El paro en Crítica de la Argentina jueves, 15 de abril de 2010

A continuación reproduzco dos notas aparecidas hoy en el diario Crítica que dan cuenta del paro que vienen llevando a cabo los trabajadores del diario.


Comisión Gremial Interna

Los trabajadores de Crítica de la Argentina estamos de paro. Si usted es lector de nuestras páginas habrá notado que el viernes 9 el diario no salió. Desde entonces se edita una versión reducida y de emergencia como la que tiene en sus manos o en su monitor, lejos del producto que solemos entregarle y del que estamos orgullosos.

La medida de fuerza responde al simple hecho de que la empresa editora Papel 2.0 no pagó los sueldos. Y no es la primera vez. Los 167 empleados del diario venimos cobrando en cuotas y con demora desde hace cinco meses, cuando la compañía que encabeza Antonio Mata negociaba con nosotros una recomposición salarial que paliara los efectos de la inflación. Recomposición que venía posponiendo desde marzo del año pasado.

El 20 de enero los trabajadores y la empresa firmamos un acuerdo en el que Papel 2.0 se comprometía a regularizar los pagos este mes. El acuerdo fue homologado por el Ministerio de Trabajo y los empleados del diario aceptamos una recomposición muy inferior a la inflación prevista y a los aumentos de los demás medios, con el único fin de contar con un horizonte de previsibilidad frente a la incertidumbre generada desde la patronal.

Ese horizonte se desvaneció el jueves pasado. A 24 horas de que se venciera el plazo legal para depositar los sueldos de marzo, las autoridades nos comunicaron que lo harían en dos cuotas y más tarde que nunca: el 19 y el 26 de abril. El acuerdo, que iba a durar quince meses, fue violado por la empresa apenas dos meses y medio después de firmado. Tampoco hay garantías acerca de los pagos futuros.

Durante estos días, el diario fue redactado sólo por una parte del personal jerárquico, razón por la cual salió a la calle diezmado, sin las secciones habituales y sin las notas de los periodistas que lo escriben todos los días.

Nuestra pelea por el derecho más elemental -cobrar por el trabajo que se realiza- tuvo eco en innumerables medios locales y nacionales, pese al cepo informativo que suele impedir que se publiquen las noticias sobre conflictos gremiales en los medios de comunicación. En un acto realizado el lunes pasado frente a la redacción logramos también el apoyo de diputados, legisladores y funcionarios de todo el arco político, así como de representantes de organismos de Derechos Humanos, organizaciones estudiantiles, sindicatos, partidos políticos y comisiones internas gremiales de otros medios.

Luego del acto, todos los bloques partidarios de la Legislatura porteña suscribieron un proyecto de declaración donde instan a la empresa a cumplir con los acuerdos firmados. En la Cámara de Diputados de la Nación se tramitan dos declaraciones similares.

Ayer, una nueva y masiva asamblea de trabajadores ratificó por unanimidad la continuidad de la huelga. También votó la publicación de esta carta para que los lectores comprendan la gravedad de nuestra situación.

No desconocemos el golpe que significa para las finanzas del diario la discriminatoria ausencia de pauta publicitaria oficial por parte de los distintos niveles de gobierno. Pero no podemos aceptar que la empresa traslade esa carencia a nuestro bolsillo. La empresa declama su voluntad de seguir con el diario, aunque no explica cómo hará para solventarlo.

Las autoridades que responden a Antonio Mata (el accionista mayoritario) aducen que quien incumplió con sus aportes es Marcelo Figueiras, el minoritario. Éste, a su vez, negó en una carta al personal su responsabilidad frente a la crisis.

Al margen de esas explicaciones, nosotros seguimos sin cobrar y nuestras familias continúan sin su sustento. Por eso ratificamos: sin sueldos, no se trabaja.


La dirección

Hacer un diario, como el nombre lo indica, es un trabajo cotidiano, colectivo y nada fácil. Más aún si un grupo trabaja para hacer un producto periodístico independiente, pluralista y con un contenido editorial de muy alta calidad.

Transitamos apenas dos años desde nuestro lanzamiento y muchas veces el no poder estar incluido equitativamente en el reparto del mercado publicitario nos ha dificultado el día a día.

Estos y otros factores de índole económica y administrativa en algunos de los eslabones que forman la cadena de ingresos de nuestra empresa nos están haciendo incurrir en retrasos involuntarios con lo más importante, que tenemos que es nuestra gente, nuestros periodistas, diseñadores y administrativos.

Pero estamos trabajando denodadamente para acortar estos plazos y regularizar nuestra situación.

En medio de la crisis económica internacional -de la que nuestro país no está ajeno-, nos hacemos cargo y no se trata de trasladar las responsabilidades solamente puertas afuera: como toda nueva organización hemos sufrido diferentes cambios internos (en nuestros accionistas, directores y personal) , cambios que, finalmente, nos permitieron encontrar la estructura adecuada. Estos procesos muchas veces lentifican la gestión, pero creemos que estamos avanzando en el camino correcto.

La juventud empresarial no es un pecado, es un proceso que debemos transitar, conscientes de que estamos hablando de la fuente laboral de 200 argentinos.

Queremos cumplir y para eso también necesitamos que nos cumplan. Sin embargo, no tenemos dudas que de esta difícil coyuntura vamos a salir. Pero eso será sólo con el esfuerzo conjunto de la empresa, los trabajadores, los anunciantes y los lectores.

2 comentarios:

Juanjo Domínguez dijo...

Qué situación chota, chabón. Espero de corazón que se resuelva pronto y de la mejor manera. Te saluda un colega.

Netomancia dijo...

En Rosario, los medios de los dueños de La Capital (LT3, LT 8) también están en una situación tensa.
Parece ser una realidad de estos tiempos.