Un problema grave para tratar de pensar la Argentina es que su presente fomenta uno de los clichés más bobos, más antiguos: que todo tiempo pasado fue mejor.
- No, pero no es un cliché. No me va a decir que usted o se acuerda de lo bien que se vivía acá en los cincuentas, los sesentas, cuando los obreros tenían para el asadito de cada mediodía, cuando tódos éramos clase media. ¿O no se acuerda?
Trato de dejarlo de lado, pero aparecen en mi camino fábricas cerradas, vías muertas, pueblos abandonados: la tentación de compararla siempre con lo que fue -o, peor: con lo que debería haber sido. Ése es, en verdad, el problema: la Argentina se jugó a una carta muy botona. La Argentina era la tierra de la gran promesa, el país del mañana: ahora, que el mañana ya llegó y es esto, es casi lógico comparar su realidad con aquella ilusión. Y es un engorro.
Martín Caparrós, El Interior
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