Roger Waters en River Plate, 20-03-2012
Un bosquejo más o menos rápido indica que existen seis variables que definen al espectáculo comúnmente conocido como "recital de rock":
(1) Performance musical y vocal del artista
(2) Puesta en escena: impacto visual
(3) Acústica: buen sonido del teatro o estadio
(4) Vitalidad, energía y buena predisposición del artista
(5) Comunión con el público: "espectáculo total" con la audiencia
(6) Calidad intrínseca del material interpretado
La tipología permite pensar que, por ejemplo, los recitales de Pearl Jam en Ferro carecieron de (2) pero fueron excelsos en (1), (4) y (5); que el recital de Belle & Sebastian en el Luna Park partió de (6) pero le faltó (5); que Pixies en el mismo estadio falló en (3) y presentó un (2) y (4) mínimos, pero fue un recitalazo porque triunfó en todos los demás rubros.
Pues bien: la serie de recitales que el ex Pink Floyd Roger Waters dio en el estadio River Plate -un enorme Imax, un verdadero Broadway de estadios- tienen su punto fuerte en (2), (3) y (6). Allí la impronta, el énfasis, el núcleo del show. The Wall, el disco que Pink Floyd grabó en 1979 con mínimos pero claves aportes de David Gilmour, es una obra bombástica, excesiva. La versión 2012 de su presentación en vivo responde a ese perfil. El que buscaba otra cosa (cantar "Blowing in the wind" cual salmo de iglesia, corear "Hey Jude" con sesenta mil almas biempensantes), perdió.
La presentación es una mezcla entre la película Pink Floyd - The Wall (el musical que Alan Parker, luego de varias peleas con Waters, definió como "la student movie más cara de la historia") y la recordada presentación en la Berlin reunificada de 1990. Sin embargo, la sorpresa no está saber qué va a pasar a continuación sino cómo sucede. Los imbéciles que anoche sacaban sus cámaras VGA intentando captar las luces del estadio en 640x480 se perdían aquello que jamás van a poder ver en el DVD que comprarán dentro de un año y medio: estar literalmente inmersos en un espectáculo con fuegos artificiales, luces vigías y aviones que se incrustan en el escenario. De esto se trata la puesta en escena de The Wall y no importa si vemos todo, mucho, poco o una parte. Lo que se activa aquí es la una particular historia que cada uno tiene con ese imperfecto disco doble, que excede los aires psicologistas (y a veces obvios) de algunas de sus letras o el videoclip redundante que por momentos es la película protagonizada por Bob Geldof.
Cuando los remito a (6) hablo de piezas impresionantes, desde la semiacústica "Mother" (con puntos de contacto con aquella belleza atemporal llamada "Wish you were here") hasta joyas como la estremecedora "Goodbye blue sky", "In the flesh?", "Young lust" o la única "Comfortably numb"; estas dos últimas, más deudoras del genio de David Gilmour.
Una última nota sobre la figura de Roger Waters. El antibelicismo a secas que profesa es coherente con su postura de liberal de izquierda (lectura que uno tal vez no elegiría para explicar el mundo), pero al menos su intención no es abstractamente humanista sino explícitamente política. Waters hoy es un ícono pop y lo sabe, pero no por eso dejar de considerar el espectáculo que integra como parte de la mierda de este mundo. Para decirlo en términos noventosos: si Bono es "Heal the world", Waters es "Here we are now, entertain us". La imagen es inequívoca: el tipo que al final de "In the flesh" le dispara a la audiencia con una ametralladora.
Hace 4 años.
5 comentarios:
Estimado camarada Poore: la Comisión Interna de Propaganda y Anti Difamación de la agrupación La Gilmour le informa que se ha decidido APROBAR su artículo sobre el espectaculo, por coincidir en forma y espiritu con lo expresado por los miembros de nuestra cofradía
Atentamente
La Gilmour
En este breve comentario hago acto de fundación de La Barrett.
Porque ni el cinismo claustrofóbico de La Waters ni los churros rellenos con dulce de leche de La Gilmour lograrán construir un proyecto alternativo de conducción. Gatos siameses y gnomos al poder.
Coincido con la diferencia crucial que marcás entre un Waters y un Bono. Aún así, lo que más me hizo ruido de The Wall Live fueron, justamente, esas "bonadas" irritantes que saltaban cada tanto. El "no fucking way" contestando por mí a la pregunta "mother should I trust the government" es una bajada de línea berreta, que me excluye del papel de oyente y que el concepto del álbum - para mi gusto, lo suficientemente bien pensado - no necesitará jamás.
Los negritos con las costillas contadas, el CAPITALISM de Coca Cola y los aforismos antiarmamentísticos de un propulsor de la guerra fría como artificios de un show en el que a nadie le van a importar un pepino también me hacen ruido... demasiado cinismo todo junto ¿O de eso se tratará, justamente, el "show"? ¿Y de eso se tratará, justamente, Roger Waters y no Pink?
Igual, grandioso espectáculo, muchos niveles.
En primer lugar un fuerte abrazo de #LaWaters a los compañeros de #LaGilmour, dos agrupaciones sin crispación y a puro diálogo y consenso.
En segundo lugar adhiero al comentario de Fedefer, fundador de #Labarrett (aclaración hecha de que siempre es más fácil bancar a un tomuer, pero a quien también le damos la bienvenida al club de fans).
Es cierto que no hacía falta responder la pregunta retórica "Mother should I trust the government", y mucho menos con un "NI EN PEDO" tribunero. Creo que ahí la luiszamoreó un poco. Pero salvo el momento en el que se puso a corear "nuncka más, nuncka más" (sic, cuando pensé que iba derecho al pasto del terreno Bono más rancio), el resto estuvo muy bien y se mantuvo fiel a las expectativas.
Hubo una época en la que varios filósofos decidieron arrimarse y disputar batallas estrictamente políticas. En la música pasó igual. Es una movida lícita. Pero en ambos casos, los mejores son los que mejoran las preguntas: no aquellos que se limitan a responderlas.
Desde La Waters, le damos la bienvenida a las agrupaciones hermanas, condenamos las "boneadas" como los logos de McDonals cayendo de los bombarderos hasta tapar todo de sangre. Sí, ya entendimos: capitalismo es muerte.
De paso dejamos un señalamiento: a la salida del domingo, unos pibes que la remera del recital marcharon directo a un McDonalds. ¿Esos pibes...
a) No entendieron nada.
b) Entendieron todo.
c) Le pedimos a Roger prestada la metra.
Un saludo con los puños en forma de martillo.
Dejando de lado la cuestión "política" discutida a través de los comentarios a raíz de lo dicho en el post, me pareció genial el "resumen" del show, la verdad muy bueno! Los ítems, la argumentación, el desarrollo, fenomenal pieza.
Saludos.
Sir.
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