Salíamos de comer afuera. Subimos al taxi y le dijimos hasta dónde íbamos. El tipo asintió, y arrancó despacito.
El taxista, mientras manejaba, intentaba mandar un mensajito desde su celular. Una mano para el volante, otro para las teclitas. De de vez en cuando levantaba la vista, como para asegurarse de no estar por chocar contra alguna ninguna pared, pero parecía controlar la situación.
Sabemos que no es lo mismo dedicarse al manejo en un 100 por ciento que hacer 50 para el volante y 50 para el mensajito, pero se ve que el tipo ya había aprendido a equilibrar las dos cosas.
Los quiero ver ahora que salieron los celulares que pasan series de TV, intentando reirse con Los Roldán mientras esquivan a la vieja que cruzó sin mirar.
Ajústense los cinturones.
Hace 5 años.
2 comentarios:
Me parece demasiado peligroso realmente, no creo que uno pueda dedicarse a 2 cosas a la vez y peor aún en este caso, cuando uno tiene detrás del volante su vida y la de otras personas no debe descuidarse ni un segundo...
Y eso del celular se está poniendo de moda, es muy habitual ver a la gente manejando y hablando por el cel, además gran parte de los accidentes están atribuidos a esta irresponsabilidad...
A todo esto, con Fede mirábamos horrorizados y pensábamos en cómo terminaríamos.
¿Seguirá vivo ese tipo?
Hmmm
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