Tres tonos de mierda y a cobrar a SADAIC sábado, 20 de septiembre de 2014

No quiero caer en teorías decadentistas -después de todo, la música popular tiene sus exponentes baratos desde los Monkees- pero el mainstream del rock y del pop está en uno de sus puntos más bajos desde que tengo memoria. Concedo que la fragmentación de las audiencias (MTV no marca tendencias con la misma intensidad con la que lo hacía en 1994) generó nichos más o menos interesantes, y cualquiera que haya escuchado Arcade Fire o TV On the Radio sabe que los últimos quince años han producido grandes artistas. El problema, insisto, es el Top 20. Abandonada la pelea por meter grandes temas entre los más escuchados (el modelo de negocios es otro, alcanza con una audiencia estable de 500-900 mil tipos que de tanto en tanto vayan a tus recitales y "fuck selling records") en los últimos años emergió una nueva ola de singles producidos en base al a ley del menor esfuerzo que hasta comparten una serie de comunes denominadores: bobitos, alegres, semi-inspiracionales (algunos sobre "touch the sky", otros de "tonight's gonna be a good night") con todos los trucos de feria posibles, desde los coritos de cancha ABC1 en los primeros versos hasta esa percusión tipo batucada pasteurizada.

La antigua preocupación de los fanáticos para que su tema favorito no terminara en una publicidad de telefonía celular ha devenido abstracta: las nuevas bandas ya suenan, desde el vamos, como publicidades de Movistar.



3 comentarios:

Fede / Billie dijo...

Entiendo a donde apunta el comentario, de todas formas insisto en despegarme del decadentismo: no creo que haya habido una era de oro originaria (no sé, 1959) donde todo el pop y el rock era fabuloso y a partir de ahí todo comenzó a ir barranca abajo. De hecho a fines de los '50, principios de los '60 había mucha basura.
Lo que sí creo y defiendo es que hay mejores y peores momentos para la música más vendida o escuchada. Coincido con Alfredo Rosso que el período 1968-1972 es el más rico del rock, a tal punto que (casi) cualquier banducha que agarrabas estaba haciendo algo interesante. No puedo decir lo mismo de 1989, 1999 o 2014. Tiene que haber razones para eso y algunas de esas las intenté examinar en el post.

PD: A propósito, la Rolling Stone dice que 1984 fue el mejor año de la música pop.

jajandio dijo...

A mi me parece que esto tiene algo que ver:
http://www.wired.com/2014/09/rip-ipod/

algo nomás.

dante dijo...

la audiencia también es diferente. yo lógicamente no estaba en los 60s así que lo que digo es pura intuición, lectura (o peor: meras ganas de que haya sido así), pero me da la sensación de que en ese momento el público tenía más ganas de sorprenderse, de que algo le vuele la peluca, de encontrarse con la novedad pero no con la novedad del iphone 6 sino con la novedad que le llena al yo espectador el culo de preguntas acerca de sí mismo y el universo.
me parece que ahora el público es más del palo entreteneme y no me rompás los huevos.
un ejemplo de esto es cómo la palabra indie dejó de designar a una forma de encarar la actividad musical, para pasar a referirse a un género musical específico que existe más allá de cualquier tipo de militancia.

igual también hay que tener presente siempre a qué nos referimos cuando decimos "la audiencia", "el espectador", etc.
recordemos que a muy pocos km de la general paz hay decenas de bailantas de 5mil personas que se llenan todos los fines de semana y sin embargo elejimos excluir toda esa escena cuando hablamos de lo masivo. mal nos.

cierro con una tesis: la cumbia villera es lo más cercano a una vanguardia que hubo en la argentina desde que yo estoy vivo o sea en los últimos 28 años.