Elecciones lunes, 22 de junio de 2009



Este domingo tienen lugar las elecciones legislativas que renovarán la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la Cámara de Senadores.

El oficialismo se juega la mayoría parlamentaria de la que gozó hasta el momento -excepción hecha de la 125- y aparecen para disputarle ese espacio muchos de quienes ya estaban, con menos fuerza, instalados en los comicios anteriores:

- un rejunte de macristas, duhaldistas y ex-menemistas titulado Unión-Pro
- un rejunte de radicales, ex-radicales, ruralistas y cobistas titulado Coalición Cívica

Los candidatos del kirchnerismo y estas dos grandes alianzas fueron los únicos tres partidos citados todo el tiempo a los medios de comunicación -además del cineasta Pino Solanas, sobre quien ya volveremos más adelante.

Aparecen entonces en los dos rejuntes opositores -y no sorprende que lo hagan- los llamados al "cambio", vacíos de contenido. Sobre todo cuando en la campaña no se encuentra, ni por asomo, una mísera propuesta concreta de gobierno. Hace dos meses que la campaña está judicializada. (Se imaginarán que evité mencionar todo este circo de las testimoniales en el blog porque me parecía francamente estúpido --y entonces que si Néstor vivió en la Quinta, que si Massa me robó la lapicera, que si Scioli me sacó la cartuchera...)

Las discusiones sobre políticas públicas brillaron por su ausencia, excepción hecha de Macri y De Narváez, que salieron a decir que había que reprivatizar las empresas nacionalizadas en los últimos años, mostrando la hilacha pro-establishment que siempre los caracterizó pero que casi nunca mostraron abiertamente, diluidos entre nombres de pila, apelaciones discursivas coloquiales y antipolítica de todo tipo.

Antipolítica o la apología de la no confrontación
La apología de la no-confrontación, que buena parte de los medios de comunicación ha construido a partir del conflicto por el lock-out agrario, eleva la imagen de los candidatos antipolítica. Como resultado, los candidatos con mejor "imagen" son los que nunca hablan, o los que al hablar nada dicen. Scioli en la provincia de Buenos Aires, Reutemann en Santa Fe y, por supuesto, el terrateniente Felipe Solá -aquel dandy de revistas del diario del domingo que, alguna vez, consultado por cómo hizo para mantenerse ocho años al frente de la provincia, develó su secreto: "hacerse el boludo".

Para ir un poco a contramano del discurso dominante, aclaremos: la confrontación es parte esencial de la batalla política. La política marca una división, una escisión. Implica elegir, separar. Las luchas de intereses tienen que resolverse para algún lado. Si Carlos Heller dice, en una entrevista para Clarín, que "el Estado tiene derecho a intervenir en las ganancias de las empresas", está haciendo política: algo que debería ser el grado cero de una campaña. Aunque en el caso del oficialismo esto rápidamente se diluya con las estrategias de sus socios en la provincia: Kirchner-Scioli muestran, apenas, el peso de sus nombres seguido del slogan "nosotros hacemos". Entrevistado en TN, Florencio Randazzo afirmó no tener idea sobre cuáles eran las propuestas de campaña que aparecen en su plataforma, ya que su propuesta "era su gestión". Idéntica jugada a la de Macri-Michetti: "hay que construir en vez de discutir".

¿Construir, Gabriela? A ver: la gestión macrista en la Ciudad no fue, después de todo, el cuco neoliberal que nos intentaba vender el progresismo. Pero viene siendo algo casi igual de jodido: un mandato idéntico al del ladriprogresismo de Ibarra y Telerman. Un constante hacer la plancha (por citar solo un ejemplo: ¿dónde están los kilómetros de subte prometidos?) sazonado con algunos negocios turbios (ver las leyes que beneficiaron a la cadena de tintorerías 5-a-Sec, cuya titular es Silvina Michetti, hermana de Gabriela) y arranques de fascismo urbano (desalojos, la aplicación de leyes contravencionales represivas, el pseudo-grupo de tareas de la UCEP). Con el agregado de que, ante cualquier cuestionamiento por cosas hechas mal o no hechas, la culpa la tiene el gobierno nacional. Inoperancia y victimización.

Modelos de gestión ¿El cambio recién empieza?
Macri en capital y Néstor en provincia nos aseguran que esto recién empieza, que hace falta más tiempo para tomar nuevas medidas y avanzar con el cambio. Que debemos defender lo ya conseguido. ¿Pero qué tipo de cambio tuvo lugar? En el caso de la Ciudad, uno que alterna entre el todo igual y el algo peor. En el caso de la provincia o el "modelo nacional" defendido por el gobierno, el análisis es más complejo pero también tiene conclusiones parciales.

Néstor y Cristina Kirchner están a cargo del gobierno desde mayo de 2003. Seis años completos en donde se anotaron varias victorias -tengo la impresión que el de la política exterior es uno de los mayores- y cierta especie de modelo productivo que hace gala de una heterodoxia económica relativamente coherente, ausente en gobiernos anteriores. Pero molesta, y mucho, que hagan de la "distribución del ingreso" una bandera, cuando el nivel de desigualdad es uno de los mayores de la historia y no parece ceder (exceptuando el "viento de cola" de 2003-2006). Seguimos siendo un país agroexportador y de servicios: menos dependiente de los vaivenes financieros y de las agencias multilaterales de crédito, sí, pero con una estructura que consolida que el 10% más rico de la población tenga un ingreso 50 veces superior al del 10% más pobre. Desigualdad que en tiempos de bonanza cede milimétricamente y que en tiempos de crisis se hunde con velocidad.

Por otro lado, y como ya advertía en 2006 Diego Schurman haciendo el balance de tres años de gobierno: "Kirchner ya no plantea dilemas sobre la vieja y la nueva política. Prefiere sumar y convivir con las contradicciones propias del peronismo." Recordemos que para ganarle a su ex padrino Eduardo Duhalde, Kirchner se alió con los caciques del conurbano bonaerense, refugiándose en la liturgia peronista que había mantenido a raya desde su asunción y aniquilando de esta manera cualquier posibilidad de "concertación plural". De la misma manera, reforzó su alianza con la burocracia de la CGT para "ganarle" a la CTA. Su estrategia de construcción de poder es tan antipopular que con el asunto de la libertad sindical y con el aumento de las jubilaciones la mismísima Corte Suprema terminó a la izquierda del gobierno.

¿Y entonces? Sobre alternativas y chantajes
Lo antedicho no quiere decir, en absoluto, que me entusiasmen las opciones que están a su derecha. Las jugarretas del voto útil (que, como ya mencionamos en otra oportunidad, tienen mucho menos sentido en una elección legislativa que en una presidencial) hacen que por estos días escuchemos a muchas de las personas con las que interactuamos decir que van a votar a De Narváez para evitar que el kirchnerismo gane o "votar a la Coalición Cívica para pegarle al kirchnerismo con el conservadurismo apocalíptico de clase media, salpimentado con algunos toques radicales, ruralistas y neoliberales" (Podeti dixit). Pero como afirma Marta Vasallo en Le Monde Diplomatique, la CC se muestra como una alternativa "no peronista", pero no están claras sus diferencias con la política económica de Unión-Pro. Es que no las hay.

En el cuarto lugar en la intención de voto en la provincia de Buenos Aires aparece Martín Sabbatella, un político joven de centro-izquierda proveniente del Frepaso que viene de hacer una gestión ordenada al frente del partido de Morón. Desde su asunción en 1999, Sabbatella impulsó mecanismos de transparencia en la administración pública, que sanearon las cuentas del municipio, en ruinas tras el paso de Juan Carlos Rousselot, y le valieron unas cuantas distinciones por parte de organismos internacionales -algo similar a la experiencia de Hermes Binner y el Partido Socialista al frente de la ciudad de Rosario. Es una opción válida si se apunta a construir algo fresco por fuera de las estructuras del PJ y de la UCR.

Alguno dirá: "Pero con la intención de voto que vienen teniendo, van a meter dos diputados, ¿qué pueden hacer dos diputados? Acá hay que defender las conquistas del gobierno", etc. El punto es válido, pero es el mismo tipo de chantaje que le vienen haciendo al electorado progresista desde 2003: "nosotros o la derecha". Es lícito salir a defender un proyecto "nacional y popular" ante el avance de la derecha, como medida defensiva, pero ¿cuánto está avanzando la derecha? ¿Es un avance autónomo a partir del apoyo mediático y de una construcción real de poder, o nace de una profecía autocumplida del gobierno: "se viene la derecha, se viene la derecha", y entonces algo así es posible, esperable? Por último, y en relación a lo que decía más arriba: ¿es tan grande la diferencia entre el kircherismo, el duhaldismo neoliberal y el radicalismo ruralista que nos obliga, cada dos años, a estar mandando un voto con asquito, prometiéndonos que es sólo por esta vez, que la próxima votamos al partido que más nos guste?

No tengo respuestas fuertes. Pero lo cierto es que el chantaje me tiene un poco cansado. Porque tiene lugar todo el tiempo, y de esta manera nunca comienza (ni en tiempos de crisis, ni con el mejor viento a favor) el armado de una alternativa de centroizquierda.

Lo mismo se aplica para el caso de Pino Solanas en Capital. Las últimas encuestas lo ubican peleando el segundo lugar, por detrás de Michetti y muy cerca de Prat-Gay. Como el kirchnerismo cree que Heller está para disputarle el tercer lugar, todos los dardos van hacia él. Y los de Solanas, hacia el gobierno. Un doble error que nace de la propia división del progresismo en la Ciudad (y de cierto personalismo de Solanas, que se cree tan bueno por sí mismo que se niega a crear alianzas sólidas para construir algo fuerte). Y en el medio, electores que -citando de vuelta a Podeti- creen: "voy a votar a Solanas para pegarle al kirchnerismo con una izquierda tibia observada con una benévola sonrisa condescendiente por la utraderecha". En efecto, al día siguiente del pseudodebate de TN, La Nación saca un titular afirmando que si hubo un ganador, fue Pino Solanas. Y las noticias sobre su figura de repente son bien vistas por todos los medios de derecha. Lo cual resulta, al menos, sospechoso.

Nota final

Hoy... es la derecha populista radical la que normalmente está rompiendo (todavía) con el acuerdo general liberal-democrático predominante, dando gradualmente aceptación a los temas hasta ahora excluidos (la justificación parcial del fascismo, la necesidad de reprimir la ciudadanía abstracta en nombre de la identidad étnica, etc.). Sin embargo, la hegemonía democracia liberal está usando este hecho para chantajear a los radicales de izquierda: "nosotros no debemos jugar con fuego: contra el nuevo asalto de la Derecha, uno debe insistir más que nunca en el acuerdo general democrático - cualquier crítica hacia ella de buena o mala gana ayuda a la nueva Derecha!". Ésta es la línea importante de separación: uno debe rechazar este chantaje, aceptar, tomar el riesgo de perturbar el acuerdo general liberal, a cuestionar la misma noción de democracia."

Slavoj Žižek, Repeating Lenin


Como suelo sostener en este espacio, no vayan a creer que el voto es la única cuota transformadora en una democracia. No sobreestimen el alcance del sufragio. El finado Alfonsín se equivocaba: con la democracia sola no se come, no se cura y no se educa: esto sólo es posible instalando un sistema económico que pueda garantizarlo. ¿Qué partidos lo están modificando o discutiendo hoy en día en la Argentina? Respóndanse esto. Lo demás, es pura cháchara electoralista: figuritas, chicanas.

Esta concepción restringida de democracia (el pueblo habla en las urnas cada dos años y ahí se acaba nuestro poder de decisión) es, en parte, lo que ha generado este rechazo masivo de los políticos. Después de todo, ¿cuál puede ser el radio de acción de un sistema biparditista de centro? Las esperanzas y promesas son cada vez más grandes, pero las políticas de Estado son cada vez más vacías, menos jugadas. Esta diferencia entre expectativas y medidas concretas alimenta el cinismo popular.

En un sentido amplio, la política se juega todos los días: en cada marcha, en la defensa de conquistas, en la instalación en la agenda de nuevos debates (libertad sindical, democracia en radiodifusión). Es cierto que el gobierno ha colocado algunos grandes temas, pero en las demás coincidencias con el grueso de los grandes actores aparecen sus límites.

Visto lo visto, lo único que va a permitir avances para las grandes mayorías es una crítica al oficialismo, por izquierda y no por derecha, de manera tal de no perder lo conseguido pero superando los límites naturales del gobierno.

13 comentarios:

Lucas dijo...

En pocas palabras, votamoa a Sabbatella, y ojalá que De Narvaez saque menos del 30 :P.

Dark Tide dijo...

En general, coincido con tu post.

Lo que no entiendo es el "palo" a Pino
¿con quien debería juntarse del resto del prograsismo porteño? ¿con el impresentable de Ibarra? ¿con los K? (y dejarnos "huérfanos" a los progres no Kirchneristas)

El único que se me ocurre es Zamora. Pero, para algunos, Zamora es demasiado trosko.

Después están los partidos troskos, pero en general tienden a dividirse ("Todo troskista es divisible por dos", dice un dicho. Y vos cursás en Sociales, asi que lo debés saber mejor que yo, je ;-)) sin contar la lamentable medida del MST de aliarse con la SRA cuando fué lo del campo.

Con el resto del post, coincido. Si viviera en Provincia, lo votaría a Sabbatella sin dudar. Pero bueh...lo votaré a Pino porque vivo en capital.

Anónimo dijo...

Otro chiste sobre Trotskistas:
"Qué hacen dos trotskistas en un ascensor?... Tres partidos políticos"
Saludos. Ricardo.

Martín dijo...

una vez más... como cada dos años. el circo llega a la ciudad (y a la provincia, al pais, se entiende...).

si en 2005 no me prendí, y en 2007 tampoco? que incentivo tengo hoy para sumarme a la fiesta cívica? una vez más... ninguno

alguien me dijo por ahí, si estas jugando al fútbol, hay reglas, se juego con los pies, no podés tocarla con la mano, etc. algo así como si estas en el baile, baila... por dentro pensé: chupala, baila vos con DeNarvaez!

El Critico dijo...

Buen post,

Habria que investigar cuanto del elemento de antipolitica lo integra el voto de Solanas y cuanto de coincidencias politicas con su proyecto.

En el 2001 una de las personas que más votos cosecho por ese rechazo a la politica fue Luis Zamora y su partido AyL.

A diferencia de Luis, Pino cuenta con una serie de propuestas muy claras que no vienen al caso ahora, pero creo que en este momento mucha gente que lo vota no es por su plataforma sino por ese voto antipolitica.

No me preocupa tanto el resultado de las elecciones sino más bien los titulares del lunes, lo reto a usted autor a hacer un post imaginando como serían esas tapas. Así vamos teniendo una idea de como va a ser la operación que se viene.


Saludos

Carlos dijo...

Me gustó tu post. Yo voy a votar a Sabbatella, entre otras cosas, porque como señalaste al final, la gente no debería "participar" cada dos años, y en Morón hay mecanismos de participación serios.

Saludos.

Augusto dijo...

varios puntos en los q no coincido.
1. "... todo este circo de las testimoniales..." no creo q sea un circo y sea tan irrelevante como lo planteas la violación manifiesta a la constitución (caso scioli). No esta bien que nos pase como si nada un ataque a las pocas instituciones que quedan.
2. Alfonsin no se equivoco, cuando dijo "con la democracia se come..." NO solo se referia al voto. obviamente que la democracia no es solamente votar cada 2 años y despues nada. El que la gente haga un cacerolaso (por decir algo) como paso por el conflicto del campo tambien es democrasia. El voto es la maxima expresion de la democrasia pero no es unicamente eso.

Nacho dijo...

El día que vea a Gil Lavedra (o cualquier otro de los que percutió con este tema hasta el hartazgo total) preocupado por la inconstitucionalidad del hambre en Argentina, o de que no se cumpla el artículo que dice que los trabajadores deben controlar la producción y participar en la dirección de las empresas (jua!) le voy a creer que la Constitución le importa. Mientras tanto, permitime dudarlo.

Y si fuera verdad que con la democracia se educa, por lo menos sabríamos escribirla... aunque coincido en que democracia no es solamente poder votar.

Dark Tide dijo...

Es que, creo, no se viola a la constitución en el caso de Scioli porque si renuncia a alguno de los dos cargos no pasa nada.

Lo que si, es totalmente inmoral, porque le estás tomando el pelo a quien te vota.

Augusto dijo...

Dark Tide, estas completamente equivocado, para poder ser candidato tendría que haber renunciado a su cargo previo a candidatearse.
Nacho, bien por ti, me descubriste, tengo muchas faltas de ortografía. Por otro lado estoy de acuerdo con vos que hay muchas partes de la constitución que no se cumplen, pero por eso no hace que me importe menos la constitución. La constitución es la base, de ahí partimos, si ya empezamos cagándonos en eso, estamos jodidos. Y si nos cagamos en un articulo completamente operativo de la constitución que no requiere ninguna reglamentación que quedan para las demás mandas constitucionales que mencionas que son programáticas.
Por último, lo que piense o no Gil Lavedra realmente me tiene sin cuidado.

Dark Tide dijo...

¡Ojo! Mirá que no estoy defendiendo a Scioli.
De hecho, donde si creo que pueden haber violado la constitución es en el caso de K: digo, si...vive en Olivos, pero convengamos que es una residencia cuasi-coyuntural.

Augusto dijo...

No, ya se que no lo estas defendiendo. Solo te digo, que lo de Scioli es manifiestamente contrario a lo de dice la Constitución (el 73 lo dice expresamente). Este es un requisito mas, como la edad, el domicilio, etc. Si no lo cumplís al momento de candidatearte no podes ser candidato (salvo en el caso de la edad que esta discutido).

Leandro dijo...

Coincido con Federico en los puntos centrales:
1-El rechazo total de la antipolítica.
2-El chantaje del voto útil.
3-La justificación de todo en nombre de proteger la democracia.

El fantasma de la dictadura, el '83, su papá Alfonsín, etc. ¡Basta viejo! Nací en el '86, los milicos son viejitos entubados y acá seguimos sin comer, educar, sanar. O esto no es democracia y hay que conseguirla, o la palabra está gastada y necesitamos otra.

Hagan un ejercicio: miren este video y díganme si esta democracia se corresponde con lo que dicen esta gente. Me parece que están hablando de otro país

http://www.youtube.com/watch?v=lpbr8cM2arY