Cuerpo chico, bolsillo grande. El mercado se desespera buscando nuevas fuentes de ingresos, y lo encuentran en los llamados "chiquiteens", un segmento que mueve unos $500 millones al año sólo en Argentina. Consecuencia: los futuros nenes de mamá empiezan a consumir a una edad cada vez más temprana.
Una nota reciente de Clarín los definió como "preadolescentes de buen poder adquisitivo, con gustos sofisticados, manejo de las tendencias, adictos al celular y al chat." Se compran ropa "alternativa" en Unicenter, arman collages con marcas que pegan en su cuarto, ostentan su flamante celular en los pocos lugares a los que salen.
Una tal Micaela, citada en la nota, dice: "Mis amigas y yo morimos por el sushi. Somos un grupo de 10 (todas del San Andrés) que nos juntamos a comer cuando podemos. Vamos a Itamae de Libertador o a Sushi Club. Me gusta todo, pero más me gusta el niguiri". Mica tiene 13 años.
La médica psicoanalítica Beatriz Taber explica, preocupada: "Hay un factor muy dado que incitan sobre todo desde los medios de comunicación y las publicidades: se acortan los tiempos de la infancia para estimular consumo de ropa, de marcas".
Otra nota, extraída del suplemento económico del mismo diario, nos da una idea de lo que piensan las empresas al respecto: Jorge Uhrin, el gerente de marketing de Mattel, dice: "Un 65% de los chicos argentinos miran más de dos horas de TV por día, una cifra alta para los estándares de América latina. Es un dato positivo para las empresas, aunque negativo si lo miramos con ojos de padres".
En los Estados Unidos, Procter & Gamble acaba de relanzar su desodorante Secret con una campaña orientada a nenas de entre 7 y 14 años, aún cuando a esa edad es biológicamente improbable que lo necesiten.
Empresas cuyo objetivo principal es que el pasaje de la infancia a la preadolescencia -"de las Barbies a Kosiuko"- les resulte lo más redituable posible: que los preadolescentes con plata comiencen a consumir lo antes posible. Futuros rebeldeway sin rumbo, que cuando cumplan 18 van a votar a Lopez Murphy porque la política nunca les interesó y el hombre de bigote "tiene cara de serio".
(Gracias Xel-Ha por la inagotable fuente de recursos que resulto ser esta nota de Clarin.com)