Los usuarios de Google recibieron hoy en sus casillas un mail en donde la empresa anticipa la entrada en vigencia de una nueva política de privacidad. ¿Qué implican estos cambios? Analicemos la noticia paso a paso.
1. ¿Qué nos dice Google? "If you have a Google Account and are signed in, we may combine information you’ve provided from one service with information from others". Es decir,
uno de los principales puntos del cambio es que Google va a "trackearte" a través de todos sus servicios. Para que quede claro: Google siempre guardó datos de usuarios. ¿Te diste cuenta cómo a veces en Google Maps aparece una dirección que buscaste un año atrás? Bueno, ahora una aplicación de Google puede ver lo que buscaste en otra, así que si (por alguna extraña razón) buscaste "Furbies" en la home de Google y luego vas a YouTube, quizás aparezcan videos de Furbies. Eso es nuevo. Antes los datos estaban "compartimentalizados" entre aplicaciones.
2. ¿Cuáles son los sitios a partir de los cuales Google va a armar un registro mucho más acabado de nuestro historial en Internet? Google Analytics, el sistema Android (y su mercado de aplicaciones Android Market), Blogger, el sitio de fotos Picassa, Google Calendar, tus contactos, Google Docs, Gmail (incluyendo tu chat history), Google Maps, iGoogle, Google Reader, tu historial de búsquedas en Google, YouTube y más. Además de tu perfil público de Google, con nombre y foto. ¿Creés que no tenés una cuenta en todos esos servicios? Chequeá y sorprendete. ¿Viste que todas las imágenes que subiste a Blogger, incluyendo la de perfil, están en una cuenta de Picassa a tu nombre que Google abrió sin consultarte? Bueno, así con otros tantos servicios. "Google, ¿qué pasó? Pasaste de eficiente a impertinente, de intuitivo a invasivo. Te estás convirtiendo en una repetición inepta de todo lo que ya nos molestaba cuando Facebook lo hacía", denunció Alexandra Petri, columnista del Washington Post.
3. ¿Por qué Google hace esto? Google dice que así podrá hacer un montón de "cool things" cuando integre la información de los distintos productos. Según promete la empresa, hay "muchísimas más cosas que Google puede hacer para ayudarte" si compartís toda tu información con ellos. Un ejemplo de la empresa: "We'll better understand which version of Pink or Jaguar you're searching for and get you those results faster". Sin embargo, me permito pensar que la mayoría de los usuarios de la web no está buscando comprar autos de lujo cada vez que entra a Google. Aunque, claro, otras variedades de publicidad segmentada (quizás no justo la de Jaguar...) componen la principal fuente de financiamiento de estos muchachos. Tal como escribí en este espacio en 2010,
parece como si todos los datos personales que las leyes protegieron durante tanto tiempo de repente aparecieran en la red, voluntariamente ingresados por un montón de individuos que "le cuentan al mundo" sus gustos e intereses. En esto consiste ni más ni menos que el propio business model de las redes sociales: agrupar personas en torno a determinados intereses, y luego venderles productos específicamente dirigidos a su segmento. En ese sentido, Facebook y sus milimétricas categorías de clasificación de consumidores son el paraíso de la mercadotecnica.
Todo esto sin mencionar en los riesgos para el conocimiento y el pluralismo informativo que implica el tema de los "resultados personalizados". Algo así como un diario de Yrigoyen para cada ciudadano.
4. ¿Qué hay si no acepto la nueva política de privacidad? Según se explica aquí, a joderse. "Any user with a Google account —used to sign in to services such as Gmail, YouTube and personalized search— must agree to the policy. Users who don’t want to have their data shared have the option to close their accounts with Google". Y como todos los datos están integrados, esto significa que aquel que quiera darse de baja por el cambio en las reglas del juego, deberá desaparecer no sólo de Gmail, sino también de Picassa o YouTube, además de mudar el blog desde Blogger a WordPress. Aparecen dos problemas. El primero: si me compré un teléfono con el sistema operativo Android, ¿cuál es mi "alternativa"? El segundo: ¿Qué tan lícito es armar un servicio que promete ciertos niveles de privacidad, convocar a millones de usuarios y luego de un tiempo modificar unilateralmente este acuerdo?
5. ¿Qué puedo hacer yo en el corto plazo?
Esta es la atada con alambre parcial, provisoria. Primero: eliminá todos los datos que no quieras darle a conocer a Google entrando a tu Dashboard. Fijate qué elementos figuran como públicos y si querés que esto se vea así (es posible que mucha de la información que preferirías tener privada aparezca como pública). Desuscribite de todos los servicios que no uses o cuyos datos no querés que Google comparta con anunciantes. Y, sobre todo, buscate acá y marcá opt out: de esta manera Google dejará de mostrarte "avisos personalizados" basados en elementos tales como tu historial de búsquedas. Por último, pensá dos veces antes de ingresar a la red fotos, intereses y datos personales.
6. ¿Qué debemos hacer de aquí en adelante? Exigirle al Estado que cuide mejor nuestros datos personales. Y ojo que acá no vale la ley 25.326 de Protección de los Datos Personales porque, a diferencia de bancos y otras empresas, Google o Facebook no venden nuestros datos, sino que (tal como me explicó amablemente Gustavo Arballo) los usuarios se los dieron a Google o Facebook y sólo ellos los conocen. Mi humilde propuesta: que nuestras leyes establezcan por definición el más amplio nivel de privacidad en todas las redes sociales, lo contrario de lo que ocurre hoy en día. Lo dije en septiembre, a propósito de Facebook: "Una vez cada cuatro meses, Zuckerberg me desnuda por default con la excusa de que con dos clicks me puedo volver a subir los pantalones". La idea es que medidas similares, como campañas de concientización y resoluciones que reduzcan al mínimo la cantidad de datos obligatorios requeridos por las empresas para anotarse en un sitio, acaben con el reino de la joda para el marketing segmentado.
Imagen: John Perivolaris bajo licencia Creative Commons
4 comentarios:
Excelente info, maldito panoptico invertido marketinero.
Saludines!
Primero, muy buen artículo con información y advertencias acerca del pasado, presente y futuro de la red de redes, sus plataformas y sus estrategias.
1. A mí me parece increíble que la gente haya aceptado, mansa e inocente, la oferta de concentración de aplicaciones bajo un mismo usuario. Mi respuesta a la concentración de servicios siempre ha sido la esquizofrenia paranoide y casi todo lo que "hago" vía web, lo hago mediante usuarios diversos. Ok, igual me van a cagar, sin duda, pero desde siempre quise complicárselas.
2. Chequeé y no me sorprendí. Pese a que he subido imágenes a Blogger (es de público conocimiento) no tengo abierta cuenta alguna en Picassa. Sólo hallé un error en Google Docs porque aparezco como "propietario" de un documento ajeno y público que obviamente no subí al sitio.
3. What a cool things! La estúpida etiqueta de "cool things" parece ser la que mueve la economía mundial (what a fuck things!). Quizás el término "Jaguar" no remita a la compra de autos de lujo sino a la conservación de los felinos. Cuando uno resiste a la política de concentración, descubre que Google viene declinando la calidad de búsqueda de su buscador el cual se vuelve cada día más estúpido, ofensivo ("Ud. quiso decir...") e ineficiente.
El business model de las "redes sociales" es todo lo que decís y un poco más: sutil filigrana neofascista.
"Algo así como un diario de Yrigoyen para cada ciudadano." Brillante analogía pero me permito una corrección: para cada consumidor.
4. Por ahora, se me ocurre mi vieja estrategia de esquizofrenia paranoide: abrir un usuario distinto en cada aplicación, en cada plataforma, en cada servicio utilizado.
La pregunta por la licitud es demasiado inocente: armar, prometer, convocar y más tarde modificar unilateralmente el contrato es regla. Véanse miles de casos en los mercados oligopólicos y monopólicos y otros miles en los mercados político- electorales.
5. Apoyo tus recomendaciones con una sola modificación: donde dice "pensá dos veces" sería suficiente (y quizás más efectivo) un "pensá". Consigna de difícil acceso para masas muy extensas con acceso a estas mierdas, pero necesaria.
6. El problema es cómo legislar sobre fenómenos globales, máxime cuando se organizan desde un poder mundial. Justamente, habrá que pensar.
Bienvenidos a 1984, 27 años después del futuro, y también al SUBE que, como Flecha allá por los 70, "va en tu mismo sentido" (jóvenes, no sean vagos y busquen en Google... sin vender un usuario único, claro).
Saludos.
Perdón, pero veo que el link que incluí no funciona. Me refería a esto que publiqué hace año y medio: http://antesdelalluvia.blogspot.com/2010/07/el-fascismo-se-huele.html
Muy interesante el artículo.
¡Saludos!
Publicar un comentario