Decía Federico Fernández allá por diciembre último:
Y ahí está la cuestión: es la Historia misma, esa que ví reptar en la Plaza del 27 de octubre, la que nos trajo hasta aquí y no tanto la figura de Kirchner, que en suma es un mortal y pudo equivocarse. Esta "crispación permamente" que hoy muchos lamentan es la propia de una sociedad a la que, tras haber orillado la disolución en 2001, no le queda otro camino que reformularse a sí misma, volver a poner todas las discusiones sobre la mesa, no dejar un solo dogma sin maltratar. Si lo tenemos que hacer a los gritos y sin caretas (aunque con varias mentiras) es porque no estamos discutiendo pavadas.
Hace 5 años.
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