La entrada más interesante de la semana lo publicó un tal Osvaldo en el blog Artepolítica. En el post, titulado 11 preguntas para los kirchneristas, el autor explica:
Soy dueño de una pyme tecnológica/industrial. Tengo 32 empleados en mi empresa, la mitad son ingenieros. Desarrollamos soluciones de control industrial para grandes industrias, casi todas para el mercado interno. Este tipo de proyecto contiene una buena dosis de desarrollo en software, pero su principal costo es en hardware. Que es muy especifico, caro (...) y por supuesto, no se fabrica ni remotamente en Argentina. Para poder importar estas placas, indispensables para que pueda seguir vendiendo proyectos, el gobierno me exige que las compense con exportaciones. A mí me encantaría poder vender mis soluciones afuera, pero hace 2 años que vendí mi último proyecto. No puedo competir con empresas similares de otros países. Somos caros para México, Brasil y Chile por lo menos.Las preguntas que Osvaldo copió a continuación apuntaron a medidas como la restricción a las importaciones, el férreo control de cambios, el nivel inflacionario.
(...) La única solución que me queda para subsistir y seguir manteniendo la empresa (y seguir pagando los 32 sueldos) es asociarme con alguna otra pyme dedicada a la exportación de algún producto y hacer pasar esa exportación como mía. Vinos, caracoles, algodón, cualquier cosa vale. Por este servicio, estas empresas me cobran un 10% de comisión de lo exportado. Cabe aclarar que la ganancia de la exportación no me la quedo yo, sino ellos. Solo a nivel burocrático, para que el Estado me apruebe importar, la exportación figura al nombre de mi empresa, pero en los hechos prácticos, la hace la otra empresa. O sea, en resumen, si yo necesito importar placas controladoras por 100.000 USD, mi costo final es un 10% más caro. El gobierno que se dice ser tan pro industrial, aumenta el costo de producir manufacturas industriales a costa de beneficiar a exportadores de productos de altísimo valor agregado, como caracoles… Esta medida no es más que un simple asiento contable. No se exporta realmente más.
Nicolás Tereschuk, aludido en la entrada, recoge el guante y responde
Mi impresión es que, sí, el Estado a veces se parece a un elefante en un bazar. Te reitero, tengo 35 años y nunca vi un Estado que se parezca a un elefante en un bazar hacia “los empresarios”, como parecemos ver ahora, sin que a la vez se parezca a un “elefante en un bazar” en términos sociales, por lo que veo. (Porque vos sos pyme, todo bien, pero las mismas críticas que vos se le escuchan a muchos más arriba en la cadena alimenticia). (...) Lo que también está en juego es qué pasa con un menor nivel de crecimiento. Si la economía crece 10 puntos por año, todos ganamos, todo bien. Si la economía crece 3, 4 puntos, de esos 3 o 4 puntos “de más” ¿cuánto te llevás vos que sos empresario -y tooodos los demás empresarios que tanto más que vos ganan- y cuánto se van a llevar tus empleados ultracalificados? ¿Y cuánto se van a llevar nuestros conciudadanos bastante peor calificados que se cuentan por millones?
Hay más claves en la entrada, pero el debate es bueno.
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