Y le siguen diciendo "democracias" liberales jueves, 10 de noviembre de 2011

No tiene demasiado sentido hablar de la democracia en su abstracción cuando en realidad de lo que se trata es de examinar la forma, las condiciones y alcances de la democratización en sociedades, como la capitalista, que se fundan en principios constitutivos que le son irreconciliablemente antagónicos. Esto en nada subestima la trascendencia de la democracia como forma de gobierno y como modo de vida, sobre todo después de los ríos de sangre que corrieron en América Latina para conquistarla. Pero su necesaria valoración no puede ignorar que en su concreción histórica la democracia -tanto en la periferia del capitalismo como en su núcleo más desarrollado- siempre se la encuentra entrelazada a una estructura de dominación clasista, la cual le impone rígidos límites a sus potencialidades representativas y, en mayor medida todavía, a las posibilidades de autogobierno de la sociedad civil. (...) La democratización del capitalismo no basta para que las arraigadas estructuras del dominio sobre las cuales reposa y de las cuales depende vitalmente se esfumen como resultado del sufragio universal y de la representación política. (...) Se habla de democracia "a secas" cuando en realidad estamos hablando de "capitalismos democráticos", en donde lo sustantivo es el capitalismo y lo adjetivo la democracia.

Atilio Boron, La sociedad civil después del diluvio neoliberal (1994)




















Escribe Eduardo Febbro desde Atenas:

Nadie cree en la clase política, ni siquiera en el reemplazante inmediato de Papandreu o en el próximo que vendrá. El diario Athens News escribía ayer que Grecia es “un naufragio sin capitán”. En la Plaza de la Constitución, donde está el Parlamento, los atenienses asimilan el edificio a una mala metáfora de la democracia: “Un estudio de cine donde se monta un espectáculo para que, detrás de las cámaras, los productores no pierdan plata”, según dice Nikos Constantinaus, un joven con un diploma de arquitectura bajo el brazo sin trabajo desde hace dos años. “Todo esto es una patraña humillante. Están todos de acuerdo, izquierda, derecha, centro, pura comedia de sobrevivientes. Son unos irresponsables. Llevan semanas y semanas negociando mientras las cajas del Estado están vacías, el país paralizado, los sueldos impagos, la juventud sin trabajo y Grecia expuesta a la humillación ante el mundo entero”, protesta con gestos vehementes Ioannis Konstantanarias, un comerciante del barrio de la Asamblea.

Los griegos tienen odio en las entrañas. Grecia pende de un delgado hilo pero la clase política empuja hacia el abismo. En Atenas, la exasperación es un componente central de la vida cotidiana, igual que la pobreza galopante, visible, hiriente. El acuerdo para la formación del gobierno condiciona el reembolso de los 8000 millones de euros provenientes del rescate europeo. Sin ese dinero, Grecia se hunde, con ese dinero Grecia acentuará más las políticas de rigor, el ahorro del gasto público, el congelamiento de los salarios, en suma, lo más pernicioso de las recetas liberales.

Crédito imagen: AP Photo

2 comentarios:

Fede dijo...

Cuáles serían las recetas no-neoliberales aplicables en este caso? Hay una propuesta diferente? Parecen estar haciendo leña del árbol caído.

Unknown dijo...
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