El Equipo Salchicha gana con el último aliento
En un partido muy entretenido, de casi una hora y media de duración, el conjunto salchichense se impuso por la mínima diferencia ante un combinado que dio pelea hasta el último minuto.
El equipo contrario estaba compuesto por Pato (el amigo de Mante), Agustín (el amigo de Mica), el Dandy (el amigo de Fede), Dante (el amigo del Dandy) y Santi (el hermano del Dandy), pero para fines prácticos al último lo llamaremos "Messi". Llegaron al estadio internacional Edison Fútbol un tanto tarde, poniendo en riesgo la propia realización del juego. Mante, Agus y El Tio decían que iba a ser un afano que jugáramos los salchicha contra ellos, pero el razonamiento de Fede encontró eco y comenzábamos así como estábamos. Y salió bien... El partido fue realmente muy parejo, las máximas diferencias fueron 3 arriba o 2 abajo (para el Equipo Salchicha). Y hubo goles claves para ambos conjuntos. El equipo se fue contento con la victoria pero atento a ciertos errores fundamentales que se están cometiendo. Pero como dijo el Mostaza "Michael Jackson" Merlo, la base está.
El Tio - 9 salchichas
Se enoja tanto (pero tanto) cuando ataja, que un día le va a explotar la cabeza y le vamos a tener que juntar los pedacitos con cucharitas de té. El Tío es un muchacho de carácter y hace gala de su cinta de capitán con gritos como "Fede, la puta madre, a quién marcas" o "Agus, la reconcha de tu hermana, ese era tuyo". Por otra parte, es cierto que atajó muy bien durante todo el partido, excepto en un tiro de larga distancia del Dandy que se le escapó. Y metió un gol fundamental luego de cortar magistralmente un ataque del habilidoso hermano del Dandy.
Fede - 8 salchichas
Messi estuvo a punto de llevarlo a la comisaría por la cantidad de manotazos, cuerpos, y apretadas que recibió a manos del carnicero salchichense. Pero la verdad que por momentos defendió muy bien. (Su problema es que a veces no entiende que es un defensor: entonces resulta que, ni bien comienza el encuentro, Fede va subiendo hacia el arco contrario como atraído por un imán, y cuando se quiere dar cuenta está en el tercer nivel de Unicenter comprandose un disco en Musimundo.) Además, le colocó un par de habilitaciones claves a Agus. Su rol en ataque fue contradictorio: definitivamente necesita afinar la puntería, pero metió dos goles -el último realmente clave, cuando el equipo iba ganando por la mínima diferencia y no encontraba el gol.
Mante - 9 salchichas
Hay que admitir que el Equipo Salchicha es mantecadependiente. (Los partidos en los que no está, luego de cada gol contrario el equipo le canta a unísono la canción de Los Piojos: "Como un borracho necesita un bar, como un ciego imaginar te necesito".) Mante es la pieza clave que tiene el salchicha team para salir jugando desde abajo... aunque a veces alguien debería decirle que no es Superman, ni Rambo, ni algún Talibán psicótico: porque the truth of the milanes es que muchas veces que arrancó a toda velocidad con los ojos rojos y echando espuma por la boca... la perdió. Y ahí hay un problema. El resto bien. A pesar de la cantidad de nicotina que tiene en la sangre, Mante es el pulmón del equipo salchicha.
Lucas - 8 salchichas
Sigue la feroz pelea por el puesto de "quinto salchicha" y Lucas continúa escalando posiciones. Hacía mucho que el fan de Colin Farrell no jugaba para el equipo y esta vez no defraudó. Aún sin brillar, consiguió colocar algunos buenos pases y lanzar algunos tiros muy bien puestos, que el arquero contrario de turno logró enviar al corner a duras penas. Le ganó en velocidad a muchos, le gambeteó a otros tantos... "lega-legalización, cannabis, de calidá y barato..." como la canción de Ska-P. Una o dos bolas perdidas mientras salía de abajo son lo único que se le puede recriminar, además de que no lo acompañó a Fede a ver "Little Otik" de Jan Svankmajer al festival de cine. Es un mal pibe.
Agus - 9 salchichas
Ya se sabe: Augusto es uno de esos jugadores que irritan. El muchacho se enreda, se tropieza, patalea en el piso, la baja con el hombro y la empuja con la cola... pero mete goles. Y ya dijimos, también, que su equivalente en el fútbol de primera es alguien tan despreciable como Martín Palermo. Pero, de la misma manera que el jugador xeneize, mejor tenerlo en su equipo que en contra. El muchacho aparece en los momentos en los que el partido más lo necesita, para colocar goles que ni él se cree. Hasta acá, todo bien. Lo que es imperdonable en este sujeto -y en esto es un reincidente, lean sino la crónica anterior- es su falta absoluta de marca. Luego de culminar alguna jugada, el muchacho se cree que se acabó el partido, y se tira a descansar en el pasto sintético mientras se fuma un pucho y tararea alguna canción de Divididos. "Augusto, te necesitamos, help help", gritaba El Tío, pero Agus estaba demasiado lejos como para escuchar a sus compañeros.
Hace 5 años.
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