Un pancho y una coca lunes, 7 de julio de 2008

por Pablo Alabarces
Crítica, 07-09-2008



En un célebre y maravilloso trabajo que tiene ya más de treinta años, el historiador inglés y marxista Edward Palmer Thompson se preguntaba las razones por las que los pobres se sublevan. La respuesta inmediata, decía Thompson, es porque tienen hambre: pero esa respuesta es suficiente sólo cuando se sublevan los hambrientos, y no cuando los hambrientos no se sublevan o los que se sublevan no están hambrientos. Cualquiera de esas condiciones puede ser pensada en la Argentina: ese dato incomparable de la Córdoba de 1969, cuando los obreros insurrectos eran los mejores pagos del país, o esta misma revuelta agraria modelo 2008, encabezada por la panza sin culpas de De Angeli o la chetidad (¿o será cheteza?) incontrastable de Miguens. Ambos son ejemplos de la insurreción sin hambre; la aquiescencia de las clases populares con el modelo menemista de explotación hasta 1994 –cuando aparecen los primeros piquetes– lo es de su contrario. Para Thompson, la cantidad de hambrunas sufridas en silencio por los pobres del mundo es con largueza signo de que el hambre no justifica, por sí sola, la insurrección.

En ese artículo, “La economía moral de la multitud”, Thompson analiza las revueltas ocurridas a finales del siglo XVIII en Inglaterra, un momento en el que el alto precio del grano en los mercados internacionales llevó a que los productores acapararan el cereal y evitaran enviarlo al mercado interno para así obtener las pingües ganancias del comercio exterior –y este largo párrafo no precisa subrayar la semejanza con la Argentina contemporánea. La carestía subsiguiente generó amotinamientos y saqueos contra productores y acopiadores, a los que responsabilizaban con justa razón del hambre popular. La intervención de las autoridades, locales o nacionales, fue oscilante: a veces represiva –el pánico contra las revueltas “jacobinas” luego de la Revolución Francesa era importante–, a veces paternalista, obligando a los acopiadores a entregar grano. Lo que estaba en juego, lo que se disputaba, era el nuevo predominio ideológico del liberalismo económico –Adam Smith estaba en la cresta de la ola– frente al viejo paternalismo que protegía a los pobres (para evitar que se sublevaran, justamente): a esto llamaba Thompson la “economía moral de la multitud”, esas pautas no escritas, no demasiado políticas, fundamentalmente éticas, pero plenas de lógica y productoras de prácticas populares. El motín no era una reacción espasmódica motivada por el hambre: se trataba de decisiones racionales, basadas en la inteligencia y en la experiencia.

Esta larguísima introducción no pretende ser una incitación al contramotín rural: por ejemplo, a que los explotados y maltratados peones de Miguens se subleven contra su ilustre patrón reclamándole parte de sus enormes ganancias. No sería mala idea, pero no depende de mí (y los peones no leen este diario, ni siquiera por una internet a la que no acceden). Lo que quiero discutir es la insistencia con la que en la Argentina se califica toda acción popular como clientelística o salvaje, contrapuesta a la acción de las clases medias y altas, que se define como virtuosa, racional y libre. Esto me apareció siempre como evidente en las discusiones sobre la violencia futbolística: mientras periodistas y políticos se llenaban la boca con las bestias y los inadaptados, cualquier indagación seria descubría lógicas y moralidades implacables –discutibles e incompartibles, pero implacables– que se llaman “aguante”. Y bien: desde las elecciones de 2007, cuando Carrió lideró este movimiento de retorno al primitivismo interpretativo, a los pobres los traen y los llevan, los compran y los venden, mientras que “la gente” va y viene, y muestra orgullosa carteles que afirman “nadie me pagó”. A estas alturas del partido, de las ciencias sociales y de la historia política argentina, hemos regresado a un estatuto según el cual nuestras clases populares son esclavas de sus deseos primarios: con un pancho y una coca –un choripán y un vino, una mina y unos mangos, escojan la versión preferida– podemos arrear multitudes.

Y esto no es imaginación calenturienta ni peronismo anacrónico, ni mucho menos el retorno del viejo “vox populi, vox dei” o “el pueblo nunca se equivoca”. Los pueblos se mandan unas macanas de órdago, cometen errores increíbles que para colmo repiten, votan alegremente a sus explotadores. Pero lo que es intolerable es pensar que eso se debe a la simplicidad de sus mentes primitivas, capturadas en los lazos clientelares. La complejidad de la acción popular exige al analista, al periodista, al político, atención, humildad y respeto. El sábado, en el cierre del debate de Diputados, el movilero de TN describía a los grupos ruralistas –“venidos de…”– y a los peronistas –“traídos desde…”. Ese señor es un ignorante y un irrespetuoso. Debería, y es obvio que no es el único, leer a Thompson.

18 comentarios:

Nacho dijo...

Muy bien, che, me está cayendo bien Alabarces.

beto9 dijo...

Que el árbol no tape el bosque. Que es reduccionista pensar que todo tipo de clase media o alta se moviliza porque piensa o porque tiene ideales, mientras que todo tipo de clase baja lo hace por el chori y la coca es absolutamente cierto. De allí a negar o siquiera poner en duda el clientelismo político, que es la base del aparato peronista hay una distancia importante. Y el planteo es tan reduccionista como otros tantos que corren en otros sentidos: "todo trabajador es digno y todo empleador es garca" es una antinomia clásica que se disipa de inmediato en la práctica, donde se comprueba que -como en todo campo de la vida- las cosas son siempre grises. Y sí, está lleno de garcas dentro de las clases altas y medias, tantos como los hay dentro de las bajas. Perdón, pero ya no compro como excluyente la imagen del laburante proletario eternamente garcado por las clases altas. Ya he comprobado in situ y en la práctica que -al menos en la Argentina- esa imagen está mucho más cerca de como a nosotros (los "zurditos" o "progres" para utilizar el léxicon propio de un lector de La Nazi On) nos gustaría que fuera la realidad que queremos cambiar, de como la realidad es en verdad. Y ese error ya lo cometieron unos muchachos en la década del '70 y costó demasiadas vidas. Abrazo.

Anónimo dijo...

Beto, por favor, no tildes de peronista al gobierno.

Fede / Billie dijo...

Augusto, por favor, no esencialices al peronismo. Parecés mi abuelo, "peronismo era el del primer Perón", etc. El peronismo hace décadas que es una bolsa de gatos, y de tanto ya no significa nada. Buscáte otro adjetivo.

Beto: ¿habla puso en duda la existencia de una red clientelar? Por ahí no quedó claro el artículo, para mí lo estaba bastante. El sentido de la nota era otro: denunciar cierto pensamiento elitista ilustrado que considera que a "los negros" siempre "los llevan" mientras que los blanquitos siempre "van" por motus propio (tomando decisiones libres y racionales como sujeto de derecho).

Negarle un pensamiento estratégico y racional a los sujetos populares en el momento en el que activan un reconocimiento, una aceptación y un apoyo a cambio del acceso a bienes o servicios es de un vanguardismo que -ahí sí, Beto- tanto la izquierda como la derecha han caído.

Les recomiendo que lean "¿Favores por votos?" de Javier Auyero y "Las estrategias del clientelismo social" de María Inés Peralta, estudios de campo sobre el tema que intentan ir más allá de los estereotipos, es decir, lleno de "grises" como decís. Digo, como para saber un poco mejor de lo que estamos hablando.

Anónimo dijo...

Se nota que cursaste la materia del pedante Alabarces. Lo venís citando seguido. El tipo menciona a E. P. Thompson, y está bien. Podrían sumarse las interpretaciones de Germani y de Murmis/Portantiero en torno al peronismo. Creo que vienen al caso.
A Auyero lo escuché cuando dio un teórico en Sociología General, lo había invitado especialmente Lucas Rubinich (Director de la carrera de Sociología quien, casualmente, en alguna medida critica a los que le dan con un caño al clientelismo por estas cosas de que en realidad detrás del clientelismo hay lógicas y estrategias por parte de los sectores populares, etc. etc.).
Ese día Auyero habló precisamente de este tipo de cosas, centrándose en los saqueos del 2001. Personalmente, lo recomiendo más que a Alabarces. Por lo menos hace trabajo de campo.

Saludos, Ricardo.

Fede / Billie dijo...

No sé en qué te basás para decir que Alabarces es un pedante, a mí entre los columnistas de Crítica me parece el mejorcito.
De todas maneras terminas coincidiendo conmigo, en que para debatir sobre el tema hay que leer el trabajo de Auyero, que a mí me parece muy bueno. Saludos.

Anónimo dijo...

Beto, si este gobierno es peronista yo soy mark. Peron no le daba $100 mangos para que vengan a los actos. Los favorecia con otras cosas que no hace falta que te mencione. En la epoca peronista los trabajadores fueron beneficiados ampliamente.
En este gobierno (tanto el de cristina como el de nestor) no veo que sean los grandes beneficiados los trabajadores.
Si fuese peronista, aumentaría mas los sueldos, aumentaria los planes jefas y jefes, etc. La verdad hasta ahora no vi ni una cosa que los pueda vincular con el peronismo.
Obviamente que tampoco son zurdos, eso mas bien.
Saludos

Nacho dijo...

Pero Perón no aumentaba los sueldos de bueno y progresista que era: los aumentaba porque no quedaba otra, algo había que ceder, o se venía el zurdaje (al menos eso se temía, y no parecía haber políticos capaces de hacer algo al respecto). Así estuvo 30 años ganándose a las clases populares con aumentos de sueldos primero (porque se podía, argentina estaba en una situación próspera después de la segunda guerra y después de la industrialización sin redistribución que había habido... se podía aumentar sueldos y mucho más), demagogia y palabrerío después, todo para, en fin, sostener el orden imperante. Él mismo decía: "les doy 30 para no tener que darles 100", se lo decía a los empresarios para que le creyeran que no era un zurdito sino su más inteligente aliado. Cuando hizo falta, inclusive, Perón reivindicó a Montoneros desde el exterior, para después traicionarlos puntillosamente a su regreso.

En ese sentido (que es muy importante), yo veo que Kirchner se le parece bastante: llegó en un momento ideal para cualquier peronista, con el país en mala situación y la posibilidad de mejorar la situación de los trabajadores (bajó el desempleo bastante, por ejemplo). Con eso se consolidó en el poder, como se consolidó Perón, y ahora, bueno, lo seguirá intentando mantener, con demagogia, con mentiras, con lo que se pueda. Si fuera con alguna medida concreta sería al menos mejor en términos objetivos. Pero como hoy no se viene ningún zurdaje no hace falta...

Anónimo dijo...

Osea que Peron hizo las cosas buenas porque no tenia mas remedio y las cosas malas porque era un hdp.
Yo me pregunto que hicieron los demas gobiernos con las otras épocas prosperas, que hicieron los radicales con la plata de la 1ra guerra?
Y si en la Argentina se bajo el desempleo no fue por grandes medidas K sino simplemente porque un tipo de cambio que fomenta la industria y genera mas empleos.

Nacho dijo...

Que critique a Perón no quiere decir que searadical o kirchnerista (?), eh, digo...

Por otra parte:

Osea que Peron hizo las cosas buenas porque no tenia mas remedio y las cosas malas porque era un hdp.

Esto sería demasiado simplificador. El primer peronismo surge luego de 13 años de gobierno oligárquico con industrialización mercadointernista (aunque aún manteniéndose el predominio del agro) sin mejoras salariales y con un gran desprestigio de la clase dirigente tras la llamada "década infame". Se produce un vacío de poder y la puja por los salarios aumenta. La clase dominante de la época (la UIA y la Sociedad Rural, digamos), sin embargo, no hace demasiado al respecto y no quiere compartir ceder privilegios ni compartir el poder.

Perón (junto a un creciente grupo de militares nacionalistas) podría decirse que vio la oportunidad, vio los cambios, vio su momento, y se ganó a los trabajadores creando el ministerio de acción social, el de trabajo, distribuyendo parte del tocazo que había para distribuir, y luego de meterse a la clase trabajadora en el bolsillo pudo erigirse en la figura dominante de argentina durante 30 años. Digamos que, por un lado, aprovechó la crisis, la incapacidad de la clase dirigente y la oportunidad económica favorable para ganarse su lugar en el poder y consolidarlo luego desde la presidencia. Pero además fue funcional a esas clases dominantes (aunque a cambio de poder, claro), porque las ayudó a mantener el orden que ellas fueron incapaces de mantener: por algo le decían "el bombero piromaníaco". "Incendiaba" (fomentaba la actividad sindical, los reclamos, etc.) para cooptar a la clase obrera y que la clase dirigente no corriera y el orden dominante no corrieran el riesgo de quedarse totalmente sin control de ellos, en un contexto mundial en el que el comunismo avanzaba y había derrotado al nazismo y al fascismo en la segunda guerra. Los militares nacionalistas fueron los que mejor vieron esto, y se ganaron a la clase obrera para mantener el orden dominante (y, claro, también, como decía, para ganar poder), cooptándolos, poniéndolos bajo su dirección y, al mismo tiempo, destruyendo a los que no lo hacían.

Promediando la década peronista Perón ya tenía a gran parte del pueblo siguiendo a su figura (personalismo) en vez de organizados independientemente, había destruido al partido laborista, intervenido sindicatos rebeldes (que querían mantener la independencia), en fin, y se había ganado un montón de otros a base de guita, claro. Así los militares nacionalistas consiguieron su objetivo, que, aunque seguro (no lo dudo) que contaban entre sus filas con gente honesta y de buenas intenciones, no era otro que el de frenar el avance socialista (recordemos, también, las simpatías fascistas de algunos de esos militares nacionalistas), cooptar a la clase obrera quitándole su independencia y ganarse un lugar en el poder que la oligarquía terrateniente y el empresariado local querían compartir (poniendo en riesgo así al sistema, que Perón vino a salvarles).

Me parece claro que no fue de buena onda que lo hizo, y por eso digo lo que digo después: no tuvo problemas en traicionar y mentirle a esa clase trabajadora (y a miles de personas más) otras veces en el futuro. Eso parecería decir algo de sus intenciones.

Para retomar el tema, digo: Kirchner hoy no tiene que ceder tanto como tuvo que ceder Perón (reformando la constitución, subiendo salarios, nacionalizando empresas, tocando intereses, etc.) porque no hay nada que lo presione como lo presionaba a Perón en su época. Pero el apoyo popular y de parte de la clase media no-gorila se lo ganó con la reactivación post 2003 (no importa si fue mérito suyo o no, la gente vota con el bolsillo muchas veces; si ve que le va bien, re-elige). Se lo ganó con menos, podría decirse. Pero la esencia del gobierno no es tan distinta... apareció, como Perón, como un gobierno con más o menos algo de legitimidad (en el 2004-2005-2006, ponele, la imagen de K era muy buena) solucionando el vacío de poder tras el desprestigio absoluto de la clase dirigente, como pasó tras la década infame y como pasó tras Menem, la alianza, el que se vayan todos del 2001 y la devaluación. La diferencia en la "generosidad" de los gobernantes, ya lo dije, me parece que hay que buscarla en la falta de una izquierda organizada.

Anónimo dijo...

jajajajajajaja, me haces reir las bolas. izquierda..... mejor no hablo. osea que el problema de la argentina es que no esta bien la izquierda.
Tenes razon,como yo soy ignorante voy a ponerme a estudiar la historia del comunismo, izquierda, socialismo y todas las ramas parecidas para ver si en algun lugar del mundo en algun momento fue la solución para algo. Asi sacamos a este capitalismo de mierda.
Honestamente no creo que el problema sea si es un sistema capitalista o comunista, el problema es quien lo aplica.

Anónimo dijo...

guarda, no te confundas, yo no soy un facho ni un tipo de derecha. Tampoco soy de izquierda. Soy un tipo inteligente, no me dejo que me cojan con el chiste de la ideologia. Hay medidas de los zurdos que estan bien y las apoyo, hay medidas de los fachos que estan bien y las apoyo.
Hay que ser mas pragmatico, fijate que es lo que conviene y que es lo que no conviene.
Fede siempre putea a los del campo porque se alian a sus archienemigos de toda la vida. Eso esta mal? Si vos tenes un objetivo (saquemos si es correcto o no) y te sirve juntarte con alguien, por lo menos momentaneamente, te juntas y listo, no le pedis el CV. Obviamente que todo tiene limites, pero no estamos ni cerca de estos limites.

Nacho dijo...

No sé por qué la risa o la agresión. ¿Dónde te dije ignorante o algo similar? Por otra parte, todos lo somos: ignoramos más de lo que sabemos.

Tampoco dije en ningún momento que la izquierda haya sido "la solución" a los problemas argentinos (ni te mandé a estudiar sus peleas y divisiones internas, aunque a veces son interesantes para entender algunas cosas). Justamente: la izquierda ha cometido montones de errores, ha aprendido a los golpes, a veces ni siquiera ha aprendido de los golpes, en fin. Por algo está como está. Y por algo, en el caso que estaba mencionando, Perón se le llevó todos los trabajadores. Lo cual no es motivo de alegría, al menos para mí, pero bueno.

Quizás donde fui poco claro (además de en un par de errores y torpezas por no revisar lo escrito, que estoy viendo ahora) es en esto: "la falta de una izquierda organizada". No me refiero a los partidos de izquierda, necesariamente, sino a los trabajadores, organizados y luchado por sus derechos. Eso había en el 40 y pico, eso había en el 60 y 70*, eso hay lamentablemente poco hoy, y ahí está buena parte de la diferencia en la calidad de vida de la población entre ayer y hoy. No en Perón. No en Kirchner.

*(y a eso sumale "el fantasma comunista", la URSS, los trabajadores organizados hasta en europa, etc., todo esto obligaba a ceder terreno para no perderlo todo, un retroceso táctico de quienes tenían la manija)

Creo que buscás explicar la bonanza y los problemas del país en los gobiernos que tuvo o los partidos que se disputaron el poder, pero en mi opinión hay que buscar un poco más profundo, en los movimientos históricos, económicos y sociales, para entender los políticos, que por supuesto también son importantes, pero no se entienden fuera de su marco. Caer en el "y sí, Perón al lado de tal fue un groso, mirá qué bien estaba la gente", me parece que es abstraer a las figuras, los gobiernos o los partidos del flujo de la historia.

Fijate cuándo se vivió mejor en el mundo en la historia, cuándo fue la llamada "edad de oro del capitalismo", el auge del estado de bienestar: en el momento en el que en todo el mundo, justamente, estaban en auge las masas, en que el partido laborista crecía en inglaterra a costa de conservadores y liberales y le iba arrancando cada vez más derechos a los patrones y al estado, en que en Francia se tomaban fábricas de multinacionales y la universidad salía a la calle, en el que los sindicatos más lugar para el reclamo y la organización tenían en USA, en el que en sudamérica la revolución cubana animaba a unos cuantos loquitos en otros países a buscar cosas parecidas (Allende, sandinistas, ejemplos en casi todos los países), en el que medio mapa mundi, con todos sus defectos, traidores y mentirosos, se declaraba socialista o en transición al socialismo, y otro buen pedazo decía querer lo mismo, o al menos más derechos dentro del capitalismo... ¿Fue eso, o fue la bondad de Perón, Keynes, Lyndon Johnson (?) o quien fuera, el principal causante de ese bienestar bastante generalizado de 2 ó 3 décadas a nivel casi mundial?

---

Respondiendo el resto: estoy de acuerdo en que hay que ser pragmático, la cosa es buscando qué. Me importa mantener en vista si el objetivo es correcto (justo, deseable) o no, creo que esto no se puede dejar delado. Yo no tengo nada en contra de la flexibilidad y las alianzas tácticas, pero si tu alianza es para: hacer un lockout patronal, cortar rutas, impedir la circulación de alimentos y hacer que se pudran, desabastecer al país, hacer subir los precios de productos básicos y presionar al gobierno para cuidar la rentabilidad de tipos que hacen buena guita todos los años... bueno, perdón pero mi objetivo es otro, así que una alianza táctica con alguien que busca eso (es más, no una alianza táctica sino una subordinación a sus intereses, que es más o menos lo que se pide, "apoyemos al campo") no favorece MI objetivo, que es el de mejorar la situación de los más desprotegidos en el país, esto es: trabajadores y desocupados. Que no se ven muy beneficiados cuando su sueldo no sube pero los alimentos sí. Entonces no voy a apoyar el reclamo, y en todo caso, si existe alguna fuerza "progresista" dentro de ese otro bloque que reclama le voy a decir: "oigan, ¿no es otro tipo de alianza la que hay que hacer si buscamos un país justo y no sólo el interés personal? Disculpen pero así yo no puedo apoyar ningún reclamo suyo, de ninguna manera." Solidaridad colectiva, sí; alianzas (no subordinación, ojo, siempre manteniendo la independencia) con algún sector privilegiado o incluso garca si tácticamente, pragmáticamente como decís, conviene para un fin ético, también; subirse al tren de un reclamo que perjudica a la mayoría del país, no.

Finalmente, por curiosidad: ¿qué medidas de "los fachos" te parecen virtuosas, destacables, deseables?

Espero no haber sido confuso pese a ser las 5 de la mañana.

Salud.

beto9 dijo...

La exposición de Nacho me parece brillante -más aún si fue escrita a las 5 de la mañana- solo retocaría la idea de que "algunos de los militares nacionalistas simpatizaban con el fascismo". La realidad es que TODOS los miembros del GOU simpatizaban con el fascismo, con Perón a la cabeza. De hecho, siempre me pareció muy cómico que se emparentara a Perón con la izquierda, cuando -particularmente a la hora de llegar al poder- era netamente fascista en absolutamente todos los planos y su aparición en el escenario político argentino vino precisamente a detener cualquier atisbo de socialismo.
Por otra parte, qué quieren que les diga, siquiera pensar que Perón realmente estaba interesado en los trabajadores es cómico. Evita sí tenía conciencia social, pero Perón... Perón quería el poder y hacía lo que fuera necesario para obtenerlo y conservarlo. Como él mismo decía: "Si he vuelto a ser protagonista de la historia una y otra vez, es porque me contradije. ¿La patria socialista? Yo la he inventado. ¿La patria conservadora? Yo la mantengo viva. Tengo que soplar para todos lados, como el gallo de la veleta".
Una última cosa Nacho: es muy probable que no haya entendido bien lo que quisiste decir, y te pido disculpas por anticipado si te malinterpreté, pero hasta donde yo sé, el estado de bienestar era keynesiano y no capitalista. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Antes de decir nada, NO comparto en lo mas minimo a Hitler pero alguna cosa buena hizo, creo autopistas de la puta madre, creo leyes de medio ambiente copadas,etc.
Habrá tantas otras cosas buenas de fachos. Todos por mas malos que sean tienen su parte rescatable, pero para saber tomar algo bueno de un tipo como hitler no es sencillo.
Con el tema de Peron, creo que tendrías que valorarlo mas, aunque sea como un simple ejecutor de cosas que le hicieron bien a la gente que tanto queres proteger.
Por mas que halla salido beneficiado de las circunstancias creo que hay que valorarlo. San Martín pudo hacer lo que hizo porque las circunstancias estaban dadas para que se haga, y no por eso voy a dejar de valorarlo o decir que lo hizo solo porque estaba obligado.
Con respecto al campo, nuestras opiniones van a seguir enfrentadas asique no vale la pena seguir discutiendo esto. Lo que si te aclaro, es que con el sistema de retenciones que esta hoy lo mas beneficiados son los grandes grupos economicos, sabes perfectamente que el sistema de "compensar" no funciona ni va a funcionar. Entonces, sin irse mucho y tratando el tema concreto, me parece que si aprueban este sistema va a ver mucha gente pobre que salga perjudicada, y como siempre los que tienen la torta no van a tener problema.

Nacho dijo...

Yo no conozco muchos pobres que sean dueños de campos que planten soja, y esto no lo digoirónicamente sino que en serio no vi ninguno, mientras que lo que sí vi fueron varios gráficos sobre la rentabilidad creciente de la soja en los últimos años, aún para campos en zonas no tan buenas, y de cómo aún con las retenciones ganan más que antes (y ni hablar de que sus tierras valen mucho más también). Puede ser que haya alguien con campos de 10 hectáreas para hacer soja (?) -no me consta- pero, digamos, De Angelis, por poner al paradigma de la protesta sojera, es millonario en dólares...

Después, eso de las cosas positivas de Hitler... bueno, creo que no vas a encontrar mucha gente de izquierda que diga que hay que hacer mierda el medioambiente, así que es medio dudoso darle ese mérito a Hitler. Lo que esperaba con mi pregunta era ver qué medidas de "los fachos" te parecían que eran buenas pero la izquierda no estaba a favor de ellas... si no, no existe eso de "algunas cosas de la izquierda están bien, y otras de la derecha también", porque estás citando cosas con las que las que la izquierda coincidiría. No hay síntesis superadora, "tomo esto de la izquierda, esto de la derecha, y sale algo mejor".

Con respecto a los logros de Hitler, además, cabe destacar las similitudes con el caso Perón: recordemos que la oposición a Hitler eran los comunistas y la socialdemocracia, entre otros. El fascismo y el nazismo también aparecieron para frenar ese avance, y obviamente les robaron varias banderas a la izquierda: por eso todo ese circo de llamarse "nacional-socialistas" y demás, cuando el socialismo no les gustaba ni un poco. En tiempos de crecimiento de la izquierda decir "miren, yo soy como la izquierda pero con sombrero nuevo" era negocio para ganar imagen. Y bueno, Hitler le agregó defensa de las corporaciones, odio racial, nacionalismo, disciplina laboral al mango y represión sindical al combo, muchos de ellos, sino todos los que nombré, contradictorios con lo que defiende la izquierda.

---

Beto: supongo que está bien lo que marcás del GOU, dije "algunos" porque calculo que no todos los "militares nacionalistas" apoyaban a o simpatizaban con el fascismo, había militares con simpatías por los aliados de hecho, aunque no sé cuán nacionalistas eran. De todas formas está bien.

La cita que ponés de Perón no la conocía, pero es muy ilustrativa, y abundan citas y anécdotas que lo pintan así. Se dice que gustaba de darle la razón a todo el mundo, aún a personas que se contradecían entre sí. Cuando alguien le marcaba ese contradicción, Perón le decía paternalmente a ese alguien "usted también tiene razón". De ahí que el peronismo sea una bolsa de gatos y haya allí terribles contradicciones y desde gente muy progresista, socialista, y hasta revolucionaria en su momento (Walsh, pongamos) hasta gente bien reaccionaria y de derecha. En el fondo, a mi juicio, no es más que una gran trampa que es muy difícil evitar sin caer en apoyar a una oposición aún peor (ya no contradictoria sino netamente de derecha), pero que hay que evitar.

Lo que me llama la atención es esto: "es muy probable que no haya entendido bien lo que quisiste decir, y te pido disculpas por anticipado si te malinterpreté, pero hasta donde yo sé, el estado de bienestar era keynesiano y no capitalista".

Bueno, Keynes no era otra cosa que un capitalista. Uno muy inteligente, claro, que supo que el capitalismo tenía que cambiar para sobrevivir, y de esa manera lo salvó. El Estado de Bienestar existió en países no socialistas, sino capitalistas. Capitalismo con intervención del Estado, mucho mejor que el capitalismo liberal por supuesto, pero no dejaba de ser capitalismo, aunque moderado por las conquistas sociales, claro.

Cuando digo "capitalismo" no me refiero al neoliberalismo solamente, ésa es la variante más agresiva del capitalismo que tuvimos que vivir luego del enorme retroceso de los últimos 30 años. Lo que hubo con el Estado de bienestar fue también capitalismo, el mejor momento en cuanto a calidad de vida de la población dentro del capitalismo sin dudas, pero capitalismo al fin. No lo estoy inventando yo, en realidad le estoy robando las palabras a Eric Hobsbawm (lo de la "edad de oro" es de él).

beto9 dijo...

Nacho, tenés toda la razón. Fue un lapsus. En mi cabeza cuando leí capitalismo, pensé neoliberalismo. Eso fue lo que me hizo ruido y por eso la pregunta. Desventajas de tratar de leer algo importante con 39 de fiebre...

Nacho dijo...

Bueno, yo estoy parecido, no sé si con fiebre pero sí en bastante mal estado. Que te repongas, o que nos repongamos. :P