El Gobierno de Kirchner anunció el pago anticipado de su deuda con el Fondo Monetario Internacional, por unos u$s 10.000 millones, cuyos vencimientos se acumulaban en los próximos tres años. Para tal fin utilizó las reservas de libre disponibilidad en poder del Banco Central.
Las conclusiones instantáneas sobre una decisión semejante son inútiles. El tema es verdaderamente complejo, y merece un análisis más detallado. Pero conviene problematizar al menos ciertos aspectos del anuncio:
1. La deuda con el Fondo representa sólo un 8,9% de la deuda pública total de la Argentina. Sin ir más lejos, las calificadoras de riesgo mantuvieron sin cambio sus calificaciones de los bonos porque, aún tras la eventual cancelación al FMI, el país "continúa aún altamente endeudado con muchos desafíos en los próximos 2 a 3 años."
2. El espíritu de esta medida está mucho más en línea con las demandas de ortodoxia del Fondo que lo que el gobierno intenta demostrar en tus anuncios. Un cable de Reuters anunció ayer que "el director gerente del FMI, Rodrigo de Rato, dio la bienvenida a la decisión argentina".
3. Por más que Argentina haya cancelado en un sólo pago toda su deuda con el Fondo, esto no significa que el gobierno argentino vaya a desafiliarse del organismo. Tampoco lo haría Lula, su par brasileño.
4. La utilización de u$s 10.000 millones demostró que el país tiene recursos económicos que podrían destinarse a resolver la deuda social interna. Algo que, por lo visto, no está sucediendo. O al menos no al ritmo en que debería, teniendo en cuenta que el gobierno no muestra signos de un programa redistributivo claro.
Hay casi ocho millones de niños argentinos que viven en la pobreza, tres millones y medio de los cuales están subalimentados. También hay 1,8 millones de jefes y jefas de hogar sin empleo que reciben un magro subsidio del Estado, muchos de ellos a cambio de afiliaciones partidarias. Pregunto, por segunda vez en una semana: ¿dónde está la educación, dónde está la salud pública, dónde están los puestos de trabajo genuinos?
Los lineamientos del presupuesto 2006 presentados al Congreso legislativo no prevén modificaciones de fondo para este grave panorama.
"Por cierto", comenta un sorprendido Jorge Oviedo en La Nación, "es notable que las autoridades que auguran que el año próximo no habrá aumentos salariales ni para jubilados ni para estatales logren que los sectores de izquierda lo apoyen cuando anuncia que cancelará la deuda con el FMI."
Hace 5 años.
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