El Personal Fest es uno de los tantos festivales auspiciados por grandes marcas (en este caso, Personal y Motorola), un fenómeno de los últimos años que llegó para quedarse.
Este tipo de eventos poseen, para el público, un valor ambiguo. La ventaja más notoria es el poder ver en Argentina a determinados artistas que de otra manera no hubiesen pisado nuestros pagos ni en sueños. Pero hay dos grandes contras. La primera, que los tiempos son tiranos y que en general estas bandas deben limitar sus recitales a sets de 45 o 55 minutos. La segunda, que la estrategia de venta de estos festivales es la de posicionarse como una suerte de reducto cool para la juventud urbana ABC1. De esta manera, lo importante termina siendo el "estar ahí", no el ir a escuchar tal o cual grupo. Y es así que buena parte del público asistente apenas si tiene una idea de qué bandas están tocando. (Compárese con la situación clásica, histórica, de "toca tal banda en tal lado", donde las posibilidades de compartir público con pavotes que llegaron de casualidad a territorio desconocido son mínimas.)
Las entradas para estos festivales no suelen ser baratas, con lo cual todo aquel que no cuente con un árbol de guita en el fondo de su casa debe averiguar bien quiénes tocan en cada ocasión para no llevarse un fiasco. En el caso que nos ocupa, la formación titular del día 2 del Personal Fest sonaba tentadora: Mars Volta, Bloc Party, Kaiser Chiefs y R.E.M. Lo que se dice, un festival con todas las letras. (De hecho, los números posteriores hablaban de 35.000 personas, cifra que dobló la asistencia a ediciones anteriores).
Esquivando la invasión de corbatitas de cartulina con la inscripción de la marca -ideadas por el mismo grupo de "creativos" publicitarios que el año pasado impulsaron el uso de pelucas azules como única forma de tapar la falta de carisma intrínseca al festival-, este cronista se hizo un lugar entre los mejores momentos del segundo día del evento, y he aquí algunas breves impresiones sobre los dos principales grupos.
19.00. Mars Volta. A esta altura ya una banda de culto, algo así como los rockeros "tapados" de este comienzo de siglo. Nacidos de las cenizas del genial grupo At The Drive-In y dueños de un estilo único y original, el dúo comandado por Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala ya ha creado, en su corta vida, dos de los mejores discos de la década. Me refiero, por supuesto, a Deloused in the Comatorium y Frances The Mute, que reivindican la etiqueta de rock progresivo y la llevan a un nuevo nivel, comparable al de Led Zeppelin o King Crimson. Nada menos.
Decíamos hace un rato lo de los tiempos tiranos de los festivales: por un cambio de fecha (originalmente iban a tocar el primer día del festival), Mars Volta terminó recibiendo un set de 50 minutos, que se tradujo en ¿cuatro? ¿seis? canciones, casi todas de sus últimos dos álbumes. Y en un horario en el que el sol todavía pegaba fuerte sobre los asistentes -no precisamente el mejor clima. Así y todo, la experiencia de ver al grupo en vivo resultó fantástica.
Pocas cosas mejores que dejarse llevar por esa suerte de psicodelia progresiva, hard rocker, con toques de funk y free-jazz. Un continuum de sonidos, una catarata de impulsos que por momentos se nos escapaban, pero que en el momento menos pensado regresaban a uno en forma de alguna línea hipnótica de bajo o una pulsación incesante.
De todas formas, la presentación me pareció insuficiente. Quizás pueda pensarse como el trailer de alguna futura presentación, con todas las letras -sueño con un Obras, o una Trastienda-, en donde estos arranques psicodélicos y pesados (que tan bien funcionan de a dosis) puedan convivir con algunos de sus sabores más latinos ("L'via Vazquez") o melódicos ("The Widow").
21.00 Kaiser Chiefs. Una de las bandas inglesas más divertidas de la década. Mezclan las buenas melodías de los XTC con el britpop de Blur o Supergrass, y el rock bailable que impusieron los Franz Ferdinand.
Con tres discos a cuestas, su repertorio hitero calzaba justo para hacer un gran aperitivo festivalero de sesenta minutos. Abriendo con la infecciosa "Everything is average nowadays", su cantante Ricky Wilson pronto se metió a buena parte del público local en el bolsillo. ¿Las claves? Algo de populismo efectista y, por supuesto, un gran set, ya que no dejaron ningún gran tema en el camino.
"I predict a riot" y "Everyday I love you less and less", geniales tonadas de su primer álbum Employment, pudieron codearse con su gran éxito "Ruby" (que mucho no me entusiasma) y el temón tribunero "The angry mob", de su segundo trabajo.
También aprovecharon para presentar algunos tracks de su flamante disco, Off With Their Heads, entre los que destacan el primer single "Never miss a beat" y el sonido Talking Heads de "You want history". Para el cierre con "Oh My God" regresaron al primer álbum y se fueron puntualmente, dejando detras de sí una docena de singles coreables y estribillos pegajosos.
22.00 R.E.M. El grupo liderado por Michael Stipe es, sin lugar a dudas, una de las grandes bandas de los últimos veinte años --algo que demostraron con creces en un recital ajustado, potente, redondo.
Con un timing preciso, un despliegue tipo videoclip en las pantallas gigantes y sin grandes desbordes, fue más un "show" que otra cosa. ¿Pero quién esperaba algo distinto? Lo de estos muchachos fue un recital de rock de manual, bien ejecutado y con grandes canciones. A saber: "Electrolite", "What's the frequency, Kenneth?", "Ignoreland", "Bad Day", "It's the end of the world as we know it", "Orange Crush", todas excelentes composiciones que se complementaron con los hits infaltables: "The One I Love, "Losing my Religion", "Everybody Hurts" y el cierre tipo FM Aspen con "Man on the Moon". Incluso las canciones de su último disco, el buen Accelerate, sonaron potentes y gancheras, en especial "Man-Sized Wreath" y su estribillo demoledor. 120 minutos de profesionalismo rockero. No fue garagero, sorpresivo ni descontrolado, pero fue conciso y efectivo. Y ver un recital así de una banda así fue el cierre ideal para un festival que anduvo por los mismos carriles.
Hace 4 años.
10 comentarios:
¡¡¡¿¿¿Y MARS VOLTA???!!!
Je , dale hablá de Pomeeeeelo, comiendose pedazos de escenario.
Linda crónica, coincido en casi todo, menos que las corbatas eran de cartulina, eran de un material medio gomoso no identificado (?).
Los Kaiser estuvieron geniales :D
Y REM son una gran banda y sonaron como se esperaba.
Besos!
Buenas bandas para ese día. REM banda que revisité (?) en los últimos dos años, digamos, y que sin dudas está en el top five de bandas de los últimos 20 años.
A Kaiser Chiefs el formato le va genial (?) para su aún corta trayectoria y estilo musical.
de Mars mucho no he escuchado, no se a usted que le parece esa banda? Que aparte no se si es que saca un disco cada seis meses, o es Rodríguez (?) por su cuenta, me perdí con su seguidilla de discos, eps, y demás.
Saludos.
PD: Las campañas "creativas" de este Festival (en todas sus ediciones) son de lo peor de la historia.
@Chino, efectivamente, hablo del señor de los pelos locos que se comió pedazos de no sé como se llaman, pero ponele "cosos que reflejan la luz en un escenario", después se tiraba al piso cual niño caprichoso y se revolcaba en sí mismo, en una muestra al mejor estilo Pomelo de "no me aguanto!"
A pedido del público, agregué lo de Mars Volta.
(No pienso hacer comentarios sobre la "actitud Pomelo", primero porque Mars Volta es la banda menos pomelo que hay, y segundo porque en todo caso lo señalado tiene una explicación muy clara -la que dio Chino)
Bien.
Saludos. L'via y The Widow los dos temás más "normales" que recuerde de la banda.
Si hubiese sabido antes lo que salían los Patys, me comía un "coso que reflejaba la luz", sin dudas.
;P
Cuánto $$$ salía la entrada?
che el guitarrista de the mars volta se parece mucho a guily, en la primera foto estan iguales, sale un separados al nacer??
¡Es cierto! Aunque la porra es un exceso del chabón de Mars Volta.
Igual, los separados al nacer que publico acá son necesariamente intrafamosos. No aceptamos propuestas que incluyan a la chusma. Y es así. (Como decía un marxista norteamericano de nombre Groucho: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros".)
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