El medio es el mensaje viernes, 29 de agosto de 2008

...'cause we need entertainment
to keep us all off the streets
So tonight you'll sleep softly in your bed

Kaiser Chiefs, "The Angry Mob"



En este blog se ha debatido largo y tendido sobre los medios de comunicación, y una de las principales discusiones que hemos sostenido en todo este tiempo fue hasta qué punto es válida la hipótesis de que "el medio es el mensaje". Es decir: hasta qué punto el soporte sobre el cual se instala aquello a decir, condiciona aquello que se dice.

Así, Martín Caparrós sostenía que hoy los diarios argentinos escriben para un lector que no lee. Que en lugar de explotar lo que hace a su propia materia (la palabra escrita, la posibilidad de profundizar, de explicar, de relacionar), los medios impresos locales se habían largado a competir con la cultura audiovisual: las fotogalerías, el minuto a minuto. La caída de los lectores era, por lo tanto, esperable.

Más tarde, analizamos la cultura del espectáculo y de lo efímero, y cómo ambas convergían en los blogs confesionales o directamente en el uso de Twitter y su reducido espacio para expresar, apenas, qué estamos haciendo en este preciso instante. Aunque fuese una nimiedad -o justamente. Con la reseña del libro de Sibilia, lo que intentaba poner en tela de juicio era la pobreza narrativa de lo que hoy se celebra como una "explosión de creatividad" y una "democratización sin precedentes". Si nuestra forma de democracia comunicacional se reduce a contar rápidamente qué siento (máximo 150 caracteres), ¿no estoy limitando aquello mismo que voy a decir o, al menos, alterando su sentido?

En esta dirección, no habría que perder de vista un gran aporte de Marshall McLuhan. Recordemos la tesis principal de su famoso ensayo: desde la invención de la imprenta, los medios de comunicación no sólo transmiten un contenido, sino que transfieren su propia lógica interna hacia sus receptores. El medio es el mensaje (o el masaje, he aquí su célebre juego de palabras). "Las sociedades han sido moldeadas más por la índole de los medios con que se comunican los hombres que por el contenido mismo de la información".

***

¿Qué significa para nosotros, entonces, un videoclip? ¿Un pastiche posmoderno que de tanto no dice nada -al menos, nada en el sentido moderno del término? ¿Tanta información que se pierde como un ruido de fondo, la mejor manera de sintonizar un canal que mantenga un sonido estable de manera que podamos hacer otras cosas? ¿Un "mensaje" que nos transmite un autor -así como si fuera un panfleto, una carta, un ensayo- que debe adaptarse a los treinta y cinco milímetros cuatro minutos tres tomas por segundo?



¿Qué les provoca, por ejemplo, este video de Kaiser Chiefs? ¿Consigue transmitirles algún "mensaje" (para los mensajes está el correo, decía Hitchcock) que proclame romper con la estupidez pasiva? ¿O queda atrapado en la estructura inescapable del espectáculo al criticar la lógica televisiva desde la propia lógica televisiva?

"The Angry Mob" -en los papeles, un videoclip inteligente que plantea la lucha de clases como pocos representantes en el dispositivo lo han hecho en los últimos veinticinco años, que desde sus letras pinta de pies a cabeza a la clase trabajadora inglesa marcando, al mismo tiempo, sus alcances y limitaciones- nos enfrenta con uno de los principales dilemas de nuestro tiempo. A saber: ¿podemos combatir algo desde su propia materia?

¡Irregular remedio contra las irregularidades! jueves, 28 de agosto de 2008



por Podeti

Macri echa 2.000 empleados para combatir a los ñoquis, le quita subsidios a las escuelas para "centralizar los gastos" y ahora deja a la MITAD DE LOS ALUMNOS de Buenos Aires sin beca para evitar el clientelismo. El “Método Macri contra las Irregularidades” se parece al de “Muerto el perro, se acabó la rabia”. Esperamos próximas medidas en sintonía con esta “Elephant in a Bazaar Strategy”. Por ejemplo, sacar el asfalto de todas las calles de Buenos Aires para evitar pagos de sobreprecios en el asfalto, quitarle el suero a los pacientes de los hospitales para evitar oprobiosos negociados con suero (por ejemplo, para vendérselo clandestinamente a restaurantes de “Suerum Food”) o la cobertura de cemento de los Bosques de Palermo, para evitar maniobras turbias con pasto, aspersores de agua y fertilizante. En homenaje al “Método Macri”, este chiste en 5’.

La noche martes, 26 de agosto de 2008

Respondiendo a la consigna de un trabajo, mi amigo Fedefer comenta elegantemente sus apreciaciones frente a la idea de "salida" de los viernes o sábados por la noche.



El respeto infinito, decía sábado, 23 de agosto de 2008

No es que me lo dijera, pero sí: en su modo silencioso de alcanzarme el mate, en la forma en que me comentaba la frase de un autor, el destino de un personaje desdichado, la belleza de una descripción, Merceditas me estaba diciendo cuánto nos entendíamos, qué forma tan privilegiada del amor nos habíamos sabido construir. Nos hablábamos con palabras de otros, con palabras en las que ningún otro habría reconocido lo que en verdad decíamos: era nuestro secreto, el que no habíamos tenido que pactar siquiera, el que no necesitó que lo nombráramos. El respeto infinito.

(...) Fue un tiempo tan feliz. Aunque el maestro Rosseau diría que la frase es una contradicción: el privilegio de la felicidad consiste en anular el tiempo Yo lo sentí: tuve que hacer después, cuando pasó lo que pasó, un esfuerzo para decidir cuántos años habíamos vivido esa pasión sin sobresaltos.

Es curioso lo fácil que resulta creer que las cosas serán siempre como son. Siempre, quiero decir: por más tiempo que el que uno se permite imaginar. Por otro tiempo.

Y de repente esas líneas, que había convivido conmigo todos estos años desde que alguien me regalara hace un tiempo el libro que las contenía, parecían cobrar otro significado. (Otro triunfo del tiempo, otra derrota del formol imposible.)

El respeto infinito, decía. Brindo por ello.

“Ya no podemos ir más a Clarín” domingo, 17 de agosto de 2008

ENTREVISTA A FONDO CON EL DIRECTOR DEL DOCUMENTAL "LA CRISIS CAUSÓ 2 NUEVAS MUERTES"
“Ya no podemos ir más a Clarín”



por Federico Poore y Javier Morero

Patricio Escobar estudió Comunicación en la UBA, pasó por la redacción de Todo es historia y actualmente trabaja haciendo prensa en la Universidad de San Martín. En 2006 dirigió, junto a Damián Finvarb, el valiente documental La crisis causó 2 nuevas muertes, basada en el titular del Gran Diario Argentino del 27 de Junio de 2002. En él se reconstruye la cacería indiscriminada lanzada por el aparato de seguridad del gobierno de Duhalde que culminó en el asesinato de los piqueteros Kosteki y Santillán, y se analiza el rol de los medios masivos a partir de la Masacre de Avellaneda.
Sentados en el Bar Hipopótamo, frente a Parque Lezama, charlamos con Escobar acerca de sus trabajos, del rol del periodismo y de las dificultades con las que se encuentran los documentalistas independientes en nuestro país.

¿De dónde surgió la idea para el documental?
La idea surgió a partir de una tesis que estaba haciendo para la facultad sobre los medios de prensa de los movimientos piqueteros. Gente del MTD se acercó y nos empezó a comentar lo que había pasado en el Puente Pueyrredón. Es decir: todos sabíamos lo que había pasado, pero ellos me comentaban puntualmente sobre la secuencia fotográfica. Había algo raro con las fotos, con la cobertura de aquel día: nadie les quería entregar la secuencia completa. Y es ahí que se me ocurrió hacer la investigación: a partir de esas fotos. Yo, además, ya venía con una crítica más o menos formado hacia lo que eran los medios masivos de comunicación.

¿Cuánto tiempo les tomó armar el proyecto?
Tres años. La empezamos en 2003 y la terminamos en 2006. Nos lo tomamos con calma. Filmar nos tomó un año y medio, lo hacíamos cuando teníamos tiempo. Intentábamos hacer las entrevistas los fines de semana, o los días de semana pero después de las cinco, seis de la tarde. Por ahí incluso algún día que había cortes del puente y teníamos que ir a filmar, y nos podíamos pedir un día, y así. Sabíamos qué estábamos haciendo, pero no sabíamos bien a dónde iba a terminar todo. Eso nos condicionó a hacer un documental tradicional, es decir, entrevista y archivo.

De todas formas, el resultado final fue más que interesante. El principal triunfo del documental es reconstruir, en primera instancia, algo que en su momento apareció totalmente fragmentado. Toda la primera parte demuestra cómo los piqueteros fueron efectivamente asesinados por la policía, y una vez que se prueba esto pasa a hacer la crítica de los medios que cubrieron el hecho.
Para nosotros y para el que nos iba a ver, nos pareció que iba a ser más efectivo contar todo cronológicamente, dividido en partes. Ya habían pasado tres años, así que la idea fue contar todo minuciosamente, tal como pudimos reconstruir que sucedió.

A la hora de analizar el papel de los medios, se centraron sobre todo en el Grupo Clarín. Sin embargo, hay otros–como La Nación– que apenas se mencionan pero cuya actuación no se analiza en profundidad. ¿Fue una decisión deliberada?
Teníamos que hacer un recorte y nunca nos propusimos desmenuzar a La Nación. Nos parecía un medio que, en definitiva, era mucho más honesto que un medio como Clarín. Los tipos tienen una misma línea editorial hace ciento cincuenta años, no se mueven de ahí. ¿Qué vas a esperar de ellos? Tienen un contrato con el lector, cuando comprás La Nación vos sabés con lo que te vas a encontrar. No hay sorpresas. Se mueven con fuentes del gobierno, es un medio de derecha.

Es decir que su objetivo siempre fue Clarín.
Nuestro objetivo era Clarín. ¿Por qué? Es el diario más vendido, es el grupo económico más importante en lo que se refiere a medios en Argentina, tiene mucho poder político, mediático, es el que forma opinión en mucha clase media. Apuntando a Clarín, te introducís en la política en otra forma. Vos caminás un domingo por la calle, está todos con el Clarín abajo del brazo. En ese sentido, Clarín es más peligroso. Porque el contrato con el lector es “somos objetivos, no jugamos ni para un lado ni para el otro, tenemos la mejor cobertura”. Queríamos demostrar que todo eso es mentira. Que sí tienen intereses políticos, económicos. Y al no ser sinceros, pierden credibilidad, legitimidad. Por eso no analizamos a La Nación. De todas formas creo que quedó justificado en el mismo documental, por lo que dice Virginia Messi. Todo esto está en la nebulosa del documental, dicho por los entrevistados, ya que no queríamos bajar línea, no queríamos un panfleto.

De ahí la decisión formal de no utilizar la voz en off.
Exacto.

El documental, de alguna manera, plantea dos hipótesis. Por un lado, una idea de malicia, de intereses creados, y por el otro una tesis que iría más por el lado de la ineptitud, de la mediocridad del propio periodismo.
A nosotros nos importaba más que nada la cuestión periodística. Cuestión que, me parece, se juega en el nivel del imaginario. A mí me gustaría que la película sirva para que los periodistas que están laburando ahí, o en cualquier otro lado, se pongan a discutir. Que se abra el debate y empiecen a discutir: qué es lo que estamos haciendo, cómo cubrimos esto, cómo estamos trabajando. Porque nosotros lo que encontramos ahí fue una alienación muy fuerte: [el fotógrafo de Clarín] Pepe Mateos sacó las fotos, las dejó en la redacción, y se fue. No se sentía parte de esas fotos, no se sentía su autor. El medio te absorbe y no te deja sentirlas como propias.

Como Virginia Messi, que en un momento exclama: “A mi me mandan a hacer la nota, yo voy, la hago y ya está. Ahora, qué pasa con Clarín, cómo titulan y eso, yo no tengo nada que ver.”
Cuando hice esa entrevista, enseguida me remitió a esta idea de alienación. De cómo la cotidianeidad te va ganando. Si el proceso se da así, al final sos una máquina. Y ojo, no queremos que sean sólo autocríticas individuales: la crítica tiene que llegar hasta la estructura misma del medio. La hipótesis que confirmamos fue que la cultura de un medio de comunicación termina determinando cómo vas a informar. Si vos sos un simple soldado raso, escribís crónicas, tenés un jefe, ese jefe tiene otro jefe… ¿quién toma la decisión? ¿El que estuvo ahí, el que escribe la nota? No: de entrada te empiezan a cortar la nota para poner publicidad. Mi viejo compra Clarín los sábados y los domingos y es una góndola. Lo tendrían que regalar.
Y eso lo dice ella: lo que hacen los jefes en el momento de la edición, yo no lo sé. Si en la famosa foto de Pepe, él hubiese tenido la decisión sobre qué foto publicar, o hubiese sido consultado sobre cuál de todas le parecía la mejor, otra hubiese sido la historia. Pero no le dijeron “bueno, vos que estuviste ahí, ¿cómo querés que armemos la tapa?”. No: le dijeron “bueno, gracias”, y hablaron con el director de fotografía, que eligió la foto por “el movimiento” y no sé qué otra pelotudez.

Una decisión estética.
Claro. Pepe hubiese puesto otra foto, donde el cana esté más claro.
Entonces la hipótesis de la estructura se cumplió. ¿Qué pasaría si los medios tuvieran otra estructura? Habría que buscar otro medio que se organizara de manera diferente y ver cómo funciona ahí. Yo le dije eso a Goldberg y me dice “no se puede hacer todo por consenso, sino nunca saldría el diario”. Yo creo que podríamos poder pensar otras formas de cómo organizarnos, tiene que haber otras formas, sino nos morimos de esta forma: “ya estamos así, ya está”. Mi postura es: mejorémosla. Lo que yo le propuse fue eso: “¿Quién dirige las fotos? ¿No estaría bueno que--?” Y me dicen “No, ese consenso no se puede hacer”. Lo mismo pasa con los títulos: se escriben ochenta veces, y es una mesa editora que los redacta.

Es increíble que aquel 26 de junio Clarín no haya llevado ningún cronista al lugar de los hechos, sabiendo que era la primera vez que actuaban de manera conjunta las tres fuerzas federales (Gendarmería, Prefectura y la Federal) y la Policía Bonaerense para reprimir la protesta social.
Julio Blanck me dice “no sabíamos que podía pasar eso”. Es increíble. ¿Clarín no iba a saber que algo así iba a pasar? Si de hecho mandan a los dos fotógrafos que tienen, porque ese día se cortaban todos los accesos. Y es más, los mandan a Zona Sur, que es donde sabían que se iba a armar más quilombo. Y lo mandan a Pepe. Sabían que era el mejor fotógrafo que tenían. ¿Por qué no mandaron a un cronista?

¿Se siente responsable Pepe?
Vive acá a la vuelta, cada tanto nos juntamos a tomar una cerveza. Es al día de hoy que me dice que de verdad no tuvo tiempo de ver las fotos, yo le digo que no puede ser. Porque por más que estés shockeado por el hecho, sos un fotógrafo de raza: cuando te volvés en el remis al diario, ahí vas viendo las fotos. Y lo principal era la estación. Porque una de las cosas que nos habían dicho al principio en Clarín fue, “bueno, el quilombo de la redacción, no pudimos ver las fotos…”. Pero vos sos Pepe, sacaste 360 fotos: de las 360 te quedan 20, de las 20 te quedan diez, de las diez te quedan cinco, entonces todo se reduce a lo que pasó en la estación. Me parece que la responsabilidad no pasa por Pepe, yo no sé cómo hubiese actuado en una situación ahí. Lo que sí está claro es que hay toda una estructura que hace que el tipo entregue así las fotos, y que el director de fotografía haga lo que hizo. No me hago el pistola y digo “yo lo haría así”, yo no sé qué haría, quince años en un diario, ya estás alienado… no es culpa de tal o cual, me parece que es más complejo. Nosotros entrevistamos a las chicas de fotografía y vimos juntos las fotos que recibieron aquel día. No hablo del 29, o del 30. No: digo las del mismo 26 a la tarde. Yo veo un policía que mata o que hiere gravemente a alguien. ¿Estás viendo lo mismo que yo? Entonces vos no “viste” lo que estabas viendo.

Claro, la teoría Clarín de “no tuve tiempo, pasó muy rápido”. ¿Pero no tuvieron tiempo para eso? De las noventa páginas del diario, la noticia más importante es esa. No ver eso o es malicia, o es imbecilidad.
Las dos cosas están mal. O es de guacho, o es un problema periodístico. El año pasado, cuando presentamos la película en el Tita Merello, vino un tipo que había visto como cinco veces la película. Se acerca y me dice “tengo algo que te va a interesar: fijate en el diario del 13 de abril del 96, cuando mataron a Teresa Rodríguez”. ¿Como titula Clarín? “La crisis en Neuquén se cobró una nueva víctima”.
Eso te da la pauta de que todo lo que dice Blanck sobre que fue un error es todo mentira. Porque te dan ganas de terminar la entrevista con Blanck y sacarle el recorte. Y decirle: “¿esto también fue un error?”. No, no fue un error periodístico: es el estilo del diario.
Por otro lado, desde que sucedió la masacre hasta que Clarín publicó las fotos, pasaron 48 horas. 48 horas de incertidumbre, de manipular a la opinión pública, de dar la versión oficial. Y el beneficiado de esto fue, indudablemente, el poder político de ese momento: Duhalde, Juan José Alvarez, Aníbal Fernández. Por eso no hay dudas de que detrás de esta operación estuvo el poder político.
La gente de la SIDE y el comisario Franchotti estuvieron reunidos a las ocho de la mañana en el bar de la bajada del Puente Pueyrredón esperando a los manifestantes. Esto figura en las declaraciones del propio poder político en el juicio oral. Después se destapó que Juanjo Alvarez había pertenecido a la SIDE en la época de los militares. Esto arma un panorama más grande. Y deja en claro que al momento de reprimir necesitaban tener a los medios de comunicación de su lado.

Y es lo que señalábamos hace un momento. Aparecen los que desinforman intencionalmente, o los que se muestran desde la más absoluta imbecilidad –que también es funcional. Como Lapegüe, por entonces movilero, que aparece diciendo ‘están tirando piedras ante los ojos de la Virgen’, cualquier cosa. O restan, o no suman.
Yo creo que es eso. Y por eso creo que el documental puede servir para darnos un debate periodístico serio. La pregunta es: ¿de qué lado te ponés? En el momento tenés que saber de qué lado estás, tener una carga ideológica, un contexto, una lectura del mundo, que te permita entender qué lo que está pasando. Si a mí el poder político me dice ‘los piqueteros se mataron entre ellos’, pero vos sabés bien que desde la Semana Trágica en adelante las balas vinieron siempre de un mismo lado… a mí me daría a dudar. ¡Y más viniendo de la policía bonaerense! Y en el diario no lo ponen en duda en ningún momento. Entonces lo que el documental plantea es poder volver a pensar un periodismo militante, no en el sentido de estar metido en algún partido político, sino de querer estar comprometido con las situaciones que se están generando. Sino sé periodista de espectáculos, no sé. Un periodista político tiene que ser alguien que tome posición. Que pueda hacer una lectura crítica de todo lo que está viendo. Lo que yo no veo es que estos tipos tomen posición.

Con respecto a esto de qué señalás, de que los medios sirven para sostener los pilares del poder, o del gobierno. ¿Vos crees que cambió algo con el conflicto del campo?
No, no. Va más allá de cuestiones coyunturales. Es estructural. No tiene que ver con cómo se manejan puntualmente con el fenómeno piquetero, o con el conflicto del agro. Ni el gobierno ni los medios de comunicación masivos hablaron del otro punto de vista del conflicto del campo como hablaron los del grupo La Vaca, que hicieron todo un laburo con la gente del MOCASE, algo que ni salió de los medios ni del gobierno. Porque justamente esa parte de la historia es la que deja mal parada a los otros dos.

Es decir que dentro de la falsa dicotomía se pueden parar de un lado o del otro, según el caso, pero en definitiva –y siguiendo con el ejemplo del campo– los dos están de acuerdo en las cuestiones básicas, en sostener una economía agroexportadora.
Para mí sí. Y no es que tenga una visión conspirativa, no es que los tipos se arreglan o se pasan la pelota, ‘hoy me pegás a mí, mañana yo te pego a vos’ y así. Pero en el fondo están unidos, no existe una separación. Por eso no le tengo mucha fe al cambio de la ley de radiodifusión. Y si preguntás, ninguno de los que labure en un medio alternativo te va a decir que lo esté.

Una vez que terminaron el documental, ¿cómo empezaron a distribuirlo?
Fue todo un tema. Cuando terminamos la película brindamos, hicimos un asado, festejamos, y ahí nos quisimos matar. Porque dijimos, ¿y ahora qué hacemos? Arrancamos, pero hicimos todas las cosas mal. Te empezás a encontrar con productoras o distribuidoras y que te quieren hacer firmar un contrato para la distribución: nos cobraban el 30% de venta de todas las películas. No nos cerraba mucho. Así que dijimos: lo vamos a probar nosotros solos. Nos juntamos con otras personas que lo distribuyeron de manera independiente, con otros chicos que estaban haciendo documentales. Y entonces se fue vendiendo de mano en mano, o en algunos puntos en Capital. Y al interior por medio de la página de La Vaca.
La exhibición en cines fue todo un tema. No teníamos contactos. Apenas la terminamos la estrenamos así, de calientes, queríamos pasarla el 26 por cumplirse el cuarto aniversario. La pasamos dos veces en el Centro Cultural de la Cooperación, después unos días más en septiembre. Pero fue sobre la marcha.

Y entonces tuvieron el problema con el BAFICI…
Se las dimos en septiembre, por ese entonces no se había estrenado. El festival era en abril. En febrero nos enteramos que ya estaban seleccionando películas y quisimos ver cómo venía la nuestra. Le preguntamos a uno de los jurados y nos dijo que les había gustado mucho, pero que no podían pasarla porque no era inédita. Le dije, dame el mail del director de festival, el tipo este [Fernando Martín] Peña. Y el tipo nos insistía en que no era inédita. Pero era una película de denuncia, no podíamos guardarla. Y por otro lado, le dijimos, “está bien, no me la pongas en competencia, ponemelas como el de Mar del Plata, en alguna sección aparte. Yo no quiero el premio, quiero que se vea”. Porque eso después es la puerta para poder colocarla en otros lados. Y si la película habla de un hecho que sucedió en Buenos Aires, ¿por qué se va a estrenar en Mar del Plata, en Chaco, y no en el BAFICI, que es el festival de acá? Es un festival independiente, mi película es independiente, no me podés negar la exhibición porque la pasé cuatro veces en el Centro Cultural de la Cooperación. Nosotros decíamos que no queríamos pensar nada raro, como que la negativa tuviera algo que ver con el hecho de que Clarín sea el principal auspiciante del BAFICI. En fin, cuando termina todo el quilombo este, Peña nos dice “si quieren la pasamos en el Malba”. O sea: a los jurados le había gustado, a Peña le había gustado, ¡entonces pasame la película en el BAFICI! Porque sino, saquemos todas las retrospectivas, escuchame, ¡son cosas ya vistas! Nosotros no necesitamos la copita, el premio: solo que la pasen. Fue el único festival con el que tuvimos problemas. Y lo auspiciaba Clarín.

Me imagino que todos en Clarín habrán visto “La crisis…”
Pepe se asustó. Yo venía entrevistándolo pero nunca le comenté sobre el título; un día lo vio en una gacetilla y se enojó. Y Virginia estaba nerviosa: ‘no voy a poder entrar al diario mañana’, decía… Pero nosotros no vamos contra el cronista raso, que después de todo es un laburante. Nosotros apuntamos a la gente de más arriba en un diario. Por eso Pepe igual creyó que la película estaba buena, que era sincera.

¿De qué trata el nuevo documental en el que estás trabajando?
Sobre cárceles. Se centra en Claudia Sobrero, quien estuvo implicada en el asesinato del dibujante Lino Palacios, en el 84. A partir de esa historia, que es muy rica, vamos a hacer un cuestionamiento del sistema carcelario. La empezamos este año, posiblemente la terminemos a mediados de 2009.

Por lo menos ya cuentan con una base de contactos armada.
Sí, ahora somos los pibes de “La crisis…”. Eso te abre otras puertas. Cuando recién empezamos costó mucho más. Fue empezar llamando al conmutador de Clarín y decir “estamos haciendo un documental así y asá, para la facultad”. Así conseguimos las entrevistas. Ahora ya no podemos ir más a Clarín (risas). Ya no dan más entrevistas, al menos sobre este tema.

Mercado libre, donde comprás y vendés de todo miércoles, 13 de agosto de 2008

Metáforas de la vida cotidiana es ya un texto clásico en la teoria de la comunicación. Sus autores, Lakoff y Johnson, sostienen que las metáforas no son sólo herramientas de embellecimiento retórico, sino que organizan nuestra propia manera de pensar. La conclusión es clara: "La metáfora no está meramente en las palabras que usamos, está en nuestros mismos conceptos".

De esta manera, referirse al "impacto" de la ciencia o aludir la "ola" de inseguridad no es nunca un acto gratuito. Cuando una metáfora abandona su etapa de negociación de significado, se cristaliza, y así se impone como la única manera de decir la realidad, "como mero descubrimiento de unos hechos que nadie ha hecho y que siempre habían estado ahí afuera, cubiertos".

¿Qué decir, entonces, de las nuevas metáforas que circulan en la red? ¿Cómo considerar la noción de "contacto" que se impuso en los programas de mensajería instantánea o de correo electrónico como forma de relacionarse con el otro? ¿Tiene o no tiene algo que ver con el avance de la relación interesada, la acción racional con arreglo a fines según Weber? Así concebidas, las personas que conozco y que "agrego" son meros instrumentos, medios para un fin egoísta.

Algo de esta despersonalización extrema se habrá vuelto demasiado evidente, porque las nuevas redes sociales ahora hablan de "amigos". Amigos que -pequeño detalle- se montan sobre la misma base de lo que hasta hace unos meses eran apenas "contactos", con lo cual el nuevo fenómeno es que hoy nuestros "amigos" son personas que apenas entran en la barrera de lo que sería un conocido. Los amigos de mis amigos son mis amigos, cantaba Xuxa, pero esto ya es demasiado.

Digo: lo que muchas redes sociales intentaron revertir -sin demasiado éxito- es esa imagen virtual que se construyó en torno a las relaciones, lógica que cada tanto vuelve a surgir, la lógica empresarial, calculadora. Doy un par de ejemplos. El primero: el otro día me enteré que existe una aplicación en Facebook que consiste en "comprar" y "vender" amigos.



David LeBretón hace un tiempo dijo que en la época actual el sujeto administra el cuerpo como una propiedad personal que sigue "las mismas fluctuaciones que la Bolsa". La aplicación que circula es ni más ni menos que una metáfora de ello. Metáfora, como insistimos, nada inocente, ya que que entrena a sus "jugadores" en la tarea de "vendernos a nosotros mismos", en el marketing personal que hoy se ha vuelto una nueva exigencia en la jugla de la economía de mercado y del sálvese quien pueda. Sin llegar a una lectura más lineal que supondría, por ejemplo, cierto desagrado frente a la mera idea de andar comprando o vendiendo afectos.

Di con un nuevo ejemplo de ello en una campaña de Eslabón de Lujo, más específicamente una promoción titulada "Un amigo por un electrodoméstico".



Creo que hasta "una golosina por un beso" estábamos más o menos bien, pero la metáfora que aquí se propone ya linda con lo torpe. Pensado linealmente es chocante, instrumental, casi grosero. Pero ahora ponganlo en relación con esta nueva idea de "amigo" que propone Facebook: un contacto, un nombre y una foto, apenas una vía de acceso a alguien o algo de interés. Así pensado, yo creo que un "amigo" bien valdría un lavavajilla, o tres tostadoras, total en tiempos de relacionarnos sin relacionarnos, yo no estoy arriesgando nada --apenas un contacto en mi pantalla.

La vida lunes, 11 de agosto de 2008

Ya lo decía Lennon: "Life is what happens to you while you're busy making other plans".

The Salchicha Times - Número 57 domingo, 10 de agosto de 2008

Ahora sí

El Equipo Salchicha, ahora sí con un posible equipo titular, venció al Fedefer Team por 7-5 en la revancha del partido de la semana pasada.

El encuentro incluyó un precalentamiento mientras esperabamos que cayera el arquero del Fedefer Team, que marcó 2-3, y una extensión no oficial a pura paja en una cancha de seis (ofrecida por el salchichismo, que no tenía nada mejor que hacer a la tarde) una vez que el tipo de las canchas finalizó el partido "oficial", que redundó un pajerísimo 2-5.

El partido que nos compete empezó con un salchichismo desorganizado en defensa pero que de a poco le fue tomando ritmo al match, de manera tal que desde un 2-4 inicial se la pasó metiendo goles y defendiendo bien y aprovechó para marcar cinco tantos en el tiempo en que los fedeferenses sólo anotaron una vez, decretando así un claro 7-5 al momento en que terminó el alquiler de la cancha.

Cabe señalar que, un poco por errores propios y otro tanto por virtudes ajenas, el partido se mostró parejo durante buena parte del encuentro.

Tio - 6 salchichas
Aceptable regreso a las canchas del portero salchicha, luego de dos ausencias consecutivas. En la primera mitad del partido se lo vio con cierta inseguridad para los tiros medios, que en general controla sin problemas; adicionalmente, sus salidas excesivas terminaron en peligrosos contraataques contrarios. Más adelante se paró mejor y contuvo con los pies buena parte de los intentos fedeferienses. Lo que más notamos de su regreso fue que se la pasó gritando como una loca.

Fede - 6 salchichas
Otro que tuvo un partido con claroscuros. El principal cambio con respecto a la semana pasada fue su lugar en la cancha: como FedeZ se adelantó algunos metros y Mante subió hasta una suerte de mediocampo, muchas veces se quedó de último hombre y en ocasiones le tocó bailar con la más fea, como decir Luciana Aymar. Metió un gol aprovechando un rebote pero otras incursiones en la delantera no tuvieron igual éxito. Inseguro en las salidas.

Mante - 6 salchichas
Mejoró su performance con respecto al desastre del partido pasado, esta vez regaló una sola bocha que terminó en gol contrario y no fue exclusivamente su culpa (sus compañeros no se habían desmarcado y le costó salir). Algunos toques de primera elevaron su nivel de juego y se entendió relativamente bien con FedeZ. Sorpresivamente, lo notamos muy cansado al final. Parece que los 15.300 puchos que lleva fumados le están empezando a hacer efecto.

FedeZ - 8 salchichas
Lejos, el mejor jugador de los salchichas. Organizó la defensa y armó la mayor parte de los ataques de su equipo. Ante un Agus dormido, estuvo siempre activo y desbordó una y otra vez tirando sendos centros. Marcó la mayor parte de los goles y nunca se cansó de presionar arriba.

Agus - 6 salchichas
Flojo partido para el delantero salchicha, que se mostró cansado todo el partido y sólo al final comenzó a colaborar en las marcas. No tiene sentido describir de vuelta la escena épica más vista en este partido, pero aquí vamos: tres delanteros contrarios viniendose con toda, Mante metiendo pata, FedeZ metiendo pata, Fede tirándose al piso y ganándose frutillas en lugares nuevos, El Tío revoléandose como un zapato... y Agus en la mitad de la cancha, con la manito en la cintura pensando en qué lindo que es estar arriba del 505 con la calefacción puesta y escuchando Creedence. Les recordamos que aparte de Un Sol Para Los Niños tenemos una nueva campaña que organizan Leo Montero y Jazzy Mel: Un Pulmón Para Agus, pueden hacer sus donaciones al 0-800-ABOGADO-SIN-AIRE

La desaparición de los dinosaurios jueves, 7 de agosto de 2008

por Pablo Alabarces
Crítica, 04-08-2008




La profecía es un arte complicado, casi impracticable: los grandes profetas pertenecen al mundo de los mitos y las religiones, aunque algunos intenten demostrar, frente a cada catástrofe, que ya estaba anunciada por Rasputín o Nostradamus –para no hablar de los pronosticadores astrológicos locales o, siquiera, de los meteorólogos. Más interesante es el mundo del arte y la literatura porque, como no pretenden hacer ciencia, pueden terminar haciendo magia: de allí esa reiterada convicción con la que la vida insiste en imitar al arte, y de allí la minuciosidad con la que las clases dominantes argentinas se parecieron al señor Lanari, el inolvidable personaje de Cabecita negra, de Germán Rozenmacher, que reclamaba, en 1962, el uso de “la fuerza pública y el ejército” para reprimir a tanto negro insurrecto.

A veces, claro, esa capacidad visionaria del arte falla. La música popular puede creer, por ejemplo, en algún momento de desbordante optimismo, que se desalambrará la tierra cuando se la tenga, sin imaginar la existencia de un pool de siembra sojero o que Emiliano Zapata iba a devenir el Torito Alfredito. O puede imaginar que los dinosaurios van a desaparecer, sin saber que la resistencia y la capacidad mimética de los grandes reptiles argentinos es infinita: el diario La Nación sigue fiel a su brontosaurismo, Mirtha Legrand almuerza inconmovible, la UCR se imagina viva y cletista, mientras Charly García se extingue en una clínica de adictos.

No es por su capacidad profética, empero, que Charly es lo que es para nuestra cultura. En lo de los dinosaurios le erró por mucho, transportado de optimismo –como tantos de todos nosotros– por la primavera democrática. Pero durante veinte años fue el mayor creador e innovador de nuestro rock –que era entonces, como no lo es ahora, la locomotora de toda la música popular, la que marcaba las líneas de la transformación y de la creatividad. El que inventó sucesivamente el folk acústico, la balada pop, el rock sinfónico, la modernidad sonora de los ochenta: mientras miraba las nuevas olas era parte del mar, un clásico a los treinta y dos años. Fueron veinte años increíbles e intensos, los que van de Vida a Tango 4; desde 1991 hasta hoy hay mucho que no me gusta, salvo insistir en las recopilaciones o en las colecciones –como hice ayer, conmovido ante la juventud de las fotos de Vida y el iconismo tan pavote de Confesiones de invierno, pero también ante la potencia de Películas o La grasa de las capitales. Todos ellos, apenas, cuatro clásicos de la música popular argentina del siglo XX.

Como buen ídolo popular, es altamente probable que Charly sea un tipo muy complicado: pedante, intolerante, machista (pero la llevó a María Gabriela Epumer a tocar la guitarra, en un rock tan macho como éste), reaccionario; su menemismo no servía ni para espantar burgueses. Pero los ídolos populares no están para ser modelos ni para liderar nada: están, pavada de función, para nuestro goce. Y luego se consumen en la llama del deseo, porque soportar tanto placer transferido es muy pesado –pregúntenle a Maradona, otro genio tan atravesado como Charly. Y aún más: una de las cosas que la sociología de la cultura ha descubierto es que la música no viene a reflejarnos, sino que viene a constituirnos, a inventarnos. La canción popular no “refleja nuestra realidad”: la inventa y a la vez nos construye gozando y soñando y sufriendo y amando –y vaya aquí mi homenaje para mi amigo Marcelo, que se enamoraba rasguñando las piedras. Nosotros, los de cuarentaypico, simplemente fuimos inventados por Charly García, entre pocos otros.

Y parece que los ídolos del rock se queman en su propia llama si son honestos y consecuentes, y deciden que si no pueden sustraer su música al mercado por lo menos van a sustraer su cuerpo al destino del caretaje: esa llama es el exceso, la desmesura de la transgresión, del sexo, droga y rock & roll. Sin rescates ni yogures light. En esa consecuencia, claro, redimen nuestra cobardía: se sacrifican por todos los que no podemos ni sabemos ni nos animamos a ser como ellos. Y luego, en la caída, son víctimas del morbo del mismo mercado al que dieron opíparamente de comer; de estrellas se transforman en basuras condenadas por los hipócritas y por las cámaras clandestinas que insisten en transmitir el derrumbe.

El aeropuerto de Río de Janeiro se llama “Antônio Carlos Jobim”. El de Buenos Aires se llama brigadier nomeimportacómo. Charly se muere de rock, y la alegría sigue siendo sólo brasilera.

De conocer y luego enterarse... a enterarse y luego conocer martes, 5 de agosto de 2008

Mi amiga Malú cerró su blog: no sabía bien qué mostrar. Tiene una suerte de crisis de identidad y de cómo mostrarse en el mundo virtual. La charla derivó en los problemas nuevos de la época. "Al final nadie se conoce, todos tienen relaciones ficticias", me dice. "Dentro de 10 años toda esa gente va a terminar deprimida".

Malú dice:
ademas de q uno sube las expectativas, en internet es muy facil encontrar gente con tus mismos gustos

Malú dice:
mas facil q en la vida real

Fede dice:
no lo había pensado así, pero es cierto

Malú dice:
o sea, despues q verga voy a querer conocer a alguien en la calle para enterarme q no entiende el arte, que apoya al campo y ve bailando por un sueño

Tres voces lunes, 4 de agosto de 2008



El primer ministro británico Gordon Brown aseguró que su Gobierno plantea seriamente la posibilidad de nacionalizar Northern Rock (...) El Northern Rock no pudo recomponer sus activos y está fuertemente endeudado con sus depositantes y con el Banco de Inglaterra que salió presuroso en su auxilio.

Estas declaraciones se dan en un momento en que los bancos centrales de Europa y Estados Unidos están inyectando fuertes sumas de dineropara mantener la liquidez del sistema financiero, a sabiendas incluso de que muchas instituciones nunca podrán devolver esos redescuentos o préstamos o salvavidas o socorros sofocantes.

El dinero de los depositantes -que no es de los banqueros, por supuesto- y de los contribuyentes -que no es el de los Gobiernos- se está destinando al salvataje de grupos privados que lucraron con las tasas de interés y la hipotecas. Ahora, al revelarse los préstamos irresponsables que otorgaron, reclaman la "ayuda" de los Bancos Centrales y de los Estados. El pedido de ayuda urgente es atronador e insistente.

¿Y la economía de mercado? ¿En qué quedó? ¿Y las diatribas contra el intervencionismo estatal, que ahoga la iniciativa privada? ¿Adónde se refugió la famosa "mano invisible" que oficiaría de elemento equilibrador de las fuerzas económicas y sociales? (...) Al momento de la verdad, de correr las cortinas del escenario donde el sistema aparece seriamente herido, la intervención estatal es reclamada.

Daniel Muchnik, "Un salvataje para los grandes bancos", 2008

***

Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan.

Eduardo Galeano, El Libro de los Abrazos, 1989

***

A la sociedad se la "salva" también a menudo, cuando se estrecha el círculo de sus dirigentes y cuando un interés particular trata de prevalecer contra el interés general.
Toda reivindicación, ya se trate de la reforma financiera más simple y más burguesa, del liberalismo más vulgar, del republicanismo más teórico, de la democracia más pedestre, es a la vez castigada como "atentado contra la sociedad" y estigmatizada como "socialismo".

Karl Marx, El 18 brumario de Luis Bonaparte, 1852

The Salchicha Times - Número 56 sábado, 2 de agosto de 2008

¿Dónde está Wally? En la parrilla, otra vez

Wally por supuesto es Felipe y su IEL (Índice de Explotación Laboral) está alcanzando niveles mantequenses: en negro y en durísimas condiciones. Se comenta que De Miguens va a copiar el modelo para (terminar de) extenderlo a las plantaciones de los amigos y así convertir a la Pampa Húmeda en un nuevo Mississipi circa siglo XIX.

Todo esto viene a que este el segundo partido del salchichismo sin arquero fijo (jugando frente a equipos que sí lo tienen, en este caso estreno contra el Fedefer Team), y así le fue a nuestros héroes: para el culo.

El salchichismo solo estuvo al frente al principio del partido, después se fue quedando, debido a las pésimas atajadas locales y las buenas atajadas del portero contrario --de hecho, en el resto de la cancha el trámite fue muy parejo, cosa que no se reflejó en el resultado: un grosero 11-6 --como la canción de Fito.

Dandy - 6 salchichas
Toda la onda para el referente del dandismo, que tres menos cinco fue informado del encuentro y a las cuatro ya estaba en la cancha. Tuvo un desempeño más que aceptable, se transformó en un buen referente en la mitad de la cancha, aunque falló en el último toque. Cuando le tocó ir al arco, hizo lo que pudo. (Pedimos el link a la imagen de archivo, asíque buscamos Dandy en Google y mandamos lo primero que salió.)

Mante - 3 salchichas
Pésimo, lamentable, grosero, infantil desempeño del central salchichense. En creación de juego estuvo más que aceptable, como de costumbre, pero saliendo desde abajo... Cuando le tocó atajar, regaló de manera imbécil TRES goles que le costaron al salchichismo golpes irrecuperables. Le tendríamos que haber hecho pagar el triple.

Fede - 7 salchichas
Muy buen partido del hachador salchichense, que con tres tantos se convirtió en el goleador salchicha por segunda vez en cuatro partidos. Pierde puntos por haber subido más de lo estrictamente necesario en un par de oportunidades; no obstante su trabajo en las marcas fue muy bueno, cortando pases en los momentos justos y ganandose la frutilla de la semana en la rodilla que -hasta ese entonces- venía sana.

FedeZ - 7 salchichas
Otro que tuvo un desempeño destacado. Arrancó en el arco con una buena labor pero sus mejores destellos de buen fútbol se vieron de la mitad de cancha para arriba. Buen traslado del balón, sendos pases a Agus y el Dandy, varios intentos al arco -dos goles. No alcanzó.

Agus - 7 salchichas
Buen partido de Agus en la delantera, se sintió cómodo como punta izquierda y bailó a buena parte de la defensa contraria con su vieja y peluda enredadita. A la recriminación usual de no estar siempre a tiempo cubriendo las salidas del contrario se le suma la de siempre hacer un enganche de más y no intentar más seguido de primera. Un único gol a su favor, esperamos más de él en el futuro.