Escuché por ahí que la noche anterior a tomar la decisión, Diego Gvirtz no durmió, que le daba vueltas en la cabeza lo insoportable que le resultaba la decisión empresarial más sensata, que era la de preservar la fuente de ingresos y la estabilidad laboral de sus mas de 130 empleados. A la mañana siguiente se levantó y decidió levantar los dos programas de América. Hay un lugar común tranquilizador que dice que la gente que tiene la conciencia tranquila duerme bien y que aquellos que se apartan del camino recto no pueden hacerlo en paz. Me temo que las cosas no son necesariamente así, que si se pudiera generalizar, diría que son los malos los que mejor duermen, que a los buenos les preocupa las consecuencias de sus acciones, que estas no son fáciles de prever y que eso causa preocupación, angustia, ansiedad y, a la noche, insomnio.
Excelente este artículo de Gustavo Noriega sobre la censura a TVR en la revista El Amante.
Hace 4 años.
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