Apuntes rápidos sobre las próximas elecciones
La no-ticia del día
No hay demasiado para comentar acerca del anuncio de Cristina Fernández yendo por su reelección. Como sostuvimos, la definición se demoró para no generar el desgaste que sufrieron otras candidaturas... que además tuvieron -a su manera- internas que el oficialismo no, por falta de recambio. Buena parte de la prensa opositora se relamió con la posibilidad de que se bajara y en su lugar apareciera Daniel Scioli, la (enésima) gran esperanza blanca del establishment, forzando un giro a la derecha en las políticas mostradas hasta ahora, pero esperar una jugada independiente de un tipo que sale bien parado hasta en los cables filtrados de Wikileaks sin dudas fue más una expresión de deseos que un pronóstico real.
Plasmando una tendencia
Se confirma así la recuperación, en imagen y en intención de voto, de un gobierno que había tenido su primer gran traspie a poco de comenzar cuando se discutió la apropiación de la renta agraria, algo que en los primeros meses calificamos, errónea e ingenuamente, de "error de comunicación". Y es que sin dudas hubo groseras deficiencias comunicativas y políticas en torno a la 125, pero el tiempo terminó constatando que -en un contexto de crisis mundial y aumento de precios de los alimentos- el debate era estructural y se iría dando en toda la región (Chile y Uruguay, sin ir más lejos). Sin temor a exagerar o a adscribir a la versión oficial de la historia, la "guerra gaucha" representó el primer conflicto económico de peso que libró el gobierno contra las tan mentadas "corporaciones"... aunque -como con muchas cosas- creemos que su fracaso no fue fruto de su radicalidad sino, justamente, de su tibieza. Por ahí anda dando vueltas el ejemplo de la reforma de salud de Obama.
Para colmo, las elecciones legislativas llegaron en una coyuntura desfavorable para el gobierno (explosión de la burbuja financiera, fuga de capitales, dengue, Gripe A, you name it) y el 30% que se arañó a nivel nacional representó el piso absoluto del kirchnerismo. A partir de ahí la historia es conocida y propagandizada: "redoblar la apuesta" e impulsar lo que el kirchnerismo de 2005-2007, con mayorías en ambas cámaras, no laburó por dormirse en los laureles: fabricar consensos y apoyos transversales para la nacionalización de Aerolíneas Argentinas, la estatización de las AFJP, la ley de medios audiovisuales, el matrimonio igualitario, incluso (trabajando disidencias internas) la ley de glaciares.
Pero al tiempo que los columnistas de la derecha vernácula celebraban el poskirchnerismo y comenzaban a buscar reemplazantes, comenzó la recuperación en la imagen del gobierno. Primero fue el voto positivo de Julio Cobos (¿se acuerdan de ese hombre?) en el DNU por la destitución de Martín Redrado; luego, la sorprentende convocatoria en los festejos del Bicentenario y su fuerte contraste con el clima de época pergeñado desde ciertos medios de comunicación; más tarde el mencionado voto genuinamente transversal con el impulso calculado pero necesario de Cristina Fernández para sacar la ley de matrimonio gay; y recién ahí -por eso es fallida la lectura de Sarlo- la muerte de Néstor Kirchner que obligó a hacer un balance precoz de los años del kirchnerismo que, si uno abandona el marxismo y se come por un segundo el mito de analizar cómo estamos "como país", tenía más en el haber que en el debe.
Conmigo no, "modelo"
Obviamente nosotros tenemos otra lectura de ese proceso abierto en 2003, que hicimos a muy poco de la muerte de NK, y es por eso que el actual panorama electoral nos llama a impulsar algo un poquito más crítico de cara a los próximos comicios. Hace algunos meses lo definimos como un voto desagradecido: no "premiar" al Gobierno por lo que hizo bien sino ponerle alguien creíble a su izquierda que lo obligue a hacer mejor.
Esto nos lleva a otra conclusión importante: que el gobierno esté hoy tan bien parado frente a los próximos comicios nos libera del chantaje de tener que "defender un modelo". Y no sólo por lo que pontifique sobre los condenados de la tierra (pobres estructurales, laburantes que sufren el alza en el costo de vida sin que se haya intervenido fuertemente en la concentración empresarial y la formación de precios): como ex pasante de un medio simpatizante con el gobierno, actual periodista precarizado, freelancer que lleva tres meses sin cobrar las notas que escribe... votar a Cristina Kirchner o a Carlos Tomada sólo porque Alfonsín o Duhalde son peores me parece una extendida forma de mediocridad.
Con los hechos a la vista, luego de más de ocho años de kirchnerismo y algunas situaciones externas excepcionales, creer en la "profundización del modelo" es más un acto de fe que un análisis racional. Lo más probable, y el masivo apoyo empresario lo constata, es que haya continuidades. Entonces, con la continuidad "garantizada", mi voto en las internas de agosto va para que el Frente de Izquierda supere el piso necesario de acuerdo a la nueva ley electoral para poder participar en la elección general.
En octubre, veremos.
Hace 5 años.
10 comentarios:
Que pelotudo.
Que racional la decision.
Hay gente que no madura ni aunque lo pongas al sol un mes seguido.
Anda a votar la revolución, que cuando la presidenta no tenga mayoria en el congreso y esos que vos votaste le voten en contra y la obliguen a re privatizar las AFJP o le cambien la ley de medios o alguna otra de las canalladas que planean junto al resto de la oposicion mediocre, te voy a venir a putear, porque va a ser toda, todita, culpa tuya.
Según entiendo yo está hablando de las primarias de agosto. Por eso dice "En octubre ya veremos". Y en las primarias no se eligen legisladores, sólo precandidatos a presidente y gobernador.
Estoy más o menos de acuerdo. Tengo mis dudas sobre la capacidad del Frente de Izquierda como para ser siquiera una oposición conversable, let alone que tengan una capacidad ejecutiva si nunca gobernaron ni un club de barrio. O sea, qué más quisiera, yo me considero de izquierda, pero estos pibes que esperan la post-postergada revolución por las armas à la Egipto, no me dan mucha tranquilidad.
Suena bien, pero es riesgoso. Incluso garantizado el triunfo de Cristina, es importante votar como legisladores no sólo a los que piensan como uno (en muchas cosas puedo coincidir más con los del frente de izquierda que con Cristina, sino que además no sean unos pelotudos. Y lo segundo puede ser tan importante como lo primero. Un pelotudo puede hacer tanto mal. Creo que habría que pensar en las formas de participación, desde dentro del kirschnerismo, que van más allá del acto de votar, y desde allí presionar hacia la izquierda. Hay que ganar el paso del "puente generacional".
Diego
Buena nota, celebro cuando un periodista manifiesta a que candidato o candidatos apoyara en las elecciones, algo poco común.
Mi comentario va por el lado de lo que dijo anónimo antes. Hay que ver hasta que punto el FIT resulta ser una opción "creíble" desde la izquierda. Ironía del destino, la conformación del FIT no se debe a un lento y logrado acercamiento programático, tan solo es un calculo para superar la aritmética electoral producto (casualmente) del kirchnerismo.
Sin mayoría absoluta en ambas cámaras, con serias dificultadas para ganar las gobernaciones en tres de los cuatro distritos más importantes, pondría en tela de juicio hasta que punto el gobierno puede caer bien parado en octubre. Puede ganar en las presidenciales pero del 2011 al 2015 no la va a tener regalada.
Estimado: no se sigue el objetivo confeso de "poner alguien a la izquierda del gobierno para obligarlo a mejorar" y votar al Frente de la Izquierda. No veo la conexión entre el objetivo y la acción. Pero imagino que a los soñadores como usted la acción con arreglo a fines lo tiene sin cuidado.
Saludos cordiales,
Martín Reydó
Yo coincido con la estrategia de poner algo mejor y a la izquierda de quien gobierne aunque no tenga chances de ganar para obligar al partido gobernante a mejorar (a menos que quien gobierne sea realmente una opción con un proyecto que me resulte creíble, justo y viable, características que el oficialismo argentino a mi juicio no cumple ni va camino a cumplir).
El problema en este caso que planteás es que el Frente de Izquierda me parece, como es habitual en muchos frentes trotskistas, una manga de inoperantes políticos tan desastrosa que, más allá de alguna cercanía ideológica (me gusta que hagan análisis globales, me gusta que sean ambiciosos, etc.), los tengo que descartar. Su tradicional falta de propuestas intermedias viables, su nula idea (y, peor: sus nulas ganas de investigar o intentar interiorizarse al menos) sobre cómo gestionar, su tendencia infinita a la fragmentación, entre muchos otros defectos, les resta demasiado como para que me den ganas de votarlos.
De todas formas, sigo buscando un candidato que cumple con las características que enumero en mi primer párrafo. Tener objetivos de máxima no es un problema, el problema es que crean en la magia para concretarlos.
Saludos.
Entiendo que celebraste y apoyaste las medidas más trascendentes que tomó este gobierno en los últimos 8 años (empezando por la Ley de Medios) y estoy seguro de que jamás compraste las varias demonizaciones anti-K circulantes. Entonces: ¿por qué ahora decís que votar a CK sería "solo porque Alfonsín o Duhalde son peores"? ¿No la votarías porque, más allá de los grises que siempre existen, impulsó algunos cambios que te parecen relevantes y positivos para el país? (no los voy a enumerar OTRA VEZ, no)
No te estoy diciendo que tenés que votar a CK. Pero sí que ningunéas demasiado una opción que sería bastante cohrente (y no muy mediocre) dadas las circunstancias y a la que, infiero, le tenés un rechazo más visceral (porque "sos" de izquierda y "no sos" peronista) que práctico.
Aunque entiendo el principio, no termino de ver claramente cómo "obligás al gobierno a mejorar". La izquierda como abstracción será fantástica, pero no se votan abstracciones; se votan actores concretos en puestos concretos, y los actores de la izquierda vernácula dejan bastante que desear, como varios han señalado ya. ¿No querés premiar a CK pero sí a Pino y Lozano, ponele?
No te entiendo.
A mí me parece que buscar alternativas a este gobierno es eminentemente práctico, fedefer. Todo bien con la ley de medios (que al menos me parece mejor que la anterior) pero lo que se supone que nos importa, la distribución de la riqueza por ejemplo, es inexistente salvo en las estadísticas falsificadas del Indec (y todas las elaboradas por otros organismos, organizaciones o particulares en base a ellas). ¿Qué más se supone que nos importa para evaluar al gobierno desde una posición de izquierda? ¿Las condiciones laborales por ejemplo? Bien, veamos: se sigue viajando al laburo como ganado (no se invirtió un mango en transporte público pese a años de crecimiento), se tienen que laburar muchísimas horas para compensar los bajos salarios si uno es empleado en negro, etc. ¿La sustentabilidad económica y ecológica, el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales? A marzo también, nos fumamos (o se fumaron extranjeros) las reservas de hidrocarburos, invertimos poco en cambiar la matriz energética a una más renovable y menos contaminante y se hizo muy poco por racionalizar el consumo de energía (y encima los que más consumen la tienen subsidiada, al igual que la nafta del auto, mientras que los pobres pagan garrafas o deben colgarse en forma ilegal y peligrosa de la electricidad en las villas). ¿Los derechos de los campesinos y los llamados pueblos originarios? Se los expropia, reprime y hambrea con regularidad. Negarse a votar a un modelo con estas lamentables características, que no conduce realmente a ningún lado, no es querer "votar la revolución" sino no dejarse extorsionar por un poco de simbología progresista, un par de leyes favorables y algunos dinosaurios presos a cambio de la ruina económica y social para millones de aquí al futuro. Estos actores concretos en estos puestos concretos no nos han sacado de ese rumbo ni van camino a sacarnos siquiera parcialmente. Buscar alternativas me parece de lo más lógico.
Mi punto es que Fede fue duramente mucho tiempo bastante entusiasta con varias cosas de este gobierno, y ahora habla de que el único beneficio de la candidatura de CK es que "Duahlde y Alfonsín son peores". Ahí es donde no me queda claro bien dónde se para ni por qué. No quise implicar que estuviera mal en su intención de buscar algo mejor para votar.
Que este gobierno tiene miles de defectos lo sé y no esperaría otra cosa. Ahora, si lo tomamos desde una perspectiva histórica (gobiernos anteriores, crisis de 2001, etc.) creo que hubo varias políticas interesantes en muchos sentidos. Lo que se hizo con las AFJP's y los jubilados, el achicamiento de la deuda externa, la asignación universal, el aumento del %PBI en educación, la ley de medios, la posiblidad de subsidiar consumos básicos a través de retenciones al agro... todo eso es redistribución. Tibia? Todavía incompleta? Condicionada por la inflación? Ok, vale, sí, pero tampoco se puede estar siempre viendo el vaso medio vacío, citando como razón una agorera "ruina social y económica para millones de acá al futuro" como si este gobierno no tuviera diferencia alguna con los anteriores. Sobre todo, insisto, sabiendo de dónde venimos.
Los dinosaurios son genocidas, por eso van presos. Las leyes favorables fueron bastante más que "un par" y la simbología progresista es lo de menos. A eso voy.
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