Un balance del Bafici 2013 lunes, 22 de abril de 2013


























Enfoque. Fue un buen año en términos de programación. Fui a ver ocho películas y todas fueron de muy buenas para arriba. Uno podría adjudicarle esto a un cierto criterio de selección de quien suscribe (es decir, la no improvisación), pero hemos adoptado tácticas similares en años anteriores y no siempre dieron resultado. El reemplazo de la sección "Cine del futuro" (una bolsa de generalidades) por "Vanguardia y Géneros" ayudó a delinear un perfil más riguroso, si acaso accesible, de la oferta de películas. Las retrospectivas de Hong Sang-soo y de Adolfo Aristarain pero, sobre todo, el set de clásicos ochentosos de They Live a The Breakfast Club habla de un ideario más ATP y menos "festivalero". Cualquiera con acceso a Internet y algo de tiempo podría haberse armado su propio recorrido (brasileñas, europeas, clásicos, directores argentinos), más que en años anteriores. Creo que es un plus.

Sedes. Por primera vez en una década, el Abasto dejó de ser la sede central del Bafici, que pasó a manos del Village Recoleta. Desconozco los motivos (asumo que tendrá que ver con los acuerdos comerciales), pero esta decisión, sumada a la salida del circuito del Teatro 25 de Mayo, terminó por borrar el recorrido "cinéfilo" de la línea B de subtes. Siempre es más difícil llegar a tiempo a una película si ningún subte te deja, como es el caso del complejo ubicado en Junín y Vicente López.

Presupuesto. En el Bafici 2010, las entradas para estudiantes y jubilados salían 8 pesos. Al año siguiente, $10. Al año siguiente, $12. Este año, la entrada más barata, acreditando ciertas condiciones, era de 15 pesos cada una, lo que representa un aumento de más del 29% por año. Similar derrotero para las entradas generales, que en el mismo lapso pasaron de 10 a 20 pesos. Esto obedece a que los años pasan, los costos (de la compra de derechos y de copias, en dólares) se incrementan y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no aumenta, o aumenta muy poco, el presupuesto destinado a este festival. El resultado: la diferencia la terminan pagando los asistentes y el público se va homogeneizando.

Desafíos. Como insistimos desde hace varios años, el mayor déficit del Bafici es no haber consolidado un circuito alternativo que funcione el resto del año en territorio porteño. Tengo la sensación de que mucha gente va al Bafici en abril y no a la Lugones o al Arteplex los otros 355 días del año porque las condiciones que propone el festival (precios populares y buena calidad de exhibición) no se replican en el resto de las salas. Ahí hay una enorme tarea pendiente para el GCBA y veo pocas acciones en ese sentido.

4 comentarios:

Nacho dijo...

La organización por lo que leí fue desastrosa: http://tallerlaotra.blogspot.com.ar/2013/04/los-desastres-del-bafici-panozzo.html?spref=tw

El hecho de hacerlo en un lugar tan poco popular como Recoleta ya es bastante poco feliz de por sí, y a eso hay que sumarle faltas de respeto totales como no probar los rollos antes de pasarlos (y comprobar durante la función que están mal).

A eso le agrego la infame apelación al material de relleno para decir que pasaron muchas películas. Yo fui a una sola este año por estar sin tiempo para estudiar el catálogo y me comí un bodrio que ni los organizadores podían justificar por qué trajeron (dijeron que era una película "que se encontraron de una forma poco tradicional, porque no pasó por el circuito de festivales ni nada..." resulta que eran una hora y media de texto leído en off; obvio, cualquier festival con alguien que se dedicó a seleccionar en serio el material no iba a pasar semejante bodrio que parece hecho sólo para justificar el cliché de que el cine es un bodrio cuando no lo hace hollywood).

Y la decisión de Panozzo de darle un giro pop norteamericano al festival me da bastante mala espina también, parece que tiene ganas de militar para que las pocas cosas del mainstream de allá que acá no triunfaron también se impongan. Todo bien, tiene sentido lo que decís en el comment anterior de que poner algún viejo clásico subapreciado o que es imposible de ver en cine hoy tenga su valor, pero la idea de un festival de cine alternativo es diversificar la propuesta cultural, no reforzar lo acotado de la ya existente. Me huele a que se intenta instalar una falsa dicotomía entre festival elitista y festival cercano al mainstream, que me parece una gilada.

Fede / Billie dijo...

No hay nada para refutar con respecto a la experiencia de Gabriela López Zubiría, el único motivo por el cual no incluí un comentario semejante es porque no tuve mayores problemas con ninguna de las ocho películas que fui a ver (que, por otra parte, fueron de muy buenas para arriba). Esto no quiere decir nada más que eso: vos fuiste a ver una y tuviste una mala experiencia, un usuario en Twitter me decía que "Berberian Sound Studio" le pareció malísima y había silbidos... Hace quince años que el Bafici pasa cientos de películas en cada edición, yo te puedo hablar de mis 8, otro de sus 3, un tercero de sus 4, y lamentablemente a partir de esta multiplicidad de experiencias va a ser muy difícil llegar a un consenso sobre si fue una mala o buena selección de películas.

Sí se puede, me parece, hacer un recorrido "a vuelo de pájaro" y ver la pertinencia o no de ciertas categorías. A mí me parece (y Diego Batlle, por lo visto, opina lo mismo) que las películas incluidas en la categoría "Géneros y Vanguardias" parecen mejores que las que en ediciones anteriores caían en la ex sección "Cine del futuro", ahí sí he visto bodrios "que ni los organizadores podían justificar por qué trajeron". Entonces concluir que el Bafici 2008 fue grandioso y el 2013 una mierda (estoy inventando años, eh) en base a estas categorías es, al menos discutible.

Dicho esto, es raro, sí, que un festival independiente busque "militar para que las pocas cosas del mainstream de allá que acá no triunfaron también se impongan", como decís con respecto a los clásicos ochentosos. Pero no entiendo por qué un festival de cine amplio como este, con 250 largometrajes, no habría de ofrecer -como dije en la entrada anterior- una docena de películas subvaloradas de los ochenta, por más "hollywoodenses" que sean. (En todo caso, algo así, más que reforzar "la falsa dicotomía entre festival elitista y festival cercano al mainstream", vendría a unir esos dos extremos...)

Tengo varias críticas al festival (presupuesto, sedes), pero el segmento ochentoso no me parece tan grave y la inclusión de supuesto "material de relleno" es discutible.

Anónimo dijo...

Absolutamente escandaloso el ítem "Presupuesto". El Gobierno de la Ciudad es una reverenda cagada, pero no puede imputársele una inflación (no casualmente cercana al 29% anual) que no se menciona.
Dejate de joder porque te volvés in-creíble.

Fede / Billie dijo...

Inexplicable el comentario.
No estoy diciendo que la inflación anual de los últimos tres años no haya sido de dos dígitos (de hecho lo fue). Estoy diciendo que el GCBA hace años que mantiene el mismo presupuesto en términos nominales, lo cual hace que (inflación mediante) la cantidad REAL de plata que la Ciudad invierte en el Bafici se reduce año a año. Esta lectura no es un invento mío: ya lo señaló antes Diego Battle (La Nación, Otros Cines), insospechado de nada cercano al Gobierno nacional.