Sunset Boulevard sábado, 28 de febrero de 2009



Wake up, Norma, you'd be killing yourself to an empty house. The audience left twenty years ago.

Joe Gillis en Sunset Blvd., 1950


La película ganadora del último Oscar narra la historia de un villero que se hace millonario. Es decir, acaso otro exponente de la temática from rags to ritchies. Todos podemos llegar, desde lo más bajo hasta la cima: sólo hace falta esfuerzo y un poquito de suerte. En suma, una inyección de confianza al relato dominante, hoy en crisis. (El film fue nominado a innumerable cantidad de premios, y se llevó -entre otros- los de Mejor película y Mejor director. Los actores principales, harto desconocidos, ni siquiera estuvieron nominados. ¿Para qué nominar a un Dev Patel o a un Anil Kapoor cuando tenemos a Brad Pitt y a Angelina Jolie? De eso se trata todo esto, mis amigos.)

La contracara de ese sueño de fama y dinero es el film que no ganó nada: The Wrestler. En ella, el otrora célebre y exitoso Mickey Rourke encarna al otrora célebre y exitoso Randy "The Ram" Robinson, un veterano luchador de catch que tuvo su momento de gloria a mediados de los ochenta, y que veinte años después come, a duras penas, de las sobras de aquel momento. Aquellos que viven de tensar su cuerpo, su cara, su imagen durante un par de años, hasta que son marginados, poco a poco, del circuito. El camino inverso a Slumdog Millionaire: de la cima a lo más bajo. Los dos -persona, personaje- son un símbolo de la fugaz máquina de los sueños, de los quince minutos de fama, de la picadora de carne -literal. Un día sos el hombre del momento; al otro, te van a encontrar en el sector de verdulería de un supermercado, sólo para creer haber visto una cara conocida: "Sos igual a The Ram. Sólo que más viejo".

El círculo hubiese sido perfecto si la película ganaba el Oscar y los derrotados hubiesen ganado una segunda oportunidad, otro cuarto de hora. (La vieja astucia del sistema para integrar aquello que lo rechaza). Pero no. Por eso -y por sí misma-, The Wrestler es el cachetazo en la cara al American way of fame, a los mimos del mercado, a lo efímero y descartable. Y Mickey Rourke, si me permiten, quizás se convierta Gloria Swanson del nuevo siglo. A los golpes por Sunset Boulevard.

Fin de fiesta lunes, 23 de febrero de 2009



Desde el norte de España me escribe Maite Alonso:

España es otro ejemplo sangrante de hoguera de vanidades o, como se dice aquí, de "piojos resucitados". Hace 50 años éramos pobres. Hace 40, se vivía con modestia. Hace 20-25 años se comenzó una escalada de consumo y de riqueza, aportada por la bonanza económica europea. Las ayudas de países ricos (principalmente Alemania), contribuyeron a un despegue como no se ha visto en este país. Se empezó a gastar a manos llenas, poco a poco al principio, y desde hace unos años sin freno. En un rato que estuve fuera de casa he visto tantos BMW X5 que creo que los regalan en alguna parte y no me he enterado. Con mi modesto Ford Focus sólo me dejan de mirar con desdén (exagero, vale), porque se supone que pago una superhipoteca por vivir en mi barrio. En España TODO EL MUNDO ha gastado más de lo que tenía y podía, y la crisis nos ha cogido (en el sentido español y sudamericano, sí), con todo al aire. Nos hemos pegado la gran hostia, hablando mal y pronto. Incluidas familias inmigrantes que se metieron en hipotecas de 1500€/mes y claro, eso no hay quien lo sustente con trabajos no muy bien pagados.

The Salchicha Times - Número 61 viernes, 20 de febrero de 2009

Comenzó el "Cablevisión Gilette Prestobarba Excel PowerPoint Access Rexona Cosmopolitan Clausura 2009", prometiendo tener al Equipo Salchicha como uno de sus principales protagonistas, y como no podía ser de otra manera The Salchicha Times estuvo ahí para contarte todo.

Ahora dicen que el papá de Ariel sería el Equipo Salchicha

La magia es como el pito, o la nuez de adán. Se tiene, o no se tiene. El salchichismo demostró esta tarde que tiene lo que hay que tener... y con mucha magia, un poco de garra y sal y pimienta a gusto, venció al Equipo de Ariel por la mínima diferencia, coronando así una racha de (al menos) cinco partidos al hilo ganados al arielismo, cuya última victoria en partidos oficiales aún se desconoce.


A VER SI CON ESTO EMBOCÁS UNA. Un miembro del Equipo Salchicha, conocido en el barrio como Poseidón, intenta inyectarle un poco de magia a los pies de Ariel.

El conjunto vencedor formó con tres de sus miembros originales, más el habilidoso Gonza -en su segunda presentación oficial- y un desconocido que da por llamarse Lucas. El fútbol champagne se vio desde el principio, donde el salchichismo encontró los toques justos y armó varias jugadas de pizarrón. Sumandole a eso marcas ajustadas y muy buena presión en las salidas, ya desde los primeros diez minutos se puso al frente y desde ese momento jamás resignó la ventaja, poniendose incluso tres tantos arriba a minutos del final.
En el último tramo algunos errores en las marcas permitieron el empate transitorio del arielismo, pero un golazo de Gonza puso las cosas en su lugar y sentenció un triunfo merecidísimo, que la estadística calcula en un 12-11 final.

El salchichismo venía de perder en la fecha debut contra el Dandy Team, y ahora exhibe 5 victorias y 5 derrotas en sus últimas diez presentaciones. La fecha no pudo ser cubierta de inmediato dada las exigencias estudiantiles de este joven cronista, a lo que se sumó una falla eléctrica en el "Generador Poore" de Edenor el cual, incapaz de aguantar el riego automático, los cuatro Ares abiertos y las 18 luces que quedaron prendidas desde la fiesta Stop Making Sense en diciembre, explotó en mil pedazos para luego enviar via mail el temible virus "Tito Bessone" que infectó todas las computadoras del barrio y, por las dudas, también las de Islandia, ya que un miembro del equipo alguna vez confesó que la joven cantante Björk estaba "como para un tiroteo exótico". Ampliaremos.

El Tío - 7 sebastianes
Uno de esos clásicos partidos irregulares para nuestro portero amigo. Nadie sabe a ciencia cierta cómo hace para sacar terribles bochas con destino de gol y a continuación morfarse las peores sandías. A su favor hay que mencionar la innumerable cantidad de veces que venció en los mano a mano, poniendo el cuerpo como hay que ponerlo y anulando con éxito el ángulo de tiro de todos los delanteros arielistas. Por último, no hay que dejar de recordarle que el arquero no puede salir tanto en cada corner. Como bien dijo el cangrejo Sebastián: "¿No ves que tu propio mundo no tiene comparación? / ¿Qué puede haber allá fuera que causa tal emoción? / Tú crees que en otros lagos las algas más verdes son. / Y sueñas con ir arriba, y qué gran equivocación!".

Fede - 8 sebastianes
Mascheraniano partido para el cuatro salchichense. Ostentando la casi olvidada casaca de Senegal, se paró como un muro desde el minuto uno, y entre él y Gonza hicieron un doble cinco a la Masche-Gago contra Francia que sangucheó oportunamente a cada rival. En la primera mitad, además, aportó con tres goles, casi todos definiendo oportunos rebotes en su ya clásica jugada "la clavo mientras me caigo con estilo". Abajo estuvo con los mejores reflejos para anular numerosos intentos contrarios. Como declaró Ariel al ritmo de la canción que nos compete: "La vida de nuestros peces muy larga no suele ser / Si al dueño le apetece, a mí me van a comer"

Gonza - 8 sebastianes
Segundo partido oficial para el ex San Miguel, que de a poco se va consolidando como un gran Quinto Salchicha. Armador nato, recibió la mayor parte de las salidas desde abajo y construyó buen juego casi todas las veces. Experto en tocar y subir, logró entenderse de maravillas con El Desconocido y clavar varios tantos subiendo por la banda izquierda. Puso la patita cuando había que ponerla, y marcó el importantísimo tanto de la victoria. La magia sonaba al ritmo de: "Y las burbujas llenan la pista / Para que bailes en esta fiesta..."

Lucas - 7 sebastianes
El tapado que vino de algún lugar desconocido, se identificó como Lucas, y rápidamente entendió el refinado (¿?) estilo de juego que proponían los Salchichas. Quedándose un rato cerca del arco propio y yéndose en ocasiones hacia arriba, tuvo un desempeño más que bueno, tirando a destacado, en muchos tramos del partido. Logró conectar muy bien con Gonza e intentó numerosas veces al arco. Su insistente presión arriba derivó en el 4-3 salchicha. Sebastián lo definió así: "Hay siempre ritmo en nuestro mundo al natural"

Agus - 7 sebastianes
La Historia es inabarcable, compleja y variable, y muy pocas cosas permanecen para siempre en el tiempo. Pero hace poco, un renombrado grupo de cientistas sociales entre los que se encontraban investigadores del Conicet, del CLACSO, de Stanford, de Johnson & Johnson y un par de becados en marketing de la UADE, tomó el desafío y encontró, luego de tres años de estudio, una variable constante que acompaña a la humanidad desde el principio de los tiempos. El doctor Chuck Norris la devela: "En todas las civilizaciones parece haber existido un Augusto que siempre, pero siempre, se la morfaba".
Grecia, año 36 a.C. Extracto del Salchichum Publicae: "Fricciones dentro del Salchichum: Octavio, Antonio y Lépido dicen que César Augusto nunca la larga. Fuentes extraoficiales confirmaron que sólo permanece en el puesto 'porque porque hace la Enredaditae, la favorita de la hinchada ateniense'..."
París, 1840. Extracto de Le Constitutionnel: "Los positivistas abandonan la punta del campeonato. Auguste Comte abusa de la individual y el Philosophie Positive Salchiche pierde contra Los Moviditos de Voltaire.".
Alemania, 1860. "Sorpresa en Lezpig. En un partido disputado contra Los Cuadrados de la Geometría Decimonónica, August Möbius inventa, o cree que inventa, la Enredadita. Su manager lo aconseja: 'Así como está, el nombre nunca va a garpar, al menos en Alemania', y le propone cambiarle el nombre a Banda de Möbius."
Nicaragua, 1927. Extracto de La Gaceta Nicaragüense: "Problemas dentro del movimiento insurgente: campesinos locales acusan a Augusto César Sandino de 'no soltar nunca la balón' y ser 'un morfón de proporciones épicas'. El Salchicha Centroamericana casi pierde con Los Rooseveltianos del Soccer".
Ah, la canción de Augusto. Mientras hacía la enredadita, cantaba: "Hay bailarinas, son las sardinas, ven a bailar".

Aprovechamos para mandarle un saludo a nuestro buen amigo Juan Pablo Varsky, ávido lector del Salchicha Times.

Endless vacation jueves, 19 de febrero de 2009



Solo en casa, en boxer, mirando Qué verde era mi valle en DVD. Se nota que llegaron las vacaciones

Apuntes sobre los movimientos sociales en la era mediática sábado, 14 de febrero de 2009

¿Cómo leemos, cómo interpretamos, las revueltas sociales de los últimos años? ¿Por qué pasamos de revoluciones a revueltas y de revueltas a "estallidos"? ¿Qué lectura podemos hacer, primero en el momento y luego con otra perspectiva, sobre el 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina o sobre el sinnúmero de acontecimientos sociales parcial o totalmente abortados en Latinoamérica y el mundo? Quizás algunos intentos de respuesta se desprendan de los siguientes apuntes sobre la relación entre culturas populares, medios y política.

Subjetividad, crisis y vida cotidiana. Acción y poder en la cultura
Rossana Reguillo (2004)



(...) La capacidad de convocatoria del movimiento zapatista y su fuerza para sostenerse a lo largo de diez años -tarea nada minimizable para un movimiento social- radicaron en su capacidad de irrumpir en un espacio público más que institucionalizado, esclerotizado, y hacer posible un "enamoramiento colectivo" que abrió el espacio para la imaginación y la esperanza.
Puesto de otro modo, el zapatismo supo empatar los tiempos la mayoría de las veces incompatibles de la subjetividad y la vida cotidiana con los de la política. Fue evidente que el zapatismo le había abierto un boquete no sólo a la temporalidad, sino de manera más importante aún, a los modos y maneras de hacer política. Potencia pura, imaginación, posibilidad de imaginar futuros, pero especialmente de apropiarse del presente, liberarlo del secuestro de quienes en nombre de un futuro promisorio arrancaban la posibilidad de la crítica, del goce, de la vida, hoy.

[En marzo de 2001 el subcomandante Marcos y los zapatistas ingresaron al Zócalo de la ciudad de México. Salieron así por primera vez de la oscuridad de la selva Lacandona para defender los derechos de los indígenas y conquistar con hechos la credibilidad de su fuerza política. Pero al mes siguiente los zapatistas se repliegan, dando por terminada esa "etapa de lucha". El silencio duraría hasta 2003.]



Marcos puede no ser un sectario, pero sus canales de comunicación con la sociedad "fuera del movimiento" están mediatizados. Y ahí es donde cobra un sentido problemático la fase de silencio asumida por los zapatistas entre abril de 2001 y comienzos de 2003.
Esta fase de silencios y repliegues del zapatismo fue leída como un "dar la espalda" a una sociedad que venía de una fase de esfervescencia, de logros, de conversación colectiva, de (auto)confirmaciones.
El problema aquí estriba a mi juicio en los múltiple frentes que "debe" atender el movimiento social. Si efectivamente un destinatario o interlocutor estratégico del movimiento son la llamada clase política y las estructuras de poder, como el gobierno o en su fase abstracta el Estado, el desafío es cómo colocar también en un plano de interlocución a la sociedad "no organizada" y asumir de manera explícita que las posibilidades de interlocución del movimiento con esas estructuras de poder son mediadas, posibilitadas, apoyadas u obstaculizadas por la "opinión pública".
El "efecto" agenda es casi transparente: desaparición del movimiento, luego entonces el vacío dejado por el movimiento es llenado rápidamente por otros movimientos, problemas, causas, discusiones.
Hoy el movimiento social enfrenta la dificultad del manejo de tres temporalidades: la interna, que exige un caminar pausado, consensuado, respetuoso de la diferencia al interior del propio movimiento; la externa, de cara a la sociedad en la que está inserto el movimiento; y una tercera, la temporalidad del espacio público mediático, que exige, para bien y para mal, el manejo de las lógicas, códigos, procesos de unos medios que tienen el poder de decir quién vive y quién muere a través de sus dispositivos de visibilidad. (...)
La pregunta es cómo sostener la tensión entre el impulso (la visibilidad) y el silencio (la latencia) sin renunciar a la aspiración de influir el proceso de expansión y despliegue del movimiento.



La dramatización y su reverso
Hay imágenes emocionales que pueden remover las bases más estables de los estados nacionales. A lo largo y a lo ancho de América Latina abundan las evidencias de acciones políticas que tienen la virtud camaleónica de operar simultáneamente como "imágenes fotografiables", lo que significa operar simultáneamente como "imágenes fotografiables", lo que significa "descifrables" para los medios de comunicación; como poderosas apelaciones a subjetividades diferenciadas, lo que significa "apropiables" por un conjunto diverso y disperso de actores sociales que se reconocen de pronto en una imagen, en un ritual, en una performance espontánea o intencional. (...) En estos años hemos visto aparecer poderosos símbolos-acciones, cuya posibilidad de trascendencia radica en apelar a, y al mismo tiempo remover, sacudir, ciertas certezas político culturales. (...)
Disminuida la efervescencia de la toma de calles y de plazas y de las marchas, con la consecuente "contracción" del espacio público, la multitud regresó a la soledad acompañada de su vida cotidiana, a resolver "cada quien como se pueda" las carencias y las contradicciones, a encontrarse con los suyos, a los largos soliloquios de identidades políticas profundamente fragmentadas. Las "imágenes emocionales" canalizaron por un corto período la voluntad política de miles, pero resultaron ineficientes para configurar consensos y dar forma a los antagonismos.



Visibilidad
La visibilidad se ha convertido en un problema clave para el sostenimiento de identidades, proyectos y conflictos en el ámbito de lo que ha dado en llamarse la "opinión pública". Hoy la sobrevivencia de cualquier movimiento social pasa por su capacidad de mantenerse en el debate, por esa compleja red de portavoces "autorizados" en la que se han convertido los nuevos medios de comunicación. Llevada al extremo, esta formulación señalaría que "lo que no existe en la tele, no sucede". La memoria ciudadana, o mejor, la memoria de los espectadores, está directamente articulada al repaso que los historiadores del presente realizan cotidianamente desde sus trincheras mediáticas. (...)
La rutina de los medios, en su inclemente y estratégica búsqueda de la "nota caliente", tiende a abandonar aquellos acontecimientos que se hacen "viejos" y a reinventar el mundo cada día en una persecución itinerante de lo más novedoso.
En la Latinoamérica sacudida por los vientos liberales, muchos de los movimientos sociales están organizado en torno a problemas "tan poco novedosos" como la pobreza, la exclusión, la desigualdad, la injusticia, y deben aportar unoscuantos muertos, una creativa forma de protesta o manifestación, una acusación de proporciones apocalípticas contra instituciones y personas para que su historia adquiera el estatuto de "noticiable" y por lo tanto su problema se vuelva visibile en espacio público.
En la escenificación del drama cotidiano, en la lucha por los "quince minuots" de presencia en los medios, se desdibuja el proyecto y muchos de los movimientos sociales terminan siendo rehenes de su propia fotografía, de su propia existencia efímera, en una competencia feroz por mantener la atención de unos ojos anónimos que apenas se intuyen. (...) La pregunta es si inevitablemente el costo de la visibilización será el de la espectacularización creciente.



Símbolos
Que algunos símbolos son asombrosamente expansivos es indudable. Sin embargo, resulta fundamental preguntarse por la potencia del símbolo, o mejor, del símbolo concreto, para penetrar la estructura y transformarla.
Y ello pasa por la capacidad del símbolo de hablar o hacer hablar el lenguaje de la vida cotidiana. Planteado en otros términos, el papel del símbolo de la protesta o de la acción política es de operar como un puente entre el tiempo extraordinario de la protesta y el tiempo ordinario de la vida cotidiana. Dos lenguajes y lógicas que pueden no obstante encontrar solución de continuidad en la producción de lenguajes simbólicos que logren mostrar la imbrincación profunda entre lo público y lo privado.
La energía producida por las escenificaciones en el espacio público; la emoción de la muchedumbre; la posibilidad de tocar a los otros en su diferencia y aún así encontrar un espacio para el acuerdo; la borrachera que produce someter al poder por la ironía, la fuerza del número o la imaginación, no resultan suficientes para alimentar el orden altamente codificado pero poco visible de la dinámica cotidiana. (...) Hay una tendencia a prolongar el momento de fiesta, el momento de la euforia, o dicho en otras palabras: el momento en su fase de enamoramiento colectivo, tiende a eludir la evaluación clara y legible de sus probabilidades para insertarse en el orden "institucionalizado" de lo sistémitco y de lo cotidiano. (...) El peso colocado en el "acontecimiento" ha sido tal vez una manera de posponer (al igual que el movimiento social) la pregunta por "la mañana siguiente". (...)
No sé por qué se me ocurre aquí un aforismo: el gozo del periodista es el dolor del analista. Lo que quiero señalar es que las urgencias constantes, en nuestras sociedades, alimentan el espacio de los medios de comunicación. A mayor número de "acontecimientos", a mayor escala en sus implicaciones, mayor entusiasmo mediático; sin embargo, pienso que el analista corre el riesgo de apropiarse de esta lógica espectacular y hacer descansar sus análisis siempre en los períodos de excepción: el piquete, el zapatismo, la escenificación. El vértigo como experiencia analítica.
Me asalta una pregunta por estos días. Decretado el fin del movimiento social (...), lo que estamos presenciando es ¿la revancha momentánea como única alternativa?, ¿las "interrupciones" de las que habla García Canclini en su Glogalización imaginada?, ¿la escenificación del conflicto, la obliteración de lo cotidiano mediante el simulacro de un más allá de esa subjetividad ajustada a las doxas? (...)
Salir a las calles, romper las prohibiciones explíticas todos juntos, las pertenencias, la emoción de la palabra colectiva, los poderes momentáneamente silenciados, constituyen una fuente de certezas y de fuerza, pero transcurrido el acontecimiento hay que volver a ocuparse de las cuentas, de los niños enfermos, de los roles tradicionales, de las mujeres en la cocina y los hombres en la calle. Ninguna "subjetividad" es capaz de resistir por demasiado tiempo el vértigo de lo novedoso, si se carece de un colectivo que lo sostenga a largo plazo; la "certeza" de no arriesgar las pertenencias elementales; las condiciones de plausibilidad que "contengan" la interpretación y la práctica novedosa, irruptiva.



La centralidad de la cultura
Dice Susan Sontag que el silencio "existe como decisión, existe también como castigo o autocastigo", pero y esto es lo más significativo de su análisis, "el silencio no puede existir como experiencia del público... mientras el público consista, por definición, en un conjunto de seres sensibles colocados en una situación, será imposible que esté totalmente privado de respuesta". El planteamiento de Sontag me permite enfatizar que el vacío social no existe y que, cuando el movimiento se repliega, otras fuerzas tienden a ocupar ese lugar y el "público", pensemos mejor en "la experiencia de lo público", produce múltiples formas de respuesta que operan sobre el lugar silencioso que deja el movimiento.
En la configuración de lo público predominan el estruendo, la velocidad, la saturación. Se trata de una condición difícil de contrarrestar. De igual forma, el trabajo invisible de las "estructuras" de la vida cotidiana que operan como orientaciones culturales está fuertemente instalado en los imaginarios políticos. Así, la acción colectiva no es solo decisión y estética, pero es evidente que sin estos dos componentes el movimiento social tiene pocas posibilidades de interpelar a las subjetividades sacudidas por mútiples y sucesivos estados de emergencia.


Desobediencia simbólica. Performance, participación y política al final de la dictadura fujimorista
Víctor Vich (2004)

Como formas intempestivas, surgieron en función de un rechazo concreto, crecieron cuando se debilitaron las instituciones oficiales, y no tuvieron liderazgos claramente definidos. (...) Se trata de movimientos ciudadanos en busca de valores democráticos que aspiran a sustituir a la política representativo mediante un comportamiento ético menos delegativo.
Sin embargo, pienso que la pregunta sobre la importancia de la performance ya no debe concentrarse únicamente en la densidad interpretativa de sus símbolos sino, más bien, en las posibilidades de su continuidad política, vale decir, en la pregunta de si aquello simbólico logra articularse con algo más totalizador y se vuelve realmente capaz de remover estructurales sociales tan hondamente arraigadas en nuestra tradición. (..)
Como fenómenos intermitentes, insisto en que dichas performances tienen el valor de sentar un precedente simbólico en la constitución de nuevos sujetos, pero es cierto que todavía no consiguen articularse dentro de una propuesta política mayor y más radical. (...) La performance como evento simbólico y político necesita superar su debilidad constitutiva para lograr una mayor continuidad en el tiempo, construir mayor representatividad y propiciar aquí un verdadero cambio que comience a destruir los viejos poderes que nos constituyen. La salida parece vislumbrarse, no en la performance en sí misma, sino en su compleja articulación con otras y múltiples estrategias de revuelta.
Zizek piensa que más allá de su éxito o fracaso este tipo de acciones termina siempre por producir en los sujetos una sensación insatisfactoria, en tanto inevitablemente sus símbolos llegan a articular un conjunto de reclamos que son más totalizadores que el conjunto de demandas particulares sobre las cuales se constituyeron.
De esta manera, aparece en la sociedad contemporánea una nueva lógica ("pospolítica") que tiene como objetivo absorber las disrupciones y restarles toda aspiración que se encuentre más allá de las demandas concretas. En otras palabras: por la imposibilidad de producir una crítica social mucho más totalizadora. (...) Zizek subraya que estos movimientos cumplen una función importante pero no necesariamente implican la formación de un sujeto político realmente nuevo.

En fin viernes, 13 de febrero de 2009

El Suplemento Sí, en su edición del día de la fecha, junta a un hippie arruinado y a Cumbio, la nueva empleada junior del grupo Clarín.


PIPO LERNOUD Y CUMBIO
Buscando un símbolo de paz
El juntó a los hippies en el '67. Ella reunió a los floggers en el '08. Ahora, se conocen e intercambian historias. ¿La resistencia empieza por el pelo?


El último que apague la luz.

Una de tiros miércoles, 11 de febrero de 2009

Durante la década de los 90, la palabra mágica que sirvió de justificativo para el procesivo privatizador y el avance del libre mercado en todos los órdenes fue "elegir".

Dejando de lado la paradoja de que los procesos de liberalización económica llevaron de una concentración (estatal) a otra (privada), las principales compañías comenzaron a utilizar la palabrita fetiche de elección para anunciar el feliz momento que teníamos por delante. El concepto de "libre elección" era el ideologema que asociaba -falsamente- mercados abiertos con libertad individual.

Parte del clima de época lo conformó una publicidad hoy inconseguible en la red, que si mal no recuerdo pertenecía a la compañía de telefonía Movicom Bellsouth, que constaba de una serie de spots asociados con la idea de falsa libertad de elección en la que -se suponía- vivíamos. Y de ahí imaginarse que el servicio ofrecido nos iba a permitir superar aquel momento.

Uno de estos spots tenía lugar en un videoclub. Un padre de familia iba hasta la caja y preguntaba algo así como

- ¿Tenés "Persecución Mortal"?
- Mm, no, está alquilada.
- ¿Y... "Persecución Mortal"?
- Si, la tenemos
- Ah, tendría que llevarle también una a la nena. ¿Me das "Persecución Mortal"?

***

Ayer hubo elecciones generales en Israel, en pleno clima de guerra. Los principales ganadores -que seguramente deberán aliarse en coalición para formar gobierno- fueron Benjamín Netanyahu, de derecha, Tzipi Livni, de (¿centro?)derecha, y Avigdor Lieberman, de (ultra)derecha. Ante este escenario, advierten observadores internacionales, el proceso de paz está completamente detenido.

Como bien saben los norteamericanos, sus aliados estratégicos, en la era del terror alcanza con meter mucho miedo y que la bandera tape todo para que la democracia se transforme en un estado policial, que reaparezca la censura abierta en los medios masivos. Y que, en el medio, se realicen comicios que son, apenas, una falsa elección, dónde las únicas películas para ver son Persecución Mortal, Persecución Mortal y Persecución Mortal.

Separados al nacer * lunes, 9 de febrero de 2009


Ellen DeGeneres, comediante / Diego Buonanotte, futbolista

* Propuesto por Luquitas

Fraudes

Me sorprendió que unos partidos que ganaron elecciones con este sistema de boletas –UCR, CC, PS, Pro– lo consideren garantía de fraude.

por Martín Caparrós

¿No exageran, muchachos? Se reúnen y claman indignados: que si el Gobierno no acepta cambiar las boletas de las próximas elecciones significa que está preparando “un nuevo fraude”. No sé cuál era el anterior pero, en cualquier caso, me sorprendió que unos partidos que han ganado elecciones con este sistema de boletas –UCR, CC, PS, Pro– lo consideren garantía de fraude. Así que me preocupé, leí sus explicaciones: repiten una y otra vez que el sistema de boleta única que proponen sirve “para que no falten boletas de una fuerza política dentro del cuarto oscuro”. Para eso, en mi pueblo, se usaban los fiscales, que tenían que ir a revisar de tanto en tanto que esas boletas estuvieran ahí. Durante algunas décadas el mecanismo funcionó, pero de pronto les parece mal. Uno podría sospechar que es porque ya no tienen fiscales: porque ya no tienen militantes. Muchachos, tengan fiscales: dejen de hacer televisión, dejen de hacer transitas, hagan política, convenzan militantes, consigan adherentes, organícenlos y pídanles que fiscalicen. Y si no pueden, no les echen la culpa a los que sí. Quizá suene incorrecto, pero si un partido político no consigue juntar siquiera los fiscales necesarios no sé si tiene derecho –político– a querer ganar en unas elecciones.

Me pregunto también si no se confunden, muchachos. Digo, porque claman indignados por el tema de la boleta única y se olvidan de aquello que sí modifica radicalmente la forma en que elegimos a nuestros representantes: la lista sábana, el curro que siguen usando sus partiditos para hacernos votar todo tipo de sapos, y para negociar con dudosos elementos y pagarles sus favores: no te preocupes, hermano, cuando salgas de la cárcel te pongo 11 en la lista y capaz que podés ser concejal. Esta boleta única que proponen resultaría, entre otras cosas, la consagración de la sábana: votaríamos, dicen ustedes, con un papel donde ni siquiera están escritos los nombres de los candidatos que caigan más allá del tercer puesto de las listas.

Y me vuelvo a preguntar si no exageran. Por momentos uno pensaría que lo hacen a propósito: que lanzan la propuesta con tanta ira que el Gobierno no puede aceptarla porque estaría claudicando; entonces, como no lo va a hacer, ustedes podrán decir que las elecciones fueron fraudulentas –porque se hicieron igual que todas las anteriores–. Pero uno no es mal pensado, así que prefiere imaginar que esa ira, muchachos, es un efecto de la crispación argenta actual. Todo tan tremebundo: un asesinato es una masacre, un accidente una tragedia, una medida de gobierno el fin de la nación o, si acaso, del mundo –a veces, por suerte, el universo parece estar a salvo–. Esos sí que son fraudes. Yo no estoy en contra de la crispación: creo que hay situaciones en que vale la pena y algunas en que corresponde ir incluso más allá. Pero esta crispación permanente por pavadas se acerca a la caricatura y ni siquiera es muy graciosa. Y encima es un peligro: si no lo creen, pregúntenle al pastorcito mentiroso.

Propuesta para reducción de accidentes de tránsito lunes, 2 de febrero de 2009

¡Macabra propuesta automotriz!
por Podeti



Y ALLÍ ESTABA YO, EN LA CHARLA TEÓRICA PARA RENDIR EL EXAMEN DE CONDUCTOR, INMERSO EN UN GRUPO DONDE SE ENTREMEZCLABAN COMPLETOS PRINCIPIANTES Y MAMERTOS A LOS QUE “SE LES VENCIÓ” EL REGISTRO POR MÁS DE UN AÑO (O DOS, o tres, o *cof!*, cuatro), y escuchando la serie de reglas, indicaciones y consejos del joven y levemente nerd instructor, charla amenizada por retruécanos, datos sobre el origen de los números arábigos y muestras de humorismo automotriz como la siguiente pregunta: “Si vas manejando y delante tuyo se aparece una viejita que viene con un perrito, ¿qué pisás primero?” La respuesta correcta, luego de ser emitidos balbuceos y especulaciones por parte del alumnado, resultó ser “El freno, el freno”.

Aunque siempre se agradece una broma en forma de pregunta capciosa, el asunto me inquietó un poco porque se contradecía contra una de las reglas de la conducción que escuché toda mi vida, de los labios de mi venerable padre: “Si vas muy rápido y se te cruza un perro en la carretera, no tenés más remedio que pisarlo porque frenar puede poner en peligro algo más valioso: las vidas humanas”.

Una regla que he seguido fervientemente, casi con fanatismo. A veces incluso desviándome de mi recorrido, dando varias vueltas a la manzana e incluso –en casos extremos- subiéndome a la vereda y así poder pisar al bendito perro. No es que esto me resulte agradable (gasto mucha nafta), pero mi alma se tranquiliza cuando pienso en las vidas humanas que estoy salvaguardando con este acto. Lo bueno es que para ser un salvador de vidas humanas ni siquiera se necesita un automóvil: con un bife y una cucharadita de estricnina alcanza.

En fin, la cosa es que la respuesta correcta que tenía grabada en mi cabeza no era “el freno” sino “el perro” (“la viejita” queda resguardada para casos de herencias y economía doméstica y cosas así). Temía, entonces, que esa fuera una pregunta de examen y que natural repugnancia por la hipocresía me traicionara, obligándome a optar por “el perro”. Sin embargo la pregunta no apareció y logré pasar el examen teórico con singular gracia y velocidad –aunque reconozco que mi natural repugnancia por la hipocresía (afortunadamente) no se presentó a trabajar, especialmente en algunas preguntas que tenían que ver con velocidades máximas y prioridades de paso.

Entonces llegó el desafío máximo: el examen práctico. Como llegar hasta allí en el Taunus para renovar el registro hubiera sido un contrasentido lógico (y además creo que está prohibido), opté por alquilar un auto. Uno blanco. Uno de esos autos nuevos, pequeños, redondeados y que cuando pisás el pedal, no braman como una docena de Furias encerradas en un cofre. Bueno, uno de esos autos afeminados nuevos que manejan ustedes. Y fue este afeminamiento el que estuvo a punto de ser mi perdición (nótese que hablo de “afeminamiento” y no de “femineidad” –en cuyo caso, el hecho de “ser mi perdición” hubiera sido una consecuencia de la natural crueldad del corazón de la mujer- porque los autos son varones. Otra cosa hubiera sido de sacar el Registro para manejar una moto, que es mujer).

Acostumbrado como estoy a hacer esfuerzos hercúleos cada vez que quiero mover el volante de “Mr. T” (así bautizó mi señora esposa al Taunus), la dirección hidráulica del vehículo suplente me puso en la situación de un Coloso subido a un triciclo. El mínimo torcer del volante movía el vehículo hacia los cuatro puntos cardinales; la más minúscula presión del freno clavaba al coche violentamente. Es decir, se trataba de un coche diseñado para los Eloi, esa raza del futuro que aparece en “La máquina del tiempo”, indolente, pasiva y físicamente débil.

Y allí descubrí una causa oculta de la monstruosa tasa de accidentes de tránsito que riega de sangre nuestro país: se habla mucho de los vehículos que no están en condiciones de estar en la calle, pero nadie menciona los vehículos que tienen EXCESIVAS CONDICIONES!

En “Jurassic Park”, Jeff Goldblum le dice al viejito que ellos no deberían jugar con la clonación; que son aprendices de brujo utilizando una técnica que no manejan con responsabilidad. En suma, que (intentaré poner la cara esa de vegetariano degenerado de Jeff Goldblum para que la recreación sea perfecta) “utilizaron los conocimientos que grandes mentes pusieron a su disposición, pero sin haber realizado el esfuerzo para conseguirlos”. Bueno, el auto es lo mismo.

Un auto es una maquinaria pesada y asesina. No se debería poder manejar con el dedo meñique. ¿Querés que la gente no ande a 200 km/h? Y bueno, querido, que el pedal no baje con tanta facilidad. Que haya que hacer la fuerza que se necesita para quebrar una nuez. ¿Querés pare en las esquinas y no doble a los santos pedos? Bueno, que para doblar el volante haya que ejercitarse con pesas todos los días durante dos horas. Cuanto más fácil de utilizar es un aparato, la gente lo utiliza con más negligencia. Ahí tenés el Photoshop. Antes, las artes gráficas estaban reserrvadas para quienes se entrenaban en las técnicas del dibujo y el diseño; hoy, los medios están abarrotados de bodrios photoshoperos hechos a la que te criaste, afeando nuestro campo visual en un 56 %.

Pero en fin, si alguien hace un Photoshop horrible no se muere nadie. En cambio, hoy tenemos autos manejados por energúmenos y debiluchos que aprietan el acelerador sólo porque es FÁCIL. ¡No, querido! ¡Estás hablando de media tonelada de hierro, aceite y cables con electricidad y cosas complicadísimas! No debería consistir en apretar el pedal y listo, Calixto. Hay que entrenar el arte del equilibrio, la medición de distancias, el cálculo de probabilidades y sobre todo, la musculación. El ejercicio físico constante e intensivo tranquiliza un poco el espíritu. Nadie quiere ir a toda velocidad, porque ir a toda velocidad significaría, por ejemplo, llegar rápido al gimnasio. Que es horrible. Y aparte, cuando la gente choca y se caga a trompadas lo haría como debe ser, con resultados positivos y concretos.

De acuerdo, estacionar un Taunus del año 80 se complica un poquito. Como que te quedás sin aire y terminás –por ejemplo, como yo- estacionándolo para el culo. Pero estamos hablando de seguridad en las rutas, y justamente es en el acto del estacionamiento donde hay menos accidentes; o sea, me atrevo a decir que los la tasa de choques sangrientos protagonizados por autos estacionados debe ser bajísima, ENTENDÉS.

En resumen, mi propuesta es que se realice un “Plan Contracanje” de autos, para devolver a las calles los coches previos al año ’81, que ninguno tenga dirección hidráulica y que todos hagan mucho ruido y todo cueste mucho trabajo y de ese modo evitar que CUALQUIER PAJARÓN maneje un auto, y que si lo hace se le quede cada dos semanas y lo tenga que mandar al mecánico, de tal modo que se reduzca la presencia de automotores en las calles.

Y ahí vas a tener seguridad en el tránsito en serio y no vamos a tener que pisar tantos perros, criaturitas de Dios.