El celular te lo regalan, el plan fijo te lo venden
(...) Lo que se estaría verificando hoy, el rasgo definitorio del capitalismo "posmoderno", es la mercantilización directa de la experiencia misma: lo que se está comprando en el mercado son cada vez menos productos (objetos materiales) para poseer experiencias vitales -experiencias de sexo, comida, comunicación, consumo cultural, participación en un estilo de vida. Los objetos materiales sirven sólo como sostén para esta experiencia, que se ofrece cada vez más en forma gratuita para seducirnos a comprar la verdadera "mercancía experiencial", como los teléfonos celulares gratis que se consiguen si firmamos un contrato anual.
A medida que la producción cultural domina cada vez más la economía, los bienes asumen la calidad de sostén. Ellos se vuelven meras plataformas o encuadres alrededor de los cuales se representan significados culturales elaborados. Pierden su importancia material y asumen una importancia simbólica. Se vuelven menos objetos y más herramientas para facilitar la representación de experiencias vividas.
La tendencia va así de "¡Compre este reproductor de DVD y obtenga 5 DVDs gratis!" a "¡Comprométase a comprarnos regularmente DVDs y le daremos un reproductor de DVD gratis!" (o, aún mejor, "suscríbase a la televisión por cable, que le permite libre acceso a películas digitalizadas"). (...) La lógica del intercambio de mercado es llevada aquí a una especie de identidad auto-relativa hegeliana: ya no compramos los objetos, finalmente compramos (el tiempo de) nuestra propia vida. La idea de Michel Focault de convertir el propio Yo en una obra de arte obtiene así una confirmación inesperada: compro mi aptitud física yendo a gimnasios para estar en forma; compro mi esclarecimiento espiritual anotándome en cursos de meditación trascendental; compro mi persona pública yendo a los restaurantes visitados por personas con las que quiero ser asociado...
¿Es esto el fin de la economía de mercado?
Aunque este cambio puede parecer una ruptura con la economía de mercado capitalista, se puede argumentar que lleva su lógica a un clímax consecuente. La economía de mercado industrial involucra la brecha temporal entre la compra de una mercancía y su consumo: desde el punto de vista del vendedor, el asunto está terminado en el momento en que vende su mercancía -lo que pasa después (lo que el comprador hace con ella, el consumo directo de la mercancía) no lo involucra; en la mercantilización de la experiencia, esta brecha está cerrada, el propio consumo es la mercancía comprada. (...) En resumen, según Rifkin, cuando la relación usual entre los objetos materiales firmes y las ideas fluidas se han invertido (los objetos se disuelven progresivamente en experiencias fluidas, mientras que las únicas cosas estables son las obligaciones simbólicas virtuales), lo que Derrida llamó el aspecto espectral del capitalismo se realiza plenamente.
Sin embargo, por más convincente que parezca, esta visión de Rifkin tiene su limitaciones... él pasa demasiado rápidamente del orden "industrial" al "postindustrial", en lo que (insiste) el mercado y la propiedad ya no juegan el papel central. ¿Pero no es evidente el hecho de que el mercado todavía está allí? En primer lugar, aunque el objetivo del "capitalismo cultural" sea comercializar las experiencias, no los objetos, debe apoyarse en una compleja infraestructura material (comida, maquinaria, etc); en segunda instancia, las experiencias mismas tienen que venderse -hay personas que las poseen (en la forma de derechos de propiedad intelectual, patentes, etc). Así, en lugar de afirmar que el mercado y la propiedad ya no juegan el papel más importante, deberíamos decir más bien que está cambiando el carácter de la propiedad: lo que importa es cada vez menos la propiedad de los objetos materiales, y cada vez más la propiedad de fórmulas de experiencias "inmateriales" (derechos de propiedad intelectual, logotipos...).
La tesis básica es que el "capitalismo cultural" no es una totalidad -para entenderlo en su totalidad, se deben incluir ambos polos, la producción de experiencias culturales y la producción material "efectiva". Lo que caracteriza al "capitalismo tardío" es la escisión entre la producción d experiencias culturales como tales y su base material (parcialmente invisible), entre el Espectáculo y sus mecanismos secretos de puesta en escena; lejos de desaparecer, la producción material todavía está allí, transfuncionalizada en los mecanismos de soporte de la puesta en escena.
China, el Estado de la clase trabajadora
En la percepción ideológica actual del Primer Mundo, el trabajo mismo (la labor manual en tanto opuesta a la producción "simbólica"), y no el sexo, aparece como el sitio de indecencia obscena a ser ocultado del ojo público. Una tradición que se remonta al Rheingold de Wagner y a Metrópolis de Lang, donde el proceso productivo tiene lugar bajo tierra, en cuevas oscuras, y que hoy culmina en la "invisibilidad" de los millones de obreros anónimos que trabajan en condiciones infrahumanas en las fábricas del tercer mundo, desde los Gulags chinos o indonesios hasta las fábricas de ensamble de Brasil -- Occidente puede permitirse el lujo de hablar de la "clase obrera en desaparición", incluso cuando las marcas de su presencia son fácilmente discernibles: todo lo que uno debe hacer es leer la pequeña inscripción "Made in... (China, Indonesia, Bangladesh, Guatemala)" en los productos masivos, desde jeans hasta walkmans. (...)
Hoy, las dos superpotencias, Estados Unidos y China, se relacionan cada vez más en la forma de Capital y Trabajo. Estados Unidos está convirtiéndose en un país de planificación gerencial, financiera, de servicios, mientras que su "clase obrera en desaparición" (salvo los inmigrantes chicanos y otros, que trabajan predominantemente en la economía de servicios) está reapareciendo masivamente en China, donde se fabrica gran parte de los productos norteamericanos, desde juguetes hasta hardware, en condiciones ideales para la explotación capitalista: sin huelgas, libertad limitada de movilidad de la fuerza activa, sueldos bajos... Lejos de ser absolutamente antagónica, la relación de China y Estados Unidos es profundamente simbiótica. La ironía de la historia es que China merece plenamente el rótulo de "Estado de la clase de trabajadora": es el Estado de la clase que trabaja para los capitales norteamericanos.
Hace 5 años.
4 comentarios:
no estoy de acuerdo para nada con respecto a China.
Creo sinceramente que tu análisis atrasa por lo menos 15 años. Hoy China tiene industrias propias, propiedad intelectual (software, chips) propios, una clase de dirigentes de empresa propia, y una clase media incipiente.
El gobierno incentiva el mercado interno y la crisis financiera en EEUU y Europa no afectó a China todo lo que lo hubiera afectado hace 10 años, porque los chinos justamente lograron desarrollar el mercado interno.
Claro, todavía compran bonos del tesoro norteamericano, y las exportaciones son a EEUU como principal mercado externo, pero cad vez menos.
Me parece.
FC
Gracias por comentar.
Ante todo aclaro que este no es "mi" análisis. Al pie de página y en el mismo tamaño de letra aclaro que es de un libro de Slavoj Zizek, "A propósito de Lenin", de 2004 (asíque en todo caso el análisis en vez de 15 atrasará unos 9 años).
Hablando en serio, dado que Zizek es el autor, aporto un pedazo más del capítulo que cité que apunta justamente a las "industrias intelectuales propias" de China y la India. Se pregunta Zizek:
"¿Cómo debemos situar, entonces, no sólo los talleres clandestinos del trabajo manual del Tercer Mundo sino talleres digitales como el de Bangalore, en el que decenas de miles de indios programan software para las corporaciones occidentales? ¿Es adecuado designar a estos indios como "proletariado intelectual"? ¿Será esta la venganza final del Tercer Mundo? ¿Cuáles serán las consecuencias del hecho perturbador (al menos para los alemanes conservadores) de que, después de décadas de importar cientos de miles de obreros para realizar trabajos físicos, Alemania descubre ahora que necesita decenas de miles de obreros inmigrantes intelectuales, principalmente programadores?"
Yendo a tu hipótesis: entiendo tu optimismo con respecto a China, pero todo esto que decribís se hace a expensas de la relación que describo y que vos reconocés (la compra de bonos del tesoro norteamericano, Estados Unidos como principal destino exportador). En otras palabras, la propia posibilidad de desarrollo de "industrias propias, dirigentes de empresa propios y una clase media incipiente" se está haciendo sobre la base de la relación ilustrada por Zizek: lejos de apuntar a un desarrollo más autárquico o integral, la progresiva liberalización económica china lleva a que se consolide este juego, en el que las marcas líderes como Nike o Apple siguen diseñandose en Los Angeles pero fabricandose en Kunshan.
¡Podemos seguir discutiéndolo! Saludos
Es que te perdés una parte de la historia: China empieza "fabricando para teceros" y en el medio va CAPACITANDO su fuerza laboral. Hoy salen ingenieros electrónicos de las universidades chinas como chorizos de una máquina.
Esa experiencia "fabricando para terceros" es lo que les permite eventualmente crear sus propias empresas.
Como resultado, hoy tenés celulares CHINOS de MARCAS CHINAS, por $600 pesos (acá, con 21% de IVA y la ganancia del importador), que hacen básicamente lo mismo que el iPhone (hasta le copian la forma), sólo que basados en Java en lugar del software de Apple.
Apple es un pésimo ejemplo en cuanto a tecnología, es una marca de "prestigio" es como un BMW, y en algunos aspectos peor que Microsoft (censurando qué software se puede ofrecer o no en el "apple store", y en qué lenguaje se puede programar).
Creeme, los chinos van a copar más tarde o más temprano el mercado.
FC
PD: Mis disculpas, vi el nombre al pie del post pero no sabía si era una cita de la frase final o el post entero que era copia de ese autor.
PD2: Veo muchas similitudes entre el modelo argentino y el chino, en cuanto a apoyo del mercado interno, tipo de cambio competitivo, y fabricacion local, salvando las grandísimas distancias (aunque nosotros no tengamos industria de semiconductores alguna).
El software que fabrican argentinos en las "software factories" para afuera les permite capacitarse y en cuanto tienen algo de plata, lanzarse con empresas propias. Lo vi en la última Expocomm, un grupo de flacos de menos de 30 años haciendo aplicaciones para Android, el sistema de código abierto de Google.
Traducido: empezamos en 2003 a caminar el rumbo que China empezaba tibiamente en la década del 80 con las zonas economicas especiales (SEZ)
Pelado . No vengas a romper las pelotas en este articulo . Cerra esa burra y estudia . Gracias boton
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