A propósito del peso de los productores en los cortes del cine comercial o la televisión:
“Con Tumberos terminé con capítulos absolutamente políticos, donde tocaba temas como la guerrilla, la revolución y de fondo ponía canciones de Daniel Viglietti. Creo que en el último capítulo Tinelli me llamó y pidió que controláramos un poco lo que estábamos poniendo en el aire, porque lo habían llamado por teléfono comentándole algunas cosas que le parecían demasiado fuertes. Lo que pasa es que Tinelli no veía Tumberos y si lo veía no lo entendía. De hecho, mucha gente no la entendió. Se quedaron con la cuestión de la marginalidad en las cárceles, cuando eso era lateral. Tumberos trató de ser una metáfora de la historia argentina.
[Con Disputas] había pensado en una serie volcada por completo a la comedia, y mis referencias eran los uruguayos de Telecataplum, Matrimonios y algo más, Moria, Olmedo. Pero los otros pensaban algo distinto. Sebastián Ortega quería hacer una cosa muy oscura con las putas drogándose todo el tiempo. Y Tinelli quería hacer una comedia costumbrista. A esa altura eso era realmente un puterío. Entonces, aproveché e hice lo que quise. Y ahí me cortaron las piernas, como diría el Diego. Me rebotaron los dos primeros capítulos y frené el rodaje porque me estaban internando pidiéndome todos cosas distintas. [..] Presenté la renuncia. Y no me la quisieron aceptar. Para mí el primer capítulo quedó bien pero el dos y el tres son definitivamente una porquería. Y los guiones cada vez se ponían más ordinarios.” (Adrián Caetano)
Página/12, 06-10-2007
Hace 4 años.
1 comentarios:
No se puede esperar menos de Tinelli y del otro "nene de papá" de Sebastián Ortega (el nepotismo a full).
O sea, produjo un par de cosas buenas: ("Tumberos" y "Todo x $ 2" estaban bárbaros), pero se ve que cuando les afectaban los intereses, chillaron. Conclusión, el vil metal triunfó sobre el arte.
Penoso, penoso...
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