Una plaza cualquiera en Belgrano. 12.30 del mediodía.
El sol pega de frente y me hace desear no haberme traído un buzo. Miro a mi alrededor.
Un hombre de unos cuarenta años se sienta, bolsa en mano, y mira a su alrededor, haciendo tiempo.
Un anciano -con una boina casi tan vieja como él- espera para cruzar.
Una mujer con rasgos orientales y una blusa blanca camina sin pensar mucho en nada.
Un muchacho de pelo corto y buzo azul manda mensajes desde su celular.
Un viejo en pantalón corto y zapatillas trota mientras escucha música.
Un padre juega con su hijo, su celular, y su cigarrillo -al mismo tiempo.
Dos amigas comen, sentadas una al lado de la otra, sin hablarse.
Una vieja muy pobre come sobras en un banco que comparte con alguien mas, que no la mira.
Nueve tipos de camisa y corbata, sentados en unos escalones, comen sandwiches y esquivan cagadas de paloma.
Carajo, me fascina la vida urbana.
Hace 5 años.
3 comentarios:
Pues si, a veces y de vez en cuando es chévere quedarte un rato estacionado y mirar la vida de otras personas y encontrar otras realidades...
Así agradeces por la vida que tienes.
Eso, o puteas por la vida que no tenes...
Me gustaría ser el que está tirado en la plaza...aunque sea una vez a la semana..
Amor, éste retrato te salió hermoso.
Me encanta cuando escribís así
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