manera en la que se había enterado la primera línea del gobierno, que lo hizo por la prensa.
No estoy de acuerdo. Son temas muy delicados, y cuando nos tenés confirmada las situaciones, generás más angustia. El mismo hecho de que esté en la Fundación Favoloro te da cierta tranquilidad, primero porque es un centro muy prestigioso y después por que sabés que la información se va a dar ahí, sin posibilidad de ser modificada, porque detrás de esa información está la responsabilidad de la institución. La conozco muy de cerca porque su aprobación como institución fue realizada durante mi gestión como ministro de Educación.

Mientras Cristina está convaleciente, ¿cómo se da la toma decisiones al interior del oficialismo?
Bueno, no soy la persona más indicada para decirlo porque estoy en el Legislativo. Ayer tuvimos una jornada extensísima de debate en torno al presupuesto, pero ya habían venido los miembros del ejecutivo la semana pasada, así que no tuve relación con ellos esta semana. Obviamente, estuve en el acto del lunes a la mañana [donde Amado Boudou apareció por primera vez como presidente en ejercicio] en el que se presentó el científico repatriado número mil.

Esta semana, luego de ciertas críticas que se habían producido, saliste a ratificar la idoneidad de Boudou para encarar temporariamente los asuntos de gobierno.
Es que no hay otra. 30 años de democracia nos enseñan que no hay otra forma de resolver los problemas que la manera constitucional en la que se llevó adelante. Si alguien conoce otra, que la diga. Lo que está detrás de todo esto es que nuestra fuerza política siempre tuvo liderazgos muy fuertes. Cuando mirás cada momento histórico, sabés que cuando [el Peronismo] no tiene liderazgos políticos tan fuertes o legitimados, tiende a disgregarse. Una figura como Cristina es muy difícil de reemplazar. Pero uno sabe, con la seguridad que nos están dando los médicos, que es una época muy pequeña.

¿Cree que es posible que vuelva antes de los 30 días que se tomó?
No tengo ningún elemento como para saberlo. Leo los mismos partes médicos que lees vos y si hay una disciplina que me es ajena, es la medicina.

¿El hecho de que CFK haya estado enferma va a cambiar el rumbo de la campaña electoral?
Creo que no. Son casos de emoción colectiva muy difíciles de definir. En general los hechos conmocionantes no cambian una tendencia, sino que la agudizan. Si ves lo que pasó con Néstor Kirchner — y esto lo hemos discutido mucho con sociólogos y politólogos amigos —, los encuestadores te muestran que eso agudizó un proceso en el que el gobierno ya estaba recuperando credibilidad.

¿Usted dice que va a pasar algo parecido luego de las PASO?
No podría adivinar. Argentina es un país muy difícil de predecir. No sabés lo que va a pasar al día siguiente, es algo que está en nuestra propia historia. En 2009 decían que este proceso se había terminado, en 2011 [el gobierno nacional] sacó el 54 por ciento de los votos. Ahora hubo unas PASO que no fueron favorables al oficialismo, y no sabés lo que va a pasar ahora. Lo que veo es una honda preocupación.



El debate en TN
¿Cómo vio a Juan Cabandié en el debate de la Ciudad?
De los tres fue lejos el que más tanteó, más debatió, más discutió, planteó más elementos empíricos frente a otras políticas, hizo más propuestas... Me parece que Juan fue el que tuvo las ideas más claras y el que planteó claramente cuál es la tarea de un legislador. ¿Cuál es la tarea de un legislador? Nos eligen y nos pagan para trabajar. Yo rompo el contrato con el pueblo si no trabajo. Mi luz acá en el Senado es la primera que se prende el lunes y la última que se apaga el viernes.

¿Te referís al cruce con Carrió?
Ella decía “qué voy a ir para votar esas cosas que votan”... No votó leyes importantísimas. No estamos eligiendo al más simpático, el más inteligente. Tenés que elegir un tipo para laburar.


Esta entrevista fue publicada en inglés en la edición del 11 de octubre de 2013 del Buenos Aires Herald.

La vida es demasiado corta como para jugar al Candy Crush domingo, 29 de septiembre de 2013































I.

La vida es demasiado corta como para jugar al Candy Crush. Algo así pensaba el otro día mientras iba en el 152 y la cabeza me maquinaba a mil pensando en la jornada de laburo en el diario. Pero antes repasaba las preguntas que le iba a hacer a una fuente para otro trabajo. Y antes imploraba no haberme olvidado de llevar nada para la reserva en la inmobiliaria. Si todo sale bien, me mudo en tres semanas, pienso. Me encanta Villa Urquiza pero queda medio en la concha de dios y la idea es estar más cerca del laburo, de las fuentes y, por qué no, de futuros trámites. El burrito sencillo va solito al corral.


II.

El periodista es un ser multitasking. Alguien alguna vez dijo que el objetivo del socialismo es lograr que todas las personas puedan dividir su jornada en 8 horas de trabajo, 8 horas de sueño, y 8 horas de ocio creativo. Claro que para entonces el capitalismo ya había encontrado la manera de organizar el mundo de otra manera: nueve en el caso de los laburos de oficina (considerando la mentira de "la hora de almuerzo", el bocado mal preparado, peor calentado, engullido a las apuradas, como una hora real de descanso), nueve y media en el caso de algunos ejecutivos medios, o diez en el caso de los empleados del shopping, todo esto sin contar lo que lleva ir y volver al trabajo atravesando el coño urbano, ya sea en el Sarmiento de las 7:55 o en el 206 agarrando la Lugones a las 8 de la mañana. ¡Ah! Pero después, el payoff: el tiempo para consumir y disfrutar. Uno le da al sistema pero el sistema también le da a uno, ¿no es cierto? La cola interminable en el Pago Fácil subventilado, el servicio deficiente de Internet, el pago extra decretado unilateralmente por la tarjeta de crédito, y la inexistente señal de telefonía celular, 59 centavos el minuto excedente. Pasando en limpio, la jornada del laburante bajo el signo del capital dice algo así como nueve horas de trabajo puro y duro (promedio ponderado entre las 6 de los trabajadores del subte, la aristocracia obrera, y los diez de la empleada del local de ropas del Alto Palermo que se queda cerrando la caja), dos horas y media de viajes (un tibio promedio al interior de la clase trabajadora; hay quienes pasan mucho más tiempo todos los días arriba de un tren, una combi o un colectivo), una hora de trámites para mantener los servicios pagos y funcionando (un generoso promedio diario). Quedan poco más de 11 horas y todavía hay que ir al supermercado, llamar al plomero, cambiar la lámpara de la pieza, devolverle aquel llamado a Martín. Y dormir. El archivo de Excel cumple la función de un calendario en permanente mutación, amarillo, verde, gris, rojo, según niveles de urgencia. Entrevista JD, off JPP, llamar a AK, insistirle a LT, se va llenando con cuatro semanas de anticipación, como la agenda de un dentista, sólo que en lugar de atender en mi consultorio, soy yo el que termina yendo a todos lados. Jonathan Franzen tira abajo mi estrategia. "Verá más estando sentado en un sitio que corriendo detrás de algo", escribe, y me deja pensando.

III.

El shopping, el Fútbol para Todos y la Playstation como herramientas de control social. No tengo nada contra ellos. En última instancia la rat race exige rat games, ir al queso, sentir la descarga y volver al queso. Para qué nos vamos a poner moralistas, no tenemos más 16 años y ya nos cansó un poco la Escuela de Frankfurt. Pero he aquí la cuestión planteada al principio y a la que llegamos luego de un desvío (o desvarío). Tres años atrás, el uso del tiempo libre -la Frankfurter Schule se cansó de escribir sobre el tema- de este servidor hubiese sido una mezcla entre las salidas con amigos, la destrucción individual de neuronas (cuatro partidos al hilo en el Winning Eleven, un decir) y el ocio creativo: publicar un ranking de mejores canciones de los noventa, ir a ver una comedia sueca de tres horas a un festival de cine, esas cosas que suelen hacer los hiperescolarizados porteños. Hoy, los usos del tiempo libre son radicalmente distintos. En primer lugar, las salidas con amigos se redujeron a un mínimo histórico: los horarios ya no nos combinan tan bien, alguno del grupo aduce cansancio y cancela, en fin, la vida y todo lo demás. Pero hay más. ¿Para qué escribir en el blog si probablemente exija el mismo tiempo y dedicación que una nota de 700 pesos publicada en medios nacionales? ¿Para qué sentarme a ver una película de dos horas cuando podría estar avanzando ese capítulo sin terminar? Decíamos: la vida es demasiado corta para estar jugando al Candy Crush. O al Winning Eleven. O sentarse a escuchar ese CD que te compraste en enero. O estar escribiendo el post sobre los mejores hits de los ochenta. Casi cualquier cosa es improductiva medida con la vara capitalista de la productividad, que avanza como un cáncer sobre la capacidad de disfrute y que, como el camionero de Duel, te obliga a subirte a la ruta y a correr con el camión detrás soplándote la nuca.





























Fayt miércoles, 28 de agosto de 2013


Termina la audiencia por la Ley de Medios. El fotógrafo Leo Vaca está por subir al ascensor en el cuarto piso de tribunales.
-¿Puede esperar un segundo? –dice un empleado de seguridad-. Tiene que usarlo un ministro.
Aparece en escena Carlos Fayt. Leo apunta con la cámara: dispara, una, dos, cuatro veces. El juez camina con bastón. Tiene guantes blancos y sobretodo marrón.
-¿Para quién trabaja?-pregunta.
-Infojus Noticias.
-¿Te pagan bien?
-¿Por qué?
-Porque podrías aprovechar para cortarte el pelo y afeitarte. Y comprar algo de ropa.
Leo Vaca mira su saco, mira su camisa. Justo hoy tiene los pelos parados, es verdad. Pero la ropa no: con la ropa, piensa, estoy en mi mejor momento.

Publicado por Sebastián Hacher en su cuenta de Facebook

Las raciones se reparten con regularidad lunes, 19 de agosto de 2013

Last Reason comienza a escribir en Crítica al cierre del diario La Montaña. (...) Claro que cuando llega a la redacción de Crítica se encuentra con un periódico que acompaña el ritmo acelerado de la modernidad urbana con tres ediciones y un promedio de circulación diaria de 166.385 ejemplares. (...) Last Reason confiesa en su crónica de presentación "que ha debido vencer no pocos escrúpulos de conciencia antes de ponerse la chaquetilla roja y negra de la casa; escrúpulos sentimentales nada más".
Para un reporter de la época, entrar en Crítica implicaba un salto profesional. "Yo corría bien en cancha pesada y siempre que no me ahogaran con el freno. Pero me han asegurado que el training no es severo y las raciones se reparten con regularidad. ¿Qué más puede pedir quien ha resistido el rigor de un régimen dietético llevado al periodismo?"

Ana Cecchi, La timba como rito de pasaje

Entrevista a Felipe Solá * miércoles, 7 de agosto de 2013


por Federico Poore

Fueron 45 días bastante movidos para Felipe Solá. Muy cerca del cierre de listas, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires decidió unirse al intendente de Tigre, Sergio Massa, como candidato a diputado, y ahora busca continuar su carrera política por fuera del Frente para la Victoria y de la fallida experiencia del Peronismo Federal. Solá recibe al Herald en su despacho, en un séptimo piso a la vuelta del Congreso, y se sienta delante de dos mapas gigantes de la provincia.

¿Por qué decidió integrar la lista del Frente Renovador?
Desde 2011 yo estaba en una situación intermedia, de indecisión, porque había renunciado al bloque del Peronismo Federal y además había decidido irme del bloque porque ese año habían sucedido cosas notables, como por ejemplo que algunos se habían ido con Alfonsín, otros habían hecho unas internas espantosas, un cocoliche, una especie de gran conventillo entre Rodríguez Saá y Duhalde, se habían enfrentado de tal manera que en un momento Rodríguez Saá dijo “prefiero mil veces a Cristina antes que Duhalde”, y yo tenía que estar ahí en el bloque opositor sin pensar igual que los líderes. En septiembre dije: “Basta”, y me fui del bloque, porque me di cuenta que lo único que unía al bloque era la bronca a la Presidenta. No había nada ahí que no fuera extrañar al pasado. Me quedé con tres diputados, una especie de aventura solitaria. Es difícil un bloque chico. Uno tiene menos poder o voluntad de meter una ley. Y yo buscaba un discurso intermedio: no ser opositor por ser opositor. Había hecho aclaraciones un poco confusas pero porque yo también estaba un poco confundido. Y ese discurso intermedio lo encontré con Massa. Al principio tenía miedo, pero después ya no. Cuando vi que Massa iba, decidí que yo iba a ir con él. Creo que haber aportado para convencerlo.

¿Por qué en 2011 no regresó al bloque del FpV?
Acercarse al FpV significaba aceptar la férrea conducción de Cristina, vertical, y yo no aceptaba eso. Cristina nunca me condujo, más allá de poder estar de acuerdo con una ley u otra. Pero no puedo pasar a ser un soldado. Los hombres del Frente para la Victoria son soldaditos.

¿Cómo se lleva con sus compañeros de lista? ¿Los conocía a todos?
Salvo a Mirta Tundis, los conocía a todos.

¿Qué le parece Tundis?
Me parece que las listas tienen que ser diversas y llevarla, con sus pros y sus contras, al parlamento. No es una lista de profesionales de la política sino de gente que también despunta, o que se han dedicado, de una u otra manera, a los temas que le interesan a la sociedad. Y Tundis estuvo muy metida con el tema de los jubilados.

Con respecto al Fútbol Para Todos, ella había estado en contra...
Ella no tiene que estar de acuerdo con todo lo que decimos. Vino a aportar algo, no a recibir adoctrinamiento político. Cuando ella dijo que estaba en contra del Fútbol Para Todos puedo interpretar que lo que quiso decir es que estaba en contra de la propaganda en los entretiempos, que debería ser publicidad privada y paga.

¿Hasta dónde llega el acuerdo entre el Frente Renovador y el PRO, si es que hay uno?
El acuerdo fue con Jorge Macri. Ellos se habían sin candidato en la provincia. Los esfuerzos desesperados de algunos para tratar de mostrar que triunfaron con este acuerdo son deplorables. En realidad no tenían candidato y nos pidieron a nosotros que allí donde tuvieran listas fuertes pudieran competir con nosotros en internas, que es lo que estamos haciendo. Luego pidieron tener dos diputadas dentro de la lista nacional. Además, si hubo acuerdo entre Mauricio Macri y Sergio Massa, ¿dónde está la foto? Por último, los macristas siguen insistiendo que su candidato presidencial es Macri, y en ese sentido estamos a mil kilómetros de distancia.

¿Qué opinión le merece Martín Insaurralde?
Es nuevo y creo que no ha sido mal intendente de un municipio complejo como Lomas de Zamora, al menos mejor que las anteriores. Seguramente está bien elegido, pero no era conocido y me parece que es un poco light. Con él el kirchnerismo se disfraza un poco. Tiene un estilo diferente al estilo natural del kirchnerismo. El kirchnerismo oculta un poco a los que siempre dicen cosas inconvenientes y muestran a los light.

¿Y qué diferencias hay, a los ojos del electorado, entre este Kirchnerismo light de Insaurralde y la lista del Frente Renovador?
Por que detrás de los supuestos lights del FpV está Cristina, están estos diez años y, sobre todo, los últimos dos años del gobierno que han sido pésimos. Si no fueran pésimos, ¿por qué estamos discutiendo si este muchacho tiene 30 o 32 (por ciento de los votos) cuando tuvo 56 en la provincia? ¿Cómo se hace para en 20 meses para perder 20 o 25 puntos? No es magia, es mal gobierno.

¿Qué piensa de Margarita Stolbizer?
La respeto. Es una dirigente pensante, inteligente. Su único problema es que a pesar de que es progresista la palabra peronismo la pone muy nerviosa, y en eso se parece a los gorilas. No tengo el peronómetro para decir quién es más peronista, ni lo uso. No soy juez de nadie. Pero sé detectar cuando alguien es visceralmente antiperonista.

Su hipótesis es que no se puede gobernar la provincia de Buenos Aires sin el peronismo.
No es mi hipótesis: es una realidad de los últimos años, y como toda realidad, puede cambiar.

¿Qué piensa de Francisco De Narváez?
Es un inversor. Invirtió en el peronismo y le está yendo mal.

Arriesgue un resultado para el domingo.
Las encuestas verdaderas son las que van a salir el jueves. Las otras siempre tienen un poquito de retoque hasta donde la ciencia lo permite. Nos damos por conformes si ganamos por poco. Es un paso, vamos a octubre. Hay que estar en el territorio de la provincia para ver la potencia electoral del Frente para la Victoria, el poder de la Anses (que lo vi en Tandil, donde inunda de plata a los jubilados). Hay que ver esa maquinaria en acción, pero que tiene cada vez menos poder.

¿Pero cuál es su pálpito para agosto?
No voy dar un pálpito. Sí puedo decir que si ganamos podemos empezar a crecer, y si crecemos podemos hacer que mucha gente pierda el miedo.

¿Miedo a qué?
Miedo a perder el trabajo, a perder el contrato, a perder el Plan Trabajar, a perder la Asignación Universal por Hijo (AUH). Los argentinos que viven del Estado viven con el miedo del llamado telefónico. Se instalado el apriete y la extorsión con dinero del Estado y hoy se admite como algo normal. Yo nunca goberne así. Y ese miedo puede empezar a terminarse, incluso de quienes no tendrían que tener miedo para dar su posición frente a la sociedad como muchos empresarios, que son cagones.

¿Qué pasa si el Frente Renovador pierde el domingo?
No sé qué puede pasar. No soy mago ni analista político.

Dígame dos proyectos de ley que piensa llevar al Congreso si es reelecto como diputado.
Ya metimos uno sobre Ganancias que creo que hay que pelearlo. Hay que impulsar el cambio de reglamentación de los DNU: hoy los DNU se aprueban con una sóla cámara, en cambio una ley requiere de ambas, es un absurdo. Empezaría a ver el alcoholismo en los jóvenes e impulsaría una ley mucho más dura que la actual, que ponga en el centro a los grandes productores y distribuidores y no a los comercios. Al descubrir que se le vende alcohol a menores en un lugar sin licencia, el penado sería el que baja la mercadería del camión. Prohibiría que alcohol y deporte tuvieran algo que ver. Prohibiría que una marca de cervezas sea sponsor de un equipo de fútbol. La idea de la vitalidad y el alcohol están divorciadas.

¿Tiene en mente alguna política para el agro?
Modernizar la comercialización de carnes. Prohibición de comercializar medias reses en casi todo el territorio. La obligación de, por lo menos, comercializar en cuartos, para ir en el futuro en comercializar a cortes separados. Eso permitiría que la parte más barata se abarate y que la parte más cara se encarezca. La res valdría igual o más, pero todos comerían más carne. Y exportaríamos más.

Cuando fue gobernador llevó adelante una política de seguridad, encarnada en la figura de León Arslanian, que fue bien vista por sectores progresistas. Las propuestas contra la inseguridad presentadas por Massa, como la imprescriptibilidad de los homicidios dolosos, ¿no va a contramano de su pasado?
No. Lo que nosotros hicimos en la provincia fue llevar adelante una serie de políticas vinculadas al comportamiento policial. Mejores salarios, mejor formación.

¿Es decir que votaría en el Congreso los siete puntos presentados por Massa?
Sí, son preventivos. Entre que haya una cámara (de seguridad) y que no la haya, prefiero que la haya. Hay que ir más allá, también.

Massa apunta a ser presidente en 2015. ¿Apoyaría su candidatura presidencial?
No me apresuraría. Primero está el domingo, luego está octubre, y después hay que ver qué tal somos como legisladores. No podés cenar si no almorzaste.

Le pregunto porque en 2011 había carteles que decían “Mejor Felipe”, con la idea de que podía ser presidente. Todavía están los carteles, de hecho.
En 2011 no sabía qué hacer y los carteles que me quedaron los usé (risas). Es una forma de decir que sigo estando en política.

¿Sigue apuntando a ser presidente en 2015?
No, me parece que ya no va a ser mi tiempo.

* Una versión editada de esta entrevista se publicó el 7 de agosto de 2013 en el Buenos Aires Herald.

Entrevista a Martín Sivak * miércoles, 3 de julio de 2013

por Federico Poore

El periodista Martín Sivak eligió escribir sobre un tema bastante popular: el diario Clarín. Pero a diferencia de trabajos anteriores, Sivak encara la primera investigación completa acerca del periódico. Cubriendo desde la primera edición, en agosto de 1945, hasta llegar a la Guerra de Malvinas, Clarín: el gran diario argentino. Una historia (Planeta, 2013) probablemente se convierta en lectura obligatoria para estudiantes y estudiosos.

¿Cuáles son los principales aportes de tu libro con respecto a la historia de Clarín?
La historiografía de Clarín se organizó en dos grandes líneas. Primero los libros reivindicativos de Roberto Noble, como los de Luis Sciutto, una exaltación o reinvidicación de su figura. Luego hubo libros más críticos de Clarín, el clásico es el de (Julio) Ramos, donde la idea del monopolio está desarrollada por primera vez. Después el de Pablo Llonto, una biografía no autorizada, crítica, de la directora. Luego el de Mochofsky, que aborda sobre todo la cuestión de los hijos y la herencia. Lo que yo me propuse fue, en vez de ver a Clarín desde categorías más actuales, empezar de atrás. Ver a Clarín no a la luz de las discusiones actuales sino de las del año ’45. Es la primera historia política del diario, en relación al Estado, la política, las fuerzas armadas, el propio proyecto político de Noble... y a la vez es una especie de historia de la prensa y la política argentina de los últimos cincuenta años. Por otro lado, me preocupé porque el libro sea más que nada el producto de un trabajo de archivo: está basado en mi tesis doctoral, lo que tiene cosas buenas y malas. Una de las cosas buenas es el énfasis en los documentos de archivo y la importancia que tienen los archivos para los departamentos de Historia. Tenía muchos prejuicios sobre Clarín: algunos los confirmé y otros los dejé de tener. La época de Noble era muy misteriosa, estaba envuelta en una gran nebulosa. Entre la lectura del diario, más los archivos de Noble y de Frondizi, pude trazar ciertas líneas de la relación entre Clarín y el Estado y salir de las ideas más conspirativas. Y eso complementado con las entrevistas, algo muy central: siempre trabajé de periodista y mi reflejo fue más de ir a hacer entrevistas. Muchísimas. Hay personas a las que entrevisté catorce veces. Esto fue fundamental para entender las decisiones que se tomaron en el diario.

En cuanto a los orígenes del diario, uno de los mitos que derribás sobre la historia de Clarín es que su fundador, Roberto Noble, no compró el diario con la venta de un campo, como se cree.
Eso lo descubrí en Washington. Luego de que Clarín reconociera la victoria de Juan Domingo Perón, en 1946, el Departamento de Estado le ordenó a la Embajada norteamericana en Buenos Aires que averiguara sobre el diario. La embajada produjo un informe muy detallado en el que relevaba quiénes contribuyeron al lanzamiento de Clarín, entre los que se encontraban (el gobernador pro-fascista) Manuel Fresco. Además, Noble recién recibió ese famoso dinero por la venta del campo después de la salida del diario.

¿Por qué el mito, entonces?
Ayudaba a esconder la fuerte dependencia que Clarín tenía en relación al Estado. Existen documentos de 1952 en los que Raúl Apold dice que Clarín es un diario independiente, “pero cada vez que lo requerimos, nos ayuda”.

¿Cómo era la primera redacción de Clarín?
Era un híbrido. Tenía mucho de Crítica, de hecho su primera redacción tenía, más que nada, periodistas provenientes de ese diario. Había comunistas, ex fascistas, pro-nazis. Como a Noble lo habían acusado de tener simpatías por el eje durante la Segunda Guerra Mundial, debía sobreactuar su ecuanimidad.

¿Y cómo eran los primeros números?
Tenía notas cortas, con color, buen precio y formato tabloide. Punto.

¿Ideológicamente como se posicionaba?
Lo interesante es la tensión entre dos modelos: por un lado, el de Crítica y su búsqueda de lectores, por el otro, la pretensión de Noble de ser como los Mitre o los Gainza Paz (dueños de La Prensa), más cercano al modelo siglo XIX del político que saca un diario para participar de la lucha política.

La embajada decía que el diario era como la temperatura de Washington o Buenos Aires: si no te gusta, esperás y cambia sólo. ¿Clarín fue oficialista de todos los gobiernos?
No en el caso de Illia. Recordemos que Illia había anulado los contratos petroleros firmados por Frondizi, a quien Clarín había apoyado fervientemente. Con un detalle: mientras algunas revistas como Primera Plana y Confirmado fueron muy agresivas con Illia. Clarín fue crítico, pero respetuoso.

Pero desde entonces, y hasta la pelea con el gobierno de Cristina Kirchner, Clarín tuvo momentos de oficialismo con todos los gobiernos.
Sí. Siempre en la prensa hay unos meses de wait and see. Pero Clarín lo mantiene. Algo que tiene que ver, en parte, con la dependencia del Estado en términos de créditos o de acceso al papel, y que Noble tenía una actitud transaccionista con todos los actores de la época. Luego Noble admite que no puede ser presidente pero que puede hacer presidentes.

Esa frase es increíble.
No la hubiese creído, pero apareció en dos testimonios y después la encontré en el propio archivo de Noble.

¿Cuál es tu opinión? ¿Clarín puede hacer presidentes?
No, de hecho todas las apuestas que hace en vida fracasan. El lugar que ocupa Clarín está un poco exagerado. Esto de que (Héctor) Magnetto instala un presidente o que ningún político resiste un determinado número de tapas en contra son lugares comunes. El Grupo Clarín es una empresa que tiene una enorme capacidad de presión, pero ni los lectores del diario ni los televidentes de TN toman todas sus decisiones a partir de su opinión.

¿Cómo definirías a Roberto Noble?
Un avanzado, un hombre de vanguardia en todo sentido. No un editor pero sí un gran político que sabe de las posibilidades de un diario. Pocos argentinos del siglo XX vieron de esa manera la potencialidad de un diario y la posibilidad de instalarse. El mundo de la prensa es también una web de relaciones, del diario con los lectores, el mercado, los gremios: Noble entiende toda esa complejidad. Era un tipo muy intuitivo.

Tras la muerte de Noble, su viuda Ernestina Herrera de Noble y el entonces joven contador Héctor Magnetto asumieron la conducción del diario y lo transformaron en un multimedios. Se han peleado con algunos gobiernos, pero nunca como con el gobierno kirchnerista.
El grupo siempre tomó una opción intermedia entre los lectores y los negocios, pero este nivel de hostilidad no tiene precedentes ni del lado de Clarín ni del lado del gobierno. Es muy llamativo.

Si uno piensa a Clarín en función del termómetro social, podemos pensar que rompe con el gobierno en años malos para el gobierno (2008-2009). Pero si Clarín hubiese acompañado más el humor social, en 2010-2011 debería haber sido más oficialista…
Totalmente. Uno de los mayores errores de Clarín fue pensar que con la crisis del campo se terminaba el kirchnerismo, una interpretación errada que llevó a la empresa a pensar según esa coyuntura y pagó muy cara esa apreciación.

¿Algún periodista o integrante del diario se negó a hablar para el libro?
Sabat y Laura Yusem fueron los únicos. Bah, dos de los periodistas actuales tampoco quisieron hablar, pero no puedo mencionar quiénes son.

¿Cómo se lo tomó la gente de Clarín?
Nadie me escribió para decir “esto no es así”. Algunos ex periodistas me hicieron algunas observaciones, no de datos, pero de interpretación de personajes.

De cómo los recuerda cada uno.
Claro, es más una cuestión emotiva que otra cosa. Que debería ser más crítico del libro de Jorge Asís, en fin, cosas de periodistas (risas)

¿Registrás una división al interior de los periodistas de Clarín?
Todavía no lo sé, es algo que quiero trabajar para el segundo tomo (que va desde 1982 hasta la actualidad). Pero es un momento incómodo para muchos de los entrevistados. Para Kirschbaum o Van der Kooy puede ser más fácil, pero para el laburante… Quiero hacer una diferenciación clara entre los periodistas y la empresa, porque esa diferencia existe. Pero algunos no lo entienden así, están demasiado comprometidos con las causas de la empresa.

* Una versión editada de esta entrevista se publicó el 30 de junio de 2013 en la contratapa del Buenos Aires Herald.

#ParitariasPrensa2013 viernes, 28 de junio de 2013




























Así avanzaba por la avenida San Juan la columna de trabajadores de prensa a favor de las #ParitariasPrensa2013.

El reclamo es por un 35 por ciento de aumento sobre sueldos atrasadísimos (de una paritaria vencida en marzo y parcialmente incumplida por las empresas) más un piso de $1.000 por nota a los colaboradores.

¿Suena muy loco? Repasen lo que ofrecen las empresas: un aumento de 24% sobre la escala del redactor (6500 pe) a pagar hasta 2014, es decir, 1567 pesos en tres cuotas, la última en enero. Sin contar que para los dos tercios del gremio -que no están en la escala más baja- ese aumento se reduce al 21%. Y para los colaboradores, la última oferta hablaba de 150 pesos por nota...

En un gremio en el que abundan los egos, la marcha de hoy no tuvo nada de eso.

Fui con tres compañeros del Buenos Aires Herald. Me encontré con cuatro colegas de Página/12. Hice diez metros y me saludaron dos editores de Clarín. Al lado mío tenía a dos amigos de Tiempo Argentino. Volviendo me crucé con un cronista de Perfil. Acá todos somos laburantes de prensa y no nos dividen nuestras opiniones políticas sino que nos une nuestra pelea por condiciones dignas de trabajo.

Desidia martes, 28 de mayo de 2013

























Correll: Boy, I never thought I'd see the day when talking to murderers took priority over running a railroad.
Lt. Garber: Get off it, will you, Frank? My only priority is saving the lives of these passengers.
Correll: Screw the goddamn passengers! What the hell did they expect for their lousy 35 cents - to live forever?

Peter Stone, The Taking of Pelham One Two Three (1974)

Diez momentos jueves, 16 de mayo de 2013

Ayer fue mi último día en la redacción de Debate. No es un adiós definitivo -planeo seguir colaborando con la revista-, pero puedo decir que se cierra una etapa en lo profesional. A final de cuentas pasé poco tiempo en la publicación, desde 2011 hasta 2013, pero al ser parte de un equipo reducido ese tiempo me alcanzó para escribir muchas notas. Y anoche, volviendo al depto, se me ocurrió que podría rescatar del olvido algunas de ellas.

***

Antes de entrar en la revista había estado en Página/12. Una historia completamente distinta, con todos los pros y contras imaginables. Pero lo cierto es que venía de un diario. Por eso, en mis primeras semanas en Debate aprendí a valorar el mayor espacio para los informes y el tiempo que se me daba para investigar determinados temas. Y las entrevistas, claro. Creo que no existe publicación nacional en Argentina que le brinde tanto espacio a las entrevistas y en estos meses me di el gusto de hacer algunas que considero muy buenas, la mayor parte de las veces gracias a la lucidez del personaje entrevistado más que por habilidad propia. En el medio cumplí con las coberturas más variadas (después de todo, me considero integrante de aquel ejército anónimo de obreros de la palabra que Walsh rescataba en Nota al pie), aunque resigné algo de calle y de crónica, más propias del formato diario.
Tuve a mi lado un excelente equipo de redacción, y no lo digo como un cumplido (dudo que me estén leyendo) sino porque de verdad hacen un gran laburo, cada uno en su rubro a pesar del escaso tamaño del staff y de algunas cuestiones externas a nuestro piso que obligaban, muchas veces, a asumir tareas que excedían lo esperable en condiciones normales de temperatura y humedad. Algunas de las cosas por las que pasé en este tiempo -primero como redactor y luego como editor de la sección Política- ameritarían, por sí solos, un artículo aparte. Pero como me dijo Santiago O'Donnell cuando lo entrevisté a propósito de Argenleaks, en la primera entrevista que hice para la revista: "Todos los periodistas sabemos muchísimo más de lo que contamos. Nunca cuento todo lo que sé porque no me atrevo y no estoy dispuesto a pagar el costo".

Sin más preámbulos, acá van diez notas que me gustaron del tiempo que estuve en Debate. Ojalá puedan rescatar algo de ellas.


# 10 | Beto Pianelli y la responsabilidad de los laburantes
10 de marzo de 2012
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En plena disputa en torno al traspaso de la red de subterráneos a la Ciudad de Buenos Aires y a días de la tragedia de Once, entrevisté al secretario general de los metrodelegados, Beto Pianelli, donde charlamos sobre transporte y kirchnerismo.

¿Por qué cree que algunas declaraciones oficiales sobre la tragedia de Once ponen el foco sobre la responsabilidad de los trabajadores?
Nosotros tenemos una responsabilidad civil. Pero hay algo perverso. Se trabaja con una estructura que no es la correcta, llevando a un montón de tipos que no tienen otra alternativa que viajar así. Si algo anda mal, como el famoso “freno largo”, al conductor lo tenés que sacar. Pero si estás en Morón con mil quinientos tipos arriba, sabés que el tren que viene atrás trae otros mil quinientos, y decís “hay que bajarse”, te queman el tren. Entonces tratás de llegar a la terminal como se pueda.

Por eso le preguntaba qué lectura hacía de estos discursos.
Los trabajadores hemos sido los más responsables. Venimos haciendo las denuncias sistemáticamente. Ahora tienen que hacerse responsables los empresarios, y hay pruebas suficientes de que no lo son. El transporte es un servicio público. Si se lo quiere poner en función del lucro, nunca van a brindar un buen servicio. (...)

¿Se puede saldar la disputa con Pablo Micheli en torno a la CTA?
No hay vuelta atrás. Aunque mañana el Gobierno gire a la derecha, vamos a seguir teniendo diferencias: nosotros vemos este trayecto como progresivo, ellos como regresivo. Acá hablan de menemismo: yo ganaba 435 mangos en el subte y alquilaba una casa que salía quinientos, laburando ocho horas. Hoy gano siete mil, pago 1800 y trabajo seis. La peleamos, claro. Pero en el kirchnerismo si vos la peleás y la ganás, te levantan la mano y te dicen: ganaste. Con Fernando de la Rúa si ganabas, no importaba.

# 9 | Federico Pinedo y el eterno problema del armado nacional del PRO
30 de junio de 2012
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Con mi compañero Manuel Barrientos iniciamos, un poco en broma y un poco en serio, la campaña "Por una derecha con biblioteca". Uno de nuestros referentes es Federico Pinedo, jefe del bloque macrista en la Cámara baja. Este reportaje me gusta porque, a pesar de que lleva un año de publicado, demuestra una sorprendente actualidad.
Meses atrás, usted admitió a esta revista que el desafío del PRO no estaba “tan lejos como 2015 sino en 2013”. ¿Qué avances hubo en ese sentido?
(Piensa) El año que viene va a ser importante porque allí las fuerzas opositoras van a tener que demostrar cuáles están en condiciones de organizar una alternativa de poder. El PRO no es un partido testimonial, ideológico, es un partido de poder: queremos ganar la elección para transformar a la Argentina desde el gobierno. Por eso, 2013 es central, y ponemos mucho énfasis en los grandes padrones, es decir, la franja del centro de la Argentina.

¿Qué expectativas tiene para 2013?
Vamos a hacer una gran elección en Santa Fe, con Miguel Del Sel; deberíamos ganar la Ciudad de Buenos Aires; hacer una buena elección en la provincia de Buenos Aires; lograr una buena elección en Mendoza, donde estamos asociados al Partido Demócrata y a sectores del justicialismo no kirchnerista; y entre todos los aliados tenemos que construir una alternativa fuerte en Córdoba. Eso compone el setenta y pico por ciento del electorado en la Argentina. En el resto, dependemos de los acuerdos que hagamos con fuerzas locales. Lo que hay que hacer es encontrar referentes representativos en el interior que quieran ir a una propuesta nacional y no ir a hacer colonización desde Buenos Aires.

Hubo algunas provincias, como Entre Ríos, donde el PRO estuvo cerca de quedar como una fuerza testimonial.
Sí, siempre uno comete errores y quiere correr más rápido de lo que dan las patas. Pero tenemos que construir alianzas que estén en condiciones de ganar en 2015. Aunque espero que en Entre Ríos tengamos representantes locales ya para el año próximo.

¿Qué espera que pase en la provincia de Buenos Aires si Gabriela Michetti finalmente no se presenta en ese distrito?
No es evidente, para ninguno de nosotros, qué conviene hacer en la provincia. Creo que Gabriela tiene un perfil más vinculado al trabajo en la Ciudad: demostró que lo puede hacer y que lo hace bien. Si fuera a la provincia sería una gran candidata, como demuestran las encuestas, pero tengo serias dudas de que quiera presentarse como candidata a gobernadora en 2015. Y si no lo fuera, nos quedaría un hueco dudoso. No es obvio lo que tiene que hacer Michetti, ni para la Argentina ni para el PRO. No es que si va para un lado está todo bien y si va para el otro está todo mal. Si pensamos sólo en nosotros, nos equivocamos.

¿Son ciertas las encuestas que le dan un 20 por ciento de intención de voto en la provincia?
Algunas un poquito menos.

En caso de que Michetti no se presente, ¿cuáles son las alternativas? ¿Qué hay de los contactos con Sergio Massa?
Hay dirigentes que son “simpáticos” para los demás, que tratan bien al resto. ¿Quién se lleva mal con Scioli o con Massa? Nadie. Ahora bien, no tengo mucha idea de qué es lo que hará, y no creo que sea candidato en 2013 porque es intendente de Tigre. Parto de la base de que tenemos que construir alternativas realistas, y veo tanto a Scioli como a Massa dentro del kirchnerismo.

# 8 | Roger Waters: paradojas del espectáculo político
23 de marzo de 2012
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De vez en cuando está bueno despuntar el vicio y escribir sobre temas más livianos. La entrada fue originalmente concebida en este blog y ante una pequeña crisis de cierre la adapté para publicar en la revista.
Finalmente, el tema de la figura de Roger Waters. El antibelicismo a secas que profesa el músico de 68 años es coherente con su postura de liberal de izquierda, lectura que uno quizá no elegiría para explicar el mundo. Al menos su intención no es abstractamente humanista sino explícitamente política. Waters hoy es un ícono pop y lo sabe, pero no por eso deja de considerar el espectáculo que integra como parte de la basura de este mundo. Para decirlo en términos noventosos: si Bono es “Heal the world”, aquella melodía progre de Michael Jackson, Waters es el “Here we are now, entertain us” de Nirvana. La imagen es inequívoca: el tipo que hacia el final del show aniquila a su audiencia con una ametralladora.

# 7 | José María Arancedo, el sucesor de Bergoglio
7 de enero de 2012
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Fue el candidato del consenso para suceder a Jorge Bergoglio al frente de la Conferencia Episcopal. Este "radical moderado" me recibió en la sede del Episcopado a días de haber sido elegido y un año antes del sorpresivo nombramiento de Bergoglio como sucesor de Benedicto XVI. Creo que fue la entrevista más larga que dio a la prensa.
Su antecesor en el cargo, Jorge Bergoglio, tuvo algunos cortocircuitos con el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner.
Más allá de sus chisporroteos, la relación siempre fue institucionalmente respetuosa. La Iglesia debe tener con el poder político una actitud de autonomía, por un lado, y de cooperación, por el otro. No somos políticos opositores ni oficialistas.

En su mensaje navideño, usted hizo una encendida defensa de “la vida por nacer”. ¿Cómo observa la Iglesia Católica los distintos proyectos sobre la interrupción del embarazo?
Como argentino, como sacerdote y como hombre de Iglesia me duele que, en estos momentos, la Argentina no esté valorando en toda su dimensión el respeto a la vida naciente. Donde hay vida creo que hay que callarse, no partir de un derecho absoluto de libertad. (...)

Años atrás otros proyectos sociales enfrentaron a la Iglesia con el Gobierno. ¿Éste es un límite?
El aborto es un límite.

# 6 | Marco Enríquez-Ominami: la batalla de Chile
5 de mayo de 2012
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El mérito de haber conseguido que le hablara a Debate es todo de Cecilia Escudero, la gran editora de Internacionales que tiene la revista. Ambos lo entrevistamos en el Alvear Palace. Enriquez-Ominami es un tipo inteligente y su propuesta es bien rupturista en el marco de un sistema político que pide a gritos una reforma.
¿Qué balance hace de los dos años de gobierno de la derecha en Chile, luego de las dos décadas de la Concertación?
Creo que la presidencia de Piñera es el quinto gobierno de la Concertación. Es una administración que potencia una sociedad donde la demanda y la libertad individual están más garantizadas que la oferta y la igualdad; donde existe una desconfianza radical hacia las instituciones y una confianza absoluta en el individuo. Entonces, es idéntico a lo que teníamos antes. Aunque ahora el panorama se agudice en razón de que el lenguaje político del gobierno es liberal o neoliberal en extremo. Pero en términos de políticas sustantivas, Piñera y la Concertación son lo mismo. Por este motivo, en Chile, hoy la izquierda y la derecha son puras etiquetas sin contenido. Vivimos en el país más desigual de la OCDE, en el continente más desigual del mundo y en el más sangriento sin guerras del globo. Los chilenos vivimos en una sociedad donde no hay universidades públicas y gratuitas. Me pregunto en qué momento gobernó la izquierda. (...)

En Chile, las concesiones para transmitir televisión se otorgaron de manera indefinida.
¡Eso es un escándalo! Soy el único que lo ha denunciado. Pero el asunto es aún más grave. Hay una licencia indefinida que la Iglesia Católica obtuvo gratuitamente en los años 60. Y cuando llegó la TV digital, con la posibilidad de revisar la duración de las concesiones, se obstruyó el debate.

¿Cómo fue aquel episodio?
Era diputado por el Partido Socialista, el de Salvador Allende, se supone que laico, ¿no? Entonces, en el marco de la discusión por la TV digital en el Parlamento, pregunté por qué los socialistas íbamos a pasar a la historia como los imbéciles que volvieron a entregar el espectro indefinido al Vaticano. Ahí ya estaba defendiendo la república laica. ¡Lo mínimo! Pero quien impulsaba esta política, el ministro de Telecomunicaciones de Chile, René Cortázar Sanz, del gobierno de Michelle Bachelet, me decía que no fuera ingenuo, que debíamos llevarnos bien con el arzobispo, con la Iglesia. Dos cosas tremendas ocurrieron después, que yo mismo había advertido en su momento. Primero, la Iglesia vendió el 62 por ciento de su concesión a un privado, es decir, lucró con algo público. Segundo, al día siguiente de que Cortázar Sanz dejara el cargo de ministro, comenzó a trabajar en el canal católico por el que había peleado la concesión. 

# 5 | El escenario para Clarín
2 de junio de 2012
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Empecé a investigar el proyecto de Ley de Medios Audiovisuales desde su misma concepción, mientras cursaba Políticas y Planificación, la cátedra de Guillermo Mastrini y Martín Becerra en la Facultad de Ciencias Sociales. Cubrí extensamente el tema para Página/12 y para cuando llegué a Debate la batalla judicial en torno a la constitucionalidad de la ley estaba al rojo vivo. Sin embargo, más de un recién llegado tomaba cada fallo como definitivo. Por eso, mi objetivo para este informe de tapa, allá por junio del año pasado, fue parar la pelota y definir los escenarios futuros, sin mala fe ni optimismos desmedidos. Hablé con la gente de Afsca, pero también entrevisté a Martín Etchevers, gerente de Comunicaciones Externas de Grupo Clarín. Y por supuesto a Martín Becerra y Gustavo Arballo, fuentes ineludibles si se trata de entender de qué va todo esto. Si leen la cabeza de la nota, van a ver que podemos decir, con orgullo, que a pesar del clima oficial festivo tras el fallo de la Corte del 22 de mayo, relativizamos ese escenario y le pusimos paños fríos al tema del 7D. El tiempo nos daría la razón.
En otras palabras, la Corte le dijo al conglomerado que si quiere seguir demorando la ley deberá conseguir que la Justicia la declare inconstitucional, un objetivo más difícil que el simple pedido de “no innovar”. ¿Esto significa que el Grupo deberá comenzar a desprenderse de sus licencias en diciembre? Debate consultó a representantes de la empresa, funcionarios de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) y especialistas en la materia. Todos negaron que las ventas vayan a comenzar antes de fin de año. A diferencia de multimedios como Vila-Manzano -que admiten públicamente que “hoy lo único que queda es cumplir la ley”-, Clarín parece decidido a agotar la batalla judicial, ahora en torno al fondo de la cuestión, que según algunos cálculos podría extenderse hasta 2015.

# 4 | Gabriela Michetti: basta de comparar todo con la crisis de 2001
17 de diciembre de 2011
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Cuando se prende el grabador, Gabriela Michetti se larga a hablar. Mucho. De todos los temas. Se va por las ramas, vuelve, se entusiasma. La grabación de esta entrevista, con la ayuda de mi viejo grabador Sony de cassette, duraba más de una hora: las últimas preguntas se las hice en uno de los ascensores del Congreso, minutos antes que entrara al recinto a votar. Edité algunas puteadas (a Michetti le gusta putear), pero creo que suman los reportajes que son, más bien, charlas sobre política.
Desde el PRO se insiste sobre una supuesta falta de “políticas de Estado” a nivel nacional. ¿En qué se basa esta idea?
Si se hiciera una lectura larga, de 1990 a 2009, de una cuestión central como la lucha contra la pobreza, se vería que en Brasil bajó el cincuenta y pico por ciento; en Uruguay, el cuarenta y pico; en Chile, el sesenta y pico. En la Argentina bajó apenas el seis por ciento.

Quizá la lectura del electorado no sea la de los veinte años, sino más corta. Que tome como referencia la crisis de 2001.
Seguro. En el corto plazo, los datos del kirchnerismo son buenos, pero siguen hablando de “crecimiento”. 2001 no puede ser más el dato de medición.

# 3 | Santiago O'Donnell: el valor de la información
30 de septiembre de 2011
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Como dije más arriba, la entrevista con Santiago O'Donnell en aquel bar sobre Juan de Garay fue la primera nota que hice para Debate. No hablamos tanto del libro, ni de Wikileaks, como de periodismo. Hacia allí derivó la charla, y así lo transcribí.
¿Qué pensaba mientras escribía el libro?
Traté de no priorizar las consecuencias públicas de lo que escribía. De hecho me parecía suficientemente difícil editar y dar una imagen de lo que pasaba en la embajada como para ponerme a pensar qué significaba todo eso.

De todas maneras, entre los miles de cables y el producto final hubo un necesario proceso de selección, si bien más amplio que el que hicieron los diarios.
Tengo criterios políticos pero traté de privilegiar el criterio periodístico: pensar qué es de interés para la mayor cantidad de gente posible y que la ficha caiga donde tenga que caer. Es mi respuesta a esta “batalla” que se está dando: me parece que el periodismo no tiene que tomar parte en la batalla sino aportar elementos para que el debate se pueda dirimir de la manera más informada y virtuosa posible.

¿Cómo se logra eso?
Creo que alguien tiene que mostrar para que después la gente se pueda pelear con elementos importantes. Si nadie muestra nada, la pelea termina siendo una guerra de clisés, eslogans y discursos huecos. La discusión es más rica si se da en base a información. Ahí tiene que estar el aporte. Si todos somos los iluminados que le dicen a la gente lo que tiene que pensar y nadie se ocupa de exhibir o producir información, el debate público se empobrece.

# 2 | Javier Auyero y la "paz social"
12 de noviembre de 2011
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Los comunicadores decimos muchas cosas sobre los pobres. La mayoría de las veces, nuestras intervenciones parten del total desconocimiento y deberían guardarse para aquel sketch del programa Sin Codificar llamado "Hablamos sin saber". "¿Paz social para quién?", me pregunta Auyero. Tiene razón. Retrocedo. Escucho. La de Auyero es una de mis entrevistas favoritas.
¿Qué sucede con la acción colectiva en este momento?
Veo mucha organización y participación, lo que no hay es mucha beligerancia. Pero eso no quiere decir que los sectores populares estén sentados en su casa: participan de un comedor, están en un taller...

Pero todavía no se expresa en una acción directa masiva.
Las preocupaciones han cambiado y no hay un repertorio listo para dar cuenta de esas demandas. Hoy la preocupación central de la enorme mayoría de la gente con la que trabajamos es la falta de infraestructura básica y la violencia. Si bien el discurso de la inseguridad lo dominan las clases medias, la inseguridad ciudadana afecta a los que están más abajo en el orden sociopolítico. La preocupación de los vecinos con los que charlamos es que un “transa” le mate al hijo, que le violen a una hija en la esquina, que le peguen al chico a la salida de la escuela. Hoy un chico de ocho años promedio en estos barrios vio a un muerto en la calle. En ese sentido, el primer cordón del conurbano se parece más al Bronx de los ochenta que a un lugar donde hay empleo y crecimiento económico. Pero en torno a esa preocupación parece ser muy difícil organizar las redes ya que, justamente, como la gente tiene miedo se retrae en sus casas.

¿Qué papel juegan los imaginarios colectivos? El clima de crisis y de falta de salida de 2001 terminó en revuelta, pero en 2011 el descontento se traduce en una cierta paz social…
Habría que pensarlo un poco más en voz alta. ¿Paz social para quién? En el año 2001, los sectores medios no tenían paz social: había cortes de ruta, caos en las calles, gente que protestaba… El tema es que hoy tampoco hay paz social, al menos en los barrios que investigamos. Te puedo dar datos de los lugares donde se están matando a tiros. Entonces es una falta de paz social entre los más destituidos. Lo mágico es que esta violencia parece no moverse, porque al estar los sectores populares tan segregados, la violencia queda localizada allí.

# 1 | Que no siempre gane la banca
20 de septiembre de 2012
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En agosto de 2012, Debate dejó de salir todas las semanas. Por aquellos días, y en medio de una reorganización general del diseño y los procesos de trabajo, nos encargaron la preparación del primer número mensual de la revista, con un informe de tapa en torno al negocio de los juegos de azar en Argentina. Para ello entrevisté a empresarios, dirigentes, sindicalistas, funcionarios y legisladores; aprendí sobre las regulaciones y leyes provinciales; entendí cómo funcionan (y quién controla) los sistemas de premios de las máquinas tragamonedas; y me hice mis viajes a La Plata en plena crisis por el pago de aguinaldos en provincia de Buenos Aires (lo que había disparado, en primer lugar, la búsqueda de ingresos extra por parte del gobierno de Daniel Scioli y las amenazas del mariottismo de una potencial estatización del juego). A todo eso le sumamos una nota sobre el juego en las provincias (a cargo de Ignacio Portes) y una excelente crónica desde el Trilenium que escribió Malena Azcona. Fue una de las investigaciones más completas jamás publicadas sobre el tema.
Aquí entra en escena Boldt. Durante décadas, la empresa de Ángel Tabanelli se había limitado a brindar servicios de impresiones de seguridad para bancos, pero en mayo de 1993 un decreto de Duhalde la puso al frente de un programa de implementación de terminales online para el tipo de quiniela Club Keno Bonaerense.
Así, sin licitación pública y por medio de contratación directa, la empresa se hizo cargo de la captación de apuestas en más de tres mil quinielas de la provincia. Dos años más tarde, Duhalde amplió este acuerdo exclusivo para que la firma también instalara máquinas tragamonedas en los casinos bonaerenses y Boldt comenzó a llevarse hasta un cuarenta por ciento de las utilidades producidas por todos los slots de la provincia. “Adjudicar en forma directa es algo normal en el juego”, se defendió Ángel Tabanelli en una entrevista concedida semanas atrás a El Cronista Comercial.
Junto a la Sociedad Comercial del Plata (SCP), en 1999 inauguraron el Trilenium, “el casino más grande de Latinoamérica”. Ubicado en Tigre, arrancó con sesenta mesas de juego y 1.500 máquinas electrónicas. Según el acuerdo vigente, la recaudación de los juegos de paño iba para el Estado provincial pero el cincuenta por ciento de las utilidades brutas de las máquinas quedaban en la empresa.
El socio de Boldt en el Trilenium era Santiago Soldati, un ícono empresarial de la década menemista que había participado en varias privatizaciones y oficiaba de cara visible del Tren de la Costa. Juntos lograron una concesión por diez años y una cláusula de exclusividad en un radio de 150 kilómetros, con una empresa creada ad hoc que había presentado un capital inicial de sólo doce mil pesos.
Pero las desprolijidades no terminaban allí: el Instituto preveía para la empresa adjudicataria una rentabilidad de 75 millones de pesos anuales reconociendo una inversión total de setenta millones. Según estos cálculos, Boldt se embolsó en un año toda la inversión prometida y finalizó ese primer contrato con nueve años de ganancia pura.