Tour de force jueves, 27 de noviembre de 2014

























El periodista gráfico y la maestra de inglés alquilan. La maestra de inglés, además, recibe su sueldo en efectivo y sus empleadores la hacen facturar. (A fines prácticos y legales, digamos que está en negro.) Digamos que la pareja es una fiel exponente del modelo, "un país de inquilinos eternos que se mudan con sus LCDs a cuestas".

Las anteriores vacaciones no fueron precisamente tales. El periodista se la pasó escribiendo su primer libro, los ingresos extra no abundaban, la inmobiliaria venía de robarnos quince luquitas taka taka para poner un pie en el tres ambientes. El asunto vacacionil se resolvió con tres días en Miramar en departamento prestado. En el otro extremo del mediano plazo de la curva de la vida, fines de 2015 sonaba como un período de fuertes gastos. Había que renovar alquiler (ya lo decía John Lennon, la vida es aquello que pasa entre mudanzas y trámites asociados), mi hermana le puso fecha a su casamiento, todos con el culo en la pared. Y en el medio, una devalueta. Una linda, profusa devaluación que hasta hace apenas un par de meses amenazaba con convertirse en el "dólar a diez pesos" del Laje circa 2002.

Fue entonces que el periodista gráfico y la maestra se inglés dijeron: se van todos a la concha de la lora, si no tenemos plata nos endeudamos, si no tenemos valija pedimos prestada, si no tenemos seguro de viaje esperamos el 2x1, pero nos vamos a ir de vacaciones a Europa del Este.

Fueron arduos meses de ahorro, llegando con lo justo (o en rojo) a fin de mes, deliveries y salidas reducidas a la mínima expresión, préstamos y autopréstamos para tapar las cuentas en un año de descongelamiento de tarifas. Las compras en el Coto se convirtieron un mix entre descuentos con tarjetas y Precios Ciudados, el 70 por ciento sus cuerpos con agua Sierra de los Padres envase familiar, en fin. Pero hasta entonces, pensaban, el que viaja a Europa no llora y seguramente al final del día todo esto habrá valido la pena.
Luego empezaron los verdaderos quilombos.

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El periodista no cree en nada que no sea demostrable por evidencia. Ni el cuentito de Jebús, Jehová, el Renault 5 del Papa Francisco o el karma. Pero está empezando a pensar que lo que llamamos estar meado por los elefantes existe científicamente, y que viene por oleadas.

El periodista pensaba contar aquí toda su odisea con su factura de gas de seiscientos pesos, los trámites en las oficinas de Metrogas, el empleado tercerizado cortándole el suministro, el reclamo al consorcio, a la inmobiliaria, el desembolso de miles de pesos cash a proveedores con irrefrenables tendencias al pedido de coima, los trece días sin gas bañándose como en el Vietcong, el corte de luz que echó a perder la (poca) comida que quedaba en la heladera, el padre internado por una infección, dentistas de urgencia, la guerra fría de mails con la empresa en la que trabaja por una disputa de 137 pesos, la obra social de la maestra negreada diciendo que no podían cubrirla por ser monotributista a pesar de figurar en la página de la AFIP como una de las opciones, pero la verdad es que no revisten mayor interés para el lector que, suponemos, también tiene sus propios mambos, y en caso de querer asistir a un festival de frustraciones privadas puede ingresar cualquier día a Tuiter Argentina.

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Lo cierto es que a medida que el viaje se acercaba, las cosas se fueron solucionando como al final de la Bad Lieutenant de Herzog. El gas volvió (a solo dos días de viajar), la luz volvió (provisoriamente, suponemos: un país de desarrollo medio como Argentina aún no logró, en 2014, garantizar un servicio regular de energía eléctrica para todos sus habitantes), los demás trámites se fueron solucionando de una manera o de otra. Ahora al periodista y la maestra solo tienen por delante el "SE VAN TODOS A LA CONCHA DE LA LORA EASTERN EUROPEAN TOUR 2014"*, que durante las próximas dos semanas tendrá de estaciones las ciudades de Amsterdam, Berlin, Potsdam, Cracovia y Budapest.
So long and thanks for all the shoes.

* Todos menos la gente a la que quieren, por supuesto. Al resto, ni justicia. Y a las inmobiliarias, Metrogas y Edenor, la Santa Trinidad de los Hijos de Puta, expropiación sin juicio previo ni derecho a indemnización.

4 comentarios:

SirThomas dijo...

Ojo que todavía pueden "perder" las maletas en el viaje y bancarse los x días del tour "con lo puesto" o, peor, tener que desembolsar lo que sea para proveerse de al menos una muda de ropa hasta que aparezcan las valijas o bien se vuelvan. (por supuesto, desde el humor que se le puede poner a la situación)

Buen viaje!

Saludos.
Sir.

SirThomas dijo...

Mientras iba leyendo empecé a tener miedo...imaginaba al periodista en pleno ataque de ira saltándome desde la pantalla para embocarme un ñapi jaja... templanza compañeros!

Saludos.

Fede / Billie dijo...

Templanza.
Saludos!

RRJ dijo...

Disfrute, colega. Yo -falta de mérito, suerte, viveza; juventud- todavía no puedo llamarme periodista. Y esa incertidumbre, sumada a otras horribles alineaciones planetarias me han dejado de cama prácticamente. Que todo, en base a nuestro esfuerzo y la gracia divina, nos sea más grato el próximo año. Abrazo. Y otravez: disfrute. Al palo.