Khadafi bombardeó a su pueblo pero no perdió su credibilidad en ese momento, sino muchos años atrás. La había perdido ante la humanidad entera, pero su amigo Tony Blair, su amigo Silvio Berlusconi, su amigo Vladimir Putin y todos los amigos que se fue haciendo a partir de 2003, incluido el mismo Sarkozy, se la restablecieron. Lo abanderaron con una copiosa bienvenida al seno del “mundo libre”. Le compraron petróleo y le vendieron las armas con las que bombardeó a su pueblo.
Eduardo Febbro en Página/12, 20-03-2011
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