Debate: los medios y los miedos viernes, 30 de abril de 2010



El video (dura unos 12:15) se puede ver acá.

El tema del día es el "juicio ético" realizado por las Abuelas de Plaza de Mayo a los periodistas que colaboraron, por acción u omisión, con la última dictadura militar. El invitado del día es Pablo Llonto, ex delegado de Clarín, quien estuvo presente en el acto.


Pablo Llonto: Esto le hace muy bien a nuestro gremio. Nuestro gremio jamás discutió este tema. Tiene que discutir quienes mienten y quienes no mienten. ¿Magdalena miente? Hay que mostrarle que miente y que por favor corrija--

Guillermo Pardini: Yo no estoy ni a favor ni en contra de nada. Pregunto: ella se equivocó en el 77, 78, 79... después participó en la Conadep. Me parece que no es un mérito menor. ¿Quién estuvo en la Conadep? ¿Estuvo alguno de nosotros? ¡No! Estuvo ella. Y tuvo que bancarselo también. Entonces, no es poco mérito. A lo mejor me equivoco. ¿Se equivocó antes? Bueno, en algún momento hizo bisagra.

Pablo Llonto: Pero cuando vos hacés bisagra tenés que decir "Miren, y pido disculpas por todo lo que no hice y sí hice..."

Daniel Tognetti: ¿Nunca pidió disculpas Magdalena?

Guillermo Pardini: ¿Sabés lo que pasa? Yo te puedo decir "Uy, mirá, disculpáme hermanito, te pisé el pie, está todo bien" y me importa tres carajos. Más importante es acompañarte al hospital, ver qué te pasó en el pie... Trabajó en un proyecto mucho más importante que en "bueno, pido disculpas"...

Pablo Llonto: Acá viene la reflexión periodística. ¿Vos pensás que en Argentina hubiese pasado la tragedia que pasó si en abril o mayo del 76, tres, cuatro o cinco periodistas de primera línea, entre ellos Magdalena, hubieran denunciado un sólo caso de desaparición con vehemencia? ¿Pensás que la tragedia hubiese continuado?

Guillermo Pardini: Sí. Era un golpe cívico-militar, tenían el apoyo de "la gente", "la gente" pedía la salvación, es más, "la gente" tendría que salir a la calle pidiendo "perdón, perdón, perdón".

Pablo Llonto: ¿Y los medios?

Daniel Tognetti: Recordemos que hay 106 periodistas que hoy permanecen desaparecidos.

Julia Mengolini: Sin el apoyo de los medios no hubiese tenido lugar el golpe

Matías Castañeda: Pueden renunciar y ponerse una panchería, no tiene por que avalar el régimen

Fernanda Iglesias: Pero pueden tener miedo

Matías Castañeda: ...Y pueden renunciar y ponerse una panchería.

Pablo Llonto: Son temas filosóficos interesantes para discutir. ¿Los periodistas deben excusarse en el miedo? Digo, si los periodistas tienen miedo, estamos fritos. Es como que el bombero le tenga miedo al fuego: dedicate a otra cosa.

Fernanda Iglesias: ¿Vos no tenés miedo? Yo sí tengo miedo, yo la verdad que tengo miedo, te juro que tengo miedo

Otros panelistas: ¿De qué tenés miedo?

Fernanda Iglesias: No sé, tengo miedo, yo tengo-- estoy inquieta, todo el tiempo inquieta--

Daniel Tognetti: ¿Pero miedo de qué tenés?

Fernanda Iglesias: ... me emociono, pongo a llorar, te juro--

Julia Mengolini: ¿Pero qué te va a pasar?

Fernanda Iglesias: Porque me da miedo lo que está pasando, Julia, no entendés, estoy asustada

Julia Mengolini: Pero no te va a pasar nada. Este es el problema que planta Morales Solá cuando dice "va a haber un muerto"

Fernanda Iglesias: Hay un nivel de violencia muy alto--

Guillermo Pardini: Hay un periodista en el sur al que le incendiaron la camioneta...

Daniel Tognetti: Siempre hay una tensión entre el poder y entre el ejercicio del periodismo, donde hay hechos de violencia, y está bien que lo denunciemos. Pero está el caso de México, o de Colombia, donde hay una cantidad de periodistas que están muertos. No vivimos en un estado de guerra, no hay un sólo periodista que esté exiliado, no hay un sólo medio que esté intervenido. ¿De qué estamos hablando? Prendés la tele y hay cadena nacional de puteadas a la presidenta en cuarenta idiomas, hasta en arameo, "no te vayas con Chavez andate con-chuda" y eso lo ponen en cadena nacional. La libertad de expresión está garantizada, y pueden decir cualquier cosa por todos lados.

Fernanda Iglesias: No sé, yo estuve el otro día en la presentación del libro de Gustavo Noriega donde la verdad me asustó un montón cuando volaron sillas, cuando se produjo una cosa violenta, que ahora está chequeado que fueron barrabravas... Y la verdad me da miedo, me da mucho miedo, y a veces me da miedo decir lo que pienso. La verdad me dio miedo.

Julia Mengolini: ¿Quién pensás que tiró las sillas? ¿Pensás que fue gente del Gobierno?

Fernanda Iglesias:

Julia Mengolini: Bueno, para mí fue claramente una operación política.

Jazmin De Grazia: ¿Cómo el gobierno -con todo el sistema de inteligencia, la side y todo-, no pudo averiguar todavía quiénes fueron los que hicieron los escraches a los periodistas, a la gente de Clarín? ¿Cómo el Gobierno no pudo averiguar eso? Porque semejante tamaño de carteles no los hace cualquiera...

Pablo Llonto: Ojalá nunca el aparato de inteligencia del Estado esté dedicado a ese tipo de espionaje. La verdad que retrocedemos cien años. ¿Cómo vamos a investigar quien hace afiches? Se termina la libertad de expresión en la Argentina. (...)

Daniel Tognetti: Hay intentos de generar como un estado de guerra. Recordemos que hubo 50 mil personas manifestandose pacíficamente, sin generar un solo hecho de violencia, a favor de una ley de la democracia, que es la ley de medios, que es una ley aprobada incluso por opositores a este Gobierno, como el sector de Pino Solanas o el Partido Socialista. Cincuenta mil personas, pacíficamente, y sin embargo en los diarios no tuvo la misma visibilidad. Y cinco energúmenos que tiran sillas en la presentación de un libro necesario para la democracia, necesario para el mejoramiento de este país como es el tema del Indec, fueron la tapa de todos los diarios. ¿Y a quién benefició eso?

Fernanda Iglesias: ¿A vos te parece que un hecho de violencia como ese en la feria del libro no puede ser tapa de un diario?

Matías Castañeda: Sí, también es tapa de un diario la marcha por la ley de medios con cincuenta mil personas.

Chavo Fucks: También es tapa de un diario que Ford va a invertir mil millones de pesos para crear ciento quinienta mil fuentes de trabajo--

Fernanda Iglesias: Posturas como las tuyas son las que me dan miedo, Chavo

Chavo Fucks: ¿Te da miedo que se abran fuentes de trabajo?

Fernanda Iglesias: No, me da miedo que vos me increpes así

Pablo Llonto: Es un intercambio de opiniones, no te están increpando...

Fernanda Iglesias: A mí me da miedo, me da miedo

Pablo Llonto: No puede ser que tengas miedo a discutir (...)

Chavo Fucks: No es que no pasa lo que dice Fernanda, no es que no pasó lo de la Feria del Libro, pero tampoco es que no pasan otras cosas. Hay una visión parcial.

Fernanda Iglesias: ¿Qué cosas se ocultan?

Chavo Fucks: Lo que te acabo de decir de Ford, no lo ponen, mañana no sale. Y sí sale lo de la Feria del Libro.

Pablo Llonto: Imaginate, Fernanda, si los periodistas que hoy todavía investigan tuviesen miedo. Imaginate qué sería el periodismo sobre barras bravas si Gustavo Grabia, que es el mejor periodista en la Argentina sobre el tema si tuviese miedo. Imaginate que sería de Osvaldo Bayer si tuviese miedo... Eso tenemos que superarlo. Cada uno desde su lugar, ojalá te podamos ayudar entre todos a superar los miedos, pero un periodismo con miedo es un país perdido. Y eso es lo que queremos contar de la dictadura.

Fernanda Iglesias: Me gustaría también que la Justicia tampoco tuviese miedo, porque ¿qué pueden hacer los periodistas para salvar al país? ¿Denunciar?

Pablo Llonto: Decir la verdad, primero. Contar lo que pasa en la Argentina. Los que están en contra del Gobierno que cuenten y no mientan.

Daniel Tognetti: ¿Conocen algo que no esté dicho? ¿Creen que Clarín no publica algo por miedo? ¿Que La Nación no publica algo por miedo?

Chavo Fucks: Si algo no se publica es por intereses, no por miedo. Y si se publica también es por intereses, muchas veces.

Daniel Tognetti: Yo no recuerdo un momento, yo trabajo desde los 19 años en los medios de comunicación, no recuerdo un momento de tanta libertad como ahora. Hasta el kilo del pan flauta se debate. (...)

Una postura política frente al fenómeno de las redes sociales sábado, 24 de abril de 2010



Sobre conspiraciones digitales
El sábado pasado, almorzando con mi amigo Lucas, comentamos al pasar nuestro desprecio por las llamadas "teorías conspirativas". Como los dos teníamos posiciones coincidentes frente al fenómeno, no hubo demasiado para discutir y rápidamente pasamos a otro tema, aunque Lucas aprovechó para citar la muy buena entrevista que La Nación le hizo al escritor Guillermo Martínez. Allí, Martínez afirmaba que los ciudadanos comunes tienen la tendencia a creer en las teorías del complot, porque ese mecanismo contribuye a elevarles la autoestima. Según el escritor,

"La gente tiende a descreer de las explicaciones más sencillas y lógicas y, en cambio, cree con facilidad en historias de poderes ocultos que conspiran para producirlos. Esa creencia genera la sensación de que uno es un iluminado y no un ingenuo, como todos los que «compran» la versión oficial. Por eso digo que es un mecanismo que está al servicio de elevar la autoestima. Aunque, ojo, a veces los paranoicos tienen razón. Es obvio que las logias existen, pero de ahí a suponer que todo lo publicado es falso hay un trecho largo".
En efecto, una de las batallas ideológicas más importantes que debemos dar en este momento es aquella que apunta a este tipo de teorías totalizadoras y simplificantes. Y no se trata sólo de discutir si el hombre llegó a la Luna o si a John F. Kennedy lo mataron los extraterrestres. También hay que evitar las estupideces maniqueas que le adjudican todos los males de este mundo a "los medios" o al control de alguna logia secreta. En otras palabras: Zeitgeist, la tenés adentro.
Algunas de las teorías conspirativas más desacertadas de los últimos tiempos tienen como protagonista a la red social Facebook. Se llegó a afirmar, por ejemplo, que el verdadero dueño detrás del sitio es el mismísimo FBI. Las aseveraciones son fuertes pero las pruebas fidedignas de aquellas denuncias brillan por su ausencia. En ese sentido, resulta sintomático el siguiente párrafo de un artículo publicado por Rebelion.org en 2008:
Según precisó una fuente especializada que pidió el anonimato, se descubrió que Facebook es un arma militar de espionaje y desestabilización, creada por los sectores más extremistas de derecha (los siniestros "neocons" o neoconservadores) para captar información de los usuarios y manipularlos con fines geopolíticos y estratégicos.
Las intenciones pueden ser las mejores, pero huevadas como estas no hacen más que empobrecer el debate y deslegitimar una necesaria tarea de un análisis crítico de determinados fenómenos de nuestro tiempo.

***



"El plan de Facebook para apropiarse de la red"
Hago esta extensa aclaración porque lo que sigue es, en efecto, una mirada crítica de Facebook, pero una mirada que esquiva los lugares comunes y los anuncios apocalípticos. Sin ir más lejos, el autor de esta columna -el periodista Farhad Manjoo- es alguien insospechado de luddismo. Manjoo escribe para la revista digital Slate, dependiente de los editores del Washington Post, y en varios pasajes del artículo (que acá pueden leer completo, en inglés) celebra la tarea emprendida en los últimos meses por la red social. En otras palabras: Manjoo no adscribe a ninguna teoría conspirativa, sino que -como buen experto web- se limita a analizar y a poner en perspectiva una serie de cambios recientes en el modelo de negocio de las redes sociales. (Más allá de que el título de su nota, "pochoclero" por demás, parece ir en esa dirección). Sostiene el experto web:
Tus sitios favoritos ahora están conectados al cerebro de Facebook. En el servicio de stream de música Pandora, ahora podés pulsar "Me gusta" en cualquier canción que escuchás; esa preferencia será enviada de vuelta a la red social, alertándole a tus amigos sobre tu nuevo gusto musical. Podés hacer lo mismo con una película en IMDb, un restaurant en Yelp, una noticia en CNN.com, cosméticos en Sephora.com, jeans en Levi's, y decenas de otros productos y servicios de toda la web, incluyendo todo lo publicado aquí en Slate. Estos diminutos, nuevos botones "Me gusta" parecen bastante simples y amigables. No te dejes engañar. Son la vanguardia del brillante e imparable plan de Facebook para catalogar la web entera, y existe la probabilidad de que en los próximos años le ayuden a la red social a rehacer todo el mundo online.

Los botones "Me gusta" son parte de una gran iniciativa que el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, reveló esta semana en una conferencia de desarrolladores de la compañía que tuvo lugar en San Francisco. Los detalles son técnicos, pero es fácil de entender a grandes rasgos: Facebook está cooptando el resto de la Web. A menudo, a Facebook se lo calificó peyorativamente como un "jardín amurallado", un servicio que no permite a los usuarios interactuar demasiado con aquello afuera de sus bordes azules monocromáticos. El conocimiento convencional entre los techies es que los jardines amurallados nunca duran --no importa cuántos miembros atraigan, la gente atrapada en el jardín eventualmente intentará escapar a pastos más verdes. Zuckerberg y Cía. están bastante al tanto de estos peligros, y durante los últimos años el sitio se fue abriendo gradualmente a servicios externos. Pero Facebook no está tirando abajo sus muros. Simplemente los está expandiendo. Está invitando al resto de la web a jugar en el jardín, desdibujando las líneas entre lo que es Facebook y lo que no.

A partir de ahora, estarás interactuando con Facebook incluso cuando estés lejos de Facebook.com. Además de los botones "Me Gusta", los desarrolladores web pueden instalar una serie de plug-ins de Facebook. Los sitios pueden dejar que uses tu cuenta de Facebook para loguearse a sus servicios y dejar comentarios. También pueden mostrarte cuáles de tus amigos de Facebook se unió al sitio y cuáles páginas les "gustaron", así como enviarte recomendaciones basadas en tus preferencias y las de tus amigos. Zuckerberg dice que estos plug-ins harán más "social" a la web, y que al "volver social" una página es más probable que la gente interactúe con ella.

Parece tener razón: yo visitaría Yelp más seguido si mi experiencia allí fuese personalizada --si mis calificaciones a restaurants pudieran ser destacadas para mis amigos, o si pudiera ver una lista de recomendaciones para cafés locales basados en los lugares que les "gustaron" a mis amigos en Facebook. Piensen de qué manera Pandora usará el sistema de Facebook. Los sitios de recomendaciones musicales toman tiempo para instalarse, ya que personalizan su lista de reproducción basadas en los temas que vos escuchás durante un largo período de tiempo. No obstante, al acceder a tu perfil de Facebook, Pandora debería poder determinar al instante qué canciones tocar, incluso si nunca antes visitaste el sitio. Prácticamente todos los sitios de internet podrían beneficiarse de personalizaciones similares. Pensá cuán más útil encontrarías un sitio de compras si te hiciera todo el tiempo buenas recomendaciones basadas en lo que te gusta y lo que no. O considerá qué tan más seguro te sentirías registrándote en una nueva compañía de preparación de impuestos si vieras que a tus amigos les gustó. A partir de ahora, ningun de nosotros surfeará la web solo; la gente en la que confiás puede ayudarte a organizar y explorar cada esquina de la web.

Pero el anuncio de Facebook no sería revolucionario si sólo se tratara de plug-ins. Después de todo, la web ya tiene un montón de ellos (...) ¿Qué vuelve a los "Me Gusta" de Facebook más poderosos que aquellos? Un par de cosas. Primero, Facebook es extremadamente popular: tiene 400 millones de usuarios frecuentes, y no sólo continúa creciendo, sino que continúa creciendo rápidamente. Lo que es más: los miembros de Facebook son ferozmente activos --no puede dejar de clickear alrededor de Facebook y el resto de la web. Cada mes, la gente en Facebook comparte colectivamente 25 billones de links con los demás. Facebook Connect, el servicio de ingreso que la red social lanzó hace dos años, ya fue adoptada por más de 80.000 otros sitios, y más de 100 millones de miembros de Facebook lo usan. En las 24 horas posteriores al lanzamiento de los botones "Me Gusta" en sitios como Slate, Facebook estima que recibirá un billón de clicks.

Y esta es la segunda parte de esta historia. Cada uno de estos "Me Gusta" --un billón de declaraciones de preferencia cada día, 365 billones cada año, por lo menos-- serán enviadas de vuelta a las oficinas de Facebook. Resulta difícil sobreestimar el valor, para Facebook, de toda esta actividad. Recuerden que la red social ya tiene la base de datos con conexiones entre personas más grande del mundo. Ahora, muy pronto, también tendrá la base de datos que conecta a toda esa gente con las cosas que les gustan, ya sean noticias, restaurants, canciones, libros, películas, jeans, cosméticos o cualquier otra cosa. Claro, un montón de otras compañías extraen datos de nuestra actividad online, pero el sistema de Facebook es mucho más poderoso porque es voluntario. Nosotros, las hordas de Facebook, estamos activamente llenando los slots en su base de datos, dándole a la compañía una imagen extremadamente detallada sobre nosotros y sobre nuestros amigos. Ninguna compañía --ni siquiera Google-- tendrá nada parecido a la eminente base de datos de intenciones y deseos humanos de Facebook. (...)

Facebook seguramente encontrará maneras de hacer dinero con todos los datos que reúne. Mientras más cliquees "Me Gusta", más fácil le será a Facebook el enviarte avisos hechos a medida de tus preferencias. Pero Facebook no necesita limitar sus avisos al interior de su propio sitio. La compañía ya está usando plug-ins nuevos que le permiten a otros sitios como Slate obtener información demográfica sobre los usuarios que visitan sus páginas. No resulta descabellado esperar que Facebook construya su propia red de behavioral targeting, una técnica de segmentación de mercado que permite que los sitios ubiquen publicidades específicamente diseñadas. (...)
***

Una piba con la remera de Greenpeace
¿No se relaciona todo esto con el ya remanido tema de la reapropiación de los mensajes por parte del sistema? Para ponerlo en términos concretos: ¿Qué hacen un montón de grupos de Facebook a favor del comunismo o en contra de Estados Unidos sino legitimar más aún al mismo sistema capitalista norteamericano? ¿Qué pasa cuando mi interés expresado en Lenin, The Clash o Hitchcock se transforman en caminos para que me vendan más rápidamente una edición encuadernada de Qué Hacer, los mp3 de London Calling o un DVD de Vertigo?

Decía Bob Patiño en Los Simpson: "Sé que es una ironia usar un medio para destruir al mismo". ¿Por qué insistimos en usarlo, entonces, creyendo que "la técnica no es buena o mala, depende del uso que se le de", siendo que el propio desarrollo de esa red está teñido por los intereses socioeconómicos imperantes que guían sus diseños? No me refiero sólo al (ahora sí, verdadero) hecho de que un organismo como la CIA pueda obtener hoy, sin demasiado esfuerzo, información sobre la religión o adscripción política declarada de cuatrocientas millones de personas de todo el mundo. Va más allá del uso estrictamente partidario o de servicios de inteligencia: parece como si todos los datos personales que las leyes protegieron durante tanto tiempo de repente aparecieran en la red, voluntariamente ingresados por un montón de individuos que "le cuentan al mundo" sus gustos e intereses. En esto consiste ni más ni menos que el propio business model de las redes sociales: agrupar personas en torno a determinados intereses, y luego venderles productos específicamente dirigidos a su segmento. En ese sentido, Facebook y sus milimétricas categorías de clasificación de consumidores son el paraíso de la mercadotecnica. Las empresas de marketing están todas descorchando.

¿Cómo podemos abrir un espacio de libertad que redefina las coordenadas del debate? Que no sea, claro está, "armar un grupo de Facebook que critique a Facebook". A propósito de este complejo problema me quedaron picando algunas de las últimas líneas del recientemente citado Visión de Paralaje de Zizek:
La violencia es necesaria. ¿Pero qué violencia? Hay violencias y violencias: existen violentos pasajes que simplemente demuestran la impotencia del agente; existe una violencia cuya verdadera intención es evitar que algo efectivamente cambie; en una demostración fascista de violencia, debe ocurrir todo el tiempo algo espectacular de modo que precisamente nada cambie; y existe el acto de violencia que cambia efectivamente las coordenadas básicas de una constelación. Para que esta última violencia tenga lugar, su mismo lugar debe ser abierto por medio de un gesto que es claramente violento en su mismo rechazo impávido, por medio de un gesto de puro alejamiento en el cual, para citar a Mallarmé, rien n'aura eu lieu que le lieu, nada tiene lugar salvo el lugar mismo.
Y esto nos lleva al Bartleby de Melville. Su "preferiría no hacerlo" debe ser tomado literalmente: dice "preferiría no hacerlo" y no "prefiero no hacerlo (o no me importa)": de este modo, nos retrotraemos a la distinción de Kant entre juicio negativo e infinito. En su rechazo de la orden del Amo, Bartleby no niega el predicado, en realidad afirma un no-predicado: lo que dice no es que no quiere hacerlo; dice que preferiría (querría) no hacerlo. De este modo, pasamos de la política de la "resistencia" o de la "protesta" que se alimenta de aquello que niega a una política que abre un nuevo espacio por fuera de la posición hegemónica y de su negación.
Podemos imaginar las variaciones de ese gesto en el espacio público actual: no sólo el obvio "Existen grandes posibilidades de una nueva carrera. Únase" -- "Preferiría no hacerlo"--, sino también "Descubra las profundidades de su verdadero ser, encuentre la paz interior" --"Preferiría no hacerlo"--, o "¿Es consciente de que su medio ambiente está en peligro? Haga algo por la ecología" --"Preferiría no hacerlo"--, o "¿Qué actitud tomar ante todas las injusticias raciales y sexuales que vemos a nuestro alrededor? ¿No es tiempo de hacer algo más?" --"Preferiría no hacerlo"-- Éste es el gesto de sustracción en su forma más pura, la reducción de todas las diferencias cualitativas a una mínima diferencia puramente formal.
Bartleby repite "preferíria no hacerlo" y no "no lo haré": su rechazo no es respecto de determinado contenido sino en realidad el gesto formal del rechazo como tal.
***

Volvemos a Facebook y pensamos en algunas respuestas. "¡Agregá tus intereses!" -- "Preferíria no hacerlo", "Votá en nuestra encuesta!" -- "Preferiría no hacerlo" -- "Ingresá tus películas favoritas" -- "Preferiría no hacerlo"...

¿Qué lógicas pueden llegar a cambiarse si esta "política de la sustracción" se transforma en un acto digital colectivo?

BAFICI 2010: The Robber martes, 20 de abril de 2010





















The Robber
de Benjamin Heisenberg
Alemania/Austria, 2010, 97'

You can't win, think it over again
I can't win, look at the trouble I'm in
We can't win and we're stuck here together
Yeah, I hope it will last forever

Bad Religion, "Boot stamping on a human face forever"

Basada en un hecho real, The Robber es la historia de un maratonista austríaco que sólo hacía dos cosas: correr y robar bancos. Con muy buenas actuaciones y un timing ajustado (no le sobra un sólo plano), el film nos mete de lleno en la psicología de un solitario personaje que -como el William James de The Hurt Locker- es adicto a la adrenalina, pero -a diferencia de él- su adicción no es pro sino antisistema. Sólo que como bien saben todos (y hasta nos advierten -bastante en joda y un poco en serio- las tazas del subte londinense) "you can't beat the system". Si sumamos los hipnóticos escapes y la tensión a flor de piel, tenemos lo que posiblemente sea la mejor película del festival.

9 billies

BAFICI 2010: Police, adjective lunes, 19 de abril de 2010





















Police, adjective
Corneliu Porumboiu
Rumania, 2009, 115'

Esto nos dice Ezequiel Obregon sobre la segunda película del gran director de Bucarest 12:08:

“Un cine lleno de tiempos muertos que dicen mucho, de actuaciones parcas pero sentidas, un cine –ante todo- político, que reflexiona sobre las grietas que ha dejado la dictadura de Nicolae Ceausescu. El relato se centra en la irritante tarea de Cristi, policía que debe seguir los pasos de un adolescente por haber fumado hachís, con la finalidad de apresarlo y que el sistema lo condene. Una suerte de camino anti-heroico en el que se topará con oficinas grises, personajes patéticos, y mucha –pero mucha- burocracia.”

8 billies

BAFICI 2010: Black Dynamite





















Black Dynamite
de Scott Sanders
Estados Unidos, 2009, 84'

Hay películas que más que películas son celebraciones. Esta es una de ellas. El carismático Michael Jai White (¿un clásico del futuro?) es Black Dynamite, un personaje salido de los films blaxploitation setentosos que está listo para patear traseros y acostarse con chicas a ritmo de funk. Una especie de cruce entre el rescate cómico-retro de Austin Powers y el desenfreno de las películas de Robert Rodríguez, a ocho chistes por minuto. Un film para reir a sala llena y uno de los grandes aciertos de la sección Nocturna del festival.

8 billies

BAFICI 2010: Like you know it all





















Like you know it all
de Hong Sang soo
Corea del Sur, 2009, 126'

Hong Sang Soo se convirtió en un amigo de la casa desde que viéramos en la edición de 2007, casi por casualidad, la muy divertida Woman on the beach. Su última producción, Like you know it all, tiene varios puntos de contacto con aquella. Sin ir más lejos, su protagonista es -también- un director de cine, al que invitan a un festival en un pueblito donde se encuentra con algunos viejos conocidos que recuerdan su afición por el alcohol y su carácter de mujeriego ("¡Escondan a sus hijas! ¡Escondan a sus hijas!", le grita uno de ellos cuando se lo encuentra en la calle, en una suerte de adaptación coreana de "todos con el culo en la pared..."). Circulando por los pequeños mundos en donde es reconocido socialmente, el protagonista se ve envuelto en una serie de situaciones de las que --también como en películas anteriores-- termina escapando como puede (usando otra metáfora local, luego de cada cagada que se manda Director Ku "no puede volver al barrio"). Lo más interesante del film es la particular mirada sobre la batalla de los sexos que tiene Sang Soo. Allí, las mujeres son fuertes y decididas y contrastan con la imagen de llorones irresponsables que bridan sus protagonistas masculinos, quienes parecen tener como única forma de cortejo los supuestos aires de artista o las pulseadas en un bar.

7 billies

BAFICI 2010: Meat





















Meat
de Maartje Seyferth y Victor Nieuwenhuijs
Holanda, 2010, 85'

Primera película desde el homónimo film con la Coca Sarli en tener como escenario central el sexo en una carnicería. Promocionada por los organizadores del festival como un cinta con "un nivel de calentura como para derretir un iceberg", lo único que hizo Meat fue desorientar y aburrir con sus buenas intenciones y sus fallidos resultados. Saltos temporales, personajes que se confunden y una línea argumental que no va a ningún lado, el film sólo cuenta a su haber con dos o tres escenas muy logradas (incluyendo un notable suicidio promediando la película) y una muy divertida title song. Lo demás es una suerte de pesadilla o mal viaje donde -a diferencia de las mejores películas del amigo David Lynch- nada parece generar demasiado en el espectador.

5 billies

BAFICI 2010: Last train home





















Last train home
de Lixin Fan
Canadá, 2009, 87'

"¡Empujen! ¡No empujen!" Los contradictorios reclamos se dan en un colmado anden y provienen de una multitud frenética en China que intenta obtener uno de los codiciados lugares que los lleve de vuelta a sus hogares para año nuevo. Todo aquel que se queje por los congestionamientos en la terminal de Retiro en Semana Santa debería ver esta película, un documental de observación sobre el impresionante fenómeno de las migraciones masivas a la China profunda, donde cada año 200 millones de trabajadores de las ciudades vuelven a sus pueblitos para pasar aunque sea unos días con sus seres queridos. Last train home sigue a los Zhang, una pareja que se fue hace 16 años de su pueblo --dejando a sus dos hijos con la abuela-- a trabajar en una fábrica a la espera de que el estudio y el esfuerzo puedan darle a sus hijos un futuro mejor del que ellos tuvieron. Lo más interesante en el film viene por ese lado: los padres que quieren darle "lo mejor" a sus hijos, y ellos que resisten esta idea moderna del esfuerzo y prefieren, en cambio, entregarse al consumo y el disfrute en un mundo que hace varias décadas dejó de creer en el progreso o en el largo plazo.

7 billies

BAFICI 2010: La mujer sin piano





















La mujer sin piano
de Javier Rebollo
España/Francia, 2009, 97'

Una depiladora española de unos cincuenta y tantos años un buen día agarra sus cosas y se va a la terminal de micros buscando escaparse de su vida cotidiana. Su historia es la de esta seca comedia española, que la sigue durante una noche entera en la que conoce a una serie de personajes poco expresivos (que parecen salidos de una película de Jim Jarmusch) entre los que sobresale un técnico polaco bastante particular. El film no deslumbra, pero cumple con su cometido mínimo y excéntrico.

7 billies

BAFICI 2010: Videocracy





















Videocracy
de Erik Gandini
Italia/Finlandia/Dinamarca/Reino Unido, 2009, 85'


Documental sobre la democracia televisiva en Italia que elige tres personajes representativos del fenómeno y sigue sus derroteros durante algunos meses. Hay algunas imágenes y conflictos (sobre todo el del paparazzi) que hubiesen sido interesantes para profundizar, pero el director optó en cambio por una serie de comentarios superficiales y hasta un poco obvios sobre la relación entre Berlusconi y los medios. Para quien observa a diario la "videocracia" posmoderna con un mínimo de espíritu crítico, no hay demasiadas novedades. Para los demás, es un buen pantallazo introductorio.

6 billies

BAFICI 2010: I went to the zoo the other day





















I went to the zoo the other day
de Luo Li
Canadá, 2009, 68'


Típica "película de estudiante" corta de ideas e historias. Filmada en blanco y negro, en sólo una hora diez imprime una mirada antropológica sobre el zoológico y sus habitantes humanos y animales. Resulta minimalista no sólo por las intenciones del director (que elige como protagonistas a dos jóvenes croatas que hablan poco y recorren mucho, casi en tiempo real) sino por las propias limitaciones de la obra. El film tiene un ritmo monótono que hacia el final, para colmo, se vuelve pretencioso.

5 billies

El paro en Crítica de la Argentina jueves, 15 de abril de 2010

A continuación reproduzco dos notas aparecidas hoy en el diario Crítica que dan cuenta del paro que vienen llevando a cabo los trabajadores del diario.


Comisión Gremial Interna

Los trabajadores de Crítica de la Argentina estamos de paro. Si usted es lector de nuestras páginas habrá notado que el viernes 9 el diario no salió. Desde entonces se edita una versión reducida y de emergencia como la que tiene en sus manos o en su monitor, lejos del producto que solemos entregarle y del que estamos orgullosos.

La medida de fuerza responde al simple hecho de que la empresa editora Papel 2.0 no pagó los sueldos. Y no es la primera vez. Los 167 empleados del diario venimos cobrando en cuotas y con demora desde hace cinco meses, cuando la compañía que encabeza Antonio Mata negociaba con nosotros una recomposición salarial que paliara los efectos de la inflación. Recomposición que venía posponiendo desde marzo del año pasado.

El 20 de enero los trabajadores y la empresa firmamos un acuerdo en el que Papel 2.0 se comprometía a regularizar los pagos este mes. El acuerdo fue homologado por el Ministerio de Trabajo y los empleados del diario aceptamos una recomposición muy inferior a la inflación prevista y a los aumentos de los demás medios, con el único fin de contar con un horizonte de previsibilidad frente a la incertidumbre generada desde la patronal.

Ese horizonte se desvaneció el jueves pasado. A 24 horas de que se venciera el plazo legal para depositar los sueldos de marzo, las autoridades nos comunicaron que lo harían en dos cuotas y más tarde que nunca: el 19 y el 26 de abril. El acuerdo, que iba a durar quince meses, fue violado por la empresa apenas dos meses y medio después de firmado. Tampoco hay garantías acerca de los pagos futuros.

Durante estos días, el diario fue redactado sólo por una parte del personal jerárquico, razón por la cual salió a la calle diezmado, sin las secciones habituales y sin las notas de los periodistas que lo escriben todos los días.

Nuestra pelea por el derecho más elemental -cobrar por el trabajo que se realiza- tuvo eco en innumerables medios locales y nacionales, pese al cepo informativo que suele impedir que se publiquen las noticias sobre conflictos gremiales en los medios de comunicación. En un acto realizado el lunes pasado frente a la redacción logramos también el apoyo de diputados, legisladores y funcionarios de todo el arco político, así como de representantes de organismos de Derechos Humanos, organizaciones estudiantiles, sindicatos, partidos políticos y comisiones internas gremiales de otros medios.

Luego del acto, todos los bloques partidarios de la Legislatura porteña suscribieron un proyecto de declaración donde instan a la empresa a cumplir con los acuerdos firmados. En la Cámara de Diputados de la Nación se tramitan dos declaraciones similares.

Ayer, una nueva y masiva asamblea de trabajadores ratificó por unanimidad la continuidad de la huelga. También votó la publicación de esta carta para que los lectores comprendan la gravedad de nuestra situación.

No desconocemos el golpe que significa para las finanzas del diario la discriminatoria ausencia de pauta publicitaria oficial por parte de los distintos niveles de gobierno. Pero no podemos aceptar que la empresa traslade esa carencia a nuestro bolsillo. La empresa declama su voluntad de seguir con el diario, aunque no explica cómo hará para solventarlo.

Las autoridades que responden a Antonio Mata (el accionista mayoritario) aducen que quien incumplió con sus aportes es Marcelo Figueiras, el minoritario. Éste, a su vez, negó en una carta al personal su responsabilidad frente a la crisis.

Al margen de esas explicaciones, nosotros seguimos sin cobrar y nuestras familias continúan sin su sustento. Por eso ratificamos: sin sueldos, no se trabaja.


La dirección

Hacer un diario, como el nombre lo indica, es un trabajo cotidiano, colectivo y nada fácil. Más aún si un grupo trabaja para hacer un producto periodístico independiente, pluralista y con un contenido editorial de muy alta calidad.

Transitamos apenas dos años desde nuestro lanzamiento y muchas veces el no poder estar incluido equitativamente en el reparto del mercado publicitario nos ha dificultado el día a día.

Estos y otros factores de índole económica y administrativa en algunos de los eslabones que forman la cadena de ingresos de nuestra empresa nos están haciendo incurrir en retrasos involuntarios con lo más importante, que tenemos que es nuestra gente, nuestros periodistas, diseñadores y administrativos.

Pero estamos trabajando denodadamente para acortar estos plazos y regularizar nuestra situación.

En medio de la crisis económica internacional -de la que nuestro país no está ajeno-, nos hacemos cargo y no se trata de trasladar las responsabilidades solamente puertas afuera: como toda nueva organización hemos sufrido diferentes cambios internos (en nuestros accionistas, directores y personal) , cambios que, finalmente, nos permitieron encontrar la estructura adecuada. Estos procesos muchas veces lentifican la gestión, pero creemos que estamos avanzando en el camino correcto.

La juventud empresarial no es un pecado, es un proceso que debemos transitar, conscientes de que estamos hablando de la fuente laboral de 200 argentinos.

Queremos cumplir y para eso también necesitamos que nos cumplan. Sin embargo, no tenemos dudas que de esta difícil coyuntura vamos a salir. Pero eso será sólo con el esfuerzo conjunto de la empresa, los trabajadores, los anunciantes y los lectores.

To: Kathryn Bigelow lunes, 5 de abril de 2010

Comparto con ustedes un terrible video filtrado por la ONG Wikileaks en donde militares norteamericanos ejecutan desde un helicóptero a un grupo de civiles iraquíes en 2007 (incluyendo dos periodistas) y luego revientan una camioneta -con dos niños a bordo- que acude a ayudar a los iraquíes heridos que sangraban en la vereda.

Los pilotos confundieron la cámara de uno de los periodistas de Reuters con un fusil.



Los Estados Unidos invadieron Irak en marzo de 2003 argumentando que el gobierno iraquí tenía armas de destrucción masiva. Las supuestas armas jamás fueron encontradas. Estados Unidos continúa manteniendo tropas allí y de acuerdo con cifras de Associated Press y la Iraq Body Count, la guerra ya causó la muerte violenta de 103,550 civiles.

Wagner, South Park y el antagonismo social domingo, 4 de abril de 2010
















En las últimas semanas estuve releyendo Visión de Paralaje (Fondo de Cultura Económica, 2006), una ambiciosa obra del amigo de la casa Slavoj Žižek. Lápiz en mano, subrayé algunos pasajes que hoy recupero y los pongo en relación con una serie de fenómenos pop recientes. ¿El resultado? Una serie de apuntes sobre la fascinante relación entre arte y sociedad.

Para entender por dónde viene la mano: Žižek cuestiona el supuesto componente “antisemita” de las obras del compositor alemán Richard Wagner (1813-1883). De acuerdo con Žižek,

algunos textos son como inacabadas texturas de rastros o filmes no terminados que se vuelven plenamente legibles sólo en una época posterior, cuando sus consecuencias se han concretado. El antisemitismo no es la definitiva “verdad” oculta del universo de Wagner: primero, no está oculto, se lo muestra abiertamente para que todo el mundo lo vea; segundo, aun cuando el mensaje antisemita de su obra es claro, Wagner lo debilita, mantiene una distancia con él, a través de su misma práctica artística.
Esto viene a cuento ya que
se ha generado recientemente una gran cantidad de trabajos históricos para establecer el “verdadero significado” contextual de las figuras y los tópicos wagnerianos: el pálido Hagen es en realidad un judío masturbador; la herida de Amfortas es en realidad sífilis… La idea es que Wagner está manejando códigos históricos conocidos en su época por todos: cuando una persona tropieza, desafina, hace gestos nerviosos, etc., “todo el mundo sabe” que es un judío; así, Mime de Sigfrido es una caricatura de un judío; el temor a la sífilis como la enfermad de la ingle que se contagia cuando se tienen relaciones con una mujer “impura” fue una obsesión en la segunda mitad del sigilo XIX, de modo que le quedaba “claro a todo el mundo” que Amfortas realmente se contagió la sífilis de Kundry… (…)

Sin embargo, el problema aquí es que, aún cuando sean exactas, estas perspectivas no contribuyen demasiado a una comprensión adecuada de la obra en cuestión. Se suele escuchar que, para entender una obra de arte, se debe conocer su contexto histórico. Contra este lugar común historicista, habría que afirmar que conocer demasiado de un contexto histórico puede estropear el contacto mismo con una obra de arte: para poder comprender adecuadamente, por ejemplo, Parsifal, hay que abstraerse de esas minucias históricas, habría que descontextualizar la obra, despegarla del contexto en el cual estuvo originalmente establecida (1). Aún más, es en realidad la misma obra de arte la que brinda un contexto que nos permita comprender adecuadamente una situación histórica dada. Si hoy alguien se propusiera visitar Serbia, el contexto directo con los datos en bruto lo sumiría en la confusión. Si leyéramos un par de obras literarias y viéramos un par de películas representativas, nos brindarían definitivamente el contexto que nos permitiera ubicar los datos en bruto de nuestra experiencia. Existe así una verdad inesperada en la vieja sabiduría cínica de la Unión Soviética stalinista: “miente como un testigo ocular”.

Hay otro problema más fundamental con esta decodificación historicista: no alcanza para “decodificar” a Alberich, Mime, Hagen, etc., como judíos y señalar que El anillo de los nibelungos es un enorme tratado antisemita, una historia sobre judíos, al renunciar al amor y optar por el poder, traer corrupción al universo; el hecho mucho más básico es que la figura antisemita del propio judío no es una referencia directa sino que ya está codificada, es una cifra de los antagonismos sociales e ideológicos. (Y lo mismo vale para la sífilis: en la segunda mitad del siglo XIX fue, junto con la tuberculosis, el otro gran caso de “enfermedad como metáfora” –según Susan Sontag– sirviendo como un mensaje codificado sobre los antagonismos socio-sexuales, y ésta era la razón por la que la gente estaba tan obsesionada con ella –no a causa de su amenaza directa, sino por la suma inversión ideológica que acarreaba–.) (…)

Parsifal no trata acerca de un círculo elitista de gente de sangre pura amenazado por la contaminación externa (copulación con la judía Kundry). Hay dos complicaciones para esta imagen: en primer lugar, Kingsor, el malvado mago y maestro de Kundry, es un ex caballero del Grial, viene de adentro; en segundo lugar, si se lee con verdadera atención el texto, no puede evitarse la conclusión de que la verdadera fuente de maldad, el desequilibrio primordial que descarrila a la comunidad del Grial, reside en su mismo centro –es la obsesión de Titurel por disfrutar del Grial lo que está en los orígenes de su desgracia. La verdadera figura del Mal es Titurel, ese obsceno joisseur (tal vez comparable a los miembros semejantes a gusanos de la Comunidad Espacial de Dune de Frank Herbert, cuyos cuerpos aparecen asquerosamente distorsionados a causa de su exceso en el consumo de “especies”).

Esto debilita la perspectiva antisemita según la cual la perturbación llega siempre en última instancia desde afuera, bajo la forma de un cuerpo extrajo que afecta el equilibrio del organismo social: para Wagner, el intruso externo (Alberich) es una repetición, externalización secundaria de una incoherencia/antagonismo absolutamente inmanente (de Wotan). Parafraseando al famoso “¿Qué es robar un banco comparado con fundar uno nuevo?” de Brecha uno se tienta de decir “¿Qué es que un pobre judío robe oro comparado con la violencia del ario (Wotan) fundamentando la vigencia de la Ley?”.

Uno de los signos de este estatus inherente a la perturbación es el fracaso de los grandes finales de las óperas de Wagner: el fracaso formal marca aquí la persistencia del antagonismo social. Tomemos al mayor de ellos, la madre de todos los finales, el de El crepúsculo de los dioses. Es un hecho conocido que, en los últimos minutos, la orquesta interpreta una telaraña extremadamente intrincada de motivos, básicamente nada menos que la recapitulación de los abundantes motivos de todo El anillo de los nibelungos. ¿No resulta este hecho la prueba definitiva de que el propio Wagner no estaba seguro sobre lo que “significa” la apoteosis final de El anillo de los nibelungos? Al no estar seguro, ensayó una especie de “fuga hacia delante” y lanzó juntos todos los motivos… Así, el motivo culminante de la “Redención por medio del amor” (una hermosa y apasionada línea melódica que sólo aparece previamente en el acto III de Las valquirias) no puede sino hacernos pensar en el ácido comentario de Joseph Kerman respeto de las últimas notas de Tosca de Puccini, en las cuales la orquesta recapitula estentóreamente la “hermosa” patética línea melódica de “E lucevan le stelle” de Cavaradossi como si, inseguro de lo que estaba haciendo, Puccini se limitara a repetir desesperadamente la melodía más “efectiva” del repertorio anterior, ignorando toda lógica narrativa o emocional. ¿Y qué pasaría de haber hecho Wagner exactamente lo mismo al final de El crepúsculo de los dioses? Al no estar seguro del giro final que pudiera estabilizar y garantizar el significado total, recurrió a una bella melodía cuyo efecto es algo así como “sea lo que sea que puede significar, quedémonos seguros de que la impresión final sea la de algo triunfal y estimulante en su belleza redentora…”. En resumen, ¿qué pasaría si este motivo final pone en acto un gesto vacío?

South Park esquiva el bulto
Esta última parte del análisis me hizo acordar, con perdón, al capítulo 100 de la serie de dibujos animados South Park (2), que vio la luz el 9 de abril de 2003, cuando acababa de desatarse la invasión norteamericana a Irak.

El capítulo comienza en la primaria de South Park, cuando el profesor Garrison le comenta sus alumnos que todos aquellos que quieran protestar contra la guerra pueden irse temprano del colegio: sin pensarlo dos veces, los chicos salen a la calle, donde se encuentran con grupos a favor y en contra de la guerra. Los alumnos son entrevistados por un movilero de la TV, que les pregunta qué dirían los “padres fundadores” de aquel conflicto. Los chicos no tienen idea de qué está hablando. Al día siguiente, avergonzado y enojado, el profesor Garrison les da como tarea averiguar qué hubiesen dicho a propósito de la guerra en Irak los fundadores de Norteamérica. Mientras Stan, Kyle y Kenny se ponen a estudiar, Cartman se electrocuta con un grabador TiVo lleno de documentales del History Channel, queda en coma y tiene un flashback a la Filadelfia de 1776, donde los (luego) próceres de Norteamérica debaten sobre si ir o no a un conflicto armado con Gran Bretaña.
Franklin: I believe that if we are to form a new country, we cannot be a country that appears war-hungry and violent to the rest of the world. However, we also cannot be a country that appears weak and unwilling to fight to the rest of the world. So, what if we form a country that appears to want both?
Jefferson: Yes. Yes of course. We go to war, and protest going to war at the same time.
Dickinson: Right. If the people of our new country are allowed to do whatever they wish, then some will support the war and some will protest it.
Franklin: And that means that as a nation, we could go to war with whomever we wished, but at the same time, act like we didn't want to. If we allow the people to protest what the government does, then the country will be forever blameless.
Adams: [holding a slice of chocolate cake] It's like having your cake, and eating it, too.
Congressman: Think of it: an entire nation founded on saying one thing and doing another.
Hancock: And we will call that country the United States of America. (3)
Cartman regresa del flashback al presente de South Park, donde belicistas y pacifistas se están enfrentando, y (en una típica movida del tercio final de varios capítulos de la serie) realiza una reflexión:
I learned somethin' today. This country was founded by some of the smartest thinkers the world has ever seen. And they knew one thing: that a truly great country can go to war, and at the same time, act like it doesn't want to. You people who are for the war, you need the protesters. Because they make the country look like it's made of sane, caring individuals. And you people who are anti-war, you need these flag-wavers, because, if our whole country was made up of nothing but soft pussy protesters, we'd get taken down in a second. That's why the founding fathers decided we should have both. It's called “having your cake and eating it too.” (4)
El discurso conmueve a los asistentes. Cartman abraza a los líderes de ambas protestas y todos juntos cantan: “We can be a nation that believe in war / And still tells the world that we don't” (“Podemos ser una nación que cree en la guerra / Pero que al mismo tiempo le dice al mundo que no”) en lo que parece ser, en definitiva, el motivo descrito por Žižek: una especie de “quedémonos seguros de que la impresión final sea la de algo triunfal y estimulante”. De hecho la línea final de la canción dice:
“For the war, against the war, who cares? One hundred episodes!” (5)
Las obras de Trey Parker y Matt Stone, creadores de South Park, en general expresan una visión más bien reaccionaria sobre la sociedad norteamericana –tal como se aprecia en su largometraje Team America (6). En este caso, al tener que enfrentarse con el antagonismo radical entre imperialistas y pacifistas en el seno de su propia sociedad, Parker y Stone se quedan en el planteo de los argumentos y –parafraseando a Žižek– al no estar seguros, ensayan una especie de “fuga hacia delante”. Lanzan juntos todos los motivos en pugna como ideas sueltas que no se tocan (o se enlazan de manera precaria, insuficiente), limitándose a repetir desesperadamente las melodías más “efectivas” del repertorio. Finalmente, cierran el capítulo con la excusa una celebración metadiscursiva de un aniversario redondo del programa (7), ignorando así toda lógica narrativa o emocional.

La tendencia de la fuga hacia delante
El hecho de que las películas o series que hoy lidian con el tema de la guerra estén cada vez más cerca de esa “fuga hacia delante” y no de una lectura radical, parcial (aunque sea abiertamente a favor del imperialismo) es un claro signo de nuestros tiempos. Esto admite dos críticas. Por un lado, que los intentos “apolíticos” por esquivar este antagonismo siempre son políticos (como bien decía el fallecido historiador Howard Zinn: “You can’t be neutral on a moving train”). Por el otro, que debemos leer las obras no sólo por lo que exponen –o a quienes “critican”– sino también por sus propias omisiones, algo que nos permite ver con claridad los contornos ideológicos del mundo en el que vivimos. Por ejemplo –señala el crítico Roger Ebert– en Team America aparentemente “todos los involucrados en la ‘guerra contra el terrorismo’” (el equipo antiterrorista y los liberales pacifistas) son criticados... Pero con un detalle: “La Casa Blanca consigue un pase gratis, ya que la película parece creer que Team America hace sus propias políticas sin órdenes de arriba.”
A diferencia de lo que sucedía en décadas anteriores, las películas de guerra de nuestra época jamás asumen el propio núcleo del antagonismo social. ¿Qué película hoy escenifica tan bien “las coordenadas del exceso estructural del poder estatal” como Apocalipsis Now de Coppola?
¿No es significativo que la figura de Kurtz, el "padre primordial" freudiano -el obsceno padre-placer que no se subordina a ninguna ley simbólica, el Amo total que se atreve a enfrentarse a lo Real o al placer aterrador cara a cara- se presente no como el recuerdo de algún bárbaro pasado, sino como el resultado necesario del propio poder occidental moderno? Kurtz había sido un soldado perfecto y como tal, a través de su sobreidentificación con el sistema de poder militar, acaba convirtiéndose en un exceso que el propio sistema debe eliminar. El horizonte último de Apocalipsis Now es esta idea de que el poder genera sus propios excesos, que tiene que aniquilar en una operación que se ve obligada a imitar lo que combate (la misión de Willard de matar a Kurtz no existe oficialmente, "nunca ha sucedido", como indica el general que informa a Willard) Entramos así en el dominio de las operaciones secretas, de lo que el poder hace sin admitirlo. ¿No sucede lo mismo con las figuras presentadas hoy en día por los medios de comunicación como encarnaciones del Mal radical? ¿No es la verdad que se oculta el hecho de que Bin Laden y los talibanes emergieron como parte del movimiento de guerrillas antisoviéticas apoyado por la CIA en Afganistán, y que Noriega, en Panamá, era un ex-agente de la CIA? ¿No está Estados Unidos combatiendo en todos estos casos contra sus excesos? (8)
Hoy, en cambio, gana el Oscar un film cuyo protagonista excesivamente guerrero y sobreidentificado con la misión y el trabajo no es trágico, sino exitoso, y que para el sistema no resulta un exceso, sino un ejemplo… ¿Permite esto una lectura distanciada, crítica? ¿O simplemente pone en escena lo peor de la corrección política, “respetando” las decisiones y roles de los soldados del ejército de ocupación bajo la trampa de la “psicología de los personajes”?
Un breve repaso por las obras de ficción que aparecen por estos días demuestra que pese a la enorme variedad de narraciones, casi todas proponen un limitado universo ideológico: la imposibilidad de pensar que en algún lugar o en algún momento las cosas pueden llegar a ser distintas de lo que son. Y cuando de pronto nos encontramos con alguno de los núcleos de la lucha ideológica, con esas claves sociales aún no resueltas, sólo atinamos a mirar a cámara, reírnos, y cantar alguna bobería sobre un show televisivo.


Notas:

(1) Un buen ejemplo de esto lo da la ganadora del último Oscar a la Mejor Película, Vivir al Límite (The Hurt Locker, 2008), que narra la historia de un grupo de soldados del ejército de ocupación norteamericano en Irak. Si analizamos “el contexto” en el cual se creó la obra, lo primero que llama la atención es que su misma directora, Kathryn Bigelow, parece alejarse de los discursos moderadamente pacifistas de la centroizquierda hollywoodense y al ganar el premio de la Academia se lo dedicó “a los militares que arriesgan su vida diariamente en Irak y Afganistán, y alrededor del mundo”. Por si no quedó claro, unos minutos más tarde Bigelow volvió a subir al escenario y le dedicó el galardón “a todos los que llevan un uniforme: servicios de emergencia, bomberos... Ellos están para nosotros y nosotros estamos para ellos”. Uno no puede evitar sorprenderse cuando ve el producto final -la película en cuestión- y la obra “en sí” resulta ser mucho más ambigua. ¿Qué nos quiere decir The Hurt Locker? ¿Existe una obsesión norteamericana con la guerra? Suponiendo que sí, ¿esta obsesión es celebrada, o ridiculizada? ¿Qué lectura hacemos de la escena en el supermercado? Una vez más, entonces, “hay que abstraerse de esas minucias históricas, habría que descontextualizar la obra, despegarla del contexto en el cual estuvo originalmente establecida”. Reconocer, en este caso, que determinados trabajos de una pro-yanki descarnada pueden ser obras que no sean necesariamente pro-yankis descarnados…

(2) El capítulo, de unos 20 minutos de duración, se puede ver completo en http://www.southparkstudios.com/episodes/103621/

(3) Franklin: Creo que si queremos armar un nuevo país, no podemos parecer un país sediendo de guerra y violento para el resto del mundo. Sin embargo, tampoco podemos parecer un país débil y renuente a luchar con el resto del mundo. Entonces, ¿qué tal si armamos un país que parezca querer ambas cosas?
Jefferson: Sí. Sí, por supuesto. Vamos a la guerra, y protestamos el ir a la guerra al mismo tiempo.
Dickinson: Correcto. Si a la gente de nuestro nuevo país se le deja hacer lo que quieran, entonces algunos apoyarán la guerra y algunos protestarán contra ella.
Franklin: Y eso significa que como nación podemos ir a la guerra con quien querramos, pero al mismo tiempo, actuar como si no quisiéramos. Si permitimmos que la gente proteste contra el gobierno, entonces jamás se podrá culpar al país de nada.
Adams: [sosteniendo un pedazo de torta de chocolate] Es como tener tu torta, y comerla también.
Congresista: Piensen en ello: una nación entera fundada sobre la base de decir una cosa y hacer otra.
Hancock: Y podemos llamar ese país los Estados Unidos de América.

(4) “Hoy aprendí algo. El país fue fundado por algunos de los pensadores más inteligentes del mundo. Y ellos sabían una cosa: que un gran país puede ir a la guerra, pero al mismo tiempo, actuar como si no quisiera. Los que están a favor de la guerra necesitan a los manifestantes, porque ellos hacen que el país parezca estar hecho de individuos sanos, preocupados. Y los anti-guerra necesitan a estos agita banderas, ya que si todo nuestro país estuviese compuesto por manifestantes maricones, nos destrozarían en segundos. Es por eso que los padres fundadores decidieron que deberíamos tener ambos. Se llama ‘tener tu torta y comértela también’”.

(5) A favor de la guerra / En contra de la guerra / ¿A quién le importa? ¡Cien episodios!

(6) Si bien la sinopsis de la película promete una suerte de sátira sobre las intervenciones norteamericanas como “policías del mundo”, la película dedica la mayor parte de sus dardos a los actores “liberals” de Hollywood, englobándolos bajo el sindicato de fantasía Film Actors Guild (F.A.G., “maricones”, por sus siglas en inglés). De hecho, uno de los chistes tiene lugar cuando los actores proponen “hablar y razonar” como una manera de solucionar el terrorismo en el mundo. “That is the FAG way”… Al ser entrevistados por Salon.com, los creadores Stone y Parker desarrollan una curiosa teoría: para ellos, existe una sola clara postura postura política en Team America y es “la diferencia entre forros y estúpidos (dicks and assholes)”. Gary, el líder de la Policía Mundial del Team America “era un forro, no era un estúpido” y “dado que hay estúpidos –terroristas– necesitás forros –tipos que cazan terroristas”. Terminan concluyendo que los Estados Unidos “tienen un rol en el mundo como forros. Los policías son forros, odiás a los putos policías, pero los necesitás”. Mostrar la hilacha, que le dicen. La entrevista completa aún se encuentra online en http://dir.salon.com/story/ent/feature/2004/10/12/parker_stone/index1.html

(7) Más curioso aún resulta el hecho de que este fue el capítulo número 100 en exhibirse, pero el #97 en términos de producción. Se desconocen los motivos del corrimiento, pero podríamos pensar que con un capítulo 97 ni siquiera hubiese sido posible salir del paso con una canción aniversario.

(8) Slavoj Žižek, Bienvenidos al desierto de lo real, Akal, 2005

Separados al nacer jueves, 1 de abril de 2010











Mauricio Macri
, la derecha amarilla / Steve Martin, la pantera rosa