La diferencia entre popular y pop
Libre y Muy representan formatos novedosos de prensa popular diaria que alternan servicios con chimentos y alguna que otra noticia policial. De las vidas “anónimas”, poco y nada.
Un medio no siempre refleja la vida cotidiana de sus lectores. Así lo demuestran la mayor parte de las revistas de viajes, estilo de vida y farándula, que se venden a un público que tiene dinero para comprar la publicación pero no siempre para acceder al mundo del que hablan. De hecho, tienen un nombre: “aspiracionales”. Ahora bien, ¿qué sucede cuando un diario que pretende ser “la voz de la calle” o “un diario compinche” termina siendo un medio generalista o una vidriera de ricos y famosos?
Los editores de Libre y Muy dejaron en claro que ellos querían hacer “un periodismo popular” (así lo expresó Ricardo Roa en una entrevista televisiva), pero una mirada detenida revela que si ése ese el propósito declarado, aún están lejos de alcanzarlo.
Se necesita una poca de gracia
Luego de investigar durante algún tiempo los diarios sensacionalistas chilenos, Guillermo Sunkel vio que éstos presentaban tres características:
- Logran conectarse con el lenguaje oral de los sectores populares.
- Capturan experiencias de violencia urbana que el lector conoce de cerca (intrafamiliar, sexual, crímenes pasionales).
- Presentan un cierto modo narrativo de contar las noticias.
Los artículos de este dossier [N. del A.: el artículo formó parte de una investigación presentada en la UBA en forma de dossier periodístico] revelan que Libre y Muy presentan pocos de estos elementos, comenzando por las palabras. Títulos como “Los autos más cómodos para hacer el amor” o “La marihuana viaja por las rutas 12 y 14”, en el caso del diario de Gallo, o el genérico “Adiós maestro” en el que Muy enmarca la muerte del escritor Ernesto Sábato, revelan un excesivo apego a las fórmulas clásicas y un escaso manejo de la oralidad popular. El lenguaje más coloquial e irónico recién reaparece en la sección deportiva de Muy, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que el grupo Clarín viene practicando –y en parte definiendo– ese formato desde 1996.
(La excepción a la regla: En las últimas páginas del primer número de Libre se encuentra quizás la única nota del periódico editado por Darío Gallo que penetra exitosamente en el imaginario popular. Cuenta, con un poco de picardía, la historia de Raúl Saavedra, “el jugador que descendió cuatro veces consecutivas”. “Mis compañeros dicen que soy mufa”, titula el diario en una nota firmada por Mariano Verrina, que con un buen hilo narrativo se presta rápidamente al comentario cómplice.)
Más pantalla que barrio
Si bien para la investigadora Stella Martini el modelo de diario popular se maneja habitualmente “en términos de cercanía” (algo tiene más chance de ser noticia si sucede cerca del público al que se dirige), las páginas precedentes revelan que tanto Muy como Libre han desarrollado un periodismo bien lejos del barrio.
Salvo las páginas de la sección Muy de Buenos Aires –que, por otra parte, separa claramente las noticias “del barrio” de las del resto del diario–, los personajes que protagonizan las noticias están más cerca de los programas televisivos de chimentos que del pulso cotidiano del conurbano. Poco queda de las historias anónimas, violentas o simplemente insólitas, con las que los referentes del mercado –Crónica y Popular– nutren sus páginas, y que apuntan al público trabajador con su información de la vida política y gremial, la realidad económica, en fin, el día a día. De hecho, estamos casi en las antípodas de un periodismo que hable “de y sobre” la cotidianeidad de los sectores populares.
“Lo que quedó claro en las primeras ediciones de ambos diarios es el tipo de público al que suponen como destinatario: cholulo, televidente, amante de la espectacularización de la información y la vida privada de los otros siempre y cuando los otros sean famosos”, concluye la periodista Victoria Linari.
Conclusión: Pop no significa popular
Es allí cuando resurge la pregunta del millón: ¿logran Libre y Muy recuperar los sucesos que ocurren en el ámbito local-popular? Depende. Aquellos que creen que la vida de las grandes mayorías comienza y acaba en lo que la televisión tiene para ofrecerles, sí. Estos medios incorporaron exitosamente el star system local a sus páginas y dedican tres cuartas partes de cada número, de lunes a viernes, a sus riñas y escándalos. Los que creemos que los sectores populares también viven un mundo más allá de los medios masivos, tal vez tengamos otra respuesta.
Hace 4 años.
1 comentarios:
Muy bueno! editá con cifras de ventas de Muy, Libre, Popular y Crónica. Faltaría eso, nomás :P.
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