The Salchicha Times - Número 45 martes, 2 de octubre de 2007

Ariel te lava la ropa, pero Salchicha te gana el partido

En un partido disputado anoche en las instalaciones del Viejo Garage de Florida, el equipo salchicha venció a su par Arielense por 12-7 y consiguió así su segunda victoria consecutiva.
De trámite inusualmente parejo, los salchichenses estuvieron incluso 2-4 en el marcador a poco de empezado el cotejo. De a poco fueron equilibrando los tantos hasta que sobre el final vencieron con claridad a un desmoralizado equipo contrario, que hizo lo que pudo durante dos tercios de partido.
Cabe destacar que, jugando sin arquero fijo, los contrarios tenían una notoria desventaja. Pero, al mismo tiempo, algunas de sus individualidades presentaron algunos peligros, los cuales fueron más y mejor abortados con el trascurrir de los minutos.

Tio - 7 salchichas
Después del fútbol ocho en los suburbios y los tres palos en Unifutbol, para El Tío fue un alivio encontrarse con que, a sus espaldas y en comparación, el arco del Viejo Garage era realmente diminuto. Había menos que tapar (es casi imposible que te metan un gol de globito, como en Unifutbol) y entonces los anticipos se volvieron más fáciles. En estas condiciones, y cómodo como Sosbich en la casa de Harry el Sucio, nuestro portero se lució en sendas atajadas por arriba, por abajo, despacitooo entregaloo. Se comió un par de tiros de corto alcance que le dispararon por derecha, pero comparte la culpa con la defensa. PD: Cuando salimos de jugar, sin darse cuenta, le reveló al pizzero de Villa Adelina los jugosos números que le deja su parilla. Ahora teme por su vida.

Gabi - 7 salchichas
Segurísimo en defensa como en el anterior encuentro contra Emi, esta vez Gabi sufrió del estancamiento propio de su posición. Quizás temeroso de desguarnecer el fondo salchichense, en esta oportunidad no lo vimos tan activo en ataque. Eso sí: marcó un tanto muy curioso luego de un potente saque de esquina que rebotó en el piso, un palo, los anteojos de Pipo Cipolatti y la pierna del arquero contrario para finalmente ingresar al arco contrario. Como decíamos, en defensa sigue conservando el apodo de "León", calificación sujeta a revisión cada doce meses, como la VTV. Antes de jugar se clavó un pancho con ketchup, papitas y una salsa tártara nuclear que hizo estragos en su colon y nos tuvo al borde de la asfixia durante todo el encuentro.

Fede - 8 salchichas
Muy buen partido del "hachador" salchichense -que ya que tanto estamos hablando de apodos, cabe destacar que en todo el partido no cometió ninguna falta, actitud que constrasta con su historial de 3 homicidios, 62 fracturas y diversas felonías. En defensa estuvo trabando como siempre, desparramándose hasta las últimas consecuencias y robando bochas en distintos grados. Algunos de sus robos en ataque dieron pie a sendas habilitaciones, e incluso a goles propios como el que le colocó -de diestra y de caño- al pobre Ariel, que como arquero es un gran amigo. En sus momentos de mayor iluminación, marcó también un gol pescador. No pudo evitar su torpeza característica en el control de balón cuando le tocó frenar pases largos en la patinosa cancha de VG, pero eso algo imposible de cambiar, como las manos de tijera del joven manos de tijera.

Mante - 8 salchichas
Ahora que Locotomora Castro está retirado, la Federación de Boxeo y Gepetto (el representante de Mante) están en tratativas para que el apodo quede finalmente en manos del Gordo salchichense. Como parte de la negociación, su mananger está próximo a subir unos videos en youtube donde se ve al gordo correr con la pelota como desesperado, consiguiendo además romper la marca olímpica de los 50 Metros en Cancha de Papi Futbol, superando incluso a Santi por algunas centésimas. Como en la última media docena de partidos, vimos a un Mante enchufadísimo en defensa, anticipando pases y cortando ataques a mansalva. Y en ataque... mamita, que no te dispare uno de sus rústicos puntinazos porque podés perder un riñón. Bien por el Gordo.

Agus - 7 salchichas
A pesar de haber sido el goleador del encuentro, la actuación de Agus estuvo plagada de altibajos. Como por ejemplo esas salidas desde abajo en donde regala la pelota con moño y ticket para cambios siete dias con la bolsita. Pero primero destaquemos su lucha, su vida y su elemento: la presión arriba. Las inseguridades en las salidas del arielismo dieron pie para que el muchacho apretara, empujara, e incluso metiera la mano en los bolsillos del contrario hasta que el oponente perdía el balón y Agus convertía sin problemas. Marcó goles desde todas las posiciones y por momentos se enchufó tanto que en luego una corrida los frenos no le funcionaron y el delantero terminó abrazado a un poste como un borracho, parecía que iban a bailar el vals, nunca se vio algo igual. Pero Agus también tiene un costado tenebroso, tétrico y teneme dos minutos que voy al baño, que es cuando se le apagan los pulmones. De repente las luces del estadio empiezan a parpadear, los ojos se le cierran y los brazos se le caen, y el susodicho se queda parado, paralizado en el área contraria, mientras la acción se desarrolla en todo el resto del campo. Sus compañeros se revuelcan como chanchos en el barro, vuelan las patadas, los empujones, los pelotazos en las bolas y algún que otro objeto contundente, pero Augusto no reacciona. Está absorto en su mundo de cansancio extremo y los gritos de "dale, boludo, bajá a marcar" resuenan como ecos lejanos que a duras penas procesa. De repente todo vuelve a la normalidad, las luces del estadio se restituyen, y Agus vuelve a vivir para acto seguido poderle hacer dos enredaditas a Ariel y marcar un gol de caño. Asombroso.