...'cause we need entertainment
to keep us all off the streets
So tonight you'll sleep softly in your bed
Kaiser Chiefs, "The Angry Mob"
to keep us all off the streets
So tonight you'll sleep softly in your bed
Kaiser Chiefs, "The Angry Mob"
En este blog se ha debatido largo y tendido sobre los medios de comunicación, y una de las principales discusiones que hemos sostenido en todo este tiempo fue hasta qué punto es válida la hipótesis de que "el medio es el mensaje". Es decir: hasta qué punto el soporte sobre el cual se instala aquello a decir, condiciona aquello que se dice.
Así, Martín Caparrós sostenía que hoy los diarios argentinos escriben para un lector que no lee. Que en lugar de explotar lo que hace a su propia materia (la palabra escrita, la posibilidad de profundizar, de explicar, de relacionar), los medios impresos locales se habían largado a competir con la cultura audiovisual: las fotogalerías, el minuto a minuto. La caída de los lectores era, por lo tanto, esperable.
Más tarde, analizamos la cultura del espectáculo y de lo efímero, y cómo ambas convergían en los blogs confesionales o directamente en el uso de Twitter y su reducido espacio para expresar, apenas, qué estamos haciendo en este preciso instante. Aunque fuese una nimiedad -o justamente. Con la reseña del libro de Sibilia, lo que intentaba poner en tela de juicio era la pobreza narrativa de lo que hoy se celebra como una "explosión de creatividad" y una "democratización sin precedentes". Si nuestra forma de democracia comunicacional se reduce a contar rápidamente qué siento (máximo 150 caracteres), ¿no estoy limitando aquello mismo que voy a decir o, al menos, alterando su sentido?
En esta dirección, no habría que perder de vista un gran aporte de Marshall McLuhan. Recordemos la tesis principal de su famoso ensayo: desde la invención de la imprenta, los medios de comunicación no sólo transmiten un contenido, sino que transfieren su propia lógica interna hacia sus receptores. El medio es el mensaje (o el masaje, he aquí su célebre juego de palabras). "Las sociedades han sido moldeadas más por la índole de los medios con que se comunican los hombres que por el contenido mismo de la información".
***
¿Qué significa para nosotros, entonces, un videoclip? ¿Un pastiche posmoderno que de tanto no dice nada -al menos, nada en el sentido moderno del término? ¿Tanta información que se pierde como un ruido de fondo, la mejor manera de sintonizar un canal que mantenga un sonido estable de manera que podamos hacer otras cosas? ¿Un "mensaje" que nos transmite un autor -así como si fuera un panfleto, una carta, un ensayo- que debe adaptarse a los treinta y cinco milímetros cuatro minutos tres tomas por segundo?
¿Qué les provoca, por ejemplo, este video de Kaiser Chiefs? ¿Consigue transmitirles algún "mensaje" (para los mensajes está el correo, decía Hitchcock) que proclame romper con la estupidez pasiva? ¿O queda atrapado en la estructura inescapable del espectáculo al criticar la lógica televisiva desde la propia lógica televisiva?
"The Angry Mob" -en los papeles, un videoclip inteligente que plantea la lucha de clases como pocos representantes en el dispositivo lo han hecho en los últimos veinticinco años, que desde sus letras pinta de pies a cabeza a la clase trabajadora inglesa marcando, al mismo tiempo, sus alcances y limitaciones- nos enfrenta con uno de los principales dilemas de nuestro tiempo. A saber: ¿podemos combatir algo desde su propia materia?
10 comentarios:
Que representa la lucha de qué? Yo debo decir que, honestamente, vi el video y no entendí un pito. Pero no se alarmen, suele pasarme...
Por ahí leyendo la letra (o siendo un horario mejor que las 6 am) entienda algo. Lo más probable es que necesite que me lo expliquen (como hiciste en el post) como uno de esos animales que necesitan que le mastiquen la comida antes de comer. :P
Bueno, discutamos entonces el video de los Kaiser Chiefs. ¿Qué interpretó cada uno? (No existen formas "correctas" o "incorrectas" de hacerlo, asíque larguen nomás y lo debatimos)
yo lo vi asi:
Hacen echar a las chicas locas de una especie de despedida de solteras, porque no dan con el 'target' de gente que está tomando algo en ese bar: señores y señoras bien, casados, de familia (?).
Las chicas salen ofuscadas, y al mismo tiempo aparece un grupo un poco más heavy de "chicas" que quieren ir a tomar algo a ese bar. No las dejan entrar. Y después se arma una pelea entre los dos grupos, que puedo llegar a interpretar como "los pobres vs los pobres" como muchas veces pasa acá. No entendí muy bien por qué se pelean, pero bueno, seguí viendo...
De repente, la gente 'bien' de adentro del bar es como que se regodea viendo eso, es el "show" , miran de manera morbosa la pelea de "las de afuera". O sea, 'juntos pero no unidos', como dice Micky Vainilla, andate del bar (¿?) con vos no convivo, pero me puedo llegar a reir de vos, me da morbo...
Me hizo acordadr a las doña rosas de clase media que decían "ay que asco los putos y los travestis" pero un sábado a la noche iban al teatro de revista a ver a Flor de la V.
Y bueno "las de afuera" al final como que se unen y los enfrentan.
El videoclip es algo "posmoderno"?
Alguien dijo que en realidad el videoclip, o el film-poema, o no sé qué, ya había sido inventado por las vanguardias a comienzos del siglo XX. Que los muchachos de la cultura videoclip no inventaron nada. Que repitieron a los grandes maestros. No sé. Me da igual.
Por otro lado, habría que ver si la palabra "soporte" (tan usada) merece ser separada de un supuesto "mensaje en sí". Pero ojo, cuál es el soporte de una noticia del diario? Las palabras (lo verbal) o el diario objeto (la tinta y el papel y su distribución)? Es el segundo un soporte de las primeras y éstas son a su vez el soporte de un mensaje independiete de todo soporte? Existe este último? Creo que Savransky es el gran maestro frente a este tipo de preguntas.
El videoclip es multisoporte (y a veces insoportable).
En cuanto al dilema, se me vienen a la cabeza las vacunas, la inoculación de lo mismo que tenés que combatir. También la dialéctica de Hegel y, siguiendo el curso, de Marx (que creía que en las configuración interna del capitalismo estaba su propia destrucción). Pero no sé, será que para algunas cosas sí y para otras no.
Saludos.
Es interesante la interpretación textual del videoclip que hace Pat, la vamos a dejar para retomarla más tarde (y quien quiera puede irlo discutiendo).
Primero voy a lo que plantea Anónimo con respecto a los videoclips.
Quizás algunos recuerden el jugoso debate local que se armó hace un tiempo a propósito de la TV. El puntapie inicial lo había dado Oscar Landi con su libro Devórame otra vez, publicado en 1992 (momento muy apto para ciertas "celebraciones" del estado de cosas). El libro fue elogiado por Alberto Ure en Clarín, y al cruce de ambos salió Beatriz Sarlo. Retomar este debate quizás responda (o afine) algunas de las preguntas que hacés.
Sarlo decía que Ure comienza con un argumento en estado de descomposición debido a su antigüedad: quienes critican la televisión son epistemológicamente arcaicos porque aspiran a analizarla desde afuera de "su razón", ignorando que los medios son "una hemorragia de la realidad, una combinación ocasional del big-bang de la comunicación, que crea su propia sedimentación e imágenes en las que sopla la vida". Argumento que, según la teórica, coincidía con las razones del populismo clásico: no se puede criticar algo desde afuera de su horizonte ideológico y de sus leyes constitutivas.
¿Qué dice Sarlo sobre el trabajo de Landi?
Básicamente el núcleo teórico se puede enunciar así: la televisión es el espacio de la mezcla de "géneros", discursos, temas formatos; y tiene como estrategia predilecta el reciclaje. Como muchos, Landi piensa acertadamente que la televisión y lo audiovisual en sentido amplio han reorganizado la cultura contemporánea. A diferencia de otros, el sentido de esta reorganización le parece globalmente positivo y, cuando se deja llevar por el entusiasmo, emancipatorio. Y continúa: Ure captó bien el sentido de la operación realizada por Landi, que piensa la televisión "desde su propia materia", porque la piensa anulando la distancia intelectual y moral de la crítica.
A Landi le "interesa la TV como una situación de hecho", es decir, una situación frente a la cual no se ejerce la crítica, una situación que se acepta porque allí está, ha modificado el mundo, reorganizado la cultura y se impone con la contundencia de lo consumado. Todo esto no debería necesariamente llevar a aceptarla como deseable que es lo que este libro hace casi sin vacilaciones.
Y acá viene lo que engancha con tu afirmación. Landi se convierte inesperadamente en historicista y utiliza una estrategia que recurre al pasado para autorizar el presente. A Landi lo obsesiona una figura que no nombra: la del intelectual pequeño-burgués que se escandaliza frente a la televisión realmente existente. A ese personaje Landi se enfrenta y, como no puede decir sencillamente que se acabó la etapa de la crítica y que ahora reina el hecho consumado (algo bien homogéneo con el menemismo, pero también con la confirguración cultural que con cierto desarreglo suele llamarse posmodernidad), tiene que buscar argumentos 'elevados´. Para el caso, y con una levedad digna de la televisión, arma un discurso comparativo entre los medios audiovisuales y las vanguardias históricas.
Landi repite el argumento de que la televisión mezcla los géneros, construye un "megagénero que compagina diversos subgéneros" y no acepta los límites convencionales entre diferentes retóricas y temáticas. (...) Muchas veces, Landi afirma que las vanguardias hicieron lo mismo. En consecuencia, no habría motivo de escándalo y menos para quienes se consideran parte deI universo cultural abierto por las vanguardias. Pero veamos si efectivamente las vanguardias y la televisión hacen algo que pueda considerarse parecido.
Cuando Landi invoca a las vanguardias lo hace atribuyéndoles los mismos procedimientos que, desde su perspectiva, son propios de la televisión: como, según piensa, la televisión fragmenta y combina, las vanguardias (que también fragmentaron y combinaron) hicieron lo mismo. Pasa por alto los conflictos estéticos de las vanguardias y también pasa por alto las diferencias entre operaciones que sólo parecen afines si se las mira desde lejos. Porque no precisa cuáles son los puntos donde la problemática vanguardista y la televisiva se cruzan, su puesta en paralelo es completamente exterior tanto a la lógica de las vanguardias como a la de la televisión Dice, por ejemplo, que así como la televisión y sus televidentes se acostumbran a la hibridación de géneros, a la ruptura y a la mezcla, porque los géneros son convenciones culturales que evolucionan, se mezclan y se quiebran, también "una vanguardia estética -como el surrealismo- rompe con las reglas previas de cómo pintar y crea otras nuevas". ¿Qué imagina Landi que hizo el surrealismo? (...)
Cuando Landi escribe que "en la cultura actual la distinción entre los géneros es inestable y fluida" y que en la cultura popular "los criterios que se toman para clasificar los géneros son múltiples", toma en cuenta sólo los préstamos entre géneros que, en la televisión, producen sin embargo codificaciones muy fuertes, repetitivas y estables.
Con las vanguardias esto tiene poco que ver: la ruptura de los géneros fue un momento crítico de la modernidad en el siglo XX, se trató de un acto de resistencia ante la consolidación en el mercado de la forma novela y de la poesía romántica, se trató de explorar límites formales, ideológicos y morales, se trató de forzar la imposibilidad de la narración (...) En fin, un conocimiento somero de la literatura desde mediados del siglo XIX alcanza para juzgar si estamos hablando de una fragmentación y una ruptura que puedan ser pensadas en paralelo con la televisión. Lo que las vanguardias clásicas hicieron está hoy incorporado al cajón de los procedimientos: allí cualquiera (desde un diseñador publicitario a un productor de clips) puede ir a buscar lo que necesita, pero el hecho de que lo encuentre no permite pensar que todo uso de esos procedimientos signifique lo mismo. Godard, entrevistado por Wenders, afirmaba hace algunos años que efectivamente un corto publicitario es como El acorazado Potemkin, con una diferencia: después de los primeros treinta segundos el film empieza a decir algo, a buscar alguna verdad.
No es como para que "de igual", Anónimo, porque los significados, los efectos, los "quiebres" en uno y otro caso (vanguardias y videoclip), son completamente distintos.
Puede ser. Igual dije que lo había dicho otra persona, que (yo) no sabía y que me daba igual.
Saludos.
Bueno, entonces volviendo al dilema: ¿Podemos combatir algo desde su propia materia?
Es un gran dilema, sí.
Primero tenemos que definir desde qué lugar el videoclip citado se propone (¡o no!) combatir qué cosa.
Según Pat, hay una lectura crítica, una puesta en escena distanciada del "pobres contra pobres" que vemos todos los días. ¿Qué opinan los demás?
Che nadie le contestó al segundo párrafo de Anónimo, acerca de la noción de soporte.
En respuesta a la demanda de Dante acerca de la respuesta a Anónimo:
"Pero ojo, cuál es el soporte de una noticia del diario? Las palabras (lo verbal) o el diario objeto (la tinta y el papel y su distribución)?".
A mi juicio, el soporte es el soporte, es decir el diario-objeto material (no su distribución).
"Es el segundo un soporte de las primeras y éstas son a su vez el soporte de un mensaje independiete de todo soporte? Existe este último?"
No creo que exista el "mensaje" independiente de todo soporte. Pero tampoco el segundo es soporte de las primeras: segundo y primeras son una única y misma cosa que se llamaría algo así como "letra escrita en prensa gráfica".
"Creo que Savransky es el gran maestro frente a este tipo de preguntas".
Creo que hay grandes maestros respecto de este tipo de problema (me refiero a un siglo de trabajo con base en siglos anteriores) y también docentes que se esfuerzan en comunicar sus legítimas posiciones y reflexiones semio-filosóficas, algunos bajo el manto de unos seminarios que deberían (no lo digo yo sino la currícula académica) focalizar otras cosas.
Saludos.
Gracias, Dante y Cinzcéu. Creí que había sido completamente ignorado.
Saludos.
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