Balcarce al 200, Puerto Madero. Oficinas, restaurants, ostentación.
Embotellamiento de ejecutivos en una esquina sin semáforo. Siguiendo alguna regla implícita del tráfico cargado, algunos cruzan hasta que el espacio que queda pasando la bocacalle queda "lleno".
Un lujoso Volkswagen Passat queda en el medio.
Los que habían quedado sobre Balcarce, en su mayoría taxistas, empiezan a tocarle bocina. El negroanteojudo conductor del Passat, por supuesto, no puede moverse, y se queda obstruyendo por completo la calle. Las bocinas siguen durante quince segundos.
Un morocho desharapado observa la escena desde la esquina y exclama, sonriendo:
- ¡Ésos son los piqueteros!
Hace 5 años.
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